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Crimen Yanqui Caso #25: Los campos de muerte de la ‘neo esclavitud’ en Sugar Land, Texas: 1878-1911

Bob Avakian escribe que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver "3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor").

En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.

La lista completa de los artículos de la serie Crimen Yanqui

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EL CRIMEN

A principios de 2018, en Sugar Land, Texas, un suburbio a unos 32 kilómetros de Houston que está creciendo rápidamente, un equipo de construcción encontró accidentalmente 95 sepulcros poco profundos. Los 94 hombres y una mujer eran entre 14 y 70 años cuando murieron. En el sitio también encontraron herramientas agrícolas y cadenas oxidadas, incluso cadenas con eslabones como las que se usaban en las cuadrillas de engrillados1. Los cadáveres habían sido enterrados hace 100 años en ataúdes de pino a solo 65 a 160 centímetros bajo tierra2. Este hallazgo accidental nos ha revelado algo de su dolorosa historia, así como un horripilante capítulo de la repugnante historia del tratamiento del pueblo negro en Estados Unidos.

Los arqueólogos que han empezado a indagar en el sitio datan a los cuerpos entre los años 1878-1911. Los esqueletos tenían huellas de horrorosas heridas, infecciones de huesos, “envenenamiento por grilletes” (cuando la piel roza con grilletes de metal oxidado causando infecciones mortíferas], fracturas de huesos sanadas y “huesos deformados por trabajo duro y músculos arrancados del esqueleto”, según el New York Times3. Muchos de los huesos desenterrados estaban deformados de las mismas maneras, indicando que soportaron el estrés de trabajo increíblemente arduo.

Los restos pertenecían a presos —presos alquilados— forzados a trabajar esencialmente en la esclavitud para la compañía Imperial Sugar en Sugar Land, en ese entonces la mayor productora de azúcar de Estados Unidos. Es posible que unos habían sido esclavos anteriormente. ¿A estos seres humanos los habían trabajado hasta la muerte para luego depositarlos sin ceremonias?

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Niños presos alquilados para trabajos forzados, 1903. Crédito: John L. Spivak, Biblioteca del Congreso, División de Reproducciones y Fotógrafos, Colección de la Detroit Publishing Company Collection, dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=65943203.

El azúcar y la esclavitud

La producción de azúcar por mano de obra esclava empezó en 1452 cerca de la costa de África. Para 1600, la mano de obra esclava estaba produciendo azúcar en plantaciones de Brasil, y para 1803, después de la Compra de Luisiana, la producción de azúcar por mano de obra esclava comenzó a extenderse por Estados Unidos4.

Para 1850, la producción de azúcar representó un tercio de las economías de las principales potencias europeas5. Esta industria también llegó a conocerse como “el matadero de la trata de esclavos transatlántica al matar a más personas más rápidamente que cualquier otro tipo de agricultura”, escribió Brent Staples en el New York Times6. El historiador David Eltis ha calculado que aproximadamente “el 70% de los más o menos 12 millones de cautivos” de África fueron llevados a las colonias azucareras en el Caribe, América del Sur y los estados estadounidenses como Texas, Florida y Luisiana (donde “el promedio de vida de un trabajador en un central azucarero era solo de 7 años…”]7. Para la década de los 1850, la industria azucarera se convirtió en la mayor industria en la región del río Brazos en el sudeste de Texas, donde se estableció Sugar Land, y donde se ganó el nombre del “tazón de azúcar de Texas” — o el “infierno del Brazos”. La industria azucarera de Estados Unidos dependía de la esclavitud para sus ganancias, y el fin de la esclavitud amenazó a toda la industria.

