Hace poco asistí a un evento en el que un escritor progresista popular hablaba para llegar a los asistentes con esta revolución. Yo planeaba hablar desde el público, abordando el contenido que se estaba discutiendo y luchando para que la revolución impactara toda la escena. Esto no fue posible, pero además de otras conversaciones que tuve, busqué a un escritor importante y reflexivo. Tuvimos un intercambio relativamente corto pero intenso y sustancial que quiero compartir con los lectores de revcom.
Me presenté y dijo que tenía cierta familiaridad con el líder revolucionario Bob Avakian (BA) y que había leído algunos de sus obras a lo largo de los años. Le pregunté si había visto el análisis reciente de Bob Avakian: de que los gobernantes de este sistema están más divididos que desde la Guerra Civil, y esto hace más posible la revolución que necesitamos. Reconocí que las fuerzas revolucionarias en este momento son demasiado pequeñas, que es en lo que estamos trabajando urgentemente para transformar. Le di Somos los Revcom y la Declaración, Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente. Me agradeció los materiales y dijo que realmente podía ver lo que estaba diciendo. Hizo referencia al libro de China Miéville sobre la Revolución Rusa, “Octubre”. Del libro extrajo que en el momento en que el Zar se apoyaba en las fuerzas reaccionarias más brutales, en realidad era un reflejo de la debilidad subyacente y las divisiones entre los gobernantes. Yo había leído el libro y dije que estaba de acuerdo; sin embargo, si no hubiera sido por el papel singular que jugó Lenin —de mantener su vista enfocada con láser en la toma del poder y capaz de trazar las líneas divisorias a cada momento de acuerdo con lo que se necesitaba para esa toma del poder— pues, no hubiera habido ninguna Revolución Rusa. Lo pensó y dijo: “Sí, eso es verdad”.
Continué: Hoy Bob Avakian juega el papel que jugó Lenin en ese entonces. Al mismo tiempo, Avakian ha aprendido de las deficiencias secundarias de Lenin y ha roto con cualquier idea de que el fin justifica los medios. Él respondió simplemente: “Vale, ese es un punto interesante”. Sostuve que ahora es el momento de abordar urgentemente todo esto y hablar más con nosotros. También le hablé de las Entrevistas que se hicieron el año pasado en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! con BA. Me dio su tarjeta para enviarle los enlaces y, aunque dijo que se iba de la ciudad en ese momento, sí quiere conversar.
Este es sólo un pequeño ejemplo de las muchas, muchas maneras en que necesitamos desarrollar una lucha aguda para que las personas en toda la sociedad (en los vecindarios, los campus universitarios, las escenas intelectuales y culturales) aborden con seriedad y contenido todo el nuevo comunismo que BA ha desarrollado, y que ellas mismas sean parte de difundirlo.