El 16 de septiembre, una mujer curda de 22 años, Mahsa Amini, fue detenida por las autoridades por desviaciones menores del estricto código de vestimenta que el régimen fundamentalista islámico impone a las niñas y mujeres. Mahsa murió bajo su custodia. Esta fue la gota que colmó el vaso, lo que desató un torrente de furia y dolor contra el odiado régimen entre millones de mujeres y hombres iraníes.
Cinco semanas más tarde, incluso ante una represión verdaderamente bárbara y asesina1, el torrente ha continuado sin descanso en todo el país, atrayendo a nuevas fuerzas de entre los jóvenes de las escuelas secundarias, las muchas nacionalidades oprimidas en Irán, artistas, piratas informáticos y muchos otros.
Las alumnas de secundaria entran en la batalla
A partir de principios de octubre, a pesar de las palizas y los asesinatos de manifestantes a fin de ahuyentar a la gente de las calles, miles de muchachas de secundaria totalmente intrépidas comenzaron a entrar en el movimiento y pronto se convirtieron en una fuerza importante e inspiradora, con protestas en las aulas, los patios de recreo y las calles.
Las autoridades iraníes aplican tanta brutalidad a estas valientes muchachas como lo han aplicado a los adultos. El 8 de octubre, la policía baleó a quemarropa a Abolfazl Adinezadeh, 17, durante las protestas en la ciudad de Mashad. Cuando sus padres fueron a recogerlo a la comisaría, el 9 de octubre, estaba muerto a causa de las graves heridas sufridas en el hígado y los riñones.
Cuatro días más tarde, las autoridades de la escuela secundaria Shahed de la ciudad iraní de Ardabil2 intentaron obligar a las muchachas ahí a cantar “Hola Comandante”, un himno que alaba al líder supremo Jamenei. Muchas de ellas respondieron con coros contra el gobierno, y fueron atacadas y golpeadas por agentes de seguridad vestidos de civil. Al volver a clase, fueron atacadas de nuevo: siete estudiantes resultaron heridas y diez fueron detenidas. Asra Panahi, 15, fue una de las golpeadas y posteriormente murió en el hospital a causa de sus heridas3 Esto provocó a su vez furiosas protestas en Ardabil, con multitudes que lanzaban piedras al grito de “Libertad” y se enfrentaban a las fuerzas de seguridad.
La BBC informa de que el ministro de Educación iraní ha confirmado que un número indeterminado de niños “habían sido enviados a ‘centros psicológicos’ tras ser detenidos supuestamente por participar en las protestas”.
Todo esto ha suscitado aún más determinación por parte de los jóvenes. Hablando del asesinato de Asra y otros adolescentes, una muchacha de 19 años de edad dijo:
No tengo ningún pariente en Ardabil, pero con esta brutal racha de represión contra nuestras hermanas, que sólo tenían 16 años, han despertado a toda la nación. Nunca supimos que estuviéramos tan unidos, tanto en las regiones beluchis como en las curdas4. El mundo ha oído hablar de Nika, Sarina y Asra, pero hay tant@s otr@s niñ@s sin nombre de los que no sabemos nada. No es sólo la muerte de Asra. La República Islámica ha estado matando a nuestra gente durante 40 años, pero nuestras voces no se escucharon.
Que el mundo sepa que esto ya no es una protesta: estamos llamando a una revolución. Ahora que todos escuchan nuestras voces, no pararemos.
Masacre en la prisión de Evin
“Prisión de Evin”: las palabras por sí solas han evocado el miedo en los corazones del pueblo iraní durante más de 50 años. Evin es un enorme complejo de edificios penitenciarios que alberga hasta 15.000 reclusos, desde personas condenadas por delitos menores hasta disidentes cuyo “delito” es alzar la voz o protestar contra el régimen bárbaro. Evin fue una funesta mazmorra y cámara de tortura bajo el cha de Irán respaldado por Estados Unidos hasta su derrocamiento en 1979, y no ha cambiado bajo los teócratas fascistas que ahora gobiernan en Irán.
El 15 de octubre, en medio de los disparos, gases lacrimógenos y palizas desencadenadas por las autoridades penitenciarias contra los reclusos, se produjo un gran incendio en uno de los edificios principales. Aún se desconocen muchos detalles de esa noche, como por ejemplo cómo se inició el incendio. Pero lo que parece claro a partir de las pruebas y los testimonios disponibles es que las autoridades penitenciarias llevaban días preparándose para algún tipo de asalto contra los presos, y que la noche del 15 de octubre lo llevaron a cabo, provocando la muerte de al menos ocho presos y al menos 61 lesionados5.
