Imagínate que esto era tu hijo:
En la primaria Ryan (que ahora tiene 16 años) sentía que era niño. Antes de la pubertad él pensaba que “no había mucha diferencia entre niños y niñas” y que él “podía aguantar una existencia en medio”. … Pero al acercársele la pubertad, le daba cada vez más ansiedad sobre los cambios inminentes en su cuerpo. Empezó a vomitar cada mañana antes de la escuela. Al cambiar su voz, Ryan quería dejar de hablar por completo. Sus padres lo llevaron con un terapeuta, y después de dos años de psicoterapia y consultas con sus padres y doctores, los doctores de Ryan le recetaron la hormona masculina testosterona. Ryan empezó a encontrar su voz de nuevo. Empezó a alzar la mano en la clase, participar en la escuela y verse en el espejo. Ryan dice ahora que ese tratamiento le salvó la vida. Para sus padres, simplemente no es una opción quitarle esta atención médica. Su mamá dice “Me preocupa su capacidad de sobrevivir. Perderlo me quebraría1.
Lo que Ryan experimentaba se conoce como la “disforia de género”. La disforia de género es una condición médica marcada por un profundo descontento con el sexo biológico de la persona y un deseo de vivir como otro género o convertirse en otro género.
Para captar cómo se siente esto, imagínate que sientes que algo completamente fuera de tu control está a punto de apoderarse de ti. Que la pubertad y todos los cambios físico asociados harán que te sientas completamente fuera de tu cuerpo, disgustado por tu propia piel.
Lo que Ryan recibió —lo que él siente que le salvó la vida— se conoce como la “atención médica de afirmación de género”. Es una serie de tratamientos —que van de la terapia psicológica a medicamentos que retrasan el comienzo de la pubertad, a la cirugía de transición de género— que ayudan a hacer que los rasgos físicos de una persona correspondan con el género con el cual se identifica. (Para los menores de edad, la cirugía de transición de género es muy poco común.) La Asociación Médica Estadounidense, asociaciones de pediatras y de psicólogos, y otras asociaciones médicas importantes reconocen la atención médica de afirmación de género como un tratamiento apropiado de la disforia de género. (Si bien hay cuestiones médicas reales, y debate científico en curso, sobre la secuencia apropiada de tratamientos para personas que experimentan la disforia de género — estos ataques fascistas no guardan ninguna relación en absoluto con esas cuestiones reales. Se tratan de perseguir de chivo expiatorio de manera despiadada y deshumanizar a la gente trans e imponer violentamente estrictos roles de género patriarcales.)
Piensa en Ryan y sus padres cuando lees lo siguiente.
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El 18 de junio, la mayoría fascista cristiana en la Corte Suprema dictaminó que es legal el Proyecto de Ley Estatal 1 (SB1) de Tennessee, que prohibiría la atención de afirmación de género para personas trans menores de 18 años. El fallo en este caso, Estados Unidos contra Skrmetti, se decidió por un voto de 6 a 3. (Skrmetti es el fiscal general fascista cristiano del estado de Tennessee y representó a Tennessee en este caso).
El fallo en este caso da luz verde a los otros 27 estados en Estados Unidos que tienen prohibiciones a la atención de afirmación de género. Además, contribuye a la despiadada deshumanización fascista de las personas trans, y actúa para “erradicarlas” de la vida pública.
Más de 50 personas organizadas por @genderlib protestaron en las escalinatas de la Corte Suprema de los Estados Unidos contra la decisión Skrmetti. Nueve organizadores participaron en desobediencia civil no violenta y fueron arrestados. Foto: IG: @genderlib
Los fascistas cristianos han declarado abiertamente que este es su objetivo. En 2023, un prominente fascista, al hablar en la reunión anual de la CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora), dijo: “...no puede haber término medio al lidiar con el transgenerismo... Hay que erradicar el transgenerismo por completo de la vida pública”. Y desde el primer día del régimen fascista de Trump, han trabajado sistemáticamente y en diversos sentidos para que esto sea realidad: purgando a las personas trans del ejército, emitiendo órdenes ejecutivas que niegan su existencia, amenazando de forma cruel a los deportistas adolescentes. Y lo justifican todo eso mediante la deshumanización y una histeria antitrans.
