El texto completo de esta Entrevista está disponible aquí.
La entrega “COMENTARIOS INTRODUCTORIOS” salió como Primera parte de esta serie. La entrega “CAMBIO CLIMÁTICO — JUSTICIA CLIMÁTICA” salió como Segunda parte. La entrega “MIGRACIÓN Y REFUGIADOS” salió como Tercera parte.
COMENTARIOS INTRODUCTORIOS
Entrevistador: Después de leer El Nuevo Comunismo (2016 en inglés; 2018 en español), y de pensar en temas que en tan sólo cinco años se han manifestado con mayor severidad, como lo ha puesto de relieve la pandemia de la Covid-19, que llaman con aún más urgencia a cambios en el “sistema que es la fuente fundamental de tanta miseria y tormento en el mundo” (8), hay varios temas —clima, migración, libertad de prensa, cadena de trabajo-suministro, clase y derechos humanos— sobre los que me pregunto si estarías dispuesto a hablar. Voy a exponerlos en adelante.
BA: Antes de pasar a las preguntas específicas que hiciste, que son serias y sustantivas, y se refieren a acontecimientos importantes y urgentes en el mundo, quisiera hacer algunas breves observaciones generales, a partir de mi lectura de estas preguntas. Las respuestas a estas preguntas son, por un lado, sencillas y básicas y, por otro lado, son complejas: sencillas y básicas en el sentido de que es posible solucionar los problemas en cuestión —y es posible solucionarlos únicamente— con una revolución y un sistema radicalmente diferente, un sistema socialista que se propone alcanzar el objetivo final de un mundo comunista; y complejas en el sentido de que hacer esta revolución y luego realizar las transformaciones que este sistema radicalmente nuevo hará posible, requerirá trabajar y luchar por resolver algunas contradicciones difíciles y, a veces, intensas. En mis respuestas haré lo mejor que pueda para brindar respuestas que examinen los asuntos esenciales en juego, a la vez que me refiero a obras que brindan una discusión más extensa de lo que se presenta en estas preguntas. En particular, remito al lectorado a la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de mi autoría. Esta Constitución fue escrita con el futuro en mente — como un conjunto que guía los objetivos, principios y disposiciones concretas para una sociedad socialista que se cree por medio del derrocamiento del sistema capitalista-imperialista que ahora gobierna en Estados Unidos y domina al mundo como un todo. En mis respuestas a las preguntas formuladas para esta entrevista, he incluido citas relativamente extensas de esta Constitución, ya que ofrece respuestas importantes, de manera concentrada, a una importante parte de lo que se formula en estas preguntas.
También es muy relevante, particularmente en lo que respecta a la economía socialista y su interacción con el medio ambiente más amplio, el artículo “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable”. Además, en adición al libro El Nuevo Comunismo, otra obra mía, Breakthroughs (Abriendo Brechas), El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del Nuevo Comunismo, Un resumen básico, es relevante como antecedente y en términos de elaboración adicional sobre las respuestas a las preguntas importantes formuladas en esta entrevista. Y una importante obra mía reciente analiza a fondo por qué una revolución real podría volverse posible en el propio Estados Unidos, en medio de las contradicciones agudas e intensificadas que caracterizan esta sociedad, y el mundo en su conjunto, y la manera en que se podría llevar a cabo esta revolución — una revolución que haría posible el tipo de cambios profundos que aborda esta entrevista. (Esta obra —Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador: crisis profunda, divisiones crecientes profundas, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución— fue escrita antes de la invasión rusa a Ucrania y la posterior intensificación de las contradicciones entre el imperialismo ruso y el imperialismo estadounidense-la OTAN, que ha acompañado a esta guerra, con el realzado peligro de un conflicto militar directo entre ellos; pero esta obra ofrece un análisis esencial de las fuerzas subyacentes y motrices de los conflictos importantes en Estados Unidos y en el mundo más amplio, y su posible resolución positiva por medio de una revolución.) Estas obras, así como la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte —y el continuo análisis de la guerra en Ucrania y otros acontecimientos mundiales importantes— están disponibles en revcom.us.
El Nuevo Comunismo —tanto el libro como el método y enfoque general— se menciona varias veces en el curso de esta entrevista, tanto en las preguntas como en mis respuestas, y aunque este no es el lugar para discutir extensamente los principios y métodos del nuevo comunismo, sí parece que es relevante y apropiado indicar lo que está en su núcleo: el nuevo comunismo representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido al interior del comunismo en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científico, y aspectos del comunismo que han ido en contra de éste; y lo que es lo más fundamental y esencial en el nuevo comunismo es el nuevo desarrollo y síntesis del comunismo como método y enfoque científico, y la aplicación más consecuente de este método y enfoque científico a la realidad en general y en particular a la lucha revolucionaria para derrocar y arrancar de raíz todos los sistemas y relaciones de explotación y opresión y avanzar hacia un mundo comunista. Este método y enfoque informa y subyace a todos los elementos centrales y componentes esenciales de este nuevo comunismo.
