La mayoría de las familias a las que se les ordenó evacuar Deir el-Balah ya habían sido desplazadas anteriormente, dice corresponsal de AJE (audio en inglés).
El 29 de agosto, Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaron que Israel había acordado una “pausa” de tres días en el centro de Gaza para permitir que las agencias de ayuda vacunaran a los niños contra un brote de polio potencialmente mortífero y definitivamente terrible. Ese brote es el producto directo de la destrucción consciente por parte de Israel de los sistemas de agua, electricidad, transporte y alcantarillado de Gaza.
Al cierre de edición, se desconoce el impacto concreto de una pausa para permitir que las agencias de ayuda distribuyan vacunas contra la polio, si es que lo hubo. Las “pausas” anteriores, que tuvieron lugar al comienzo de la masacre por parte de Israel en Gaza, antes de que se destruyera gran parte de la infraestructura, antes de que decenas de miles de personas murieran por las bombas israelíes, antes de que miles y miles de niños quedaran huérfanos, antes de que el sistema hospitalario fuera destruido por las bombas, los tanques y los francotiradores israelíes… tuvieron poco o ningún impacto en la capacidad de supervivencia de la gente.
El 30 de agosto, dos días antes de que entrara en vigor la “pausa” para permitir las vacunaciones, Israel se atribuyó un ataque en el que, según el New York Times, “las fuerzas israelíes atacaron parte de un convoy de ayuda en Gaza, matando a cuatro personas, según Anera, una organización sin fines de lucro estadounidense que organizó los camiones. El convoy transportaba alimentos y combustible a un hospital dirigido por los Emiratos en el sur de Gaza y se había coordinado de antemano con las autoridades israelíes, dijo la organización sin fines de lucro en un comunicado”. El ejército israelí justificó el asesinato de los trabajadores humanitarios y el ataque a un convoy que se dirigía a un hospital con alimentos y combustible porque, según dijeron, “individuos armados” se habían unido a uno de los vehículos del convoy.
En la anarquía y el caos creados por Israel en Gaza, todos los convoyes de ayuda están acompañados por personal de seguridad armado. Por eso, la “explicación” de Israel fue, en esencia, un anuncio público de que todos los convoyes de ayuda son blanco de ataques y asesinatos israelíes.
La guerra genocida de Israel creó las condiciones para el brote mortífero de polio
Una víctima de la polio es Abdel-Rahman Abu El-Jedian, de 10 meses de edad. Lo ha paralizado parcialmente una cepa mutada del virus de la polio que ha propagado a través de los arroyos de desechos humanos acumulados cerca de los que viven gente expulsada de sus hogares y en los que juegan los niños.
Neveen Abu El Jidyan, la madre de Abdel-Rahman Abu El-Jedian, dijo a CBS News: “No le hemos dado ningún tratamiento. Vivimos en una tienda de campaña y no hay medicamentos”. Abdul Rahman se estaba desarrollando normalmente y casi caminaba, dijo El Jidyan, cuando comenzó a vomitar y tener fiebre.
“Lo llevé al hospital y me dijeron que no podían hacer nada. Conocen su estado, pero no hay tratamiento”, dijo a CBS News. “Cuando el virus lo atacó, cambió de la noche a la mañana”. Ella culpó del brote de polio a “nuestras condiciones de vida. No tenemos agua potable ni alimentos limpios. Vivimos en una tienda de campaña y aquí nada está limpio”.
Neveen Abu El Jidyan y sus 10 hijos, entre ellos uno infectado de polio, fueron obligados a abandonar su hogar en el norte de Gaza para vivir en una tienda de campaña en Deir el-Balah, en el centro de Gaza. Al menos 100.000 personas han sido obligadas a refugiarse en lo que Israel llama una “zona segura”, que ocupa sólo 16 millas cuadradas o 41 kilómetros cuadrados, alrededor del 11 por ciento de la Franja de Gaza, según informó la ONU esta semana. No dispone de servicios para alimentar a la gente, proporcionar refugio, saneamiento ni atención sanitaria.
El surgimiento de la polio y el peligro de una epidemia son un resultado directo de esas condiciones. Los desechos humanos de gente que, antes del 7 de octubre, recibía la vacuna contra la polio, llenan pozos abiertos y arroyos que fluyen a través de los infernales campamentos de muerte como Deir el-Balah, adonde los palestinos de Gaza han sido empujados por las bombas, los obuses y la destrucción israelíes. La concentración del virus de la polio en esos arroyos y en los montones de desechos humanos es tal que los niños, que no tienen adónde ir, y mucho menos jugar, y que terminan vadeando esos arroyos, están expuestos a niveles de virus de la polio suficientes para infectarlos.