21 de agosto de 2023. Al menos seis migrantes afganos se ahogaron en el Canal de la Mancha la semana pasada cuando el barco en el que viajaban volcó y se hundió. Faltan otros dos. Estos seis se suman a los cientos de personas que han muerto tratando de cruzar el Canal desde 2000. Estas muertes son un crimen, son asesinatos y son completamente innecesarias. Sin embargo, el espeluznante número de víctimas seguirá aumentando mientras el capitalismo-imperialismo domine el planeta.
El Canal de la Mancha es el último tramo de un viaje para innumerables personas que huyen de la pobreza, la persecución, la guerra y la devastación ambiental en sus países de origen, principalmente en África, el Medio Oriente y Asia. Muchos de estos migrantes tienen que atravesar el mar Mediterráneo. Las Naciones Unidas describen el Mediterráneo como la ruta migratoria más peligrosa en el mundo, donde “una de cada seis personas… muere” en el trayecto.
Una de cada seis. Muertas. Por el “delito” de estar desesperadas, y de buscar una vida mejor… en un mundo dominado por el capitalismo-imperialismo.
Y si los inmigrantes desesperados logran alcanzar a Europa, tienen que cruzar numerosas fronteras fortificadas de países europeos. Esas fronteras tienen “vallas eléctricas, torres de vigilancia, unidades de patrulla caninas, helicópteros y drones de vigilancia [los cuales] se han proliferado a través de las fronteras europeas… La agencia de fronteras de la UE (Unión Europea) Frontex… [es] la mejor financiada de todas las agencias de la UE”. Miles de personas han muerto a cada paso de estos viajes. Incluso aquellos que llegan a Inglaterra están en peligro. En 2019, 39 personas vietnamitas se asfixiaron en la parte trasera del camión de un contrabandista en Essex, Inglaterra.
Rishi Sunak, primer ministro del Reino Unido (RU), llamó las muertes recientes en el Canal de la Mancha una “tragedia horrible”. Él la echó la culpa a “pandillas criminales” que trafican con seres humanos desesperados. Estas pandillas son un producto grotesco de un sistema global de explotación y opresión. Pero son gánsteres de pequeña escala en comparación con los gánsters de pesos pesados como Sunak y su capo, Joe Biden. El sistema del capitalismo-imperialismo que representa Sunak es responsable de los horrores infligidos a miles de millones de personas en todo el mundo que obligan a muchos de ellos a abandonar sus países de origen; es responsable de los horrores que se les infligen cuando intentan llegar a algún lugar donde puedan sobrevivir con cierta dignidad; es responsable de las decenas de miles de muertes de inmigrantes en todo el planeta.
Tan sólo unos días después de este horrible incidente, ocurrió una tragedia aún más horrible. Un barco se hundió en el océano Atlántico frente a la costa de Cabo Verde en África Occidental con más de 60 personas presuntamente muertas. Treinta y ocho fueron rescatadas, incluidos niños de 12 a 16 años. Más de 100 personas estaban en el barco, en su mayoría de Senegal y Sierra Leona. Personas desesperadas que huyen de sus países de origen en busca de la capacidad básica para sobrevivir: huyen de sequías, guerras y tierras de cultivo convertidas en desiertos. En lugar de ser bienvenidos, con sus contribuciones integradas en la sociedad, se encuentran con alambres de púas, muros y muertes en el agua.
Como dijo Bob Avakian en una entrevista del año pasado:
Los imperialistas no tienen respuestas a esta situación, aparte de otros horrores: detenciones brutales, campos de detención de miseria y crueldad indescriptibles, separaciones de familias, control fronterizo que engendra redes de tráfico de migrantes que se transforman en tráfico para trabajos forzados y explotación sexual.
… [N]o existen leyes y protecciones internacionales que lidien con esto, es decir, de una manera seriamente humanitaria. Las leyes vigentes son las leyes de los dominadores imperialistas del mundo: regular y militarizar las fronteras para salvaguardar los intereses imperiales y súper-explotar a los inmigrantes que sí cruzan hacia los territorios imperialistas y que son obligados a “vivir en la sombra” sin derechos. Es una manifestación de nuestros tiempos que la frontera entre Estados Unidos y México y el Mediterráneo se han convertido en cementerios para migrantes y refugiados, que los campos de refugiados se han convertido en terrenos de reclutamiento para el “comercio sexual” global.