Una expresión concentrada de esto es la orientación y enfoque básico de buscar la verdad de manera científica y buscar la verdad dondequiera que conduzca, inclusive con respecto a la historia del movimiento comunista, en términos no solo de su aspecto principal —sus hazañas auténticamente históricas, y muy reales—, pero también, de manera secundaria pero importante, la verdad sobre sus errores reales y a veces incluso dolorosos (a lo que me he referido como “las verdades vergonzosas”).
Una extensión crucial de esto es el principio, que abordan varias obras mías, incluida Breakthroughs (Abriendo Brechas), de que
el nuevo comunismo repudia cabalmente, y está decidido a arrancar de raíz en el movimiento comunista, la venenosa noción, y la práctica, de que “el fin justifica los medios”. Es un principio central del nuevo comunismo que los “medios” de este movimiento tienen que provenir de (y corresponder con) los “fines” fundamentales de abolir toda explotación y opresión mediante una revolución que se dirija sobre una base científica.
Son esta orientación, método y enfoque básicos los que he aplicado a la discusión de las cuestiones importantes formuladas en esta entrevista.
Finalmente, a modo de introducción, deseo agradecerles a otras personas que leyeron las preguntas formuladas para esta entrevista y ofrecieron observaciones útiles al respecto, y en particular Raymond Lotta, quien brindó comentarios valiosos y considerables.
DERECHOS HUMANOS EN LA CADENA DE TRABAJO
Entrevistador: Respecto a la cadena de mano de obra y suministro, has destacado que se sacrifican derechos humanos, y agencialdad humana para las personas de todo el planeta, a que el funcionamiento cotidiano de este sistema aplasta y pulveriza — ya sean las personas en las fábricas de la costura en lugares como Bangla Desh, Guatemala, Honduras o El Salvador (58).
Los ciudadanos de esos lugares a menudo se presentan en fronteras en busca de circunstancias económicas más viables, lo que agrega otro factor impulsor a la ecuación de la migración.
¿Cómo protege, o protegería, un nuevo comunismo los derechos humanos? Incluso con una carta internacional vigente (Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU de 1948), esos derechos son muy difíciles de ejercer dado que cada nación tiene su propia forma de gobernar y su propia versión de los “derechos humanos”.
BA: En términos de la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU, y otras declaraciones similares, existe un sentido fundamental en el que estos derechos, tal como se enumeran y proclaman, son reclamos teóricos abstractos (dejando de lado las formas en que también se utilizan como un garrote diplomático-ideológico en la rivalidad entre los imperialistas, y como pretexto para bombardeos e intervenciones militares en nombre de los “derechos humanos”). Como mencionas, en las relaciones de poder actuales que prevalecen en el mundo, no existe ninguna forma concreta de “hacer que se cumplan” estos derechos — y, en un sentido más básico, no existe ninguna forma concreta de “hacer que tengan efecto” estos derechos dentro de los límites de una economía y un sistema político mundial capitalista-imperialista. En una sociedad capitalista de propiedad privada y producción para acumular ganancias, la capacidad de contratar y despedir a trabajadores asalariados en respuesta a las cambiantes condiciones del mercado y de la rentabilidad, para tener una fuerza laboral y reserva de mano de obra móvil (fácilmente explotable), es un requisito esencial y una condición permanente de este sistema. El desempleo no es alguna condición de vida temporal o aberrante bajo el capitalismo. Es una parte integral y es una característica necesaria de su funcionamiento. Así que no puede existir ningún derecho humano “efectivo” al trabajo y al ingreso; es incompatible con este sistema.
Mencionas a la Organización de las Naciones Unidas. La “comunidad internacional”, tal como la representa la ONU, no es en realidad una comunidad sino que más bien es otra expresión de un mundo dominado por el imperialismo, un mundo dividido en explotadores y explotados, en naciones opresoras y oprimidas y en rivales imperialistas contendientes. La ONU no es un organismo supranacional sino una institución que refleja (y perpetúa) estas divisiones y conflictos. En el mundo de hoy, los sistemas jurídicos en países individuales, y a escala global, se basan en definidas relaciones sociales opresivas y económicas explotadoras y las refuerzan. El hecho es que no es posible obtener la justicia social dentro de los límites de los sistemas jurídicos existentes que sirven al capitalismo-imperialismo y a otros sistemas de gobierno reaccionarios.