El despiadado impacto nacional de la ley antitrans de Tennessee
En Tennessee y en estados de todo Estados Unidos, miles de niños como Ryan se quedarán sin salida, excepto desarraigarse completamente y mudarse a un estado donde esta atención sea legal, si tienen los medios para costearla.
Pero hasta esa vía se está cerrando. Según la ACLU, desde 2021, 25 estados han prohibido rotundamente la atención de afirmación de género, y actualmente hay 156.500 jóvenes transgénero que viven en 32 estados donde han restringido el acceso a esta atención, o está sujeta a ser prohibido debido a la legislación presentada en esta sesión de la legislatura. Están impugnando la mayoría de estas leyes en los tribunales. Y si bien el fallo Skrmetti no implica automáticamente que también se ratifiquen estas otras leyes, Skrmetti sí refuerza sus posibilidades y, sin duda, impulsará otras prohibiciones, así como otros ataques a los derechos de las personas transgénero.
Seamos claros: esto se traducirá en la destrucción espiritual o física de la vida de decenas de miles de personas en todo el país. La tasa de suicidio entre jóvenes transgénero ya es alarmantemente elevada — según una estimación, “hasta un tercio de los estudiantes transgénero de secundaria intentan suicidarse cada año”2. Es muy probable que la proliferación de leyes antitrans y el venenoso ambiente de desprecio hacia las personas trans empeoren aún más esta tasa.
Y ahora sale otro crimen encima de los otros: ¡se va a suspender la sección de la línea telefónica nacional de prevención del suicidio que atiende a los jóvenes LGBTQ debido a que el régimen de Trump acaba de recortar la financiación!
La lógica fascista cristiana incorporada en el fallo de la Corte Suprema
La mayoría de la Corte Suprema dictaminó que el SB1 no viola la “Cláusula de Igual Protección” de la Constitución al discriminar por motivos de sexo. (La Cláusula de Igual Protección3 significa que las leyes aprobadas por los estados, o a nivel nacional, deben proveer igual protección a todas las personas y no pueden discriminar por motivos de pertenecer a un grupo especial [es decir, discriminación contra las mujeres, las personas negras, etc.]).
Pura mentira. El SB1 prohibiría ciertos tratamientos médicos en el caso de que formen parte de lo que se requiere para la atención de afirmación de género. Por ejemplo, los médicos pueden recetar bloqueadores hormonales a niños o niñas en el caso de que tengan una afección médica que les provoca la pubertad prematura. Pero ahora es ilegal en Tennessee que ese mismo médico recete bloqueadores hormonales a niños o niñas en el caso de que padezcan la condición médica de disforia de género.
Esto es una discriminación abierta —y ahora legal— contra los jóvenes trans. ¿Y qué dijo la Corte Suprema para justificarlo?
Confirmó la enfermiza lógica de Tennessee de que “estas prohibiciones [contra la atención de afirmación de género] tienen de objetivo” la protección de los menores contra daños físicos y emocionales al “instar a los menores a apreciar”, en lugar de “desdeñar”, su sexo.
Traduzcamos lo que los fascistas en la Corte y el fiscal general de Tennessee quieren decir con “apreciar su sexo”. No cabe duda de que no se refieren a sentirse cómodo con su propio cuerpo. Al contrario, lo que se desprende aquí es más bien: “apreciar y aprender a encajar en los roles de género asignados (opresivos y asfixiantes) en el orden patriarcal de la sociedad”.
Ésta es la lógica del fascismo cristiano, ahora zampada en la ley.
Estigmatización, satanización, aislamiento: sentar las bases para aún más ataques represivos contra la gente trans
“Estos colores no huyen corriendo de los fascistas”. Del Desfile del Orgullo Mundial, Washington, D.C., 7 de junio. Foto: AP
El objetivo de los fascistas es castigar a las personas transgénero, humillarlas y hacer que sea imposible que existan como personas trans. Están obligando a las personas trans a tener en sus documentos oficiales y de identificación una indicación del sexo con el que nacieron, aunque eso contradice su género. Además, las están sometiendo a muchas otras formas de humillación y peligro en público.