La “neoesclavitud” o la esclavitud con otro nombre

La esclavitud se acabó formalmente en 1865, salvo para los presos bajo la Decimotercera Enmienda. En 1865 y 1866, justo después de la Guerra Civil de Estados Unidos, todos los estados sureños adoptaron leyes (los “códigos negros”) bajo las cuales arrestaban a personas negras, especialmente a los jóvenes, en redadas o individualmente bajo cargos falsificados o infracciones menores como holgazanear, violar el toque de queda, vender productos agrícolas por la noche, coquetear con mujeres blancas, apostar, tomar o vagar (esta última quería decir no poder comprobar que uno tenía trabajo]. Con el fin de la Reconstrucción en 1877, los exdueños de esclavos y los capitalistas del sur de Estados Unidos se aprovecharon rápidamente de estas leyes para instituir un sistema de alquilar la mano de obra de presos que literalmente regresó a la exclavitud a decenas de miles de personas negras.

Los cañaverales de Texas eran rentables porque dependían de la mano de obra de esclavos. La abolición de la esclavitud aplastó la industria, pero el sistema de alquilar presos la resucitó en una forma que legítimamente se puede ver como más perniciosa que la esclavitud propia: El dueño de esclavos tenía por lo menos un interés nominal en mantener vivas a las personas que le pertenecían y en las que tenía un interés económico.

Por contraste, si un preso alquilado moriera en pleno campo, el gerente que tenía un contrato con la prisión por cierta cantidad de presos podría exigir otro preso para reemplazarlo. Aparte de eso… las condiciones de trabajo en las plantaciones en el condado de Fort Bend, donde encontraron a los muertos de Sugar Land, eran iguales o peores que las plantaciones esclavistas…. 

—Brent Staples, “A Fate Worse Than Slavery Is Unearthed” [Se desentierra una suerte peor que la esclavitud], New York Times, 27 de octubre de 20188

Según “Hell-Hole On The Brazos: A Historic Resources Study Of Central State Farm, Fort Bend County, Texas” [El infierno en el Brazos: Un estudio de recursos históricos de la Granja Estatal Central en el condado de Fort Bend, Texas], en 1875 Edward Hall Cunningham y Littleberry Ellis, exdueños de esclavos y exoficiales del ejército de la Confederación en la Guerra Civil, forjaron una asociación para unir sus plantaciones. Y fueron ellos los que iniciaron el sistema de alquilar presos y se convirtieron en los mayores productores de azúcar tras firmar un contrato de 5 años para alquilar a la población entera de presos en Texas9.

“En 1878, Cunningham y Ellis obtuvieron un contrato de 5 años del estado para alquilar el sistema penitenciario en su totalidad y poner a los presos a trabajar en sus cañavarales”, determinó la investigadora Amy Dase. “Para 1882, más de un tercio de los internos del estado, unos 800 presos, trabajaban en 12 de las 18 plantaciones de azúcar en Texas bajo el contrato de Ellis y Cunningham. En cierto momento, las propiedades combinadas de Ellis y Cunningham tenían una fuerza laboral de más de 500 presos”10.

Aun cuando se anuló esta asociación entre Ellis y Cunningham y la plantación pasó a otras manos, el sistema de alquilar presos continuó a medida que el pueblo de Sugar Land (nombrado por la Compañía Imperial Sugar) llegó a ser un pueblo dominado por la compañía al comenzar el siglo 20, y en 1959 fue constituido como ciudad.

Los presos alquilados trabajaban vestidos en trapos rayados de pantalones cortos en los cañaverales, en pantanos infestados de mosquitos y llenos de caimanes y otros peligros, levantando ramos de caña a los vagones jalados por mulas rumbo a los centrales azucareros. Un autor señaló que “morían como moscas en las epidemias periódicas de fiebres”11 .

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Presos alquilados desenbarcan caña en el central azucarero de la Compañía Imperial Sugar, cerca de 1900. Crédito: Sugar Land Heritage Foundation

Los estados sureños emplearon el alquilar de presos durante toda la era de la segregación Jim Crow, y, por lo general, en ese entonces el 90% de los presos del sistema de alquilar presos eran hombres negros jóvenes (el 60% de la población de presos en Texas)12. Se calcula que en Texas entre 1866 y 1912, murieron más de 3.500 presos, principalmente los alquilados para el trabajo forzado. Cuando moría un preso, las compañías simplemente acudían a las autoridades carcelarias y les decían: “nos deben otro preso”13. El historiador Robert Perkinson calculó que en el Sur más personas negras murieron como resultado del sistema de alquilar presos que de linchamientos en el mismo período de tiempo14.

