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Una escalada horrorosa y totalmente innecesaria del hambre en el mundo

No existe ningún “derecho de comer” bajo este sistema — ¡La humanidad necesita una revolución, y nada menos!

Malnourished two-year-old in Somalia where worst drought in decades has contributed to more than 450 deaths this year so far. 

 

Niño de dos años desnutrido en Somalia, donde la peor sequía en décadas ha contribuido a más de 450 muertes en lo que va del año.    Foto: AP

Nota de la redacción: En su análisis de por qué el sistema del capitalismo-imperialismo se opone fundamentalmente a los intereses de la humanidad, por qué no es posible reformarlo y que hay que derrocarlo mediante la revolución, Bob Avakian ha citado un ejemplo muy agudo: En el capitalismo no existe ningún “derecho de comer”.

Esta observación penetrante se confirma todos los días en las estadísticas del hambre en el mundo y la “inseguridad alimentaria”, es decir, cuando la gente no tiene suficiente para comer y millones de niños padecen retraso en el crecimiento debido a la mala nutrición, una constante de la vida en los países del tercer mundo, y también en sectores de la población en los propios países imperialistas.

No obstante, por muy mala que sea la situación “normalmente”, ¡el mundo se enfrenta ahora, desde los últimos seis meses, a una emergencia alimentaria aún más crítica!

En diciembre, había 1.200 millones de personas que se enfrentaban a la “inseguridad alimentaria”. Hoy hay 1.600 millones.

En diciembre, había 39 millones de personas “al borde de la hambruna”, es decir, que se enfrentaban a una inminente hambruna. Hoy hay 49 millones1.

Piénselo por un segundo: 10 millones de personas más que se enfrentan a una inminente hambruna, la población de toda una gran ciudad en el mundo actual.

El sistema mundial de producción y distribución de alimentos ha sido trastornado en los últimos meses, lo que ha provocado un aumento masivo de los precios de los alimentos. Las crisis y los impactos del COVID-19 y del cambio climático se intensifican: las devastadoras olas de calor en la India y las inundaciones en China son tan sólo dos ejemplos de la manera en que el calentamiento global está amenazando cada vez más al suministro mundial de alimentos. Y ahora, la guerra brutalmente destructiva entre Rusia y Ucrania, azuzada por Estados Unidos y otras potencias occidentales. Todo esto ha provocado una dislocación masiva y la interrupción de la producción y distribución de bienes básicos en la economía mundial, incluido el suministro de cereales. Rusia y Ucrania son importantes productores de trigo y proveedores a los países del tercer mundo. Estados Unidos, en su afán bélico con Rusia, tiene el descaro imperialista de coaccionar a los países africanos que dependen de estos suministros de cereales para que no compren el grano “robado” a Rusia, ¡así que es mejor que la gente se muera de hambre para servir a los objetivos imperialistas de Estados Unidos en su conflicto con Rusia!

Todos estos factores están entrelazados en el sistema capitalista-imperialista e impulsados por dicho sistema, el que domina el planeta y la vida de los miles de millones de personas que viven en él. Vea aquí, aquí y aquí para saber más sobre el porqué, el cómo y lo que hay que hacer. Se trata de un sistema organizado en torno a la acumulación de ganancias y a la competencia anárquica entre bloques de capital que se compiten entre sí, incluidos los estados-nación burgueses, y NO sobre la base de satisfacer las necesidades comunes de la humanidad. En consecuencia, no se trata de un problema de poca producción de alimentos, sino de que los alimentos son demasiado “caros” para que cientos y cientos de millones de personas puedan obtenerlos.

