Introducción
El 29 de octubre, Raymond Lotta habló en el Berklee College of Music de Boston sobre la emergencia ambiental. Lotta dialogó con el académico y profesor de Berklee Victor Wallis, quien escribe y habla sobre el “ecosocialismo” y cómo organizarse para él hoy en día. El programa fue organizado por un grupo de estudiantes de Berklee que recientemente formaron un club socialista. La presentación de Lotta, en particular, suscitó una animada discusión y un debate que se centró en dos cuestiones importantes e interrelacionadas.
La primera fue sobre el avance histórico de Bob Avakian (BA) en el desarrollo del nuevo comunismo y la importancia histórica de la dirección de BA para llevar a cabo una revolución verdaderamente liberadora en el mundo actual. La mayoría de los asistentes no había estudiado a fondo la obra de Bob Avakian, y el desafío que se les planteó desató una nutrida controversia. La segunda cuestión importante se refería a los “modelos de cambio social”. ¿Es posible “conectarse con la gente en la posición que tienen ahora” y llevarla gradualmente a una comprensión más elevada y radical? Así lo entendió espontáneamente la mayoría de los asistentes. O, como argumentaba Lotta, ¿se presenta a la gente la realidad de la necesidad y de la base para una revolución guiada por el nuevo comunismo, y se aplica una estrategia que se centra en “luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución”?
A continuación, figura un texto ligeramente revisado de la presentación de Lotta.
***
El título de mi presentación habla de la realidad básica de que el planeta está en peligro... y es el sistema capitalista-imperialista el que está impulsando esta crisis existencial. Pero SÍ EXISTE una forma viable y liberadora de actuar ante la emergencia medioambiental... de afrontar y abordar esta crisis a la escala y con la urgencia necesarias. Y eso es hacer una revolución... y establecer un nuevo sistema socialista basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte escrita por Bob Avakian.
Y tenemos ante nosotros un reto urgente e histórico. Vivimos ahora en un momento poco común en Estados Unidos en el que es más posible hacer esta revolución. Este es un momento de intensas y agudas luchas internas al interior de la clase dominante estadounidense, con los republi-fascistas y los criminales de guerra demócratas enfrentados. La clase dominante estadounidense está dividida como no lo había estado desde la Guerra Civil. Estos gobernantes son incapaces de gobernar de la misma manera unificada que lo han hecho durante generaciones. Los fascistas trumpistas ni siquiera reconocen la legitimidad de los demócratas, o la “transferencia pacífica” del poder. Hay altos generales retirados, que hablan claramente en nombre de un sector de los militares, que ahora denuncian a Trump como fascista.
Este tipo de luchas internas, esta polarización en la cúspide y en toda la sociedad, podría proporcionar una oportunidad para hacer la revolución. Una oportunidad que no podemos desaprovechar, precisamente porque nos enfrentamos a algo horrible más allá de lo que existe hoy en día, y no sólo al calentamiento global que se tambalea hacia una catástrofe irreversible, sino al peligro de la imposición total del fascismo, a horrores genocidas aún mayores en la Palestina ocupada, al creciente peligro de una guerra mundial entre potencias imperiales con armas nucleares. Algo horrible... O algo verdaderamente emancipador, si aprovechamos esta oportunidad de profundas y agudas divisiones en el seno de la clase dominante y de la sociedad en general, y nos atrevemos a formar parte, a contribuir y a asumir la responsabilidad para la revolución guiada por el nuevo comunismo desarrollado por el líder revolucionario Bob Avakian. Este nuevo comunismo tiene una importancia histórico-mundial: es un marco totalmente nuevo para la emancipación humana.
Es ESTA revolución la que nos da la mejor y única oportunidad real, no una garantía sino una oportunidad real, de hacer frente a la emergencia medioambiental como parte de la forja de una sociedad liberadora.