No solo han obligado a las personas trans a renunciar en masa a las fuerzas armadas al inicio del Mes del Orgullo, sino que el Pentágono afirmó que ser transgénero era una forma de deshonestidad, alegando que ser transgénero era incompatible “con el compromiso de un soldado con un estilo de vida honorable, veraz y disciplinado, incluso en la vida personal”. Y ahora resulta que marcan los documentos de baja de los oficiales trans con el código “JDK”, lo que significa que “no son claramente compatibles con los intereses de la seguridad nacional”.
Trump ha hecho de la deshumanización de las personas trans, un elemento central de la manera en que está azuzando a su base social fascista, lo que incluye contra sus enemigos políticos. El 15 de junio, Trump posteó en Truth Social: “Estos demócratas radicales de izquierda están enfermos de la mente, odian a nuestro País y de hecho quieren destruir a nuestras Comunidades Urbanas Marginales… Por eso creen en Fronteras Abiertas, Transgénero para Todos, y que los Hombres participen en Deportes Femeninos”4. (Cursiva añadida).
Al día siguiente, el 16 de junio, Donald Trump, hijo lo siguió con la declaración de que “el movimiento transgénero radical es, per cápita, la amenaza terrorista interna más violenta en Estados Unidos, y probablemente en el mundo entero”. (Énfasis añadido).
¿Qué hay detrás de esto?
Estos fascistas están impulsados por una venganza oscurantista contra cualquier avance en desarraigar los roles de género patriarcales tradicionales, con la idea retrógrada de que las mujeres deben ser incubadoras, amas de casa y cuidadoras domésticas, y los hombres los defensores fuertes de la familia, el hogar y la nación. Los fascistas cristianos creen que estos roles se determinan al nacer y que un dios patriarcal inexistente los han santificado.
Como lo expresó un fiscal general de un estado republicano al celebrar la decisión Skrmetti: “Los niños son niños y las niñas son niñas”.
La mera existencia de las personas trans y la impugnación general de estos roles de género asfixiantes aplasta-almas desafían a todo esto. La reivindicación. por parte de las personas LGBT en general, de su derecho a vivir y amar de forma diferente las ponen en una oposición aguda a aquellos que imponen el viejo orden, y a su vez, suscita de manera más amplia un debate profundo y muy necesario sobre la diversidad humana.
Y debido a los grandes cambios políticos y económicos durante las últimas décadas, estos fascistas tienen la sensación existencial de que todo esto “se les ha salido del control” y que es necesario hacer que retroceda de manera violenta y forzosa. (Para comprender más profundamente lo que ha engendrado este fascismo, escuchen el e-mensaje de Bob Avakian, REVOLUCIÓN #118, Este sistema ha engendrado el fascismo de Trump y MAGA: ¡La gente, a millones, debe ponerle fin a este régimen fascista —YA— antes de que sea muy tarde!
Este ataque fascista total tiene el objetivo de expulsar de la vida pública a las personas trans. También se propone aislarlas del resto de la población, e incitar a la violencia “no oficial” de MAGA y/o justificar la violencia estatal.
Como dijimos en nuestro artículo del 28 de mayo,
El régimen de Trump está librando una guerra total contra las personas trans: criminalizando su existencia, impidiendo que existan en los espacios públicos, bloqueándoles el acceso a servicios médicos y deshumanizándolas despiadadamente. La embestida patriarcal contra las mujeres y la gente LGBT es una fuerza impulsora en el programa fascista general de supremacía blanca abierta, fea xenofobia (odio de supuestos “extranjeros”) tipo Estados Unidos Ante Todo, de culpar a los inmigrantes de todo mal y de gobernar mediante la franca violencia y terror.
La manera específica en que están azuzando una histeria irracional contra la gente trans trae a la mente el tipo de mentiras que han impulsado a las turbas de linchamiento y violencia genocida a lo largo de la historia.
