UNA NOTA FINAL: Sobre la verdadera naturaleza y los monstruosos crímenes de Estados Unidos
La serie Crimen Yanqui, en revcom.us, analiza 100 de los peores crímenes de Estados Unidos, desde su fundación hasta hoy —una lista que no se trata simplemente de los “incidentes aislados” de irregularidades sino de todo un patrón de atrocidades repetidas a lo largo de los años una y otra vez, que refleja la naturaleza esencial de Estados Unidos—, una lista que seguirá creciendo hasta que una revolución derroque y arranque de raíz el sistema del capitalismo-imperialismo que gobierna en Estados Unidos y lo reemplace por un sistema radicalmente diferente y mucho mejor, basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, que he escrito.
Lo que concentra gran parte de los crímenes monstruosos de Estados Unidos y de su clase dominante es el hecho de que esta República del llamado “Estados Unidos” de América es:
Una República ¡cuyo “Himno Nacional” lo escribió un dueño de esclavos (O decidme, veis… toda la esclavitud)!....
Una República fundada en la esclavitud y el robo genocida: que encadenó a millones de negros durante generaciones… masacró a enormes números de indígenas y les robó sus tierras… que libró una guerra que robó la mitad del territorio mexicano, lo que extendió muchísimo la esclavitud.
Un sistema que, desde su inicio y hasta la fecha, se ha basado en la explotación despiadada, usando y abusando de las masas de personas para crear una riqueza para unos pocos, un sistema que tiene integrada e impone con violencia la supremacía blanca, la supremacía masculina y la opresión de género… que saquea a personas en todas partes del mundo… que destruye el medio ambiente, y que libra una guerra injusta tras otra, al extremo de amenazar a la propia existencia de la humanidad… de extinguir la esperanza de un futuro digno, o de plano un futuro.
(Esto es parte de una importante declaración de los revcom, Lealtad, que está disponible en revcom.us.)
Estados Unidos es un país en el que una mujer es agredida-golpeada cada 9 segundos. Es un país donde un gran número de mujeres son violadas y agredidas sexualmente cada año; un país donde se ha arrebatado a las mujeres el derecho al aborto, con la imposición del control supremacista masculino sobre sus cuerpos y su propio ser, lo que constituye, en un sentido muy concreto, una forma de esclavización femenina. Estados Unidos es un país en el que las personas LGBT son objeto de discriminación, persecución, intimidación, vilipendio y abusos, brutalización y de plano el asesinato.
Este es un sistema en el que más de 40 millones de mujeres están atrapadas y esclavizadas en el tráfico sexual internacional y en la llamada “industria del sexo”; un sistema en el que cientos de millones de mujeres son cruelmente explotadas como parte clave de las “cadenas de suministro” de la economía mundial y del sistema capitalista-imperialista en general, en el que Estados Unidos ha sido durante décadas la potencia dominante.
Y se tiene la violencia masiva e injusta perpetrada por el imperialismo estadounidense en el “escenario internacional”:
Además de los continuos crímenes contra la humanidad llevados a cabo por Estados Unidos, tan sólo desde la Segunda Guerra Mundial, abarcando la matanza estadounidense de millones de civiles en Vietnam, y antes de eso en Corea, y los sangrientos golpes de estado que ha orquestado en Indonesia, Irán y otros lugares, en el período comprendido entre 1846 y el presente, Estados Unidos ha intervenido en los países de América del Sur y América Central —de manera militar, con golpes de estado de la CIA, o de otras maneras— en al menos 100 ocasiones, a costa de literalmente cientos de miles de muertes y una miseria sin fin para la gente de esos países.
(Esto es de mi artículo “El descarado chovinismo pro estadounidense: ‘Antiautoritarismo’ como ‘tapadera’ para apoyar al imperialismo estadounidense”, que también está disponible en revcom.us.)
Y se tiene el hecho de que Estados Unidos es (al menos hasta ahora) el único país que de hecho ha utilizado armas nucleares, con su bombardeo atómico a dos ciudades japonesas al fin de la Segunda Guerra Mundial, con la incineración instantánea de cientos de miles de civiles japoneses y el sometimiento de muchos otros a una muerte lenta y agonizante debido a los efectos de la radiación. Y luego, en tiempos más recientes, se dio la invasión ilegal de Irak por parte de Estados Unidos, basada en mentiras descaradas, y ahora la guerra de sustitutos en Ucrania, junto con preparativos activos para una guerra con China, con el creciente peligro de la aniquilación nuclear.
