El miércoles 7 de octubre por la noche, el juez federal de distrito Robert Pitman bloqueó temporalmente la prohibición casi total del aborto en Texas, que estaba en vigor desde el 1º de septiembre de este año. Apenas 48 horas después, su decisión fue revocada por un tribunal superior —el Tribunal de Apelaciones del V Circuito de Estados Unidos— y la ley volvió a entrar en vigor. Cabe señalar que el juez que dictó la orden judicial podría haber bloqueado la ley de Texas con unas pocas palabras, o unas pocas cuartillas. En lugar de ello, emitió una decisión de 113 cuartillas en la que se documentan muchos argumentos, tanto la forma en que la ley de Texas priva activamente a las mujeres de su derecho al aborto, protegido por la Constitución, así como las formas en que la ley de Texas socava los principios básicos del estado de derecho. Importa que este juez lo haya hecho, pero como se indica en este artículo, importa aún más que esta lucha no se deje en manos de los tribunales o según los términos de este sistema.
Aunque el futuro de esta ley particular aún no está totalmente resuelto, ya hay una serie de lecciones importantes que extraer de esta lucha tal y como se está desarrollando actualmente.
La cruel misoginia, piedra angular del fascismo
En primer lugar, la extensa documentación del juez Pitman sobre las muchas formas en que la capacidad de las mujeres para decidir por su cuenta cuándo tener o no un hijo se está limitando drásticamente (véase el cuadro adjunto) subraya algo que Bob Avakian lleva años luchando para que la gente reconozca: el movimiento fascista cristiano, que constituye un núcleo y elemento impulsor dentro del movimiento general hacia el fascismo en Estados Unidos, va con mucha seriedad para eliminar los abortos y esto está ligado a la reafirmación violenta de las formas más crueles y abiertas de la supremacía masculina.
Como Bob Avakian (BA) dijo en un artículo que escribió en agosto de 2020, EL PATRIARCADO Y EL PATRIOTISMO —LA AGRESIVA SUPREMACÍA MASCULINA Y SUPREMACÍA PRO ESTADOUNIDENSE— EL PELIGRO Y EL RETO INMEDIATO:
[L]os fundamentalistas cristianos prestan especial atención e insisten en las partes de la tradición y las escrituras cristianas (especialmente en el Antiguo Testamento de la Biblia, pero también en el Nuevo Testamento) que promueven de forma más descarada y agresiva la sumisión y la subordinación de las esposas a sus maridos, y en general la dominación de las mujeres por los hombres.
Esto es lo que está detrás de su impulso misógino (que odia a las mujeres) para obligar a las mujeres a tener hijos en contra de su voluntad como parte de su determinación de revertir incluso los avances parciales que las mujeres han hecho en la afirmación de su derecho a controlar sus vidas y entrar en la vida pública en pie de igualdad con los hombres.
Una lucha en torno al estado de derecho
En segundo lugar, la decisión del juez Pitman revela mucho en relación al grado en que la prohibición del aborto en Texas constituye un ataque al estado de derecho tal y como ha existido en Estados Unidos durante casi 150 años.
Muchos han señalado que la Prohibición del Aborto en Texas fue redactada intencionalmente para evadir la revisión judicial. Lo hace prohibiendo que el estado ejecute la prohibición y, por lo tanto, intentando prohibir que los tribunales bloqueen la ejecución de la prohibición por parte del estado. A cambio, la ley de Texas facultaba a los ciudadanos privados a imponer la prohibición.
