¿Por qué existe algo como las “exenciones religiosas” como una manera de circunvenir los requisitos (mandatos) de vacunarse contra la Covid? Esto es muy incorrecto y dañino. Como he dicho antes, no hay NINGUNA buena razón por no vacunarse (con la excepción de las personas con condiciones o consideraciones médicas específicas que quizá hagan que en efecto, las vacunas les sean peligrosas). La situación en que muchas personas se niegan a vacunarse, cuando (en Estados Unidos) la vacuna está ampliamente disponible y gratis, es un factor importante en la continua propagación de la Covid y que permite su continua mutación, lo que está causando muchas muertes completamente innecesarias. Lisa y llanamente: NO debe haber NINGUNA exención religiosa así.

Las personas tienen, y deben tener, un derecho a sus creencias religiosas — pero no tienen el derecho a perjudicar seriamente a otras personas, ni a la sociedad (y al mundo) en su conjunto, en nombre de esas creencias.

Si alguien dice que su religión lo obliga a asaltar, robar o asesinar a otra persona, bajo la ley no puede hacerlo. Aquellos que se niegan a vacunarse, sin ningún motivo válido con base científica —y se niegan a tomar otras medidas importantes como usar una mascarilla facial al estar cerca de otras personas, especialmente en espacios cerrados— están contribuyendo activamente a la propagación de la Covid y están matando activamente a personas.

Como he señalado anteriormente: “Hoy, más del 90 por ciento de las personas gravemente enfermas y moribundas debido a la Covid no han recibido vacunas (no son vacunadas)”¹. Y eso también conlleva un elemento racial claro: Las personas negras, así como otras personas de color, se están muriendo de la Covid a una tasa más alta que otras personas.

El problema con las “exenciones religiosas” de vacunarse se agrava aún más por el hecho de que muchos de aquellos (aunque no todos) que se niegan a vacunarse —y que a menudo difunden rumores ridículos, mentiras descaradas y desinformación nociva sobre las vacunas— son fascistas lunáticos anticientíficos, supremacistas blancos descarados así como supremacistas masculinos, tenazmente comprometidos con un fundamentalismo religioso (cristiano) fanático demente. Permitir “exenciones religiosas” para no vacunarse le brinda a esa gente un “pretexto legal” para sus acciones extremadamente nocivas y peligrosas que contribuyen a que sigue en marcha la pandemia de la Covid y que ésta sigue matando a más personas, en particular a más personas de color.

Cabe repetir, no debe haber semejantes “exenciones religiosas”. Aquí va un principio muy relevante e importante tal como se establece la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de mi autoría:

No se negará ni se restringirá el derecho de sostener creencias religiosas y prácticas religiosas, a excepción de los casos de la violación de la ley y mediante el debido proceso legal… ni se les podrá conceder derechos o privilegios a personas, grupos o instituciones religiosos que no se apliquen al pueblo de esta República en general².

Este principio debe aplicarse a la sociedad en general, incluida la sociedad actual en la cual vivimos, bajo el dominio del sistema del capitalismo-imperialismo. Es cierto que podría ser difícil hacer que eso fuera realidad, especialmente porque los fascistas cristianos son una fuerza dominante en la Corte Suprema — y porque la promoción de la religión es importante para la clase dominante capitalista-imperialista en general, aun cuando eso conlleva la violación del principio básico de la “separación entre la religión y el estado”. Eso es otro motivo por el cual tenemos que barrer con este sistema, por medio de una revolución que derroque su gobierno violento (su dictadura) y lo reemplaza por un sistema socialista basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Pero incluso ahora, mientras que luchamos para acelerar las condiciones necesarias y acumular las fuerzas organizadas para esta revolución, es necesario que haya una decidida oposición a las “exenciones religiosas” en torno a los mandatos para las vacunas y todo lo que rechace y socave las medidas necesarias y legítimas para combatir esta pandemia, no solamente en Estados Unidos sino a nivel mundial.