Todo ello bajo administraciones tanto demócratas como republicanas.
En cuanto a la afirmación de Biden (y del sector de la clase dominante que él representa) de que Estados Unidos está metido en una lucha histórica, en Estados Unidos y por todo el mundo, entre “democracia” y “autoritarismo antidemocrático”, en “‘Antiautoritarismo’ anticientífico: Al servicio del imperialismo estadounidense y en promoción del chovinismo pro estadounidense”, ofrezco la siguiente lista de algunos de los países con los cuales, tan sólo desde de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha estado aliado —y en los cuales en muchos casos ha instaurado, por medio de invasiones, golpes de estado sangrientos, etc.— gobiernos opresores que son “autoritarios” (a los cuales se tendrían que considerar “autoritarios”, según la “lógica” de los “teóricos” del “autoritarismo”):
Chile… Brasil… Haití… Cuba (antes de la revolución de 1959)… El Salvador… Nicaragua… Guatemala… Honduras… Panamá… la República Dominicana… Grecia… Polonia… Indonesia… Las Filipinas… Corea del Sur… Vietnam del Sur… China (antes de la victoria de la revolución en 1949)… Irán… Irak… Turquía… Israel.
Cabe repetir, esta es solamente una lista parcial de los gobiernos “autoritarios” a los que los imperialistas estadounidenses han respaldado —y en muchos casos han instaurado por medio de invasiones, golpes de estado sangrientos, etc.— tan sólo desde la Segunda Guerra Mundial.
Debajo de la apariencia externa de una “respetabilidad” (y hasta del aura de una “dignidad solemne”) que rodea a muchos de los “dirigentes” de Estados Unidos, se tiene la realidad de la mentalidad verdaderamente perversa y demente que se requiere que alguien tenga —o que esté compelido a adquirir— a fin de servir como altos funcionarios de este sistema. Además de los hechos y análisis que ya he ofrecido que ilustran claramente este tema básico, se tiene lo siguiente, que sirve de recordatorio de que, en cuanto a una mentalidad no sólo asesina sino verdaderamente macabra, no sólo se puede mirar a Donald Trump, o a otros republicanos fascistas, sino también a alguien como Hillary Clinton. Como se señala en un artículo reciente en revcom.us (una versión actualizada del Crimen Yanqui Caso #35: La guerra de 2011 de Estados Unidos y OTAN en Libia), en 2011, como secretaria de Estado de la administración Obama, Hillary Clinton figuraba entre los más fuertes y más acérrimos defensores del bombardeo de Estados Unidos y la OTAN al país de Libia en el norte de África, lo que condujo a la destitución del gobierno encabezado por Muamar Gadafi y, al mismo tiempo, a la muerte de miles de libios. El fin del gobierno de Gadafi también condujo a un extenso caos y a un conflicto civil dentro de Libia, que ha continuado en diversas formas al día de hoy — y que ha amplificado enormemente la muerte y la devastación resultantes de las recientes inundaciones masivas en Libia.
Como señala ese artículo de revcom.us, cuando las fuerzas opuestas a Gadafi —que se beneficiaron de los meses de bombardeos contra las fuerzas de Gadafi por parte de Estados Unidos y la OTAN— finalmente capturaron, torturaron y asesinaron al propio Gadafi, Clinton se rió en la televisión y dijo: “Vinimos, vimos, él se murió”. Pero aquellos que capturaron y mataron a Gadafi no sólo lo torturaron en un sentido vago: lo sodomizaron, de una manera especialmente brutal. Con conocimiento de eso, Clinton hizo alegremente la macabra declaración: “Vinimos, vimos, él se murió”.
Y luego se tiene al propio Barack Obama, cuya elección como “primer presidente negro” se supone que hay que considerar una gran hazaña y una “prueba” de que Estados Unidos continúa avanzando hacia “una unión más perfecta”. Lo siguiente brinda una parte, pero solamente una parte, de la verdad sobre el verdadero papel de Obama, como ejecutivo en jefe de esta potencia capitalista-imperialista verdaderamente monstruosa, y en lo más fundamental, la verdad sobre la naturaleza de Estados Unidos y de este sistema en su conjunto.
