En 2023, un fascista prominente dijo en un discurso en la reunión anual de la CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora): “…no puede haber una posición intermedia para tratar al transgenerismo. … Hay que erradicar al transgenerismo por completo de la vida pública”.
Right Wing Watch [Observatorio a la Derecha] @RightWingWatch: Michael Knowles declara ante la CPAC que “no puede haber una posición intermedia para tratar al transgenerismo... Hay que erradicar al transgenerismo por completo de la vida pública”.
Kristen Doerer @k2doe: “Si [el transgenerismo] es falso, pues para el bien de la sociedad... hay que erradicar al transgenerismo por completo de la vida pública”, afirma Michael Knowles de The Daily Wire en la #CPAC2023.
Estos ataques nunca se trataron de “proteger a los niños”, sino de erradicar a las personas trans.
Paso a paso, una ley fascista tras otra, eso es exactamente lo que está haciendo el régimen de Trump y MAGA.
El régimen de Trump está librando una guerra total contra las personas trans: criminalizando su existencia, impidiendo que existan en los espacios públicos, bloqueándoles el acceso a servicios médicos y deshumanizándolas despiadadamente. La embestida patriarcal contra las mujeres y la gente LGBT es una fuerza impulsora en el programa fascista general de supremacía blanca abierta, fea xenofobia (odio de supuestos “extranjeros”) tipo Estados Unidos Ante Todo, de culpar a los inmigrantes de todo mal y de gobernar mediante la franca violencia y terror.
La manera específica en que están azuzando una histeria irracional contra la gente trans trae a la mente el tipo de mentiras que han impulsado a las turbas de linchamiento y violencia genocida a lo largo de la historia. Los fascistas presentan un escenario de “profesionales médicos… que mutilan y esterilizan a un número creciente de niños impresionables bajo la afirmación radical y falsa de que los adultos puedan cambiar el sexo de un niño”1. Tratan a las mujeres trans de “depredadores” que quieren singularizar y asaltar a mujeres y niñas. Mediante leyes y órdenes executivas, el régimen fascista a la fuerza está tratando de consagrar estrictos roles de género — en otras palabras, hacer que el estado imponga lo que significa a las mujeres ser mujeres, y a los hombres ser hombres. Actúan como si no existieran personas transgénero que experimentan lo que se conoce como la disforia de género. Al contrario, declaran que hay “extremistas de la ideología del género”, por alguna razón demente, que están tratando de corromper y confundir a los niños.
Escribimos en revcom.us en enero:
Un informe que publicó la Universidad de California-Los Ángeles en 2022 dijo que hay 1,3 millones de adultos y 300.000 jóvenes de 13 a 17 años de edad que se identifican como transgénero. Es posible que el porcentaje sea mayor entre los adultos jóvenes. En un país de más de 340 millones de habitantes, el porcentaje de las personas que se identifican como transgénero es minúsculo. Pero se ha dado un ataque fascista muy grande, cruel y denigrante contra la gente trans, y cunde mucha confusión patriarcal y mucha ignorancia entre las masas más amplias.
La disforia de género es una condición médica real la cual no se puede borrar por decreto presidencial. La disforia de género se trata de un profundo descontento con el sexo biológico propio de una persona, y un deseo de vivir como otro género o convertirse en otro género. Si bien hay cuestiones médicas reales sobre el curso apropiado del tratamiento para las personas que experimentan la disforia de género — estos ataques fascistas no tienen ninguna relación en absoluto con esas cuestiones médicas reales. Se tratan de perseguir de chivo expiatorio de manera despiadada y deshumanizar a la gente trans e imponer violentamente estrictos roles de género patriarcales.
Atacar con saña a las personas trans
Durante los primeros tres meses y pico de la administración de Trump, éste firmó por ahí una docena de declaraciones ejecutivas que, en total o en parte, atacan y tratan de marginar, satanizar y borrar a la gente trans2. Algunas hasta prohíben usar la palabra “transgénero” en documentos federales3.
Estas órdenes han estado acompañadas de un tsunami de proyectos de ley anti-trans en las legislaturas de los estados y en el congreso (850 proyectos de ley a nivel de los estados ya al 19 de abril, de los cuales 51 ya se aprobaron y se convirtieron en ley).
Setenta y tres de estos proyectos de ley “eliminarían por completo el reconocimiento legal de la gente transgénero, a menudo con la revocación de licencias de manejar actualizadas, borrar indicadores correctos de género, e invalidar documentos de identificación”4. Un proyecto de ley en Texas penalizaría como delito mayor que una persona trans solicitara una licencia de manejar que la identificara con el género al cual ha hecho la transición (a diferencia del género que se le asignó al nacer).