Un informe de Reuters describe un cuadro vívido del despliegue de terror y heroísmo dentro de la prisión:
Las tensiones aumentaron cuando los reclusos, provocados por los policías antidisturbios que coreaban consignas religiosas y golpeaban con sus porras las puertas de las celdas, respondieron con “Muerte a Jamenei”. Luego, hacia las 20 horas, la policía antidisturbios efectuó disparos... [Un recluso del pabellón de prisioneros políticos dijo] “Cuando oímos los disparos y los coros, intentamos romper la puerta y salir al pasillo para ayudar a otros presos del pabellón 7 que habían roto la puerta y se estaban enfrentando a la policía antidisturbios y a los guardias de la prisión en el pasillo. Todos estaban asustados”. ... La policía antidisturbios y los guardias de la prisión dispararon gases lacrimógenos y perdigones metálicos a cientos de presos y golpearon a la gente con porras. ...” Abrieron la puerta de nuestro pabellón (8) y nos dispararon con pistolas de perdigones. Dispararon gases lacrimógenos. Había docenas, docenas de ellos ahí. Muchas personas de nuestro pabellón estaban heridas y no podían respirar. ... Podíamos oír disparos, los presos gritaban, los guardias gritaban, abrieron la puerta y lanzaron tanto gas lacrimógeno dentro y utilizaron pistolas de perdigones. Muchos reclusos se desmayaron, decenas de ellos resultaron heridos. Era como una zona de guerra”6.
Amnistía Internacional (AI) habló con presos, familiares y periodistas y activistas de derechos humanos que tienen contactos dentro de la prisión. Informa:
Las autoridades iraníes les han echado la culpa a los presos por el incendio que afectó a varias zonas de la prisión de Evin el 15 de octubre, pero las pruebas reunidas por Amnistía Internacional hacen temer que las autoridades traten de justificar su sangrienta represión de los presos con el pretexto de combatir el incendio y evitar la fuga de presos. ... Los funcionarios de la prisión de Evin y la policía antidisturbios dispararon repetidamente gases lacrimógenos y perdigones metálicos contra cientos de presos, y sometieron a muchos de ellos a brutales palizas con porras, especialmente en la cabeza y la cara. ... Los informes presenciales que han salido desde el interior de la prisión indican que las fuerzas de seguridad apuntaron con sus armas a la cabeza de varias presas y que también quizá dispararan munición real contra algunos presos varones.
Las autoridades iraníes han confirmado hasta ahora la muerte de ocho presos y 61 lesionados, pero los presos temen que el número de muertos y heridos sea mucho mayor. En consonancia con las pautas de negacionismo y encubrimiento de sus crímenes que vienen aplicando desde hace tiempo, las autoridades se apresuraron a emitir declaraciones en las que atribuían las muertes a la asfixia por inhalación de humo y a las peleas entre los reclusos.
La fuerza arbitraria y abusiva empleada por las fuerzas de seguridad y los funcionarios de prisiones iraníes contra los presos que estaban confinados dentro de los muros de una prisión afectada por un incendio y no tenían ninguna posibilidad de escapar ofrece otra evidencia de la extrema brutalidad que las autoridades iraníes utilizan habitualmente para aplastar el disentimiento7.
Además, AI señaló el reconocimiento por parte de las autoridades penitenciarias de que la prisión de Evin está rodeada de campos de minas antipersona. En virtud del derecho internacional, estas minas son ilegales en cualquier circunstancia, y ponen de manifiesto la barbarie de las autoridades iraníes.
Sobre la base de este panorama aún incipiente, Amnistía Internacional emitió una exigencia: “Las autoridades iraníes deben permitir inmediatamente el acceso sin obstáculos de observadores internacionales independientes a las cárceles iraníes para investigar el estremecedor uso de la fuerza ilegal por parte de las fuerzas de seguridad en la prisión de Evin, en Teherán, el 15 de octubre, y para proteger a los presos de nuevos asesinatos, torturas y otros malos tratos ilegítimos”.
Un incendio que sigue extendiéndose
Hasta ahora, a pesar de la enorme y espeluznante violencia desatada por la República Islámica, las protestas han continuado, han atraído a nuevas fuerzas y han desarrollado nuevas tácticas para hacer frente a la intensa represión: es un incendio que sigue extendiéndose.
Es especialmente notable la profundidad de la resistencia en zonas de nacionalidades oprimidas como el Curdistán, Beluchistán y Azerbaiyán, donde la furia por el trato a las mujeres también está conectándose con las décadas de furia por la discriminación contra los pueblos minoritarios. Un informe reciente de Tabriz —la capital de la provincia de Azerbaiyán Oriental— la describe como un “hervidero de disturbios”, con gente que prende incendios y se enfrenta a la policía hasta bien entrada la noche. La ciudad de Marivan, en el Curdistán, ha sido otro centro de protestas, con “mujeres jóvenes que se quitan el velo en público y corean consignas contra el gobierno”.
Como informamos anteriormente, las huelgas también han estallado en el estratégico sector petrolero, y un informe más reciente dice que las huelgas se han extendido a “fábricas de gas, productos petroquímicos, tubería, caña de azúcar y neumáticos”. Los artistas han dado pasos como verter tinte rojo en las fuentes de Teherán para que pareciera que estaban llenas de sangre, o proyectar el rostro de Mahsa Amini en el lado de un bloque de torres residenciales mientras los manifestantes coreaban consignas desde apartamentos y tejados.
Todo esto subraya la gran urgencia de organizar la solidaridad de masas con el pueblo iraní y de difundir el análisis y la dirección del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta) en Estados Unidos y en todo el mundo.