Ajike "AJ" Owens Foto: via Twitter
El viernes 2 de junio, en un complejo de apartamentos en Ocala, Florida, una vecina blanca asesinó a tiros a Ajike Owens, una mujer negra no armada. Una vez más, una persona negra no armada que solo trataba de llevar su vida fue asesinada a tiros por un racista blanco. Y una vez más, la respuesta inicial de las fuerzas del “orden público” ha sido tratar lo ocurrido como “defensa propia” y permitir que la asesina permaneciera libre… y armada.
Hicieron falta cuatro días de contar verdades y protestar por parte de vecinos y familiares —rompiendo el silencio de los medios— antes de que por fin se arrestara al tirador, por homicidio involuntario con un arma de fuego y otros cargos el martes 6 de junio.
Y toda la historia fea de Estados Unidos —desde la esclavitud hasta los linchamientos, desde los asesinatos policiales hasta los cada vez más comunes asesinatos por “vigilantes” justicieros— nos enseña que un arresto no es ninguna garantía de rendición de cuentas. El sistema entero está montado para que la mayoría de las veces, lo único que tiene que decir un policía o un vigilante justiciero racista es que “tenía miedo”, y es probable que quede en libertad, como sucedió cuando George Zimmerman asesinó a Trayvon Martin, de 17 años, en 2012. Y en el 68 por ciento de las defensas exitosas de defensa propia, la persona asesinada no estaba armada1.
El asesinato
Ajike “AJ” Owens, de 35 años y madre de cuatro hijos pequeños, vivía cerca de Susan Lorincz, una mujer blanca de 58 años. Lorincz tenía una larga historia de reñir a niños del vecindario por jugar en un campo cerca de su casa. Ella les escupía insultos —“nigger”2, “esclavos” y “subnormales”, — se apoyaba en la bocina de su automóvil durante minutos enteros, e incluso los amenazaba con violencia. Phyllis Wills, una mujer blanca con un niño negro, que vivía al otro lado de la calle, se refirió a Lorincz como un “monstruo”. Algunos padres no dejaban que sus hijos jugaran afuera por miedo a ella3.
Desde ese barrio se ha llamado a los agentes del Sherifato 12 veces desde enero de 2021. Al parecer, la mayoría de estas llamadas (o posiblemente todas) eran de Lorincz, quejándose de que los niños estaban jugando. Le dijeron varias veces que estaban en una zona pública y que tenían todo el derecho de estar allí. Pero parece que los agentes del Sherifato nunca le advirtieron que detuviera su acoso racista a los niños.
El viernes, al parecer Lorincz habría lanzado unos patines a uno de los niños de AJ, hiriéndole el pie, intentó pegarles con un paraguas y les robó un iPad. Según la familia, el hijo de nueve años de Ajike le contó a su madre lo que sucedió. AJ hizo lo que cualquier padre o madre preocupado/a podría hacer: con su hijo, llamó a la puerta de Lorincz y le dijo que saliera a hablar con ellos4.
La respuesta de Lorincz fue dispararle una bala a través de la puerta cerrada, alcanzándola en el pecho. AJ colapsó. Su hijo gritó a los vecinos que su madre había recibido un disparo. Un vecino se acercó corriendo para hacer RCP. Los cuatro niños de AJ se reunieron alrededor. Pero AJ murió un poco más tarde en el hospital, dejando a sus hijos sin madre y traumatizados.
El encubrimiento
Los alguaciles del condado de Marion llegaron rápidamente a la escena, respondiendo a una llamada reportando una “entrada ilegal”. Al encontrar a una mujer negra moribunda no armada, y a una mujer blanca en posesión de un arma que acababa de disparar, ¿desarmaron a esta última y la tomaron bajo custodia? ¡NO! Al contrario, aceptaron su ridícula afirmación de “defensa propia” como una explicación válida, y se marcharon con apenas ninguna investigación y sin hacer un arresto.
Luego desarrollaron una narrativa para los medios de comunicación (que fue ampliamente repetida) de que el tiroteo fue la “culminación” de una “riña de larga duración” entre las dos mujeres. En esta narrativa, la “agresividad” en ambos lados llevó al tiroteo, y el racismo no figuró en la historia en absoluto.
El alguacil también argumentó que la ley “Stand Your Ground” (“Defender tu posición”) de Florida significaba que él tenía que suponer que el tiroteo había sido en defensa propia, y que ni siquiera podía detener a nadie hasta que se demostrara que la afirmación de defensa propia era falsa.
En general, las leyes de “Stand Your Ground” deberían llamarse leyes de “Linchamiento legal”, o leyes de “Los negros no tienen derechos que los blancos están obligados a respetar”. Una y otra vez, se han utilizado para justificar legalmente y absolver a los asesinos racistas. En cuanto a los policías, están simplemente reforzando la actitud que tenían antes de aparecer estas leyes—es simplemente su POE, el procedimiento operativo estándar.
Pero quizá hasta “Stand Your Ground” no será suficiente para encubrir este asesinato5.
La gente alza la voz
Frente a las mentiras y tergiversaciones que se están promoviendo, varios vecinos y familiares —adultos y niños, blancos y negros— contaron la verdad a los reporteros individuales, en ruedas de prensa y finalmente en una protesta ante el juzgado. Lo que se desprende de lo que dice la gente en el barrio es que esto no fue una “disputa” entre dos personas “agresivas”. Una cariñosa madre fue asesinada por intentar tratar razonablemente con alguien consumido por peligroso racismo y el odio a los niños en general6.
Por último, después de declarar que Stand Your Ground “es una gran ley”, el aguacil tuvo que arrestar a Lorincz, reconociendo que “esta situación es un buen ejemplo de cuando [Stand Your Ground] no está justificado”. Pero lo que debería haber dicho es que “esta situación” se convirtió en una en la que “no podíamos encubrir el asesinato de una mujer negra inocente”.
La creación de una defensa de “Stand Your Ground”
Desde el asesinato, Lorincz ha tratado descaradamente de tratarlo de “defensa propia”, pero se evidencian mentiras una y otra vez.
- Lorincz dijo que compró la pistola con la que disparó a Owens hace un año, después de un “altercado” con ella. Pero Lorincz reconoció más tarde que aunque ella y Owens “no tenían una relación de amistad, nunca hubo amenazas de violencia contra ella”.
- Afirmó que temía estar en “peligro mortal” y que Owens amenazaba con matarla, pero nadie más escuchó eso. Y, según las autoridades, “momentos después” de que Owens llegó a la casa de Lorincz, fue “baleada a través de la puerta cuando estaba llamando”.
- Ella les dijo a los agentes del sherifato que el comportamiento de Owens no era “razonable o prudente”. Más tarde admitió que había investigado acerca de la ley Stand Your Ground de Florida, que identifica éstos como elementos clave de una declaración de “defensa propio”7.
Ha llegado el momento…
Así que una vez más, la misma pregunta, escrita con sangre inocente y expresada por niños huérfanos y seres queridos afligidos, nos llega en un grito: ¿Cuánto tiempo más podemos tolerar un sistema en el que el hostigamiento, la intimidación y la violencia de la supremacía blanca es la norma, y donde incluso una aparición fugaz de justicia es la rara excepción?
Como dijo Bob Avakian: “Vamos a lo básico: Necesitamos una revolución.Cualquier otra cosa, en última instancia, es una tontería” (de Lo BAsico 3:1).