UNA: La teoría de la descolonización se enfoca en el efecto —la injusta y salvaje colonización y la genocida ocupación colono-colonial— y no en la causa raíz, que es el sistema del capitalismo-imperialismo. Esta teoría no puede conducir a la liberación.
La revolución del nuevo comunismo identifica científicamente la principal causa y fuente de la opresión —el capitalismo-imperialismo— y actúa para arrancarla de raíz.
DOS: Los proponentes de la teoría de la “descolonización” hablan sin cesar del “pueblo”. Pero “el pueblo” está dividido en diferentes clases con intereses fundamentalmente diferentes.
La revolución del nuevo comunismo lucha por los intereses objetivos del proletariado a nivel mundial y sobre esa base aspira a la emancipación de toda la humanidad. Como parte de eso, los estados revolucionarios bajo la dirección del nuevo comunismo actúan para arrancar de raíz todas las formas de dominación colonial, nacional, “racial” y neocolonial, y las demás formas de opresión.
TRES: Demasiados proponentes de la “descolonización” consagran la venganza por justificada; y demasiados han disculpado o hasta aplaudido el asesinato de civiles por parte de Hamas y su toma de rehenes.
El nuevo comunismo, como señala Bob Avakian, clama por “abolir el estado de Israel, y en su lugar crear un estado revolucionario en que el gobierno y las leyes no promuevan ninguna religión y no favorezcan a ningún pueblo más que otro, sino en que haya igualdad entre judíos y palestinos”. Para hacer eso, se requerirá una lucha revolucionaria total de millones de personas.
Pero nos oponemos a la idea venenosa de que los fines justifican los medios. Al contrario, insistimos, en las palabras de Bob Avakian, que incluso en la lucha total por una revolución real, “los medios tienen que corresponder con los fines”.