En contraste con la Corte Suprema, ahora con una mayoría fascista, que utilizó la peculiar forma en que se redactó esta ley para abdicar su responsabilidad de bloquearla, Pitman argumenta de forma convincente que este intento de Texas de evitar la revisión judicial hace aún más necesaria y correcta la intervención del gobierno y los tribunales federales. Como parte de su argumento de que el Departamento de Justicia y los tribunales federales tienen derecho a bloquear esta ley, examina de manera extensa la XIV Enmienda y su papel durante la Reconstrucción (el periodo que siguió a la Guerra Civil en el que algunos derechos no sólo se concedieron a los antiguos esclavos, sino que los protegió el gobierno federal, hasta que esto se revirtió en 1877). Pitman muestra la manera en que fue precisamente la necesidad de proteger los derechos de los negros que los estados se negaban a proteger durante esta época lo que dio origen al Departamento de Justicia en primer lugar:
La historia de la Reconstrucción está poblada de ejemplos de estados que no protegieron los derechos constitucionales de sus ciudadanos. Véase, por ejemplo, McDonald contra Municipio de Chicago, Illinois, 561 U.S. [Código de Estados Unidos] 742, 857 (2010) (Thomas, J., concurrente) (que da un cronología de la historia de los linchamientos de personas negras después de la Guerra Civil); Briscoe contra LaHue, 460 U.S. 325, 337 (1983) (“No castigaron ultrajes del Klan [Ku Klux Klan] —incendios premeditados, robos, latigazos, tiroteos, asesinatos y otras formas de violencia e intimidación... porque los integrantes y simpatizantes del Klan controlaban o influenciaban la administración de la justicia penal estatal”.); Strauder contra el Estado de Virginia del Oeste, 100 U.S. 303, 310 (1879) (“[L]a ley de Virginia del Oeste, que discrimina en la selección de los jurados, como lo hace, en contra de los negros debido a su color, equivale a una negación de la protección igualitaria de las leyes para un hombre de color cuando fue juzgado por un supuesto delito contra el Estado....”). Esta abdicación del deber condujo a la ratificación de la Decimocuarta Enmienda, un intento de utilizar el poder federal y la aplicación afirmativa de la ley federal para proteger a los individuos abandonados, si no perseguidos, por los estados. De hecho, el propio Departamento de Justicia se creó en este mismo periodo para servir a estos mismos fines. Por lo tanto, el poder de presentar una demanda para poder reivindicar los derechos constitucionales de los ciudadanos contra los estados que los infringieran va al núcleo del mandato del Departamento de Justicia, y la esencia de la Decimocuarta Enmienda.
Se avecina una resolución radical: ¿será reaccionaria o será revolucionaria?
En su artículo ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE — POR QUÉ ES ASÍ, Y CÓMO APROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD POCO COMÚN, Bob Avakian escribe:
Estas divisiones entre los poderes gobernantes, y en la sociedad en general, no pueden resolverse dentro del marco que ha existido, y que ha mantenido las cosas unidas, durante casi 150 años, desde poco después del final de la Guerra Civil que llevó a la abolición de la esclavitud; no pueden resolverse sobre la base de la “democracia” capitalista que ha sido el medio “normal” de gobierno capitalista (dictadura) durante tanto tiempo.
Algo radicalmente diferente va a reemplazar el marco que ha existido durante todo este tiempo, y como la “Declaración y Llamamiento” señala agudamente
la crisis y las profundas divisiones de la sociedad ahora sólo pueden resolverse con medios radicales, de un tipo u otro, ya sea con medios radicalmente reaccionarios, asesinos opresivos y destructivos, o con medios revolucionarios radicalmente emancipadores.
La actual batalla en los tribunales sobre la suerte de la Prohibición del Aborto en Texas (SB8), que incluye una lucha abierta sobre si todavía son de aplicación los principios básicos del estado de derecho establecidos a raíz de la Guerra Civil, es una importante manifestación de esto.
El hecho de que se haya aprobado en primer lugar una ley que viola tan flagrantemente los derechos más fundamentales de la mitad de la humanidad y además que violenta tanto los aspectos fundamentales del estado de derecho... que la Corte Suprema haya permitido que esta ley entrara en vigor... y que toda esta nueva argumentación del juez Pitman haya sido, hasta ahora, desestimada por los tribunales superiores, sólo subraya la gravedad de la reconfiguración fascista de la sociedad, y subraya otra poderosa verdad señalada por BA:
Si esta batalla se mantiene en los términos de este sistema, no sólo habrá consecuencias horribles en general, sino que esto podría conducir muy probablemente a un triunfo de los fascistas republicanos, lo que acentuaría y aceleraría el desastre que se avecina, para la humanidad en su conjunto.
Como comenté anteriormente, se necesitan urgentemente dos cosas:
Hay que convocar a la indignación de millones de personas y movilizarla para DETENER este asalto al derecho al aborto y todo lo que concentra. Hay que trazar una línea. Los artistas, los académicos, los escritores, los médicos y todos los que tengan una plataforma pública deberían utilizarla no sólo para denunciar este asalto a la vida de la mitad de la humanidad, sino para llamar a la gente a salir a las calles para hacer “buenos problemas”. Todos los que recuerdan los nefandos días previos a Roe deberían estar hablando y advirtiendo de lo que eso significó. Los estudiantes, alumnos y jóvenes tienen que estar tomándose las calles, junto con otras personas de todas las edades, negándose implacablemente (no sólo una vez, simbólicamente) a que esto se lleve a cabo.