I. Antecedentes de la crisis climática
Muchos de ustedes conocen algunos de los datos básicos de la crisis climática. Los últimos diez años han sido los más calurosos jamás registrados, siendo 2023 el año más caluroso jamás registrado en nuestro planeta. 2024 va camino de batir ese récord de calor. El mundo ha entrado en un territorio peligroso e inexplorado, a medida que aumentan las emisiones de carbono procedentes de los combustibles fósiles, que se eleva la temperatura de la superficie del mar y que el número de víctimas humanas aumenta rápidamente a causa de olas de calor, huracanes, sequías e inundaciones más extremos. La semana pasada, la ONU publicó un informe según el cual las grandes potencias industrializadas no están para nada cerca de alcanzar las drásticas reducciones de las emisiones de carbono necesarias para evitar un aumento desastroso de la temperatura.
Aquí estamos en 2024, muchas décadas después de las primeras advertencias científicas sobre el calentamiento global. Sin embargo, los combustibles fósiles representan el 80% de la producción mundial de energía, incluso en Estados Unidos (¡una proporción que apenas ha cambiado desde 1990!).
Estados Unidos es el culpable nº 1. Es el mayor emisor histórico de gases de carbono que atrapan el calor en la atmósfera. ¡En los últimos seis años, incluso bajo el mandato de la administración Biden-Harris, supuestamente “respetuosa con el clima”, Estados Unidos ha producido más petróleo crudo que ningún otro país en toda la historia¡ Y en vísperas de las elecciones, Kamala Harris ha proclamado a bombo y platillo su apoyo al fracking [fracturación hidráulica] para obtener más petróleo y gas natural. Así, mientras se ha desarrollado y abaratado la energía solar y eólica, la exploración y producción de petróleo y gas natural se ha expandido masivamente (y de manera rentable).
El “modo de vida” estadounidense, tan celebrado tanto por los republi-fascistas como por los demócratas criminales de guerra, se da un festín con la mano de obra explotada y superexplotada de cientos de millones de personas en cadenas de suministro mundiales de miseria, y saquea materias primas y recursos en todo el planeta. Piensen en esto: Se necesitarían cinco Tierras para mantener a la población mundial si todos consumieran recursos al mismo nivel que el estadounidense medio. ¡Cinco Tierras!
¿Qué tiene este sistema capitalista-imperialista que lo pone en guerra con el medio ambiente? Bueno, es un sistema que tiene una naturaleza y una lógica internas. Está impulsado por la búsqueda de ganancias y más ganancias por parte de bloques de capital de propiedad privada. Compiten y deben competir entre sí por una mayor participación del mercado basada en la explotación más eficiente del trabajo humano en todo el mundo. Y si no se expanden e invierten para vencer a sus rivales, corren el riesgo de perder y hundirse. Es un sistema que trata a la naturaleza como un insumo “sin costo” que se vierte en la producción para obtener ganancias... un sistema que también convierte a la naturaleza en un vertedero de las consecuencias de la producción temeraria para obtener ganancias, desde los derrames de petróleo a la contaminación atmosférica, pasando por la degradación del suelo.
Y la geopolítica competitiva está integrada en este sistema. La producción y quema de combustibles fósiles ha sido y sigue siendo fundamental para el funcionamiento rentable del sistema imperialista mundial. El control de los mercados del petróleo y de los combustibles fósiles, las finanzas y el transporte es un medio por el que las grandes potencias dominan las economías y la economía mundial. Pensemos en esto: la maquinaria militar de muerte y destrucción de Estados Unidos que impone el imperio global estadounidense es el mayor consumidor institucional de petróleo y el mayor emisor institucional de carbono del mundo.