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Una excavación en un sitio de construcción desenterró 95 cadáveres de presos alquilados para trabajar en la Compañía Imperial Sugar. (Foto: Houston Chronicle)

El contrato de Cunningham y Ellis duró 5 años (1878-1883). En 1909, el estado de Texas abrió la Granja Penal Estatal Imperial en el mismo sitio donde había operado la Compañía Imperial Sugar. Esta fue la primera granja penal propiedad del estado de Texas. Si bien el nombre y la propiedad cambiaron, los presos seguían haciendo el trabajo forzado en condiciones que se asemejaban a la esclavitud.

Las condiciones de trabajo en los cañaverales eran horrorosas. A menudo tenían que cortar caña hasta “caer muertos en el acto”. Muchos padecían de golpes de calor, cortaduras causadas al cortar cañas de más de 3 metros de altura con filosos machetes de 40 a 45 centímetros, epidemias causadas por mosquitos, frecuentes palizas, y absolutamente nada de cuidado médico, lo que resultó en una alta tasa de mortalidad. En Sugar Land, hasta menores de 14 años murieron trabajando.

Bill Mills, un preso (blanco) que cumplió una pena de 25 años, cinco de ellos en la Granja Penal Imperial, recuerda:

La vida humana no tenía valor… “En esos 5 años vi más crueldad y tratamiento inhumano que en los otros 20 años en prisión”. Los presos sufrían constantemente palizas con un bate que tenía “tiras de cuero de 65 centímetros de largo sujetadas seguramente a un mango de madera”. Mills recuerda que a un preso acusado por primera vez por una infracción menor le meterían en una celda oscura desde la noche del sábado hasta la madrugada del lunes (36 horas) con hasta otros ocho hombres, en un “cuarto de unos tres metros pies de largo, dos de ancho y dos de alto. Sin colchones”, ni ropa “excepto una bata”, y nada que comer excepto “una taza de agua y un solo trozo de pan de maíz los domingos a mediodía”. Por una segunda infracción, al preso lo levantaban para colgar de los grilletes en las muñecas por 3 a 4 horas según… “si se desmayó” 15.

El autor Douglas Blackmon plantea que “…la verdad es que desde principios del siglo 20 en el Sur había surgido una nueva forma de trabajo forzado para cientos de miles de personas, la que aterraba a cientos de miles más, y la que yo llamo la ‘neoesclavitud’; y debemos llamarla por la que era, la época de la neoesclavitud”16. Y agrega que “No hay ningún otro lugar en Estados Unidos que evidencia esto de una manera más contundente que Sugar Land”.

La ciudad de Sugar Land, Texas, y el gerente municipal Allen Bogard alegaron que Imperial Sugar y su sistema del alquilar la mano de obra de presos no tenía nada que ver con el desarrollo de su ciudad: “La historia de nuestra ciudad empezó hace 50 años. La Compañía Imperial Sugar, obviamente, desempeñó un papel importante en nuestra historia temprana. Pero el hecho es que esta zona se hubiera desarrollado con o sin la Compañía Imperial Sugar”. Cuando se descubrieron los restos de los trabajadores de caña esclavizados, estalló un debate amargo en Sugar Land. Unos funcionarios de la ciudad querían trasladarlos a un cementerio cercano, mientras que unos miembros de la junta de trabajo asignada por el municipio argumentaron con razón que un hallazgo histórico de esta magnitud debería ser conmemorada en el lugar donde se lo descubrió.

LOS CRIMINALES

El estado de Texas. Uno de los últimos estados de Estados Unidos en abolir oficialmente la esclavitud y el primero en adoptar un sistema de alquilar presos17.