En 2012, Barack Obama pronunció estas palabras mientras elogiaba a las fuerzas armadas estadounidenses por su papel en Vietnam:
[U]no de los capítulos más dolorosos de nuestra historia fue Vietnam — más específicamente, la forma en que tratamos a nuestras tropas que cumplieron servicio allá... [Ustedes] escribieron una de las historias más extraordinarias de valentía e integridad en los anales de la historia militar.
(Barack Obama, 28 de mayo de 2012, parte de la Conmemoración de la Guerra de Vietnam)
Las fuerzas armadas estadounidenses no tenían, y no tienen, nada de “heroico”. Por el contrario, son —sin la más mínima exageración— una máquina de masivas e indecibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, un hecho concentrado sistemáticamente en sus acciones en Vietnam, con un nivel de destrucción y depravación que es casi incomprensible:
la matanza de millones de civiles vietnamitas, con incesantes bombardeos y fuego de artillería, incluso contra escuelas, hospitales, presas y otra infraestructura esencial, y el extenso uso de napalm (gelatina incendiaria), fósforo blanco, Agente Naranja y millones de municiones antipersonal, todo lo que mató quemados o mutiló a enormes números de niños y otras personas;
el arruinamiento de los medios de subsistencia de millones de vietnamitas — mediante la destrucción de grandes extensiones de tierras de cultivo y el ganado que son tan esenciales para la gente en las zonas rurales de Vietnam;
la tortura de personas detenidas como prisioneros —incluidos muchos civiles— hombres, mujeres, ancianos y jóvenes, incluso niñitos;
la mutilación de cadáveres y la exhibición, como “trofeos”, de partes corporales de los vietnamitas que mataban;
la violación en masa de mujeres y niñas vietnamitas.
Las fuerzas armadas estadounidenses y sus soldados “heroicos” perpetraron todo ello, y otras cosas.
La serie “Crimen Yanqui” incluye la historia de la masacre de My Lai en Vietnam, en la que soldados estadounidenses asesinaron sin motivo a más de 500 civiles, casi en su mayoría ancianos, mujeres y niños no combatientes. Y es un hecho bien documentado que esta masacre no fue una especie de excepción o aberración, sino que representó el enfoque y los medios esenciales de la maquinaria de guerra estadounidense en Vietnam, fomentada ideológicamente por una combinación perversa y venenosa de anti-comunismo ignorante e irracional, chovinismo pro estadounidense y racismo y misoginia grotescos que consideraban y trataban al pueblo vietnamita como “gooks” y “slopes” infrahumanos, y a las mujeres como lo más inferior de todos.
Esta es la verdadera historia del papel de Estados Unidos en Vietnam, que en la mente retorcida de los jefes de estado del imperialismo estadounidense, como Barack Obama, se considera y se elogia como “una de las historias más extraordinarias de valentía e integridad en los anales de la historia militar”.
Esto no sólo revela la mentalidad completamente corrupta de Obama —y de cualquiera que presida este sistema verdaderamente monstruoso—, sino que también es cierto que en este caso, Obama reescribe la historia de manera deliberada, y vil: pone patas arriba el verdadero papel de estos “soldados” en Vietnam. Se queja de que los “soldados” que llevaron a cabo estas atrocidades en Vietnam no recibieron ningún “agradecimiento” por cumplir su “servicio” en horrorosos crímenes de guerra, sino que las masas de personas en Estados Unidos condenaron estos crímenes de guerra, de manera justa y con razón.
Y Obama no menciona (o se niega a mencionar) el hecho de que muchos de esos soldados (y ex soldados) llegaron a rebelarse abiertamente contra lo que se les ordenó hacer en Vietnam y se convirtieron en una parte importante de la oposición masiva al papel de Estados Unidos en esa guerra. En oposición a lo que Obama elogia perversamente como heroico, esa rebelión de los soldados estadounidenses contra el gobierno y el sistema que los alentaba y ordenaba llevar a cabo atrocidades casi increíblemente horrorosas — pues, tal tipo de rebelión de veras es algo al que hay que honrar y alentar.