El 1 de febrero, Biden firmó una Orden Ejecutiva que impone “sanciones” (castigo) a cuatro “colonos” israelíes. En breve hablaré de lo que significan esas “sanciones”, pero en una palabra, son una tontería. No hacen nada para detener las bombas y los tanques, el asedio que corta los alimentos y el agua; la matanza genocida que se está produciendo en Gaza. Y al menos por ahora, dejan fuera de apuros a los responsables de una ola de terror y muerte israelíes en la región palestina de Cisjordania.
No obstante… estas sanciones todavía pusieron furiosos a los principales responsables en Israel. Antes de explicar por qué, primero miremos la realidad.
Decenas de miles de “colonos” israelíes son matones, terroristas y asesinos — Biden castiga a CUATRO de ellos
Primero, hablemos de quiénes son realmente estos “colonos”. Son fanáticos y matones sionistas reaccionarios que construyen sus hogares en tierras y casas palestinas robadas, creando un clima de terror para los palestinos que intentan quedarse. Hay más de 700.000 “colonos” judíos que viven en 150 asentamientos y 128 campamentos militarizados en áreas de Palestina que fueron tomadas y ocupadas ilegalmente por Israel en la guerra de 19671. La vanguardia del movimiento de “colonos” son las milicias fascistas fundamentalistas judías fuertemente armadas2.
Las sanciones de Biden se dirigieron sólo a cuatro israelíes involucrados en la violencia de los “colonos” y el terrorismo contra los palestinos. De hecho, sólo desde el 7 de octubre, colonos y soldados han matado a más de 382 palestinos, incluidos 94 niños, en Cisjordania. De los sancionados, uno de ellos encabezó a cientos de colonos judíos que amotinaron en una aldea de Cisjordania, matando a Sameh Aqtash, de 37 años, e hiriendo a otros 98 palestinos. Los demás sancionados estuvieron involucrados en crímenes similares, además de agredir violentamente a israelíes que protestaban por la paz3. Pero son sólo cuatro entre decenas de miles que hacen lo mismo.
Y el terror y asesinato por parte de los colonos en Cisjordania van de la mano con las acciones del ejército oficial israelí (vea, como ejemplo, el recuadro abajo sobre “El asesinato de Tawfic Abdel Jabbar por la policía, los colonos y los militares israelíes”).
Las penas para quienes reciben sanciones les impiden ingresar a Estados Unidos a menos que sean ciudadanos estadounidenses4. Más importantes son las sanciones que bloquean todo acceso a transacciones financieras dentro de Estados Unidos o controladas por Estados Unidos5. Si bien eso no parece ser significativo para los cuatro matones afectados por esta ronda de sanciones, también podría verse como un “mensaje” para los actores poderosos del gobierno israelí que dependen en gran medida de la recaudación de fondos y otras interacciones financieras dentro de Estados Unidos.
Objetivo número uno de Biden: resucitar el mito tóxico de una “solución de dos Estados”
Biden está totalmente comprometido en lo que respecta el apoyo a Israel. Él y su gente niegan que Israel esté cometiendo genocidio. Sus lágrimas de cocodrilo por los niños muertos en Gaza han ido acompañadas de envíos de 5.000 bombas de 2.000 libras para destruir casas, hospitales, refugios para refugiados y, por supuesto, matar a más niños. Entonces, ¿cuál fue el “mensaje” que envió a los gobernantes de Israel al aplicar sanciones a estos cuatro matones sionistas?