La Compañía Imperial Sugar y dos de sus pioneros, Edward Hall Cunningham y Littleberry Ellis, dueños de esclavos, generales de la 4ª Brigada de Infantería de Texas, una brigada que supuestamente se distinguió durante la Guerra Civil sirviendo como fuerzas de choque del ejército de la Confederación. Su riqueza familiar surgió, literalmente, de la sangre y los huesos de personas negras, especialmente por medio del sistema de alquilar presos, lo que les permitió convertirse en magnates del azúcar y ser parte de la nueva ola de capitalistas del Sur. Hoy, en el sitio web oficial de la Compañía Imperial Sugar, bajo la sección de la historia de la compañia, dice que la compañía tiene “una herencia larga y rica”. Pero no incluye nada acerca de los esclavos negros, la esclavitud ni el alquilar de presos.

El 39o Congreso de Estados Unidos (1865) que ratificó la Decimotercera Enmienda que abolió formalmente la esclavitud y la servidumbre involuntaria “con la excepción de los condenados por un delito”. Con eso se asentó las bases jurídicas y políticas para que el trabajo forzado de presos, incluido el alquilar de presos, prosperara hasta hoy. 

Las compañías U.S. Steel, Compañía de Carbon y Hierro de Tennessee, Compañía Imperial Sugar y muchas otras corporaciones privadas —de dueños de minas a magnates de ferrocarriles— que acumularon enormes cantidades de capital por medio del trabajo de presos. Blackmon documenta un caso típico:

El 30 de marzo de 1908, el sheriff del condado de Shelby en el estado de Alabama arrestó a Green Cottenham y lo acusó de “vagabundeo”. Después de pasar 3 días en la cárcel del condado, el afroamericano de 22 años fue sentenciado a un periodo no especificado de trabajo forzado. Al día siguiente, lo pusieron en manos de una unidad de la compañía U.S. Steel Corp. (productor de acero), donde le pusieron a trabajar con cientos de presos más en el infame complejo de las Minas Pratt en las afueras de Birmingham, Alabama. Cuatro meses después, trabajaba en la mina de carbón cuando le mató la tuberculosis18.

LA COARTADA

Durante la era de Jim Crow, se justificaba la mano de obra forzada de presos con el razonamiento de que las personas negras encarceladas eran intrínsicamente criminales carentes de derechos. Dado que a las prisiones les costaba alimentar y cobijar a los presos, se justificaba el alquilarlos para que el estado obtuviera ingresos, y a su vez las compañías podían ponerlos a trabajar y darles de comer y ropa. A fines del siglo 19 y principios del 20, H.B. Frissel, el superintendente blanco del Instituto Hampton, una escuela solo para negros en Virginia, expresó de esta manera un razonamiento de uso corriente para justificar el alquilar de presos:

Si bien impidió que los negros obtuvieran una educación, también impidió que fueran criminales…. Cuando llegó la emancipación, dejó suelta a la clase por naturaleza criminal y depravada de negros privándolos de la influencia controladora del sistema de esclavitud. Tales hombres, naturalmente, comezaron a confundir la licencia con la libertad, y desde la esclavitud se han ido degenerando por instinto19.

EL VERDADERO MOTIVO

Al terminar la Guerra Civil, la economía sureña estaba en ruinas, y había una gran demanda de mano de obra para superexplotar. Y el poner fin a la Reconstrucción demostró que el victorioso Norte capitalista solo podía volver a cohesionar y “unificar” al país sobre la base de mantener la supremacía blanca en nuevas formas. Estas dos fuerzas, el capitalismo y la supremacía blanca, impulsaron la organización del sistema de mano de obra de presos bajo Jim Crow.

La criminalización y la esclavización forzada de decenas de miles de personas negras era parte del robarle a todo un pueblo su plena humanidad y creó otra justificación ideológica para prolongar la supremacía blanca cuando se acabó la esclavitud abierta. Como ha observado Douglas Blackmon, al indicar un razonamiento que todavía se usa hoy en día: “La compasión por las víctimas, por más salvaje que hayan sido maltradas, fue atenuada porque, al fin y al cabo, eran criminales”.