Mandados por un tubo por los demócratas
¿Y qué posición tienen los demócratas en todo esto? Los líderes demócratas llevan tiempo argumentando que los temas de la “guerra cultural” (como la defensa de los derechos básicos, la dignidad y la supervivencia de las personas transgénero, o de los inmigrantes) son una “distracción” de los asuntos en los que debería centrarse la atención: la inflación, la atención médica, etc. De hecho, justo después de la indignante decisión en Skrmetti, el senador Chuck Schumer, uno de los máximos líderes demócratas, posteó: “La cruel cruzada de los republicanos contra los niños trans es totalmente un intento de desviar la atención de sus esfuerzos por arrebatar la atención médica a millones de estadounidenses. Seguiremos luchando y seguiremos marchando hacia adelante”.
Si bien menciona brevemente la “cruel cruzada contra los niños trans”, Schumer inmediatamente cambia de enfoque para insinuar que la creciente y altamente peligrosa persecución de las personas trans es una distracción de los problemas económicos “concretos”, y que es por esos que la gente debería seguir luchando y marchando. Y Schumer nos está diciendo que los demócratas están perfectamente dispuestos a mandar por un tubo a las personas trans para que puedan “tender la mano al otro lado del pasillo” para formar alianzas con los “republicanos moderados” y los “votantes indecisos” en materia de los recortes a la atención médica.
Esto es como si una persona en Alemania, bajo el régimen nazi de Hitler, dijera que Hitler estaba persiguiendo al pueblo judío para distraer a todos de la fallida política económica de los nazis.
Como dijo el líder revolucionario Bob Avakian en su e-mensaje REVOLUCIÓN #115, ¡Que se largue el régimen fascista de Trump —YA— antes de que sea muy tarde!:
Los demócratas en su conjunto son incapaces y reacios a reconocer plenamente y actuar conforme a la comprensión de que las “normas” —la “política habitual” y la “forma habitual de hacer las cosas”— no pueden detener a este régimen fascista de Trump, decidido a desafiar y pisotear estas “normas”, incluyendo la Constitución y el estado de derecho que esta establece. (Ahora mismo, importantes políticos y operadores del Partido Demócrata están “debatiendo” si es necesario y “buena política” defender el estado de derecho y el debido proceso, ¡ante las flagrantes violaciones de Trump al respecto! Ninguna fuerza política que realmente se preocupe por los derechos fundamentales de la gente podría “debatir” si debería defenderlos).
Ya se hace tarde
Lo que describimos en todo esto, y lo que está concentrado en el ataque de la Corte Suprema a la atención de afirmación de género, así como en los ataques más amplios a las personas trans, se está desarrollando como una parte importante del impulso de MAGA hacia una consolidación represiva fascista total de la sociedad.
Hay que defender a las personas trans, como parte de tomar la ofensiva contra toda esta embestida fascista.
En otro e-mensaje, Bob Avakian lo expresa así:
Toda persona que anhele ver un fin a la opresión por motivos de raza, sexo y género —y un fin a la opresión cruel y asesina y a la tiranía sin ley en general— tiene que participar activamente, ahora y de manera continuada, en el movimiento masivo que se necesita con urgencia para derrotar a este fascismo de Trump y MAGA — para crear las condiciones en Estados Unidos en que este régimen fascista no pueda gobernar, no pueda permanecer en el poder y no pueda cometer los horrores aún peores los que está actuando para imponer violentamente.
Y a medida que unimos a todos los que se pueda unir en esta lucha, necesitamos abrir un debate y conversación más amplio sobre lo que está impulsando este fascismo, y además qué tipo de sistema radicalmente diferente es tanto necesario como posible. Hay que preguntar: ¿qué tipo de sociedad insiste en que la vida de las personas, y su propia existencia, tiene que estar tan estrechamente limitada y constreñida por un accidente biológico al nacer? ¿Por qué restringir las relaciones entre las personas a un conjunto de relaciones sociales forjadas en sociedades opresivas hace siglos? ¿Quiénes podríamos ser —y qué tipo de sociedad liberadora podríamos crear— si nos esforzáramos por hacer añicos y superar todas las “cadenas de la tradición” que contribuyen a fortalecer esos roles de género tradicionales y opresivos?
La visión panorámica y el plano concreto para eso se exponen en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. Una sociedad cuyo objetivo es arrancar de raíz y abolir todas las relaciones de opresión y explotación, y emancipar a la humanidad en su conjunto.
¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista!
¡Que se largue el régimen fascista de Trump YA!
Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente.