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LA NACIÓN DEL ISLAM: NO ES UNA FUERZA PARA LA EMANCIPACIÓN — MÁS BIEN ES UNA FUERZA CONTRA LA EMANCIPACIÓN

Necesitamos una revolución real

Louis Farrakhan, y la Nación del Islam (NOI) a la cual encabeza, se hacen pasar por oponentes indignados y poderosos a la supremacía blanca. Pero la verdad es que ni la doctrina de la Nación del Islam, ni sus acciones, representan el camino para poner fin a la supremacía blanca y liberar al pueblo negro (ni a nadie más). Su doctrina y programa en realidad contribuyen a mantener la supremacía blanca y otras formas horrorosas de la opresión, incluidas la supremacía masculina y la opresión patriarcal de las mujeres, todo lo cual está entretejido en el sistema del capitalismo-imperialismo, bajo el cual estamos obligados a vivir ahora.

En un artículo anterior, cité este comentario de Malcolm X sobre su experiencia en la NOI, antes de romper con ella: “Creíamos… algunas de las cosas más fantásticas de lo que uno pudiera imaginarse”. Como ese artículo indicó:

En este comentario, Malcolm no usaba la palabra “fantástico” para decir algo como “maravilloso” — no, él decía que la doctrina de la Nación del Islam era pura “fantasía” y lleva a los que la siguen a creer las cosas más ridículas y descabelladas1.

Dado que la NOI se basa en fantasías anticientíficas y teorías conspirativas descabelladas y las promueve, no es de sorprenderse que Farrakhan se encuentre entre aquellos que han recomendado que los negros NO se vacunen contra la Covid, ante una situación en la que los negros, y otras personas de color, se están muriendo de la Covid a un índice más alto que otros, siendo estas vacunas una medida muy efectiva contra la enfermedad grave y la muerte por la Covid. Esto es otro ejemplo de vocear denuncias demagógicas de la supremacía blanca y al mismo tiempo hacer cosas en los hechos que contribuyen a la opresión y a la devastación de las víctimas de la supremacía blanca.

Como también he señalado:

La doctrina de la Nación del Islam también está en conflicto en sentidos importantes con el islam tradicional, fundado hace unos 1.500 años por Muhammad bin Abdullah en Arabia. En el libro ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo, abordo los orígenes del islam tradicional y las maneras en que, junto con el cristianismo y otras religiones, no está en correspondencia con la propia realidad, y promueve relaciones sociales, incluidas las relaciones entre hombres y mujeres, que son anticuadas y altamente opresivas2.

Al mismo tiempo, la doctrina de la NOI sí tiene en común con el islam tradicional y con el Corán el hecho de que ponen a las mujeres en una categoría separada y desigual, subordinada al hombre y oprimida por el hombre — algo que también hacen el cristianismo y el judaísmo, y sus escrituras.

No lucha contra la opresión pero sí propaga falsas esperanzas fantasiosas del Juicio Final

Aunque lo mantengan en secreto, de hecho Elijah Muhammad (el líder de la NOI antes de Farrakhan) tenía ciertas relaciones de cooperación mutua con supremacistas blancos abiertos sobre la base de que compartían, desde perspectivas muy diferentes, un objetivo común: cada uno quería que los negros fueran sacados, separados de la sociedad estadounidense. Y, aunque Elijah Muhammad fue preso durante varios años en la década de los 1940 por su negativa a que lo reclutaran para el servicio militar en la Segunda Guerra Mundial y su oposición al papel estadounidense en esa guerra —por lo que se ganó el “estatus de mártir” entre sus seguidores—, él se precavía de no emprender ningún esfuerzo por movilizar a las masas de negros que amenazara seriamente a los gobernantes de Estados Unidos. Al contrario, predicaba por esperar un apocalipsis que destruiría la civilización malvada de los blancos y devolvería al “hombre original” (la gente negra) a su posición justa. Farrakhan, también, si bien a veces “echa rollos vacíos” contra los de arriba de Estados Unidos, ha tenido cuidado de no montar ningún desafío serio contra ellos.

Esto es una razón importante por la que, por ejemplo, los mítines que Farrahkan ha convocado durante las últimas décadas no han contribuido a la lucha de masas contra los continuos asesinatos de los negros por la policía y en general contra la terrible opresión a la que están sometidos los negros bajo este sistema. Un ejemplo claro de esto es el mitin que Farrakhan convocó en 2015, después de estallar protestas a gran escala contra el asesinato policial de Mike Brown in Ferguson, Misuri. Organizaron este mitin bajo el lema: “Justice — Or Else” [Justicia — o Verás]. Pero en realidad se trataba de Justicia… o Nada. Nada resultó de ello —ni se propuso nada— salvo un débil llamamiento a boicotear la Navidad, lo que quedó en nada, en términos de hacer algo sobre la justicia.

Como señaló Claude Andrew Clegg III sobre Elijah Muhammad, y antes de él Fard Muhammad, fundador de la NOI:

En última instancia, su representación del Juicio Final y el “más allá” permitió que Fard Muhammad, y más tarde Elijah Muhammad, atrajeran a afroamericanos a la Nación del Islam sin tener que librarlos activamente de la opresión, más allá de cierto retiro parcial de creyentes a la vida del templo. Convenientemente, la carga de librarlos se le quedó a Dios, que actuaría a su propio debido tiempo.

Y:

La ideología de la Nación del Islam, aunque la hayan enunciado apasionadamente varios voceros, era totalmente conservadora. Muy poco de lo que Elijah Muhammad decía, y aún menos de lo que hacía en los hechos, desafiaba en lo fundamental el estatus quo de Estados Unidos3.

La doctrina de la NOI: Una doctrina llena de falsedades venenosas que sirven a este sistema opresivo

Para entender esto más a fondo, es necesario examinar la doctrina de la NOI, tal como la formuló primero Fard Muhammad, y la manera en que esto se relaciona con el marco, y establece el marco, para no librar una lucha determinada contra la opresión pero más bien en realidad aceptar, y de hecho encarnar y promover, expresiones centrales de la opresión.

En el artículo que aludió al citado comentario de Malcolm X, al hablar de la doctrina de la NOI (“Creíamos… algunas de las cosas más fantásticas de lo que uno pudiera imaginarse”), también hice la siguiente observación:

Si bien una teoría conspirativa particular quizá confeccione una “explicación” elaborada de las cosas, por lo común se reduce a algo simplista — a la noción de que la razón por la que algunas personas, o muchas personas, reciben un maltrato, es porque existe un grupo de personas malvadas con poder que causan que esto ocurra4.

La “teoría” —la doctrina, o la “teología”— la que formuló Fard Muhammad y la que le legó a Elijah Muhammad y ahora a Farrakhan, sí, de hecho, “confecciona una ‘explicación’ elaborada de las cosas” al mismo tiempo que “reduce [esto] a algo simplista”. No es posible, en un artículo de esta extensión, analizar muy a fondo esta doctrina de la NOI. Más bien, lo que he hecho aquí es tocar aspectos importantes de esta doctrina, los que van a su esencia — basándolo en el resumen de esta doctrina, con rigurosas notas al pie, de Claude Andrew Clegg III, que cita extensamente la obra de Elijah Muhammad, Message to the Blackman in America [Mensaje al hombre negro en Estados Unidos] y otros escritos y discursos de Elijah Muhammad, así como publicaciones y declaraciones de la NOI bajo la dirección de Elijah Muhammad. Los pasajes citados que siguen, hablando de la doctrina de la NOI, son del libro de Clegg, An Original Man.

Esta doctrina de la NOI saca ciertos elementos del judaísmo, cristianismo y el islam tradicional —a menudo en una forma distorsionada— y los incorpora en una narrativa de creación, existencia y destino que es aún más fantasiosa. Si bien a veces se refiere a “científicos” e invoca y combina en un mismo paquete afirmaciones pseudocientíficas, esta doctrina entra en contradicción con el método científico y el conocimiento científico material, entre otras cosas sobre el origen de la Tierra, la evolución de la vida en la Tierra y el surgimiento de los seres humanos. Según esta doctrina de la NOI, hace muchos billones de años (no hace millones, ni hace miles de millones, sino hace millones de millones de años) “un átomo de vida se maduró y desarrolló carne y sangre, sesos y poder”. Y:

Una entidad corpórea, que más tarde se conocería como la Tierra, incubó el cuerpo oscuro en desarrollo hasta que logró conciencia de sí mismo y el poder de crear. El cuerpo, que una vez era un átomo, se convirtió en hombre, un Hombre Negro, “el Hombre Original”, y el señor sobre todo lo que estaba envuelto en una noche universal. Con el tiempo, el hombre creado por sí mismo se puso el nombre Alá o Dios y procedió a crear a otros semejantes a su propia imagen oscura y majestuosa5.