La pura verdad es que, para abordar seriamente el cambio climático, habría que sacar del negocio a las empresas de combustibles fósiles, confiscar sus activos y dejar la mayor parte del combustible fósil bajo tierra. Y para que eso ocurra, para que la sociedad interactúe con la naturaleza de forma sustentable, es necesario derrocar este sistema. Es necesario establecer un nuevo poder estatal revolucionario y socializar la propiedad de los medios de producción... y forjar una economía socialista planificada. Esta es la base económica radicalmente diferente que hace posible utilizar los recursos de la sociedad de forma consciente, colectiva y sustentable, y el sistema de gobierno que hace posible desencadenar a la gente para que se ponga a trabajar en torno a la emergencia ambiental por los intereses de la humanidad mundial, como parte de la creación de un mundo sin explotación ni opresión.
II. SÍ existe una alternativa
Así que permítanme pasar a algunas características clave de la nueva sociedad basada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. El primer día, empezaremos a desmantelar la antigua red mundial de bases militares. El nuevo estado socialista utilizará sus puntos fuertes y recursos para promover la revolución en todo el mundo. Para liberar a la humanidad, y crear los cimientos globales para hacer frente a esta crisis global-planetaria. La nueva sociedad socialista pondrá fin a las cadenas de suministro globales intensivas en contaminación sobre las que descansa la economía actual. Comenzaremos a reestructurar de forma radical y racional los sistemas de fabricación y transporte, realizando una rápida transición hacia las energías renovables y abandonando el irracional y derrochador transporte de larga distancia. ¡Hoy en día existen los conocimientos y la tecnología para llevar a cabo estos cambios! Pero, en la nueva sociedad socialista, ya no existirá la barrera de la producción privada para acumular ganancias. ¡General Motors, ExxonMobil, Chase-Morgan, ya no existirán!
La nueva sociedad socialista antepondrá los intereses de la preservación y reparación de los ecosistemas del planeta por encima de su propio desarrollo nacional. Fomentará y dará respaldo científico, técnico y organizativo a iniciativas internacionales audaces para evitar el colapso generalizado de los arrecifes de coral, los bosques tropicales y otros ecosistemas, y para hacer posible que tanto científicos como no científicos cooperen y colaboren a escala internacional a una escala sin precedentes.
La planificación económica y social de la nueva sociedad tendrá como objetivo conectar el trabajo creativo y con sentido con el sentido de comunidad de las personas y el trabajo en beneficio de la humanidad. No será la misma sociedad de consumo de “usar y tirar” que depende de la superexplotación despiadada, incluido el trabajo infantil, para crear iPhones de “último modelo” derrochadores. Pero nada de esto significará nada a menos que la nueva sociedad socialista imbuya a las personas de nuevos valores... para que se preocupen y se conviertan en protectores y mejoradores del planeta. Y eso tiene que ocurrir mediante la educación, los medios de comunicación, la cultura y la lucha política e ideológica.
Esto es lo que se vuelve posible, en el caso y únicamente en el caso, de que hagamos la revolución basada en el nuevo comunismo.
III. Una dimensión totalmente nueva de la libertad, el disentimiento en la nueva sociedad socialista
En este momento, quiero leer un pasaje importante del documento, del que estamos repartiendo ejemplares, Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente. Es de la sección “Una dimensión totalmente nueva de la libertad y los derechos de las personas”. Dice:
Como se establece en esta Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, a las personas en esta nueva sociedad no solo se les permitirá sino que se les alentará y habilitará para que digan lo que piensan políticamente, se expresen libremente por el arte y otros medios, disientan y protesten con amparo constitucional e institucionalizado de su derecho a hacerlo. Se les proporcionarán los medios para hacerlo, porque será una parte importante de la creación de una atmósfera en la que las personas puedan “respirar” y sentirse a gusto, y donde se les inspirará para unirse a otros para bregar con lo que contribuirá, y lo que no contribuirá, a la transformación emancipadora de la sociedad y del mundo en su conjunto.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver este pasaje con enfrentarse a la crisis ambiental y actuar en consecuencia? La respuesta corta es... ¡TODO! Un elemento crítico del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian es la importancia que concede a la efervescencia intelectual, científica y cultural en la sociedad socialista —y al disentimiento— en una escala nunca vista antes en ninguna sociedad, en ninguna de las llamadas democracias capitalistas, ni siquiera en las sociedades socialistas anteriores, incluida la China revolucionaria bajo Mao.
