Pasar al contenido principal

BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #92: 
Por qué el pueblo negro está en la situación en la que se encuentra hoy — y la continuación de su potencial como una fuerza poderosa para una revolución emancipadora.

Les habla Bob Avakian — REVOLUCIÓN — número Noventa y Dos.

En mi mensaje anterior, llamé atención a lo siguiente:

El potencial revolucionario del pueblo negro se demostró poderosamente en los años 1960. Pero desde ese entonces, se han operado grandes cambios — en la situación del pueblo negro al interior de Estados Unidos, y en el país y el mundo en general.

No han causado estos cambios grandes el racismo muy real entre demasiados blancos, o una conspiración entre unas pocas personas poderosas y misteriosas. Tampoco resultan de la “voluntad” de algún dios ni son parte de un “plan de dios”. Se derivan y resultan de la naturaleza fundamental y las dinámicas fundamentales del sistema que gobierna en Estados Unidos y domina en el mundo en su conjunto: el sistema del capitalismo-imperialismo.

Desde los años 1960, debido a los cambios en la economía en general, y como resultado de la lucha contra la discriminación y la opresión, ha crecido de manera importante la clase media negra — y ha crecido la burguesía negra (personas negras — incluidas aquellas que han acumulado grandes cantidades de capital por medio del deporte o el entretenimiento — que cuentan con inversiones e ingresos multimillonarios). La clase dominante capitalista de Estados Unidos, a la cabeza de un sistema basado e impregnado de cabo a rabo en la supremacía blanca, considera como algo importante este desarrollo de la burguesía negra y de la pequeña burguesía (clase media) negra a fin de socavar y desviar las aspiraciones revolucionarias del tipo que caracterizaban a los jóvenes negros y otros en los años 1960. Y esto ha ido de la mano con las condiciones de mayor desesperación para sectores importantes del pueblo negro.

Durante este mismo período, en Estados Unidos se han perdido enormes cantidades de empleos manufactureros bien remunerados. Esto ha afectado de manera negativa a grandes números de hombres negros (y les ha perjudicado más duramente que a los obreros blancos que anteriormente tenían esos empleos), con el resultado de que hoy muchos hombres negros están obligados a aceptar trabajos mal renumerados, y de hecho han bloqueado a muchos de ellos de acceder a la economía formal, lo que impulsa a algunos a ocuparse de chanchullos y la delincuencia. Esto ha impulsado el crecimiento de las pandillas y la violencia entre las masas del pueblo negro en estas condiciones, en particular entre los jóvenes. 

Al mismo tiempo, si bien se ha aumentado el número de mujeres negras en los empleos profesionales, también muchas mujeres negras trabajan en empleos mal remunerados; y el declive de los empleos manufactureros se ha asociado con mayores índices de pobreza para las mujeres negras y los niños negros, en parte debido a que esto aumenta el número de estas mujeres que son madres solteras. (Consulte más al respecto en el artículo El parasitismo imperialista y la recomposición social y de clases en Estados Unidos de los años 1970 al presente: Una exploración de las tendencias y los cambios, de Raymond Lotta, que contiene un análisis muy importante de cambios importantes en la economía estadounidense en general, siendo una economía capitalista-imperialista globalizada, y las consecuencias para las masas de personas. Esta obra de Lotta se encuentra en revcom.us).

De la mano con estos cambios importantes al interior de Estados Unidos, también se han operado grandes cambios a escala internacional desde los años 1960 que han ejercido un efecto negativo fuerte. En aquellos años 1960, y entrando a los 1970, se daba una gran oleada de luchas antiimperialistas de liberación nacional en el tercer mundo (Asia, África y América Latina), especialmente la triunfante guerra de liberación del pueblo vietnamita contra el imperialismo estadounidense. Antes de la muerte de su líder revolucionario Mao Zedong en 1976, China era un estado socialista poderoso que proveía una alternativa liberadora viva a este sistema del capitalismo-imperialismo. Todo esto brindaba inspiración, ánimo y apoyo a los oprimidos —y a las personas que se ponían de pie contra la injusticia en general— por todo el mundo, incluidas las personas negras y otras al interior de este país imperialista más poderoso (Estados Unidos). Se combinó con el optimismo, y lo fortaleció, lo que sentían las personas negras en aquel entonces, al zafarse de la segregación abierta (“Jim Crow”) y del terror del Ku Klux Klan, a los cuales habían estado sometidas durante 100 años, inclusive después del fin formal de la esclavitud en la Guerra Civil en los años 1860. En particular, los jóvenes negros en los años 1960 estaban decididos a ya no seguir soportando la opresión brutal y degradante que se había impuesto a las generaciones anteriores, y “la revolución estaba en el aire” entre muchos de estos jóvenes negros (y otros), tal como lo representaba especialmente el Partido Pantera Negra, cuyos fundadores consideraba la lucha del pueblo negro por la liberación como parte de una lucha de todos los oprimidos contra el sistema imperialista.