Al mismo tiempo, y de aún más importancia, las personas de todos los ámbitos de la vida las que esta situación y otros choques que están brotando por toda la sociedad están sacudiendo, tienen que explorar seriamente por qué es necesaria una revolución, qué supone esta revolución y qué tipo de sociedad se propone. Miles de personas ahora, y millones de personas pronto, tienen que levantar la vista y organizarse activamente en la revolución que se necesita, y que es inminentemente posible, especialmente a medida que la sociedad se está desgarrando cada vez más, para llevar a la humanidad a una época mucho mejor, a un mundo que de veras esté libre de la supremacía blanca, el patriarcado y la explotación de todo tipo.
Las siguientes palabras de proveedores de aborto que se citan y se estiman creíbles en la decisión del juez Robert Pitman de bloquear la ley SB8 (la prohibición del aborto en Texas) revelan hasta qué extremo hoy se está privando a las mujeres de su derecho más fundamental de controlar su propia reproducción o si no, ser obligadas a recurrir a medidas extremas y onerosas para acceder a este derecho:
** “Una paciente de Texas había planeado su embarazo pero hace poco se enteró de que el feto tenía una anomalía incompatible con la vida. Su médico en Texas le dijo que no había ninguna excepción en la S.B. 8 para sus circunstancias, y que sus únicas opciones eran llevar a término el embarazo y que el feto muriera después de nacer, o salir del estado para recibir la atención necesaria para interrumpir el embarazo. Es comprensible que ella se sintiera apesadumbrada al tener que hacer frente a esta carga añadida. Nuestra paciente no quiere incurrir el trauma de verse obligada a llevar el embarazo a término, y espera superar esta pérdida para seguir planeando su familia. Ante esta desgarradora ‘opción’, ella decidió emprender el largo viaje a Colorado para buscar atención fuera del estado”.
** “En promedio, las pacientes de Texas que hemos atendido desde que la S.B. 8 entró en vigor han viajado aproximadamente 1.000 km (en un solo sentido) para acceder a un aborto fuera del estado”. '(Ibíd. en 4). Además', “para las pacientes que sufren violencia de pareja íntima, buscar un aborto fuera del estado plantea numerosos desafíos. Por ejemplo, una paciente nos dijo que está tratando de salir discretamente de Texas sin que su esposo se entere porque él es abusivo y ella no quiere llevar este embarazo a término. Le ha dicho a nuestro personal que está desesperada, y que está haciendo esfuerzos extraordinarios por reunir los fondos (incluso con la venta de artículos personales) para poder cubrir los gastos adicionales de un viaje fuera del estado, pero está muy preocupada de que su esposo se entere dada toda la planeación logística que está haciendo”. '(Ibíd.)'.
** “También traté a una paciente de Texas que encontró a alguien que la llevara a Tulsa, Oklahoma, para su cita, pero el viaje tardó más de lo esperado y llegaron muy tarde para que pudiera abortar ese día. Conseguimos acomodarla en el horario de Oklahoma City para el día siguiente, pero tuvo que buscar un hotel en Oklahoma para pasar la noche y conseguir ayuda para poder pagar el hotel. Desgraciadamente, su transporte no podía pasar la noche en Oklahoma, así que también tuvo que encontrar ayuda para llegar a Oklahoma City desde Tulsa, y luego tuvimos que ayudarla para pagar el autobús para volver a Texas. Sólo había un autobús que podía tomar, así que tuvimos que hacer que entrara y saliera de la clínica de abortos con tiempo suficiente para llegar a la terminal de autobuses.... Y aunque vamos a tomar medidas extraordinarias para acomodar a los pacientes debido a la S.B. 8, esta no es una forma sostenible de operar nuestros centros de salud”.
** “También sé que estamos atendiendo a solamente una fracción de las personas en Texas que buscan aborto, y que algunas encuentran atención en otros estados y otras que simplemente no pueden viajar fuera del estado o tienen miedo de hacerlo. Me temo que muchas personas, especialmente las que tienen menos recursos, no podrán obtener ningún tipo de atención abortiva sana y buscarán interrumpir sus embarazos por sí mismas fuera del sistema médico, o serán obligadas a llevar a término embarazos no deseados. El aborto es uno de los procedimientos médicos más seguros y sanos, pero al obligar a las pacientes a recorrer largas distancias y a retrasar probablemente sus procedimientos, Texas está poniendo en peligro a sus ciudadanos. No sólo no existe base médica alguna para esta prohibición, sino que ya está infligiendo graves penurias y traumas a pacientes que están tomando decisiones muy personales que son adecuadas para sí mismas y sus familias”.