Hay que movilizar a científicos, ingenieros y otros especialistas para que trabajen en torno a los acuciantes problemas ambientales y de otro tipo. Piensen en los climatólogos y los urbanistas, los expertos en biodiversidad, por ejemplo, que tienen tantas ideas y propuestas, tanta comprensión, para la sustentabilidad, pero que están frustrados por los dictados de las ganancias bajo este sistema. Esas trabas pueden eliminarse en la nueva sociedad. Al mismo tiempo, la sociedad y la humanidad también necesitarán investigación de largo alcance, nuevas formas de pensar y experimentación que no estén tan directamente relacionadas con la resolución de los problemas inmediatos y urgentes. Y el estado socialista también debe apoyar y costear esta experimentación, porque contribuye tanto al acervo de conocimientos como a la vitalidad de la sociedad. Esta es otra expresión de hacer añicos las trabas del capitalismo... y también de romper con los problemas de las sociedades socialistas anteriores.
Se necesita efervescencia, cuestionamiento y el espíritu de buscar la verdad dondequiera que nos lleve, porque no tenemos todas las respuestas a la crisis ambiental y a otras crisis. Se trata de poner la búsqueda de la verdad en primer plano.
Al mismo tiempo que se desencadena la ciencia, hay que desenclaustrarla. Hay que romper las barreras que hacen de la ciencia la actividad de unos pocos. Hay que formar en el método científico a las personas por toda la sociedad, a los antes oprimidos y desechados. Y esto no es una calle de un solo sentido. También se tienen los conocimientos que provienen de las experiencias vitales de las personas básicas, por ejemplo, de las comunidades afectadas por la contaminación.
La sociedad socialista debe promover todo tipo de polinización cruzada de experiencia y comprensión: con científicos y expertos que intercambien conocimientos con amplios sectores de la sociedad, especialmente con los anteriormente oprimidos a los que se les había negado el acceso a tales conocimientos, mientras que los profesionales aprenderán de las observaciones y aspiraciones de la gente básica. Y se quiere que los grandes debates en las ciencias, en los movimientos climáticos y medioambientales (algo que abordaré en un segundo), se popularicen y se hagan suyos en todos los rincones de la sociedad.
Todo ello forma parte de desintegrar las divisiones sociales en la sociedad y mejorar la capacidad de las personas para conocer y cambiar conscientemente el mundo, y asumir una responsabilidad cada vez mayor por la sociedad.
Para que la sociedad siga avanzando hacia un mundo comunista libre de toda explotación y opresión, se necesita una dirección visionaria con fundamentación científica. Pero hay que debatir y resolver ampliamente todos los aspectos de la sociedad. Y el camino a seguir no está predeterminado. Los problemas y contradicciones todavía sin resolver de la sociedad —sea que hablemos de la emergencia ambiental, o de superar completamente los legados del racismo y la opresión de las mujeres—, estas contradicciones todavía sin resolver suscitarán controversias y luchas. Y Bob Avakian ha analizado que esto es una fuente positiva de dinamismo en la sociedad socialista. Ha subrayado que el socialismo no sólo debe permitir y proteger el disentimiento, sino debe fomentarlo y valorarlo activamente. Debido a que, una vez más, esto puede desenterrar nuevos conocimientos y revelar defectos y problemas en la sociedad socialista y elevar la capacidad de la gente para resolver lo que contribuirá al avance de la sociedad y lo que no.