En este contexto del aumento espeluznante del hambre en el mundo, citamos a continuación de un artículo de revcom.us de 2016 que habla de lo que significa y de por qué no existe ningún “derecho de comer” bajo este sistema:

Bob Avakian ha señalado:

Un ejemplo que he citado anteriormente… es la cuestión del “derecho de comer”. O sea, por qué en realidad, en este sistema, no existe ningún “derecho de comer”. Bueno, la gente puede proclamar el “derecho de comer”, pero no existe tal derecho dentro del funcionamiento de este sistema. En realidad no se puede ejercer eso como un derecho, dada la dinámica del capitalismo y la manera en la cual crea desempleo, como últimamente se nos ha demostrado de manera muy dramática. Crea y mantiene empobrecimiento en masa. (En cierta medida, si bien en los países imperialistas existe un nivel importante de pobreza, en cierta medida el nivel de parasitismo ahí lo ha contrarrestado y disfrazado; el imperialismo “se ceba de” la extrema explotación de la gente del tercer mundo en particular, y una parte del “botín” de esta “se filtra” de formas importantes a las capas medias en especial. Pero viendo el mundo en su conjunto, el capitalismo crea y mantiene muchísima pobreza).

Muchísimas personas no pueden encontrar lo suficiente para comer ni pueden comer de una manera que les permite estar sanas — y en general no pueden mantener las condiciones que les permiten estar sanas. Así que hasta en el caso de algo tan básico como “el derecho de comer”, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo. Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo “tenemos un derecho más fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular capital —tenemos el derecho a comer”— y si la gente empezara a llevarse la comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo ha hecho: “saqueadores, mátenlos en la calle”.
Lo BAsico 1:20

En realidad, se producen suficientes alimentos en el mundo para alimentar a todo el mundo. Sin embargo, unas 21.000 personas mueren cada día de hambre o de causas relacionadas con el hambre, la mayoría niños. En 2013, hubo 161 millones de niños menores de cinco años cuyo crecimiento había sido impedido debido a la desnutrición. En los últimos dos años, 795 millones de personas, o uno de cada nueve personas que viven en este planeta, sufrió la desnutrición crónica.

Así que imagínese si la gente que padece de hambre tomase en serio las palabras de este tribunal italiano. ¿Qué pasaría si muchas personas simplemente fueran una noche al supermercado y se llevaran lo que necesitaran para que sus hijos tengan una cena saludable? ¿Y si no lo fuese por sólo una noche, sino durante todo un mes? ¿Qué pasaría con esas tiendas? ¿Y qué pasaría si esto se hiciera, no sólo en una ciudad, sino en todo el mundo?

Bueno, para consumar este experimento pensado tenemos que considerar cómo los alimentos llegan a las tiendas en primer lugar. Como ha explicado Bob Avakian, para producir algo bajo el capitalismo, incluso para las necesidades sociales como los alimentos, la ropa y el refugio, tiene que realizarse una “conversión previa en capital”. ¿Qué quiere decir eso? Hay que invertir dinero de modo que resulte en que la inversión se convierta en capital. Por ejemplo, si un capitalista particular quiere hacer pan para vender, tiene que conseguir dinero (tal vez de un préstamo bancario) e invertirlo en las materias primas de que compone el pan, como la harina, el azúcar, el aceite, etc. Tiene que invertir en la construcción de la fábrica, los hornos, los materiales de empaque, los camiones para el transporte. Y lo más importante, si él no lo hace todo él mismo, tiene que contratar a los trabajadores — tiene que invertir en la compra, el control y el uso de la fuerza de trabajo (de las personas cuyo trabajo aporta un valor añadido a todo esto). El capitalista no está motivado principalmente por la alimentación de los hambrientos, sino por la necesidad objetiva de obtener beneficio y acumular más capital. Tiene que mantenerse a flote, al mismo tiempo que compite con muchos otros capitalistas que asimismo producen el pan y tratan de acumular más ganancias a través de obtener una mayor participación en el mercado. Estas son las dinámicas que impulsan este sistema, a las cuales los propios capitalistas están sujetos.

