El 27 de noviembre entró en vigor un cese el fuego en la guerra que ha durado ya un año entre Israel y la organización libanesa Hezbolá, negociado con la mediación de Estados Unidos y Francia.
El cese el fuego dictamina que Israel y Hezbolá cesen sus ataques. El ejército israelí, que invadió el sur de El Líbano, se retirará en los próximos 60 días. Hezbolá, cuyas fuerzas dominan y operan desde hace mucho tiempo en el sur de El Líbano, se trasladará unos 29 kilómetros/18 millas al norte, lejos de la frontera de El Líbano con Israel (Israel no está obligado a alejar sus fuerzas de su frontera con El Líbano). El ejército libanés, respaldado por Estados Unidos, y algunas fuerzas de la ONU se desplegarán en las zonas fronterizas del sur de El Líbano con la tarea de impedir el regreso de Hezbolá. Estados Unidos e Israel supervisarían la aplicación del acuerdo, junto con Francia y otros países.
Biden dijo que este acuerdo “nos recuerda que la paz es posible. Digámoslo una vez más: la paz es posible”.
¿La paz? Desde que se declaró el cese el fuego, Israel ha atacado a objetivos en El Líbano más de 100 veces y ha matado al menos a una docena de personas en El Líbano. El 30 de noviembre, bombardeó supuestas instalaciones de Hezbolá en la frontera entre El Líbano y Siria y en el sur de El Líbano. El 2 de diciembre, Israel bombardeó lugares “por todo El Líbano”, matando al menos a 10 personas e hiriendo a tres. El 3 de diciembre, Israel mató a más personas en el sur de El Líbano.
¿Qué pasa?
Un cese el fuego que le otorga a Israel el “derecho” de seguir bombardeando a El Líbano
Bajo este “cese el fuego”, se permite que Israel siga atacando a El Líbano porque este acuerdo fue redactado por Estados Unidos e Israel al servicio de sus propios objetivos y agenda1.
Biden lo dejó en claro cuando anunció el acuerdo. Denunció a Hezbolá como una organización terrorista y le echó la culpa por la guerra, a pesar de que fue Israel el que escaló radicalmente lo que había sido un conflicto de nivel menor hasta que lo convirtiera en una guerra total el 17 de septiembre de 2024.
Biden afirmó que cualquier intento de Hezbolá de rearmarse o reconstruir su infraestructura, gran parte de la cual fue destruida por Israel, sería considerado una violación de este acuerdo (que fue redactado en consulta con Israel y Francia): “No se permitirá —lo recalco— no se permitirá que lo que quede de Hezbolá y otras organizaciones terroristas vuelvan a amenazar a la seguridad de Israel… No se permitirá que se reconstruya la infraestructura terrorista de Hezbolá en el sur de El Líbano”.
No hizo semejantes exigencias a Israel y sus estructuras militares, culpables de llevar a cabo crímenes de guerra y el genocidio en Gaza y Cisjordania, así como en El Líbano.
Biden continuó: “Estemos claros — déjenme estar claro: si Hezbolá o cualquier otro incumple el acuerdo y representa una amenaza directa a Israel, pues Israel se reserva el derecho a la defensa propia… ”2.
En otras palabras, si Hezbolá realizara cualquier medida para mantenerse activo, reagruparse o reconstruirse, esto se consideraría una violación del acuerdo e Israel tendría el “derecho” de atacar. Una vez más, no se estipula ninguna demanda semejante para Israel.
El segundo párrafo del acuerdo lo subraya: exige que los grupos libaneses (como Hezbolá) detengan “todas las operaciones contra Israel”. Pero a Israel sólo restringe que emprenda acciones “ofensivas”. En otras palabras, siempre que Israel alegue que actúa en defensa propia, puede seguir atacando a objetivos dentro de El Líbano, ¡lo que no constituye una violación del acuerdo!3.
Y eso es precisamente lo que Israel ha venido alegando para justificar sus continuos ataques contra El Líbano. El 30 de noviembre, Israel bombardeó un lugar en la frontera de El Líbano con Siria que, según se afirma, Hezbolá “utilizaba activamente” para transportar armas, lo que Israel declaró una violación del cese el fuego. El mismo día atacó a otros tres lugares en el sur de El Líbano porque supuestos miembros de Hezbolá estaban “acercándose a las estructuras de Hezbolá” o cargando armas en vehículos y realizando “actividades terroristas” en una instalación de Hezbolá. Israel afirma que esos ataques son acciones defensivas, no ofensivas4.
