El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los despachos mediáticos de @BobAvakianOfficial
La historia de Estados Unidos no es sólo la historia de la explotación y opresión de las personas no blancas por parte de las personas blancas.
Es cierto que una enorme cantidad de la riqueza de Estados Unidos se ha producido por medio de la explotación del pueblo negro y otras personas de color en verdaderas condiciones de esclavitud —o casi esclavitud—, pero esa no es la única fuente importante de esta riqueza mal habida.
En la historia temprana de Estados Unidos, y hasta tiempos recientes, generaciones de trabajadores asalariados pobres en Estados Unidos crearon grandes cantidades de riqueza, en su mayoría personas blancas (muchas de ellas inmigrantes recientes de Europa), a los que los capitalistas gobernantes explotaron brutalmente — y la policía y los golpeadores “privados” los suprimieron asesinamente, cuando se levantaran para resistir a sus terribles condiciones de explotación. Esto acompañó una opresión y explotación aún peores del pueblo negro y otros.
En décadas más recientes, el proceso de producción capitalista, llevado a cabo mediante la explotación de masas de personas, se ha globalizado cada vez más, y esto ha ido acompañado de cambios importantes en la economía, la “estructura social” y las relaciones sociales, en el propio Estados Unidos. Un resultado importante de este proceso ha sido la eliminación de millones de empleos en la producción básica en Estados Unidos, con efectos a grandes cantidades de trabajadores blancos anteriormente empleados en esos empleos, y lo que contribuye al desempleo masivo en el pueblo negro, y especialmente entre los jóvenes negros (aunque las cifras oficiales del gobierno fuertemente subestiman-dejan fuera del conteo a este desempleo).
Como señalé en el mensaje anterior (número Treinta y Ocho), Raymond Lotta analiza extensamente este fenómeno en El parasitismo imperialista y la recomposición social y de clases en Estados Unidos de los años 1970 al presente: Una exploración de las tendencias y los cambios; y La “industrialización” de la explotación sexual, la globalización imperialista y el descenso al infierno, análisis que están disponibles en revcom.us.
También en el mensaje número Treinta y Ocho, abordé el hecho de que el modo de producción —la naturaleza del sistema económico, y sus relaciones básicas y dinámicas concretas— es la base, y establece los términos, de la manera en que funciona la sociedad y cuáles son las relaciones generales entre las personas en esa sociedad. Y enfaticé el siguiente punto fundamental:
Siempre que se tenga una base económica capitalista, que se base en la explotación, se tendrá una sociedad llena de relaciones opresivas.
Esto ha sido cierto a lo largo de la historia de Estados Unidos. Fue cierto cuando el sistema gobernante en Estados Unidos era de esclavitud literal combinada con un capitalismo en desarrollo (tal como en el momento de la fundación de Estados Unidos hace casi 250 años). Fue cierto después de la Guerra Civil, en la década de 1860, la que puso fin en gran medida a la esclavitud y condujo a la rápida expansión de las relaciones capitalistas de explotación. Y es cierto hoy, cuando este sistema capitalista se ha desarrollado y convertido en un sistema internacional de explotación —el capitalismo-imperialismo— con la naturaleza cada vez más parásita de Estados Unidos, que se ceba de la explotación despiadada de miles de millones de personas por todo el mundo, incluidos cientos de millones de mujeres y más de 150 millones de niños obligados a trabajar en condiciones de casi esclavitud en maquiladoras, minas y granjas.
Y una vez más del mensaje número Treinta y Ocho (citando mi obra Breakthroughs [Abriendo Brechas]):
[P]ara deshacerse de todas estas diferentes formas de opresión, es necesario tratarlas en sí, pero también es necesario hacer cambios fundamentales al sistema económico para crear la posibilidad de poder llevar a cabo esos cambios en términos fundamentales. En otras palabras: Es necesario tener un sistema económico que no impida hacer esos cambios y que, por el contrario, no sólo permita sino que siente una base favorable para hacer esos cambios. (También se puede conseguir Breakthroughs [Abriendo Brechas] en revcom.us).
Crear tal sistema emancipador es el objetivo esencial de la revolución que se necesita con urgencia, y que es posible, en estos tiempos en que vivimos hoy, con toda la opresión, destrucción y caos causados por este sistema del capitalismo-imperialismo. Es lo que cobra vida en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de mi autoría — al exponer una visión panorámica y un plano concreto para un sistema radicalmente diferente y emancipador, con el objetivo final de un mundo comunista, en el que toda la humanidad pueda florecer de veras, sin divisiones entre amos y esclavos, explotadores y explotados, opresores y oprimidos.
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