Tras un inmenso lapso de tiempo desde ese entonces, según la NOI, siguió una serie de acontecimientos históricos complicados, con muchos giros y vueltas, pero al final emergió un nuevo ser poderoso, Yacub, que traicionaba sistemáticamente al “hombre original”. Según esta mitología, Yacub es responsable de crear la especie inferior de gente blanca malvada — “diablos blancos”, que están “programados genéticamente para que se opongan a la libertad, la justicia y la igualdad”6.

Según la doctrina de la NOI, como la plantea Elijah Muhammad, el “bestialismo reinaba” entre estas personas blancas en Europa, y

muchos de ellos evolucionaron o entraron en retroceso a gorilas, simios y monos … incluso los pocos que seguían pareciéndose a humanos no pudieron más que expresar su naturaleza innatamente salvaje y malvada de otras maneras. Las mujeres blancas, según la leyenda, empezaron a copular comúnmente con su mascota más preciada, el can, y con el paso del tiempo admitirían a cualquier persona suficientemente curiosa como para preguntar que “no hay nada que ella ama más que a un perro”7.

Esta es la doctrina de la Nación del Islam que Fard Muhammad legó a Elijah Muhammad, quien la propagó activamente. La investigación sobre las posiciones de la Nación del Islam bajo Farrakhan —tal como las presentan las publicaciones de la NOI, los discursos de Farrakhan y las entrevistas con él— no revela ningún rechazo ni repudio a esta doctrina. Cuando se le confronta con algunos de los aspectos más extravagantes e indignantes de esta doctrina, Farrakhan a veces trata de ponerse esquivo y poner explicaciones a manera de desconocer algo de ello, al mismo tiempo que se aferra a la misma posición esencial — insistiendo, por ejemplo, “me subscribo a cada palabra que nos enseñó el Honorable Elijah Muhammad”, pero luego intenta reinterpretar y restar importancia a la enseñanza de Elijah Muhammad de que los blancos son “diablos” que están genéticamente programados para ser malvados. Esto se ve en la entrevista que hizo Farrakhan con Tim Russert en el programa Meet the Press en abril de 1997. Y más recientemente se encuentran cosas del mismo tipo en artículos en el periódico de la NOI, el Final Call, donde se mantiene el mito de la creación por Yacub de la raza blanca malhechora, pero no siempre expresan lo del “malvado” en los términos más extremos y escabrosos. Y, cabe notar que el Final Call sigue publicando y promoviendo regularmente pasajes de la obra de Elijah Muhammad, Message to the Blackman in America.

También cabe enfatizar que si bien Farrakhan intenta escoger por conveniencia ciertos descubrimientos y análisis científicos (o ciertas partes de eso), lo distorsiona al servicio de la doctrina totalmente anticientífica de la NOI — que no es simplemente fantasiosa pero además es basura indignante y venenosa. Para regresar a un ejemplo significativo: En la realidad, la ciencia moderna tiene claridad en que todos los seres humanos que viven sobre este planeta pertenecen a una sola especie biológica, la mismísima especie (homo sapiens) y que las variaciones menores en factores como el color de la tez surgieron mediante migraciones históricas de poblaciones a través del mundo y la selección natural evolutiva, y no mediante algún tipo de cría selectiva siniestra (“injerto”) a manos de un ser llamado Yacub. Una vez más, todos somos una sola especie humana, y no hay ninguna programación genética de blancos, ni de nadie, para que sean inherentemente malvados (o buenos).

Finalmente, según esta mitología asombrosa, e indignante, de la NOI, vendrá el día del juicio justo cuando:

se llevará a cabo la destrucción del mundo blanco —conocida como el Juicio Final, el Armagedón, la caída de Estados Unidos y el segundo infierno— a manos de una monstruosidad tecnológica llamada la Aeronave Madre8.

El hecho de que no existe semejante Aeronave Madre —y que eso no traerá la liberación del pueblo negro de su opresión de tan larga duración— no es el problema de la Nación del Islam, ni ha evitado que su mensaje básico atraiga a un número significativo de negros, más allá de los que militan en la NOI. No es difícil entender por qué. La supremacía blanca sistémica, sistemática e institucionalizada y el racismo más grotesco dirigidos en contra de la gente negra, y otra gente de color, han constituido un rasgo importante y una fuerza activa de este sistema en Estados Unidos, desde su mismo inicio. Y, al observar la historia, así como la realidad actual, de la sociedad estadounidense, pues sí puede dar la impresión de que al menos muchos blancos sean “diablos” racistas incapaces de considerar y tratar a los negros como iguales, y que a menudo han sido capaces del salvajismo más horroroso.