Una gran diferencia entre Biden y el sector dominante de la clase dominante israelí es la llamada “solución de dos Estados”. Esta solución de “dos Estados” en realidad no es ni un plan para dos Estados distintos ni una “solución” para nada. Es un plan para encerrar al pueblo palestino en áreas separadas por el ejército israelí. Serían asfixiados, aislados y amargamente oprimidos. Estas áreas serían administradas por una Autoridad Palestina títere que serviría como socio (¡muy!) menor en la opresión del pueblo palestino, con rostros palestinos en la cima. Como desglosa Bob Avakian, BA, en su despacho de redes sociales REVOLUCIÓN Número Cinco, la “solución de dos Estados” sigue el modelo del sistema de apartheid en Sudáfrica, donde los pueblos indígenas africanos fueron encerrados en áreas azotadas por la pobreza, infértiles y violentamente oprimidas llamadas bantustanes. De hecho, los gobernantes israelíes han adoptado abiertamente durante años el modelo bantustán6.
Biden y los demócratas están convencidos de que es necesario revivir de alguna forma la “solución de dos Estados”. Es una gran parte de su estrategia de apuntalar una alianza anti-Irán que incluya a estados árabes reaccionarios como Arabia Saudita en un bloque con Israel. Pero millones de personas oprimidas dentro de estos estados reaccionarios odian a Israel y a Estados Unidos. Esta “solución de dos estados” proporciona a los gobernantes de estos países la fachada de un falso estado palestino para engañar a su pueblo y permitirles entrar en la alianza liderada por Estados Unidos7.
En ese sentido, Biden y los demócratas ven necesario no sólo preservar sino revivir y fortalecer la “Autoridad Palestina (AP)”, que en este momento es ilegítima a los ojos de muchos palestinos. La Autoridad Palestina administra algunas tareas sociales y gubernamentales (incluida la represión de las protestas contra Israel) en zonas de Cisjordania. La orden de sanciones de Biden parece tener como objetivo, en parte, crear condiciones en las que la Autoridad Palestina pueda tener el respaldo y la credibilidad para “gobernar” (imponer el dominio israelí sobre) un “estado” palestino que abarque tanto Cisjordania como Gaza, con cierta autoridad reforzada. Seguiría siendo una marioneta, sólo que más creíble.
Pero, por escandalosamente injusta que sea la “solución de dos Estados”, fuerzas dominantes en el gobierno israelí la consideran insuficientemente genocida. Hay constancia de que piden la expulsión completa del pueblo palestino, de una forma u otra. Recibieron el “mensaje” que envió Biden al aplicar sanciones a cuatro matones sionistas y esencialmente dijeron “de ninguna maldita manera”.
Por ejemplo, el ministro de Finanzas fascista de Israel, Smotrich, un colono que niega públicamente la existencia del pueblo palestino, respondió a estas sanciones acusando a Biden de legitimar “una mentira antisemita” para difamar a los “colonos pioneros”8.
Objetivo número dos de Biden: una medida para canalizar la furia interna hacia la BEB (Basura Electoral Burguesa) de votar por los demócratas
Las sanciones de Biden tienen otra dimensión. Una parte importante de la misión del Partido Demócrata en este “sistema bipartidista” es canalizar las mejores aspiraciones de la gente decente hacia el tóxico callejón sin salida de la votación. Pero muchas de las personas que Biden y el Partido Demócrata consideran “su base” —especialmente los árabe-estadounidenses, los jóvenes progresistas y muchos negros— están justificadamente furiosas porque Biden está permitiendo y respaldando el genocidio israelí9. El apoyo a Biden en las encuestas entre los árabe-estadounidenses en particular ha caído en picada.
Biden espera que medidas sin sentido pero llamativas como estas sanciones persuadan a algunas personas a volver a los demócratas y a la noción de que “al menos él es mejor que ese partidario de Israel aún más fanático, Trump”. Si la gente cayera en esta trampa, sería un error costoso y, de hecho, extremadamente poco realista.