Esto penaliza la existencia de la gente trans. Y constituye una crueldad calculada.
Para conseguir un documento de identificación válido, un hombre trans tendría que declararse una mujer, sin importar cómo se identificara o cómo se presentara. Cada vez que usara el documento, tendría que explicar la discrepancia entre su apariencia real y el género que indica la identificación. Imagínense atravesar el país manejando y tener que explicar en cada motel, a cada policía estatal que pare a uno por una violación de tránsito o simplemente por gusto, que uno es transgénero. Cada encuentro semejante podría resultar no solamente estresante sino potencialmente peligroso en extremo.
Setenta y siete proyectos de ley tienen por objeto limitar el uso de los baños en lugares públicos, lo que implica que las personas trans se enfrentarían a situaciones potencialmente humillantes o de plano peligrosas cada vez que entraran a lugares públicos.
Otras órdenes y proyectos de ley prohibían a atletas transgéneros en los deportes de mujeres y niñas — lo que augura la perspectiva de “someter agresivamente a cualquier persona que no se conforme a los estereotipos basados en el género a un escrutinio invasivo para verificar su género”5. Si bien existen cuestiones reales que se tendrían que desmenuzar respecto a atletas trans al nivel más alto en el deporte profesional, estas leyes pretextan una “inquietud por las mujeres y niñas” para tapar la satanización despiadada de la gente trans.
Miles de personas expulsadas de las fuerzas armadas de Estados Unidos por el “crimen” de ser transgénero
El 6 de mayo de 2025, la Suprema Corte de Estados Unidos aprobó la política del Departamento de Defensa de purgar de las fuerzas armadas a miles de soldados transgéneros6.
Pete Hegseth, el secretario de Defensa fascista cristiano, respondió encantado y desdeñoso, diciendo ante una conferencia en Tampa: “Que ya no haya tipos vestidos de faldas. Ya se acabó esa mierda”. Otros oficiales de Trump han declarado que la mera presencia de gente trans en las fuerzas armadas socava la “cohesión de la unidad”7 e interfiere con la “letalidad” de las fuerzas armadas.
Hegseth ordenó que los soldados trans en servicio activo se salgan de las fuerzas armadas ya antes del 7 de junio —¡la primera semana del mes de Orgullo LGBT!— y dijo que se consultarán los registros médicos de todos los soldados en busca de evidencia de ser trans, con tal de erradicar a cualquier trans que no haya salido voluntariamente.
Dejemos claro, las fuerzas armadas de Estados Unidos imponen asesinamente un imperio despiadado y depredador al cual nadie debe “enorgullecerse de servir”. Pero también es una importante institución en la sociedad estadounidense, con más de 2 millones de soldados y una enorme influencia en la cultura más amplia.
Cuando las fuerzas armadas estadounidenses expulsan a miles de personas trans de esa manera burlona e irrespetuosa, y luego escudriñan detenidamente en los registros médicos como si buscaran contaminantes ocultos, mandan un mensaje extremadamente feo y poderoso de que las personas trans no son plenos humanos y no son dignos de recibir derechos básicos ni trato en pie de igualdad.
Atacar a la atención médica de afirmación de género
Por encima de esta campaña de expulsar a la gente trans de toda esfera de la vida pública, tanto los proyectos de ley como las órdenes ejecutivas están atacando la atención médica necesaria para que las personas se hagan transgéneros y se mantengan así de manera saludable. Esto se conoce por “atención médica de afirmación de género” (a la cual las órdenes ejecutivas de Trump se refieren de manera ultrajante como la “mutilación química y quirúrgica”).
Un mitin del Día Transgénero de Visibilidad en Harrisburg, Pensilvania, 31 de marzo de 2025. Foto: AP
La atención médica de afirmación de género es un conjunto de tratamientos que van desde de la asesoría sicológica a medicamentos que retrasan el inicio de la pubertad a la cirugía de transición de género.
En estas órdenes executivas, los fascistas se fingen que lo que les preocupa es que esta atención médica les toca a niños, pretextando interrogantes legítimos sobre la toma de parte de adolescentes de decisiones médicas importantes y permanentes que alteraran la vida. Pero, al igual que sus mentiras sobre “defender a las mujeres”, la “preocupación por los niños” de parte de los fascistas es un artilugio cínico.