Entonces, ¿qué ocurre si en lugar de la venta del pan, la gente que padece de hambre “ejerciera” un “derecho a comer” y simplemente lo tomara? El capitalista no obtendría beneficio y, posiblemente, ni siquiera recuperaría la inversión inicial para hacer el pan. Y si esto sigue ocurriendo, no va a poder pagar los préstamos al banco, no dispondrá de fondos para una mayor inversión para producir más pan, no podrá pagar su alquiler o el salario a sus trabajadores. Se irá a la quiebra. Y si la gente hambrienta entra en las tiendas y toma el pan y otros alimentos sin pagar, no sólo un día y no sólo en una ciudad o país, pues los supermercados irán a la quiebra, los productores de alimentos irán a la quiebra, y una parte muy básica de la economía capitalista (la producción de alimentos) comenzará a desmoronarse, afectando drásticamente todo el sistema capitalista.

Ya hay suficientes alimentos producidos para proporcionarles a todos en el planeta una dieta saludable. La única razón por la cual la gente pasa hambre y muere de hambre es este modo de producción capitalista.

Por el contrario, una sociedad socialista tiene una economía radicalmente diferente, libre de las limitaciones de tener que producir todo a través de la conversión previa en capital. Pretende principalmente satisfacer las necesidades sociales de todo el pueblo, de acuerdo con el objetivo de eliminar todas las relaciones de explotación y emancipar a toda la humanidad, y como parte de ese objetivo. Esto no quiere decir que no habría la necesidad de encontrar la manera de hacerlo sin saquear el planeta y la manera de reformular sustancialmente cómo se lleve a cabo la agricultura con fines de alimentar a todo el mundo. Tampoco significa que no se le prestaría atención a concebir los ajustes necesarios en otras partes de la economía, para que la gente realmente TENGA este derecho — para que las necesidades de la vida estén disponibles para todos. Pero sí se podría hacerlo — y todo esto no sólo se ha esbozado sino que elaborado con profundidad en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Bob Avakian: ¿Y si el mundo no tiene que ser así?, vídeo en inglés.

Así que piense de nuevo en esas 21.000 personas que van a morir hoy de hambre o causas relacionadas. Piense de nuevo sobre el hecho de que la mayoría de éstos son niños. Piense de nuevo en los 161 millones de niños cuyo crecimiento será impedido a causa de la desnutrición — visualice a sólo uno de ellos que se acuesta con hambre esta noche. Entonces piense sobre el hecho de que la única cosa que causa esto es este sistema, el cual podría ser erradicado mediante la revolución comunista.

¿Qué va a hacer usted?

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NOTAS:

1. Cifras de Gro Intelligence citadas en “How Bad Is the Global Food Crisis Going to Get?”, David Wallace-Wells, New York Times, 12 de junio de 2022. [volver]

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Bob Avakian (BA), líder revolucionario y autor del nuevo comunismo, ha desarrollado una estrategia para hacer los preparativos para la revolución y para hacerla. Ha analizado científicamente que el presente es un momento poco común en el que una revolución real se ha vuelto más posible, y ha expuesto la visión panorámica, la base sólida y el plano concreto para “lo que sigue” en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

El sitio web revcom.us sigue y aplica esa dirección y es esencial para todo esto. Posteamos nuevos materiales de BA y seleccionamos el conjunto de su obra. Aplicamos la ciencia que él ha desarrollado para analizar y poner al descubierto cada acontecimiento clave en la sociedad, cada semana. Revcom.us postea la dirección oportuna de BA para los revcom (comunistas revolucionarios), incluidos sus despachos en las redes sociales que desglosan esto para la gente cada semana y a veces con más frecuencia. Actuamos como un eje que guía y conecta para el creciente movimiento revcom a nivel nacional: no sólo muestra lo que se está haciendo, sino aborda lo que está bien y lo que está mal y aprende rápidamente — y recluta gente nueva para lo que tiene que ser una fuerza en rápido crecimiento.

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