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BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #97: 
¿Cuál es el problema con aquellos latinos —y sí, hay más de unos pocos— que apoyan a Trump, a sus ataques racistas contra los inmigrantes?

Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN— número Noventa y Siete.

En mi mensaje número 73, y nuevamente en el número 90, hablé sin rodeos, sin tapujos, sobre el hecho enfurecedor y desgarrador de que entre las personas negras, que han sufrido tan terriblemente durante tanto tiempo bajo este sistema, hay demasiadas que se han puesto a odiar a los inmigrantes — algo que ha promovido el agresivo racista y fascista integral Donald Trump. Enfaticé la manera en que este racismo contra los inmigrantes se opone por completo a los intereses fundamentales del pueblo negro.

Al mismo tiempo, es llamativo el hecho de que, entre cantidades importantes de latinos en Estados Unidos, de hecho existe un apoyo a los ataques y a la persecución de los inmigrantes, incluidos aquellos de México y otras partes de América Latina. ¿Cómo se puede explicar esto?

Una parte de esto es la cuestión de “cerrar la puerta detrás de ti” — es decir, las generaciones segunda y tercera de inmigrantes que han establecido una cierta posición en Estados Unidos, y tienen la actitud de mente estrecha de que la presencia de los inmigrantes recientes (y estar asociados con ellos) amenazará a su posición. (Esto me recuerda al magistrado de la Corte Suprema Clarence Thomas, cuyo ascenso dentro de este sistema se basó, en un grado muy importante, en la lucha del pueblo negro contra la discriminación y la opresión, y quien luego dio la espalda y se opuso a cosas como la acción afirmativa, de la que en realidad él se benefició).

También se tiene el hecho de que algunas de las personas que provinieron de países de América Latina eran, desde el principio reaccionarios de derecha — incluidos, por ejemplo, algunos de los que huyeron de Cuba después de que las fuerzas lideradas por Fidel Castro llegaron al poder allá en 1959.

Un número importante de inmigrantes de América Latina se han dejado llevar por el fundamentalismo cristiano. En contraposición al cristianismo “tradicional” y “liberal”, el fundamentalismo cristiano es una fuerza extremadamente reaccionaria que aspira a imponer un sistema de gobierno sobre la sociedad, de carácter fascista cristiano de la Edad Oscura, basado en una interpretación textual de la Biblia, con la terrible opresión y atrocidades que se propugna y en que se insiste en la Biblia. (Si lees la Biblia con una mente abierta, para ver lo que realmente dice, no puedes evitar el hecho de que la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, pero también en el Nuevo Testamento, propugna todo tipo de relaciones y acciones horrorosas, incluida la matanza de personas inocentes que no se inclinan ante “el único dios verdadero”. Insistir en aplicar una interpretación textual de la Biblia significa insistir en imponer todo tipo de horrores — y eso es lo que los fundamentalistas cristianos representan y tratan de imponer a todos.) 

Una característica que define el fundamentalismo cristiano es la supremacía masculina patriarcal — lo que explica en gran medida el apoyo que recibe Donald Trump de entre los cristianos fundamentalistas, quien abiertamente actúa según una agresiva misoginia (odio a las mujeres) y la defiende junto con un racismo manifiesto.

Esta es otra profunda denuncia a este sistema del capitalismo-imperialismo — ¡de que una supuesta “respuesta” que ofrece, a las condiciones opresivas que ha impuesto a las masas de personas, es un fundamentalismo religioso de la Edad Oscura, que entumece la mente y refuerza la opresión!

Las cantidades importantes de personas en América Latina que abrazan el fundamentalismo cristiano es una parte de un fenómeno más amplio del crecimiento del fundamentalismo religioso en muchos países pobres del tercer mundo (África, el Medio Oriente y Asia, además de América Latina). Aunque aquí no puedo analizarlo todo a fondo, lo cierto es que, en particular en ausencia de una alternativa revolucionaria poderosa, a corto plazo la devastación de los países por el capitalismo-imperialismo, y la dislocación y el caos en la vida de las masas de personas, en todo el tercer mundo, han impulsado el crecimiento de los fundamentalismos cristianos, islámicos y de otro tipo. También han creado las condiciones para el crecimiento y el impacto de los cárteles y las pandillas criminales entre los sectores más pobres de la población —cuyo modo de vida, y su capacidad para mantener una existencia más o menos estable, se han hecho añicos— algo que también ha ocurrido entre sectores del pueblo negro y otras personas en Estados Unidos y otros países imperialistas.

Así pues, estos son algunos de los principales factores que impulsan a algunos latinos en Estados Unidos a apoyar al fascista Donald Trump, e incluso a sumarse a sus ataques contra los inmigrantes (recientes).

Hay también otra parte del panorama general que es necesario abordar — que es el hecho de que toda la historia de la esclavización de los africanos, y la continua opresión asesina del pueblo negro, al día de hoy, siempre ha sido, y sigue siendo, una característica que define a Estados Unidos. En lo que respecta a los inmigrantes, también ha existido —y sigue existiendo— la realidad de que uno de los principales aspectos del “precio de la aceptación y la integración” en la “vida tradicional” de la sociedad estadounidense es distinguirse y distanciarse de las personas negras, y despreciarlas activamente.

Esta es, por así decirlo, la “otra cara” de la situación en que demasiados negros odian a los inmigrantes. En lo más fundamental, se trata de la terrible realidad de este sistema, con sus cimientos totalmente podridos y sus relaciones y cultura pútridas.

Y todo esto nutre la práctica establecida desde hace mucho tiempo de este sistema y de su clase dominante: enfrentar a los oprimidos entre sí, como parte clave del mantenimiento y la imposición de esta monstruosidad de sistema.

Como enfaticé en el mensaje 94, para las masas de personas en general, sus intereses fundamentales y la salida a toda esta locura, no corresponden al fascismo — ni a ninguna forma de este sistema que, durante tanto tiempo, ha oprimido y aterrorizado al pueblo negro, y a otras personas, de las maneras más indecibles.

Para todos aquellos oprimidos, y sobre todo para todas las personas sometidas a la discriminación más brutal y a la degradación constante por parte de este sistema —el pueblo negro así como los latinos, y aquellos recién llegados a Estados Unidos desde países saqueados por el sistema del capitalismo-imperialismo—, la única solución real y positiva a toda la locura y sufrimiento a los que este sistema somete continuamente a las personas es: unirse como una fuerza poderosa por la revolución para derrocar, abolir y arrancar de raíz completamente esta monstruosidad de sistema, que causa tanto sufrimiento innecesario para tantas personas — y crear, en su lugar, un sistema radicalmente diferente y mucho mejor.