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BOB AVAKIAN 
REVOLUCÍON #109: 
Necesitamos adentrarnos con seriedad en una realidad muy seria — ¡no una tontería ruin de la “identidad woke (concienciada)”!

Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN— número 109.

Durante décadas, he venido analizando y advirtiendo sobre el creciente peligro del fascismo en Estados Unidos. He abordado las causas más profundas de este fascismo y su contenido esencial, con especial atención a su abierta y agresiva supremacía blanca y supremacía masculina, así como a su locura fanáticamente anticientífica y fundamentalista cristiana. He enfatizado la importancia de movilizar a la gente, de todos los sectores de la sociedad, en la lucha contra este fascismo, y por un mundo radicalmente diferente y mucho mejor.

Desde que Trump llegó al poder por primera vez como resultado de las elecciones de 2016, he venido denunciando su fascismo por lo que es, llamando a una oposición decidida de masas a este fascismo, y dejando en claro que este fascismo tiene sus raíces en el sistema del capitalismo-imperialismo, y que es necesario barrer con todo este sistema por medio de una revolución real.

Pero, con demasiada frecuencia, las personas que se niegan a hacer frente a lo que en realidad está pasando y lo que hay que hacer al respecto han ignorado o desestimado, o tergiversado y atacado lo que he analizado sobre todo esto.

Hace poco, también he hecho un análisis de por qué algunas personas, entre las que han figurado algunos oprimidos bajo este sistema, ahora apoyan el fascismo de Trump y MAGA (Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza) — tal como en mi mensaje #97: “¿Cuál es el problema con aquellos latinos —y sí, hay más de unos pocos— que apoyan a Trump, a sus ataques racistas contra los inmigrantes?

Tal como ocurre en todo el trabajo que hago, el análisis en ese mensaje tiene el propósito y objetivo esencial de hacer avanzar las cosas, y superar los obstáculos, en la lucha por gestar una revolución urgentemente necesaria cuyo objetivo fundamental es eliminar, por fin, la terrible opresión y el sufrimiento innecesario al que están sometidas las masas de personas en Estados Unidos, y por todo el mundo. Pero, una vez más, en lugar de adentrarse con seriedad y con principios a este tema, nos sale el siguiente tipo de respuesta a mi mensaje #97 de parte de un abogado negro de la ACLU: “Sin comentar si Avakian tiene razón o no en su análisis, es altamente ofensiva la idea de que un hombre blanco critique de manera condescendiente a las comunidades de color y les sermonee”.

¡Ah, vamos — basta de esta tontería de la “identidad woke (concienciada)”! Lo que el abogado califica de que “critique de manera condescendiente… y les sermonee” en el mensaje #97 es en realidad un análisis serio y sustantivo, que es de crítica importancia para comprender lo que pasó en las recientes elecciones, y lo que está pasando en general. Nunca he dudado, y nunca dudaré, en decirles a las personas la verdad sobre cosas importantes que necesitan conocer, aunque algunas de ellas quizá no quieran escucharla. Si una persona tiene algo serio que decir sobre el contenido de lo que está en el mensaje #97 — qué bueno: eso podría contribuir al proceso de bregar a fondo con la difícil realidad que enfrentamos. Pero esta tontería de que “critique de manera condescendiente” y “les sermonee” es simplemente una excusa facilona —una racionalización burda— para negarse a abordar el contenido de este tema.

Imagínense a este abogado en un tribunal, haciendo el siguiente argumento como supuesta “defensa” de una “persona de color” que está bajo proceso por un delito mayor:

Su Señoría, no voy a responder a los citados hechos y las afirmaciones hechas por el fiscal, porque él es un hombre blanco y, por lo tanto, no tiene derecho de hablar de estas cosas — y es muy ofensivo que lo haga.

¿Alguien piensa que ese es un argumento serio que conduciría a un buen resultado?

Lo que no se admite en la sala del tribunal, tampoco debería admitirse en otros asuntos serios. Como enfaticé al principio, especialmente en los tiempos cargados que estamos viviendo ahora, necesitamos adentrarnos con seriedad en una realidad muy seria, no una tontería ruin de la “identidad woke (concienciada)”.

Lamentablemente, la tontería ruin de la “identidad woke (concienciada)” expresada por este abogado no es sólo una tontería en un sentido vago — y no se limita a él. Es algo demasiado común, y se le rinde pleitesía con demasiada frecuencia — y ha causado muchísimo daño. Ha contribuido, de manera importante, a la pésima situación a la que nos enfrentamos ahora. Ha mal dirigido y ha despistado, ha intimidado e inhibido a muchas pero demasiadas personas para que no tengan una comprensión real y científica de lo que está pasando, y lo que hay que hacer al respecto.

Ya es hora, y ya hace tiempo que es hora, de reconocer el daño causado, y de rechazar firmemente, los intentos de poner las gastadas y trilladas poses de la “identidad woke (concienciada)”, en lugar de adentrarse con seriedad en cuestiones serias. Más que nunca, necesitamos debates y discusiones basados en principios, entre crecientes números de personas, sobre las cuestiones más importantes que enfrenta la humanidad — un proceso de adentrarse con receptividad y honestidad en estas cuestiones sin que restringen, constriñen, suprimen y sofoquen dicho proceso los intentos de dictar quiénes pueden decir qué.

Como dejé en claro, desde el mero principio, en mi mensaje número uno:

Por serio que esto sea, no tengo tiempo, y no tenemos tiempo, para toda esta mezquina basura menos que inútil sobre quién tiene derecho a decir esto o aquello. Todos tienen el derecho, y la responsabilidad, de conocer la verdad y de decir la verdad, especialmente sobre cuestiones verdaderamente de vida o muerte, que abordan la situación entera y todo el futuro de la humanidad, y todos tienen el derecho y la responsabilidad de actuar según esa verdad.