Mientras me aflijo por la pérdida de vidas, las evacuaciones y la pérdida de hogares y medios de vida, la pérdida de hábitat y tierras en Maui, ¡también me lleno de rabia! Al ver las fotos de Lahaina siento como si estuviera viendo Nagasaki. No se me escapa que el incendio se produjo un día antes del 9 de agosto, el día en que Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Nagasaki (en 1945). La rabia que siento ante un sistema que lanzó la bomba es la misma rabia que siento ante un sistema que niega fundamentalmente el cambio climático. Un sistema que ahora coloca a todo nuestro planeta al borde de la extinción, ya sea por la guerra o por el cambio climático. Hawai`i está en el punto de mira de ambos.
“No se me escapa que el incendio se produjo un día antes del 9 de agosto, el día en que Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Nagasaki (en 1945). La rabia que siento contra un sistema que lanzó la bomba es la misma rabia que siento contra un sistema que niega fundamentalmente el cambio climático. Un sistema que ahora coloca a todo nuestro planeta al borde de la extinción ya sea por la guerra o por el cambio climático”.
Se preveía que el huracán de esta semana no sería más que un fuerte viento, pero en cambio desencadenó una catástrofe a gran escala; una catástrofe que era previsible (aunque no se pudiera predecir el momento). El cambio climático ha reducido las precipitaciones en Hawai`i y la humedad, lo que ha provocado condiciones de incendios extremos. Las tierras de cultivo de Hawai`i han dejado de ser rentables y han sido abandonadas, mientras que las plantas invasoras, conocidas por ser polvorines para los incendios, se han dejado crecer desenfrenadamente. La expansión del turismo y la infrafinanciación de las infraestructuras (incluidos los servicios de emergencia) son bien conocidas pero ignoradas.
Mientras la catástrofe continúa y los servicios estatales son completamente incapaces de controlar los incendios o prestar los servicios necesarios a los miles de personas que se han quedado sin casa o han sido evacuadas, según ellos ¿de quién debemos depender y a quién debemos dar las gracias? Del gobierno federal y sus fuerzas armadas. El sistema. El mismo sistema que lanzó la bomba sobre Hiroshima y Nagasaki. El mismo sistema que negó el cambio climático durante décadas y que continúa expandiendo las perforaciones en busca de combustibles fósiles, minerales de las profundidades marinas y mucho más. Un sistema que está obligado a expandirse, expandirse y expandirse. Un sistema que tiene un nombre: capitalismo-imperialismo.
Pues, ¿qué hacemos ahora? El pueblo de Hawai`i sí depende en gran medida de las fuerzas armadas para realizar labores de búsqueda y rescate, para lanzar agua desde helicópteros, para proporcionar ayuda financiera a quienes la necesitan. Pero también se nos dice que simplemente “nos quitemos de en medio”, o que como mucho demos dinero y recemos y dejemos que el sistema que nos metió en esto en primer lugar “nos rescate”, aunque siguen perpetuando (e incluso planeando) más desastres devastadores en nuestro futuro.
NO. No podemos permanecer al margen ansiosos, esperando que el próximo desastre no golpee muy cerca e interrumpa nuestras cómodas vidas. Depende de nosotros negarnos a tolerar estos continuos ultrajes e injusticias y buscar una sociedad y un mundo radicalmente diferentes y mejores. Y depende de nosotros ACTUAR en consecuencia, mientras buscamos una solución REAL.
Si usted es de los que sueñan con un mundo mucho mejor, le insto a que lea la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte y Las entrevistas con Bob Avakian, “Entregado de todo corazón y alma sin transigir, por la revolución”, ambas disponibles en www.revcom.us. Haga su propio estudio. Niéguese a refugiarse en el miedo y la desesperanza y, en su lugar, lucha por un mundo completamente nuevo en el que la humanidad y el planeta puedan florecer. Yo por mi parte no creo que sea una quimera, pero sé que harán falta millones de personas. Y eso depende de cada uno de nosotros.
…tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones futuras a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
—Bob Avakian