Como dije en el Diálogo con Cornel West hace unos años, si ustedes estén recurriendo a mí para que justifique las actitudes y acciones de demasiados blancos, en demasiadas ocasiones — pues, ¡están recurriendo a la persona equivocada!9 Pero, una vez más, este racismo entre los blancos no es algo que está programado genéticamente en ellos, y lo cual por lo tanto ellos no podrían superar — como tampoco están programadas genéticamente en los hombres la supremacía masculina y la misoginia (el odio a las mujeres), a pesar de las horrendas acciones de demasiados hombres, de todas las “razas” y naciones. No. Este racismo, y este sexismo, en lo fundamental están arraigados, y se reflejan y expresan ideológicamente, en la supremacía blanca y en la supremacía masculina las que se han desarrollado históricamente como parte de sistemas explotadores y hoy día se basan y se integran firmemente en las relaciones económicas y sociales del sistema capitalista-imperialista y se propagan y refuerzan por medio de sus instituciones y su cultura dominantes, tanto en formas abiertas como formas más “sutiles”.

Y, al otro lado de las cosas, hemos visto situaciones en Estados Unidos donde millones de blancos, de todos los géneros, han participado activamente en luchas cruciales contra la opresión racial — de manera importante en los años 1960, y una vez más tan sólo el año pasado (2020) con el masivo brote de resistencia provocado por los salvajes asesinatos policiales de George Floyd y Breonna Taylor.

Revolution and Religion Dialogue

 

Arrancando de raíz y aboliendo la supremacía blanca y toda la opresión: La ciencia y la revolución, y no distorsiones fantasiosas de la realidad ni promoción de ideas venenosas

Es posible superar y arrancar de raíz las condiciones actuales de la supremacía blanca y la supremacía masculina — y la ideología venenosa que las refuerza. Pero eso no ocurrirá, ni puede ocurrir, por medio de la destrucción de la civilización blanca por una Aeronave Madre, ni otra noción fantasiosa de un juicio justo a manos de algún dios imaginario u otra fuerza sobrenatural. Sólo puede ocurrir por medio de una revolución, en este mundo real, para derrocar el sistema del capitalismo-imperialismo, y crear un sistema radicalmente diferente —un sistema socialista, con el objetivo de un mundo comunista— que tiene como uno de sus requisitos y objetivos más esenciales abolir y arrancar de raíz la supremacía blanca y la supremacía masculina, junto con todas las otras relaciones de opresión y explotación.

Esta revolución tiene que guiarse —y solamente puede prosperar al avanzar— según un método y enfoque auténticamente científico, que rechaza y combate todas las ilusiones y nociones fantasiosas, todos los modos de pensar que no cuadran con la realidad material, por más reconfortante o gratificante que parezcan. Como parte de esto, es necesario criticar de manera contundente —y luchar vigorosamente contra— teorías, doctrinas y programas de fuerzas como la Nación de Islam, que representan distorsiones grotescas de la realidad y llevan por caminos muy malos y peligrosos.

Sencillamente, la doctrina de la NOI no se trata solamente de tonterías fantasiosas anticientíficas en un sentido general — lo que en sí sería suficientemente malo. También es abiertamente racista, así como supremacista masculina.

Por supuesto, a menudo declaran los supremacistas blancos descarados, abiertos especialmente, pero también algunas otras personas, que la oposición a la supremacía blanca es en sí racista — ¡contra los blancos! Pura basura. Eso es parte de lo que es con mucho el racismo dominante en Estados Unidos, y sirve a los esfuerzos por conservar e imponerlo — el racismo contra la gente negra, y contra otra gente de color, y la supremacía blanca que está integrada en este sistema. Pero cabe decir, sin pelos en la lengua —y se puede advertir tanto en lo que aquí se ha presentado, como en las proclamaciones y las acciones de la NOI y su dirigencia— que la doctrina y el programa de la NOI es racista, y también que se trata de una organización supremacista masculina patriarcal, que promueve la supremacía racial y de género, así como otras formas de prejuicio odioso (tal como las repetidas vociferaciones anti-judías de Farrakhan).