En contraste con todo eso, la Constitución para la Nueva República Socialista incorpora —y aborda en detalle— los derechos básicos de la población, muchos de los cuales ni siquiera están previstos en las constituciones de Estados Unidos y países capitalistas imperialistas similares, y los más esenciales de los cuales son imposibles de obtener bajo el dominio y dentro de los límites de este sistema. Y estos derechos se formulan en el contexto del objetivo, y en relación importante con el objetivo, de abolir toda explotación y opresión. Así se refleja en el encabezado del Artículo III de esta Constitución, “Los derechos del pueblo y la lucha para arrancar de raíz toda explotación y opresión”, en que esto se desarrolla extensa y concretamente. Y se expresa de manera concentrada en lo siguiente, en la Sección 1 de este artículo:
El derecho más básico del proletariado, junto con las grandes masas populares, en la Nueva República Socialista en América del Norte es estar capacitado para tener el papel fundamentalmente decisivo en determinar el rumbo de la sociedad, y unirse en la lucha con otros en todo el mundo, con el objeto de abolir por fin las relaciones de explotación y opresión; y de forjar un gobierno que servirá para abolir esas relaciones y de desempeñar cada vez más el papel determinante respecto a ese gobierno.
Además, en oposición a la tergiversación muy propagada de que los comunistas consideran al estado socialista como la encarnación perfecta de los intereses de las masas de personas y una institución a la que hay que subordinarlo todo de manera servil, lo siguiente de este Artículo III es una poderosa refutación de eso:
El gobierno de la Nueva República Socialista en América del Norte tiene el propósito de actuar conforme a los principios y objetivos establecidos en la presente Constitución, a fin de satisfacer las necesidades básicas y sobre todo servir a los intereses más grandes y fundamentales del proletariado, junto con las grandes masas populares, en esta República y a la larga en todo el mundo, con la meta de contribuir lo más que se pueda a la emancipación de toda la humanidad mediante el avance al comunismo.
Al mismo tiempo, debido a las contradicciones todavía muy arraigadas que quedan en esta República y en el mundo en general —las que incluyen las contradicciones entre esta República y los estados imperialistas y reaccionarios así como las contradicciones entre las relaciones económicas (de producción) y las relaciones sociales y la manera en que todo eso se refleje en las esferas cultural, ideológica y política de esta misma sociedad—, existen y durante un tiempo seguirán existiendo contradicciones entre el pueblo y el gobierno en esta República y existe la posibilidad de que el gobierno u organismos específicos o individuos particulares con autoridad en el gobierno actúen de una manera que está en conflicto con el propósito y el legítimo papel de este gobierno. Por dichas razones, es necesario hacer previsiones, y adherirse a éstas, las que ofrezcan al pueblo en esta República protecciones contra la mala conducta y abusos del gobierno. Además, es necesario establecer claramente pautas fundamentales con las cuales se podrá evaluar la política y las acciones del gobierno respecto a derechos específicos y sobre todo el derecho más básico del pueblo en esta República. [énfasis agregado.]
Y la Sección 2 de este artículo, “Los derechos y libertades legales y civiles”, detalla los derechos concretos de las personas y protecciones contra abusos del gobierno, de una manera que es significativamente distinta a los derechos formales que están contenidos en las constituciones burguesas —y que va más allá de esos derechos formales—, pero los que, en la práctica, a menudo se violan flagrantemente.
En relación a todo esto, me refiero a lo siguiente, de mi Declaración de Año Nuevo de hace un año (enero de 2021), con la invitación a explorar con seriedad lo que afirma y el contraste que está trazando entre la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte y la Constitución de los Estados Unidos (y, de hecho, cualquier otra constitución, inclusive las constituciones de países socialistas anteriores como China y la Unión Soviética):
Es un hecho que no existe en ningún otro lugar, en ningún documento de fundación o guía real o propuesto de ningún gobierno, nada que se parezca no sólo a las protecciones sino a las disposiciones para el disentimiento y la efervescencia intelectual y cultural que están encarnadas en esta Constitución, mientras que ésta tiene, en su núcleo sólido, una cimentación en la transformación socialista de la economía, con el objetivo de abolir toda explotación, y la correspondiente transformación de las relaciones sociales e instituciones políticas, para arrancar de raíz toda la opresión, y la promoción, por medio del sistema educativo y en la sociedad en su conjunto, de una orientación que “habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad”. Todo esto desencadenará y desatará una tremenda fuerza productiva y social de seres humanos con la capacidad e inspiración de trabajar y luchar juntos para satisfacer las necesidades fundamentales de la gente —con transformar la sociedad de manera fundamental y con apoyar y ayudar a la lucha revolucionaria por todo el mundo—, hacia el objetivo final de un mundo comunista, sin toda explotación y opresión, mientras que al mismo tiempo aborde la crisis ambiental y ecológica verdaderamente existencial, con sentido y de manera integral, lo cual es imposible hacer bajo el sistema del capitalismo-imperialismo.