Ya que nos centramos en cuestiones de medio ambiente, hagamos un experimento mental. Surge la pregunta: En la nueva sociedad socialista expuesta en la Constitución para la Nueva República Socialista, ¿habrá un papel, habrá un espacio y habrá protección para los grupos y organizaciones como la actual Rebelión contra la Extinción? ¿Se permitirá ese tipo de protesta —e incluso protestas más radicales— bajo el socialismo? ¡Sí! Podemos imaginar sectores de personas con mentalidad pro ambiental que quizá tengan impaciencia con el ritmo del cambio y la transformación, o con el rumbo general que está tomando. ¿Son correctas las prioridades del plan socialista? ¿Los proyectos de energías renovables tienen una escala demasiado grande? ¿Podemos emprender una transición más rápida a sistemas agrícolas urbanos, pero qué pasa con las ciudades situadas en las zonas costeras amenazadas?
¿Ese debate y desacuerdo con las políticas estatales —y las iniciativas independientes desde abajo que deben fomentarse en la nueva sociedad— quizá entren en conflicto abierto con el estado socialista, y susciten manifestaciones de masas, plantones disruptivos, ocupaciones? Sí. NO se suprimirá la oposición entre sectores de la población a diversas políticas, e incluso al propio socialismo. Siempre que esa oposición no adopte la forma de sabotaje y destrucción deliberada, o forme parte de tentativas organizadas de derrocar al estado socialista.
La situación puede volverse muy tensa y alborotada en ocasiones, lo que incluye levantamientos que podrían causar fuertes desestabilizaciones en la sociedad (y lo que los contrarrevolucionarios podrían intentar aprovechar). Pero esto forma parte de llegar a la verdad de la sociedad y del mundo, de promover el pensamiento crítico en la sociedad socialista y de posibilitar que la gente comprenda más profundamente y cambie conscientemente el mundo.
Es necesario, como dice Bob Avakian, estar preparado para llegar al borde de perder el poder sin pasar por el borde, sin perder la sociedad socialista y todo lo que significa para la humanidad mundial. Esta atmósfera de efervescencia y disentimiento es crucial para llegar al comunismo, para aprovechar la energía creativa, abrir debates y descubrir nuevos caminos hacia adelante, y trabajar y luchar juntos para determinar cómo construir una sociedad que realmente emancipe a la sociedad. Y que trabaje y luche urgentemente para salvar el planeta para las generaciones actuales y futuras. Se necesita una dirección comunista visionaria, un núcleo sólido, como lo llama Avakian, para dirigir este complejo proceso hacia adelante... y aprender de él. Y se necesita la máxima elasticidad, experimentación e innovación en la sociedad.
Así que estas son algunas de las cuestiones clave que quiero destacar sobre el nuevo comunismo y la realización de una sociedad y un mundo en los que dejemos atrás la explotación y la opresión... y por medio de las cuales la humanidad pueda convertirse en guardianes dignos del planeta.
IV. Tenemos una oportunidad única en la vida
A manera de conclusión, quiero volver al punto de partida. Estos no son tiempos “normales”. Se está acelerando la marcha de los acontecimientos. La lucha entre los dos sectores de la clase dominante se está intensificando mediante las venideras elecciones. La situación en el Medio Oriente se está agravando rápidamente, con un nuevo ataque de Israel a Irán y el aumento de la amenaza de una guerra aún más amplia. Las cosas pueden salirse del control. Estos son tiempos en los que puede cambiar más en semanas o incluso días de lo que suelen tardar años o décadas. Esto se aplica tanto a la situación general en el mundo como a la forma de pensar y las acciones de millones de personas.
Este es un momento poco común en el que la revolución liberadora total basada en el nuevo comunismo es más posible. Este es un momento en el que es necesario y posible hacer grandes avances para conectar a la gente con la dirección revolucionaria sin paralelo en tiempo real de Bob Avakian. Especialmente vía los mensajes revolucionarios que Bob Avakian está posteando —dos, tres veces por semana— en @BobAvakianOfficial. Un mundo radicalmente diferente y mucho mejor es posible... por medio de la revolución. Gracias.