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1. “Remains of 95 Africa-Americans Forced Laborers Found in Texas” [Hallan en Texas los restos de 95 afroamericanos obligados a trabajar a la fuerza], Brigit Katz, Smithsonian Magazine, 19 de julio de 2018. [volver]

2. “You can’t fight racism without looking it in the eye” [No se puede combatir al racismo sin mirarlo a los ojos], Houston Chronicle, 19 de enero de 2019. [volver]

3. “Documenting ‘Slavery by Another Name’ in Texas” [Documentando ‘La esclavitud con otro nombre’ en Texas], New York Times, 13 de agosto de 2018. [volver]

4. “Sugar Plantations” [Plantaciones de azúcar], Spartacus-Educational.com. [volver]

5. How Sugar Changed the World [De cómo el azúcar cambió el mundo], LiveScience.com. [volver]

6. A Fate Worse Than Slavery, Unearthed in Sugar Land [Una suerte peor que la esclavitud, desterrada en Sugar Land], Brent Staples, New York Times, 27 de octubre de 2018. [volver]

7. Ibid. [volver]

8. Ibid. [volver]

9. “Hell-Hole On the Brazos: A Historic Resources Study of Central State Farm, Fort Bend County, Texas” [Infierno en el Brazos: Un estudio histórico de recursos de la Granja Estatal Central del condado de Fort Bend, Texas], Amy E. Dase, septiembre de 2004. [volver]

10. Ibid.[volver]

11. “Bodies believed to be those of 95 black forced-labor prisoners from Jim Crow era unearthed in Sugar Land after one man’s question” [Después de la pregunta de un hombre, en Sugar Land encuentran los cadáveres de 95 presos que se creen fueron presos forzados a trabajar en la era de Jim Crow], Meagan Flynn, Washington Post, 18 de julio de 2018. [volver]

12. The Reason Why: The Colored American is not in the World’s Columbian Exposition 1893, chapter III, The Convict Lease System [La razón por qué: El estadounidense de color no aparece en la Exposición Colombina del Mundo de 1893, capítulo III, El sistema de presos alquilados], Ida B. Wells. [volver]

13. Op. Cit., Flynn, Washington Post. [volver]

14. Ibid. [volver]

15. “‘Hell Hole on the Brazos’ an introduction to convict labor” [“’Infierno en el Brazos’, una introducción a la mano de obra de presos”], Richard A. Vogel, Fort Bend Star, 14 de agosto de 2018. [volver]

16. Slavery by Another Name: The Re-Enslavement of Black Americans from the Civil War to World War II [La esclavitud con otro nombre: La re-esclavización de los estadounidenses negros, de la Guerra Civil a la II Guerra Mundial], Douglas A. Blackmon, Doubleday Press, 2008; Slavery by Another Name [La esclavitud con otro nombre], documental de PBS narrado por Laurence Fishburne, 2012; “Entrevista a Douglas Blackmon por Michael Slate”, revcom.us, 22 de junio de 2008. [volver]

17. “Horrific convict-system exposes dark truths about American history” [Horripilante sistema penitentiario desenmascara verdades oscuras sobre la historia de Estados Unidos], Jeffrey L. Boney, Amsterdam News, 9 de septiembre de 2018. [volver]

18. From Alabama’s Past, Capitalism Teamed with Racism to Create Cruel Partnership [Del pasado de Alabama, el capitalismo se juntó al racismo para forjar una alianza cruel], Douglas A. Blackmon, Wall Street Journal, 16 de julio de 2001. [volver]

19. Worse Than Slavery: Parchman Farm and the Ordeal of Jim Crow Justice [Peor que la esclavitud: Parchman Farm y la terrible experiencia de la justicia bajo Jim Crow], David M. Oshinsky, Free Press, 1996. [volver]

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