En este sentido, la verdad que destacó el líder revolucionario Bob Avakian en la reciente publicación Número Siete en las redes sociales, grabada antes de estas recientes medidas, es extremadamente importante:
[P]ara aquellos de ustedes que creen que los políticos simplemente actúen en beneficio de sus propios intereses personales estrechos, examínenlo más a fondo — piensen en lo siguiente: Biden no solamente ha sido durante mucho tiempo un patrocinador fanático de Israel, con sus terribles crímenes contra la humanidad, sino que ahora Biden apoya plenamente el genocidio que Israel está cometiendo, a pesar de que es probable que por tanto pierda los votos de muchas personas que con toda razón se indignan por este genocidio, y esto podría terminar costándole las elecciones. (Y no se engañen con el teatro que hace Biden de decirle a Israel que ejerza más moderación en la matanza de civiles — Biden ha continuado suministrándole ayuda militar y dándole “encubrimiento político y diplomático”, mientras se amontonan decenas de miles de cadáveres de civiles palestinos masacrados por Israel.)
¿Por qué Biden, y básicamente el gobierno entero y la clase dominante entera de Estados Unidos, apoyan a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, a los ojos del mundo entero? La respuesta a esta pregunta crucial es lo siguiente:
No se debe al “poder del cabildo judío” — ni a que, según alguna noción ignorante, ridícula e indignante, “los judíos lo controlan todo”. Se debe al “papel especial” de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.
(Eso es de mi declaración, Algunas verdades básicas sobre la guerra israelí contra Palestina con el apoyo estadounidense, que se encuentra en revcom.us.)
¡Es el sistema! El sistema del capitalismo imperialismo al cual Biden sirve. El sistema al cual él tiene que servir — el sistema al cual toda persona y cualquier persona tiene que servir si quiere ocupar un cargo, y especialmente un “cargo alto”, como la presidencia, dentro de este sistema. Por eso Biden hace lo que hace —lo que hacen todos estos políticos— por encima y más allá de sus intereses personales más estrechos.
¡Es el sistema! Este sistema del capitalismo imperialismo que encarna e impone la supremacía blanca, la supremacía masculina patriarcal y otras opresiones brutales — este sistema que se basa en la explotación despiadada roba-vidas de las masas de personas en Estados Unidos y de literalmente miles de millones de personas por todo el mundo, incluidos más de 150 millones de niños — todo eso que se impone con una masiva violencia y destrucción, de personas y del medio ambiente, lo que representa una amenaza muy real al futuro y a la existencia de la humanidad.
Este sistema al cual hay que derrocar a la mayor brevedad posible, por medio de una revolución real.
Para subrayar el punto de BA: si bien Biden ahora está tratando de tomar medidas llamativas pero sin sentido para asegurarle a la gente que “está escuchando”, está dispuesto a arriesgar su propia reelección para apoyar a Israel en esta guerra genocida. Israel es así de importante para los intereses estratégicos de quienes gobiernan este sistema.
La pregunta es, ¿qué harás tú al respecto?
El asesinato de Tawfic Abdel Jabbar por parte de la policía, los colonos y los militares israelíes
La orden de sanción de Biden se produjo dos semanas después de que Tawfic Abdel Jabbar, un estudiante palestino-estadounidense nacido y crecido en Nueva Orleans, fue asesinado a tiros en una lluvia de balas mientras visitaba a familiares en Cisjordania. El asesinato de Tawfic Abdel Jabbar fue más difícil de encubrir que otros porque era ciudadano estadounidense. Estaba sentado en un camión cuando fue ejecutado, sin llevar ningún arma, por un policía cerdo israelí fuera de servicio, un soldado del ejército israelí en servicio y un “colono” civil.
Cuando el gobierno de Estados Unidos emitió una solicitud afable y formal de explicación, el ejército israelí afirmó que Tawfic Abdel Jabbar había estado involucrado en un incidente de lanzamiento de piedras. Su familia lo niega, pero ¿y si así fuera? ¿Qué le dice cuando el ejército israelí ofrece eso como explicación oficial de por qué asesinaron a Tawfic Abdel Jabbar? Su asesinato ha desatado una furia e indignación generalizadas en la comunidad árabe de Nueva Orleans y más allá. El 28 de enero, más de cien automóviles con banderas palestinas participaron en una caravana de protesta por Nueva Orleans exigiendo “Justicia para Tawfic”.