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BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #88: 
Un momento poco común, y una necesidad urgente —para la revolución—, no seguir esclavizados a este sistema.

Les habla Bob Avakian — REVOLUCIÓN — número Ochenta y Ocho.

Hace poco, en oposición al análisis con fundamentación científica de que votar por Harris en estas elecciones contribuirá a perpetuar los horrores de este sistema — se hizo el siguiente “argumento familiar” una vez más:

“Si los demócratas pierden [las venideras elecciones], no habrá lucha por un nuevo sistema, ya que el otro bando ya tiene su nuevo sistema autoritario planeado y listo para implementar con el proyecto 2025. Las batallas son la forma de ganar guerras, y perder estas elecciones significa que la guerra inicial ha terminado y se ha perdido. Así que se inicia una guerra mucho más dura que no podemos ganar sin muchísimas bajas”.

De hecho, este argumento para nada piensa fuera del marco, y los límites, de este sistema. Pasa por alto —o resta importancia—, y en realidad no llega a aceptar, la siguiente realidad importante, que enfatizo en mi mensaje número 85: Por más horrible que sea Trump, apoyar a Harris y al Partido Demócrata significa alistarse como cómplices dispuestos en la cruzada del capitalismo-imperialismo estadounidense para seguir siendo el explotador, opresor y saqueador número uno de la gente y del medio ambiente en el mundo, incluso a costa de poner en riesgo el futuro, y la existencia misma, de la humanidad.

No se trata de una insistencia simplista en que nunca podría haber un tiempo en el que, en efecto, apoyar a un demócrata “mal menor” podría ser correcto. De hecho, en 2020 se dieron circunstancias muy particulares y muy excepcionales que significaban que, precisamente desde el ángulo estratégico de trabajar por la revolución, fuera necesario votar por Biden. Pero ahora no nos encontramos en un momento así — y las circunstancias actuales ahora significan que votar por Harris implica reforzar este sistema monstruoso y trabajar contra la revolución que se necesita con urgencia — y de la que, de hecho, es posible en este momento en el que vivimos, ahora.

En mis mensajes previos, y específicamente en los números 51 a 55, expliqué a fondo la siguiente cuestión básica: por qué era necesario votar por Biden en 2020, por qué es correcto y de crucial importancia no votar ahora por Biden (o Trump), y qué relación esto tiene con hacer una revolución en realidad. (Cuando hice esta declaración, Biden todavía era el candidato del Partido Demócrata a la Presidencia; pero la misma verdad se aplica ahora, cuando Biden ha sido obligado a abandonar la carrera electoral y ha sido reemplazado por Harris).

(En esos mensajes hice referencia a un análisis importante, sentando las bases de esta posición — incluida mi Declaración de Año Nuevo de enero de 2021 Un año nuevo, la necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo — para la emancipación de toda la humanidad, y en “Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador”, ambas obras que están disponibles en revcom.us. Este análisis no sólo sigue siendo válido, sino que es aún más crucial ahora, y es necesario que lo examine con seriedad todo aquel que está bregando honestamente con las enormes apuestas de lo que está pasando en Estados Unidos — y en el mundo en general.)

En los mensajes números 71, 72, 74, 75 y del 76 al 79, he mostrado que la descripción de asesina en masa de palestinos y otros, y encarceladora en masa —en particular de personas negras y latinas— capta con precisión lo que Kamala Harris realmente ha sido en su “servicio” a este sistema y su papel dominante en el mundo.

Y, además, como se pone en claro en el número 87:

En el mundo en su conjunto, el funcionamiento mismo de este sistema del capitalismo-imperialismo —incluidas las verdaderas políticas de Biden y Harris— está llevando a la destrucción acelerada del medio ambiente. (En revcom.us, se tienen extensas denuncias de las verdaderas políticas, y de las mentiras y afirmaciones engañosas, de la administración de Biden y Harris, con respecto al medio ambiente.)

Al armar y respaldar las acciones de Israel, el gobierno estadounidense no solo está facilitando la matanza genocida de los palestinos, sino que también está aumentando la posibilidad de una guerra con Irán, y tal vez una guerra aún más amplia y destructiva. Al mismo tiempo, al surtir masivamente armamento, así como inteligencia y lineamientos estratégicos a Ucrania, el gobierno de Estados Unidos, encabezado por la administración de Biden y Harris, ya está indirectamente en guerra con Rusia, al tiempo que hace preparativos para una confrontación militar con China — todo lo cual podría conducir a una guerra mundial, entre potencias imperialistas dotadas de armamento nuclear, con la posibilidad de aniquilar la civilización humana tal como la conocemos.

Y una vez más, del mensaje 87:

Aparte de la fea verdad de lo que en realidad representa Harris, se tiene el hecho de que, en las elecciones del próximo noviembre (suponiendo que se celebren en ese momento), si Harris ganara la mayoría (no solo del voto popular sino también del conteo en el Colegio Electoral), es casi seguro que Trump y los republicanos se negarían a aceptarlo, y las cosas probablemente se sumirían en un caos y trastornos, aún más allá de lo que pasó con las anteriores elecciones presidenciales (en 2020)....

[S]e está desgarrando el país en su conjunto debido a las divisiones que ya no se pueden tapar, y ya no es posible mantener la articulación de las cosas de la manera en que han estado articuladas durante generaciones….

Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.

Una profunda división de este tipo —y especialmente este antagonismo amargo entre los de arriba— no se ha visto en Estados Unidos desde la época de la Guerra Civil en los años 1860….

Éste no es un momento de tomar partido con un grupo de opresores u otro. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común — una oportunidad que quizá ocurra únicamente una vez en la vida— una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y hacer frente al sistema entero de ellos, con el fin de hacerlo caer todo, y erigir algo mucho mejor en su lugar.