Ahora bien, es importante reconocer una vez más e insistir en la verdad de que esta doctrina racista de la NOI hace mucho menos daño que el racismo blanco que se dirige contra el pueblo negro y sirve a su brutal opresión. Más allá del hecho de que la inmensa mayoría de los negros no son supremacistas negros, es un simple hecho que cualquier grupo de negros (e incluso el pueblo negro en su conjunto) carece del poder de imponer la supremacía negra en esta sociedad. Es la supremacía blanca, y no la supremacía negra, la que ha estado integrada, y sigue en vigor, en el sistema en Estados Unidos, desde el principio y hasta el día de hoy, con toda la terrible injusticia y la horrenda opresión que ello implica. Sin embargo, cualquier forma del racismo —cualquier “teoría” o doctrina que insiste en que cualquier “raza” de personas esté genéticamente programada para ser malvada, o que en todo caso sea inferior a otra raza y se merezca que esa otra raza la domine— es contraria a la realidad, de hecho es una vil mentira, y contribuirá a reforzar la opresión y explotación en vez de abolirla. Y lo mismo cabe decir de cualquier doctrina que declare lo mismo sobre la inferioridad de un género particular.

Sí hay una manera en que las masas del pueblo negro por fin pueden vencer la profunda explotación económica, la opresión política y social degradante y literalmente asesina, y el daño psíquico muy real, los cuales este sistema les ha infligido durante tanto tiempo, hasta el día de hoy y de manera continua. Pero esto no puede ocurrir inventando y aferrándose a una repugnante inversión de la supremacía blanca —a una ideología supremacista negra que identifica y denuncia a los blancos como “diablos” inherentes (programados genéticamente)— una ideología que es degradante en sí, no solamente para los blancos los que pone en su mira, sino también para los negros que la promueven.

El camino para lograr por fin la emancipación completa del pueblo negro implicará la afirmación de la humanidad fundamental de la gente negra — lo que, en su expresión más elevada, significa hacerse parte de la revolución para eliminar toda explotación, toda opresión, toda desigualdad, toda degradación de cualquier parte de la humanidad: una revolución comunista.

Como he expresado anteriormente al respecto:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria10.

No son distorsiones fantasiosas de la realidad —ni ciertamente “teorías” y doctrinas racistas o supremacistas masculinas tampoco— pero sí es un método y enfoque consecuentemente científico, el que constituye lo necesario y lo esencial para guiar la lucha para final y completamente poner fin a cualesquier y todos los sistemas y las relaciones de opresión y explotación, y a las distorsiones de la realidad que contribuyen a reforzarlos. Una vez más, por eso es que el nuevo comunismo, que ha sido desarrollado mediante las décadas del trabajo que he hecho, representa e insiste en el método y enfoque más consecuente y cabalmente científico — precisamente para poder entender la realidad tal como es de hecho, y para transformar la realidad radicalmente para poder realizar la emancipación de todos los oprimidos, en todas partes, y en última instancia de toda la humanidad.

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NOTAS:

1. Bob Avakian, ¿Por qué las personas creen las tonterías más ridículas y escandalosas? Tergiversaciones descabelladas de la realidad, ilusiones mortíferas del “progreso indoloro”, y la urgente necesidad de una revolución real con una fundamentación científica. Este artículo de Bob Avakian está disponible en revcom.us. El comentario de Malcolm X se cita en Claude Andrew Clegg III, An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad [Un hombre original, La vida y los tiempos de Elijah Muhammad], St. Martin’s Press, New York, 1997, Primera parte: “Genesis”, Capítulo 3, “The Knowledge of Self and Others” [El conocimiento del yo y de los demás], p. 41. [volver]

2. ¿Por qué las personas creen las tonterías más ridículas y escandalosas? [volver]

3. An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad, pp. 67 y 282. [volver]

4. ¿Por qué las personas creen las tonterías más ridículas y escandalosas? [volver]

5. An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad, p. 42. [volver]

6. An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad, p. 51 (énfasis —en negritas— agregado). [volver]

7. An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad, p. 53. [volver]

8. An Original Man, The Life and Times of Elijah Muhammad, p. 65. [volver]

9. Este Diálogo entre Bob Avakian y Cornel West —REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión— tuvo lugar en la Iglesia Riverside en la Ciudad de Nueva York en noviembre de 2014. Una película de este Diálogo, en inglés, está disponible en revcom.us en Obras escogidas de Bob Avakian. [volver]

10. Esta declaración de Bob Avakian se incluye en el artículo Bob Avakian por la liberación del pueblo negro y por la emancipación de toda la humanidad, que está disponible en revcom.us. [volver]