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Ustedes se han puesto de pie, han luchado por la verdad y han puesto al descubierto la verdad de lo que este sistema le está haciendo al pueblo palestino. Han desafiado a la autoridad y han alzado la voz contra su país, mientras éste comete un gran crimen una vez más, y han picado al Genocida Joe Biden y al sistema que él representa.
Nosotros que nos hemos puesto de pie tenemos razón: Israel, con el apoyo total del armamento, dinero y servicios de inteligencia del imperialismo estadounidense, está cometiendo un genocidio horrendo en defensa de un estado de apartheid. Aquellos que lo niegan se equivocan. Ustedes tienen razón en decir que el antisionismo no es antisemitismo. Ustedes tienen razón al decir que “nunca jamás” deba decir ¡nunca jamás para todos!
Ustedes han arrancado la fachada de Estados Unidos e Israel como “defensores de la justicia y la democracia”. Por esto, el sistema —herido— está contraatacando. Esto muestra que nuestra lucha ha tocado un punto sensible. El sistema está tratando de hacer que ustedes paguen un precio por oponerse al salvaje matanza por parte de ellos contra seres humanos —incluidos más de 8.800 niños— en Gaza. Fuerzas reaccionarias, desde Biden, hasta administraciones universitarias, troles sionistas y senadores fascistas, los han calumniado a ustedes y han tratado de silenciarlos. Les han tratado de privarles de sus medios de vida, los han doxeado [divulgado públicamente sus nombres y domicilios], los han amenazado y han tratado de intimidarlos.
Las acciones represivas contra las protestas de ustedes muestran que, cuando la fachada de la democracia empiece a fallarles a ellos, ellos les caen sobre ustedes con el duro martillo de amenazas y fuerza bruta, con la dictadura que ejercen sobre millones de oprimidos en Estados Unidos y por todo el mundo. Y todo ello es aún más cierto ahora en Palestina-Israel.
Nos enfrentamos a una encrucijada. A medida que avanza el terror genocida contra Palestina, con amenazas de una guerra más amplia, éste no es un momento de calmar nuestra resistencia ante tal represión. O simplemente dedicarse a hacer la tarea o la carrera. ¡No! Ya es hora de acelerarla. De defender a todos y cada uno de los que caemos bajo ataque, pero de aún más importancia, propagar este movimiento de manera aún más amplia a otros, y hacerlo aún más audaz y militante.
Además, ya es hora examinar mucho más a fondo las causas y la solución del problema — una revolución real para derrocar este sistema.
Bob Avakian, el líder revolucionario y arquitecto del nuevo comunismo, ha escrito:
¿Por qué Biden, y básicamente el gobierno entero y la clase dominante entera de Estados Unidos, apoyan a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, a los ojos del mundo entero? No se debe al “poder del cabildo judío” — ni a que, según alguna noción ignorante, ridícula e indignante, “los judíos lo controlan todo”. Se debe al “papel especial” de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo. (de “Algunas verdades básicas sobre la guerra israelí contra Palestina con apoyo estadounidense”)
Derrocar este sistema implica hacer una revolución — una revolución real. No contentarse con unas pocas reformas que dejen este sistema en pie y en el poder, aunque ustedes le llaman “abolición” o “descolonización”.
Una revolución implica una fuerza de millones de personas, desde muchos diferentes sectores de la sociedad y organizadas para una lucha total para derrocar este sistema y reemplazarlo por un sistema económico y político radicalmente diferente y mucho mejor, un sistema socialista, que se base en satisfacer las necesidades de la gente y en llevar adelante la lucha por un mundo comunista donde por fin se ponga fin, por todas partes, a la explotación, la opresión y la destrucción del medio ambiente que están integradas en este sistema del capitalismo-imperialismo. Cualquier cosa menos que esta revolución no lidiará para nada con la raíz de todos los problemas ni conducirá hacia la verdadera solución.
Esta revolución no sólo es necesaria, es posible — y no en un futuro lejano, sino posiblemente pronto, en que es probable que las cosas se cuajen debido a las elecciones de 2024, si no antes. Aunque los gobernantes de este sistema están unidos detrás de apoyar a Israel hasta el cogote, están enfrentados unos a otros. Los feroces conflictos actuales entre los fascistas tipo MAGA [Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza] como Trump y los imperialistas criminales de guerra “de costumbre” agrupados en torno a Biden sobre la forma de gobernar este sistema no han estado tan agudos desde la Guerra Civil de la década de 1860. Los dos bandos intercambian amenazas de encarcelamiento e incluso hablan de una dictadura abierta. Si bien estos conflictos se derivan a la FORMA de gobernar este sistema, las grietas generadas por esa lucha pueden sentar las bases y la posibilidad de que “las fuerzas para la revolución la que se necesita con urgencia podrían crecer, rápidamente, desde una cantidad pequeña a miles, y luego millones, de personas, y ponerse en posición para jugárselo el todo por el todo” — con una verdadera oportunidad de ganar. (De “LA REVOLUCIÓN — Desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo con una verdadera oportunidad de ganar. Orientación estratégica y enfoque práctico”)
Existe un serio plan, estrategia, visión y dirección para esta revolución en Bob Avakian y en los revcom —las fuerzas comunistas revolucionarias— que él dirige.
Hace falta que todos aquellos que reconocen la naturaleza criminal de este sistema formen parte de esta revolución — ahora. Todos aquellos que quieran ver que por fin se quite la bota del imperio estadounidense de la espalda de la gente del mundo tienen que ser parte de despertar a sacudidas a otros no sólo ante la necesidad de la resistencia sino de esta revolución — ahora.
La revolución será difícil y requerirá sacrificios concretos. Pero veamos a Gaza, la frontera sur de Estados Unidos, los incendios forestales. ¡Piensen en las apuestas existenciales en el caso de que no dediquemos todo a nuestro alcance al trabajo para hacer esta revolución! Luego, piensen en todo lo que eso supondrá en el caso de que SÍ lo hagamos: será una verdadera oportunidad para una forma completamente nueva de vivir, y un sistema fundamentalmente diferente.
En nombre de la humanidad, necesitamos luchar con todo a nuestro alcance para detener esta horrorosa guerra contra el pueblo palestino. Y librar esa lucha como parte de preparar a la gente para hacer la revolución es ahora más urgente pero también más posible que nunca.
“Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando al mundo y determinando el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes. Y es un hecho científico que no tenemos que vivir así”.
— Bob Avakian, líder revolucionario
y arquitecto del nuevo comunismo