Después de presentar la librería y Bob Avakian (BA) a los presentes, abrí la función planteando la contradicción entre la magnitud de los problemas que azotan a la humanidad y lo patético de las reformas que nos ofrecen como “soluciones”. Por ejemplo, confrontamos el asesinato sistemático y sistémico de negros, latinos, y otra gente de color, sin embargo, nos dicen que confiemos en ¡comisiones de revisión de policía, cámaras corporales, y la elección de más oficiales negros! Nos encontramos en el umbral de la destrucción ambiental catastrófica, sin embargo, nos dicen que lo “solucionemos” ¡reciclando nuestros productos personales, comiendo lo orgánico, y con el capitalismo verde! Las 42 personas más ricas en el mundo poseen más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, etc. Enfaticé que era importante adentrarnos en la cuestión de reforma y revolución, partiendo de lo que realmente se requiere para solucionar estos problemas monumentales.
Un par de estudiantes de China expresaron que los intrigó encontrar que hay un Partido Comunista Revolucionario en Estados Unidos. Estaban escépticos sobre la idea de la revolución, pero querían aprender más. Una estudiante de USC dijo que se preocupa mucho por el medio ambiente y empieza a reconocer los límites de las reformas. Se está desilusionando con las organizaciones ecológicas sin fines de lucro, pero aún tiene dudas sobre la revolución porque “no le gusta la violencia”. Una estudiante de UNC está cursando la administración de empresas, pero en realidad no cree en eso, se le abrieron los ojos al viajar por el mundo, y quiere aprender más sobre la revolución. Lo que resaltó fue la seriedad de los presentes al abordar estas cuestiones, que continuó durante la discusión entera, y su receptividad a la revolución.
Leímos a voz alta el ensayo de Bob Avakian en Lo BAsico, “Reforma o revolución: Cuestiones de orientación, Cuestiones de moral”. Les pregunté qué pensaban de la analogía que BA plantea de la peste, que si matones armados acapararan los antibióticos y sólo los repartieran a cambio de sacar ganancias, y sobre las dos alternativas en esa situación — ponerles paños mojados en la frente a los enfermos para calmarles el dolor, u organizar a la gente a asaltar la bodega para apoderarse de los antibióticos y repartirlos entre la gente.
Uno de los estudiantes chinos dijo que esto le hizo preguntarse si hubieran suficientes “antibióticos” para todos, aunque fueran liberados: ¿Es el problema el de que sólo reparten las cosas por ganancias, o es la falta de recursos? Una joven de Europa dijo que quiere apoderarse de los “antibióticos” pero se preocupaba de que los guardias armados lo conviertan en un baño de sangre, por lo que quizás haya alguna manera de convencerlos, o de transigir un acuerdo. Un par de personas opinaron que el obstáculo principal que impide que la gente se levante y se apodere de los “antibióticos” no son matones armados, sino la propaganda y el lavado de coco por los medios de comunicación. Otros estaban de acuerdo con la analogía y expresaron su acuerdo con la necesidad de una revolución, especialmente una mujer del Medio Oriente.
Hablé sobre la contradicción fundamental en el mundo: las redes globalizadas de producción y la inmensa riqueza producida socialmente por un lado, y la propiedad privada y apropiación privada de esa riqueza por otro lado. Esto es la causa de un sufrimiento totalmente innecesario, una parte de cual describí con una agitación vívida. Existe la base material para una abundancia comuna si se resolviera esa contradicción por medio de una revolución real. También les recomendé la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Con respecto a cómo se podría derrotar en concreto a los matones armados, les recomendé CÓMO PODEMOS GANAR.
Pregunté a los asistentes qué pensaban sobre por qué BA se enfocó en la cuestión de la moral en relación a la cuestión de reforma o revolución. La mujer de Medio Oriente habló muy impactantemente sobre la responsabilidad moral que tenemos con la revolución, que incluye el de “quién sabe si siga existiendo un Medio Oriente” si las cosas continúen así como van. Dijo que en su país, se le prohíbe a la gente acceso a información sobre la revolución como la que estábamos discutiendo, y que las personas que viven en Estados Unidos que tienen acceso a este conocimiento tienen una responsabilidad de actuar en consecuencia, en pro de los intereses del mundo entero.
Tras concluir la discusión formal, muchos estudiantes se quedaron, entusiasmados y con ganas de seguir hablando. Un par de ellos querían afiliarse con la Club Revolución en el acto. Otros querían mantener una conexión con Libros Revolución y aprender más. Un par de los estudiantes de China, que tenían muchas ganas de analizar lo que pasó con el comunismo en China, y de aprender más sobre el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian, se llevaron la entrevista con Raymond Lotta, “No sabes lo que crees que ‘sabes’ sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro”. La mujer del Medio Oriente comentó que le gustó la franqueza de la discusión y la manera de hablar derecho de los revolucionarios. Había estado en un país europeo donde, dice ella, las discusiones políticas tienden a ser corteses y superficiales, y encubren las verdades difíciles. También dijo que le gustó el hecho de que hablamos del mundo entero.
No se puede cambiar el mundo sin conocer lo BAsico.
Conozca más aquí