Redactaron un cese el fuego al servicio de los objetivos e intereses de guerra del imperialismo estadounidense y de Israel
Esta guerra se inició el 8 de octubre de 2023, cuando Hezbolá, una organización fundamentalista islámica reaccionaria respaldada por Irán, comenzó a disparar cohetes contra el norte de Israel en represalia por el genocidio que Israel había lanzado en Gaza el día anterior. Israel había venido respondiendo al fuego, y el 17 de septiembre desató una guerra total —en realidad una matanza— contra Hezbolá y el pueblo de El Líbano. Lo hizo con armas, datos de espionaje y el respaldo total de Estados Unidos.
El sufrimiento ha sido terrible: al 27 de noviembre de 2024, casi 4.000 libaneses han resultado asesinados, 16.500 heridos, más de un millón de expulsados de sus hogares y Hezbolá había salido muy debilitado. (También murieron cien israelíes y unos 60.000 tuvieron que abandonar sus hogares).
Después de que Israel sometió con bombardeos a Hezbolá y a El Líbano5, Estados Unidos, su socio imperialista Francia e Israel redactaron este acuerdo de “cese el fuego” y básicamente lo impusieron a Hezbolá y al gobierno de El Líbano.
El escritor Ahmed Eldin lo llama “un cese el fuego sólo de nombre” escribiendo: “Una lectura más atenta del acuerdo demuestra que se creó para servir de herramienta para el dominio estadounidense e israelí sobre un Líbano fracturado y frágil que ayuda a garantizarle a Israel una impunidad interminable”.
Como escribimos en revcom.us la semana pasada, este cese el fuego tiene de objetivo legitimar la masacre asesina de civiles por parte de Israel, consolidar sus avances en el campo de batalla en El Líbano y fortalecer la influencia de Israel y el imperialismo estadounidense en El Líbano. Pero su propósito también es ayudar a facilitar que Israel complete su genocidio en Gaza, continúe su violenta campaña de limpieza étnica de la Cisjordania palestina y le permita centrarse en su principal enemigo en la región, Irán.
Nada de esto guarda relación con obtener “la paz” o poner fin a los horrores de la guerra en El Líbano o en cualquier otro lugar del Medio Oriente.
¿Por qué Estados Unidos actúa de manera tan engañosa y tan asesina?
La respuesta corta: el sistema del capitalismo-imperialismo.
Los imperialistas estadounidenses están armando, financiando y apoyando activamente la matanza israelí en El Líbano porque considera que corresponde a los intereses de su imperio global: quieren aniquilar a Hezbolá y su puntal, Irán, y tratar de convertir a Estados Unidos e Israel en los actores dominantes en El Líbano, en lugar de Hezbolá.
¿Por qué están dispuestos a masacrar a miles de personas, y a mentir al respecto, para fortalecer a Israel y controlar a El Líbano? Debido a que Israel es su perro de ataque esencial en el Medio Oriente y debido a que controlar a El Líbano es parte de controlar a todo el Medio Oriente. Y controlar al Medio Oriente, con sus vastas reservas de combustibles fósiles, sus cruciales rutas comerciales y su importancia militar —en la intersección de Europa, Asia y África— es crucial para imponer y mantener su sistema capitalista-imperialista global de saqueo, explotación y opresión, aunque para lograrlo se arriesga a guerras regionales o incluso globales.
¿Qué nos enseña todo esto?
Que el líder revolucionario Bob Avakian tiene razón cuando dice:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando el mundo y determinando el destino de la humanidad. Y es un hecho científico que la humanidad no tiene que vivir así — es posible una forma completamente diferente de organizar la sociedad, un mundo completamente mejor.
En cambio:
DECLARAMOS Y EXIGIMOS: Es necesario abolir y desmantelar el sistema capitalista-imperialista y las instituciones de gobierno existentes en Estados Unidos — y reemplazarlos por un nuevo sistema socialista basado en la CONSTITUCIÓN PARA LA NUEVA REPÚBLICA SOCIALISTA EN AMÉRICA DEL NORTE.