Pero, en los tiempos transcurridos desde aquel entonces, el socialismo fue derrocado, y el capitalismo fue restaurado, en China; y en el tercer mundo a la poderosa ola de luchas de liberación nacional de los años 1960 (y principios de 1970) la remplazaron, en gran parte, el dominio y la influencia de varias fuerzas reaccionarias y corruptas en el tercer mundo, que aspiraban a una mejor posición para sí mismas en el mundo tal como está — dominado tal como está por el sistema del capitalismo-imperialismo.

Todo esto ha ejercido un efecto claramente negativo en las personas por todo el mundo, incluido al interior de Estados Unidos: al reducir las aspiraciones de las personas; reforzar el punto de vista propagado incansablemente por la clase dominante de que no existe ninguna alternativa a este sistema, y que por lo tanto lo único que es posible hacer es esforzarse por una mejor posición en este sistema monstruoso — siendo la expresión más cruda de esto la orientación de aventajarse a los demás y vencer a los demás, por los medios que sean.

Durante ese mismo período, el efecto de la dominación imperialista en el mundo, y especialmente en los países pobres del mundo, ha hecho insostenible la vida para masas de personas ahí, conduciendo a una migración masiva por todo el planeta. Al interior de Estados Unidos —la potencia imperialista más responsable por la devastación de estos países oprimidos— ha aumentado de manera significativa el número de migrantes, especialmente provenientes de México y de otras partes de América Latina, lo que ha contribuido al crecimiento del porcentaje de la población estadounidense que no es europeo, mientras al mismo tiempo se ha disminuido el peso relativo de los afroamericanos en esta población no europea. Los efectos han sido contradictorios e incluyen el efecto negativo del aumento de tensiones y conflictos entre las personas negras y los inmigrantes.

En lugar de fuerzas revolucionarias, han promovido —como “modelos a seguir” para las personas negras— a la clase media negra, y especialmente a la burguesía negra muy adinerada, a la vez que no existe ninguna posibilidad concreta de que las masas del pueblo negro se suban a estas mismas posiciones. Como dije francamente en “Esperanza para la humanidad sobre una base científica: “[el pueblo negro] en su conjunto como pueblo sufre una opresión horrible en muchas formas, entre ellas una de sus expresiones más atroces, el asesinato policial, así como la discriminación y el racismo rampantes en la sociedad entera; pero diferentes clases, capas y sectores de la población negra viven y responden a esto de maneras diferentes”. Típicamente, la burguesía negra y la pequeña burguesía (clase media) negra “consideran que la solución es trabajar dentro del sistema y conseguir una mejor posición dentro de este sistema” — y ese punto de vista, el cual promueven constantemente las instituciones dominantes de este sistema, influye fuertemente entre las masas de personas negras empobrecidas y desesperadas. (Esperanza para la humanidad sobre una base científica, Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense está disponible en revcom.us/es/bob_avakian/obras-escogidas).

Todos estos cambios se han reflejado en un marcado cambio en la cultura que prevalece, o que tiene la iniciativa, entre las personas negras, con una influencia importante entre mayores sectores de la población en Estados Unidos (y en el mundo).

Pronto, examinaré más a fondo algunas de las importantes expresiones tanto políticas como culturales, atrasadas, e incluso pútridas, que influencian al pueblo negro, y la necesidad de transformar esta situación radicalmente por medio de una lucha feroz. Pero así y todo, el hecho es que el pueblo negro sigue estando sometido a la opresión más horrorosa. Como he escrito anteriormente:

[S]in importar cuál sea su posición, las personas negras nunca podrán sentirse “seguras y protegidas” en Estados Unidos donde, a todos los niveles, la supremacía blanca está integrada en las estructuras y el funcionamiento del sistema — una supremacía blanca que sistemática y a menudo violentamente, se manifiesta y se aplica. (Desde los años 1960, el número de negros asesinados por la policía es más grande que los miles de negros que fueron linchados durante toda la época de abierta segregación y terror del Ku Klux Klan después de la Guerra Civil.) 

Entre las masas de personas negras continúa “el deseo sentido muy profundamente de liberarse de estos largos siglos de opresión [del pueblo negro], un deseo que a veces se expresa abiertamente, a veces parcialmente y a veces de una manera incorrecta”. Y, una vez más:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.

Pero es necesario luchar férreamente por este potencial muy real — contra las fuerzas e influencias políticas y culturales poderosas que obran para extinguir este potencial y someter al pueblo negro a la degradación y opresión continuada y agravada.

Próximamente: El pueblo negro — su poderoso potencial revolucionario, en oposición a la política y la cultura degradantes pútridas.