Primero, a pesar de las mentiras incesantes de Trump al respecto, casi nunca se practica la cirugía a menores de edad. Y los fascistas ponen claro que están atacando a la atención médica para todas las personas trans. Tan sólo esta semana la Cámara de Representantes, bajo el control de los fascistas, cambió el lenguaje en su anteproyecto anual sobre el presupuesto: la versión original prohibía el financiamiento por Medicaid de atención médica de afirmación de género para menores de edad. Ahora, el miércoles 21 de mayo, lo cambiaron para prohibir toda atención médica de afirmación de género. La preocupación por los niños no era más que un pretexto para echar el balón a rodar hacia sus verdaderos objetivos.
Suponiendo que este lenguaje siga en al anteproyecto final del presupuesto, esto constituye un ataque importante contra la misma existencia de la gente trans. Según el UCLA Williams Institute [Instituto Williams de la Universidad de California de Los Ángeles], más de 152 mil estadounidenses transgénero actualmente dependen de Medicaid para su atención médica.
Periodista y activista trans Erin Reed escribió:
Al arrebatarles esa cobertura, el costo de las cirugías se volvería prohibitivo para muchas personas, ya que los procedimientos frecuentemente cuestan decenas de miles de dólares. Incluso la terapia hormonal de rutina y los necesarios análisis de la sangre podrían resultar demasiado costosos. Para un sinfín de adultos trans, eso implicaría recurrir a atención médica alternativa riesgosa o terminar el tratamiento forzosamente, un proceso conocido como la detransición médica. Puede causar efectos severos, particularmente para aquellos que ya se han operado y requieren suplementación hormonal continuada, lo que pone en grave riesgo a su salud mental y física.
Negarse a aceptar un futuro al estilo de El cuento de la criada
Este movimiento fascista de MAGA, con millones de fascistas cristianos en su base, tiene la visión de un futuro al estilo de El cuento de la criada — y sienten de manera profunda e irracional que el futuro de Estados Unidos como una “nación ordenada por dios” depende de su capacidad de imponer tal futuro.
El cuento de la criada es una novela, convertida en una serie de televisión, de una teocracia (o dictadura religiosa) en Estados Unidos en que obligan violentamente a las mujeres a ser incubadoras o esposas, y no permiten que lean o desempeñen un papel en la vida cívica. Mutilan quirúrgicamente y torturan a los gays. Ahorcan a los disidentes y a los inconformes en un muro para que los vean todos. Eso es el futuro que los fascistas cristianos quieren imponer con violencia.
Consideran a la “familia nuclear” como célula básica de la sociedad, siendo el hombre el jefe del hogar. Esclavizan a las mujeres como procreadoras de niños (u objetos de saqueo sexual y nada más). Condicionan a los hombres y niños a ser duros y fuertes mientras supuestamente las mujeres y niñas deberían ser cuidadoras cariñosas. La crueldad y el abuso con los cuales azotan a los niños por “correr como niña” o “no tener huevos” o a las niñas por actuar como “machona” o “puta” han deformado a generaciones de jóvenes.
La existencia de personas trans y no binarias, el trastocamiento en los roles tradicionales de género, representan un desafío a esta concepción bíblica de la Edad de las Tinieblas de lo que significa ser humano.
Es necesario hacer frente a todo este ataque y derrotarlo. Urge que DEFENDAMOS los derechos y la vida de las personas trans, que apoyemos los derechos básicos de todas las personas LGBT.
Pero, por importante que eso sea, no podemos combatir cada ataque fascista uno por uno. Nos ahogaremos en su estrategia de “inundar la zona”, lo que abrumará nuestra lucha en cada frente específico. Tenemos que pasar a la OFENSIVA contra el régimen, y su programa fascista, en conjunto. Y tenemos que hacerlo AHORA — antes de que sea muy tarde.
Como dice el líder revolucionario Bob Avakian en su e-mensaje reciente, Revolución #117: Los fascistas de Trump y MAGA —opresores crueles, dementes, medievales— que tergiversan la realidad en su contrario para “justificar” su tiranía sin ley:
Toda persona que anhele ver un fin a la opresión por motivos de raza, sexo y género —y un fin a la opresión cruel y asesina y a la tiranía sin ley en general— tiene que participar activamente, ahora y de manera continuada, en el movimiento masivo que se necesita con urgencia para derrotar a este fascismo de Trump y MAGA — para crear las condiciones en Estados Unidos en que este régimen fascista no pueda gobernar, no pueda permanecer en el poder y no pueda cometer los horrores aún peores los que está actuando para imponer violentamente.