La terrible historia de la esclavitud en Estados Unidos también se caracterizaba por revueltas heroicas de esclavos. 

Pero estas rebeliones de esclavos en última instancia terminaron derrotadas a manos de los dueños de esclavos. 

Además, en demasiadas ocasiones, estas rebeliones fueron “traicionadas desde el interior” por los esclavos que supuestamente formaron parte de la rebelión — pero luego, al pensar más en sí mismos, y en su círculo íntimo, que en el pueblo esclavizado en conjunto, corrieron al amo a revelar los planes para el levantamiento. 

He aquí algo realmente importante en qué pensar y del cual sacar lecciones: lo que pasa cuando tantas personas actúan conforme al modo de pensar de que “Tengo que pensar en mí y actuar por mí —tengo que protegerme a mí y a mis seres queridos íntimos—, si es necesario hacer un cambio, que lo haga otro”. Cuando tantas personas piensan y actúan así, eso es una gran parte de la razón porque ¡tantas siguen siendo explotadas y oprimidas, aterrorizadas y atormentadas, brutalizadas y asesinadas por este sistema!

Pero esta historia tiene otro lado. Cuando la Guerra Civil estalló en los años 1860, masas de esclavos vieron la oportunidad de liberarse por fin: casi 200 mil negros se matricularon en el Ejército de la Unión y combatieron heroicamente, muchos sacrificándose la vida, con tal de derrotar la Confederación esclavista del sur y poner fin a la esclavitud en Estados Unidos en conjunto.

Sin embargo, por importante que esto haya sido, y aunque dio lugar a la emancipación de la esclavitud en forma literal, no dio lugar a la emancipación completa de todas las formas en que las personas negras, y muchas otras, son usadas y abusadas cruel y violentamente bajo el dominio de este sistema del capitalismo-imperialismo. Eso es lo que es posible mediante una revolución en este tiempo en que estamos viviendo ahora.

Y ahora, así como en los días de la Guerra Civil, este es un momento cuando Estados Unidos en conjunto, y en particular la clase gobernante del país, está profunda y amargamente dividido, y ya no se puede mantener la forma en que siempre, al parecer, se ha gobernado el país. Y es necesario poner claro y recalcar repetidamente esta verdad crucial:

Esto es un momento poco común en que es posible en realidad una revolución para derrocar todo este sistema — para dar lugar a la emancipación de todas las formas en que las personas son explotadas y oprimidas. Esta es una oportunidad preciada y poco común la que no se debe desperdiciar y desaprovechar.

Para aquellos que ansían un mundo fundamentalmente diferente y mucho mejor — la revolución es el camino. 

Es el único camino — y es un camino verdadero.

La revolución es difícil —la revolución requiere sacrificio— pero la revolución puede llegar a poner fin a todos los horrores causados por este sistema del capitalismo-imperialismo, los que, según nos dicen, debemos aceptar ya que “así son las cosas”, o incluso “así dicta el destino”. Toda persona que ansíe un camino completamente diferente, y emancipador, debe conectarse con esta revolución —ahora, y de manera continuada— aprendiendo más sobre esta revolución y desarrollando la capacidad de ser un líder de esta revolución, al trabajar, junto con otras personas, para aumentar y fortalecer las filas de esta revolución y desarrollar las bases para jugárselo el todo por el todo, con una verdadera oportunidad de ganar.