Al cierre de edición, Israel ha matado a más de 34.388 palestinos en Gaza desde el 7 de octubre. El número de muertos incluye a más de 13.000 niños. Durante ese tiempo, dos madres han sido asesinadas cada hora, dejando a miles de niños huérfanos. Incontables cuerpos están enterrados entre los escombros de los edificios destruidos por las bombas, misiles, tanques y buldóceres israelíes.

Y ahora estamos empezando a ver el horror de las fosas comunes que Israel dejó tras meses de muerte y destrucción en lo que antes eran dos de los tres hospitales más grandes de Gaza.

A principios de abril, después de un largo y sangriento asedio del Complejo Médico Nasser en Jan Yunis en el centro de Gaza y al hospital Al-Shifa (antes el más grande de Gaza) en la ciudad de Gaza en el norte, las fuerzas terrestres israelíes se retiraron. Dejaron un paisaje de escombros y ruinas inhabitables. Los hospitales están destruidos sin posibilidad de reparación.

E Israel dejó fosas comunes llenas de cientos de cuerpos de personal hospitalario esposados, niños y personas de todas las edades.

Repitámoslo. Léalo despacio: Israel dejó fosas comunes llenas de cientos de cuerpos de personal hospitalario esposados, niños y personas de todas las edades.

Justo cuando todo esto salía a la luz, Estados Unidos envió $17 mil millones de “ayuda” militar NUEVA a Israel.

Fosas comunes desenterradas en una tierra de genocidio

Hasta el 25 de abril, las noticias informan que se han recuperado 324 cadáveres de una fosa común poco profunda en el Hospital Nasser. Y en el complejo hospitalario de Al-Shifa se han desenterrado 381 cadáveres.

Esos cadáveres son el resultado de meses de asedio contra los hospitales Nasser y Al-Shifa por parte de las fuerzas armadas israelís. El personal médico y los evacuados que lograron huir de esos hospitales antes de la retirada del ejército israelí describieron escenas de “horror, asesinatos en masa y detenciones hasta el punto de que todo el hospital pasó de ser un lugar de curación a convertirse en un enorme cementerio”.

Y están saliendo pruebas de que algunas de las víctimas cuyos cadáveres se están desenterrando fueron víctimas de ejecuciones a sangre fría por parte de Israel. Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, dijo que algunos de los cuerpos encontrados en el hospital Nasser tenían las manos atadas y estaban despojados de su ropa.

Las autoridades médicas de Gaza informan que algunos de los cadáveres tienen heridas de bala en la cabeza y heridas en el cuerpo. El Director de Defensa Civil en Jan Yunis le dijo a CNN que, según los análisis forenses iniciales, parece posible que algunos de las víctimas fueran “enterradas vivas o ejecutadas”.

CNN informó que su corresponsal que visitó el lugar de las fosas comunes en el hospital Nasser vio varios cadáveres en descomposición en batas quirúrgicas, lo que indica que se trataba de médicos y enfermeras asesinados en el proceso de preparar o realizar cirugías. Y que los cuerpos de otras víctimas tenían pulseras de paciente.

Las fotografías y los informes de las escenas en ambos hospitales muestran a padres horrorizados, el corazón roto, que identificaron a los niños por la ropa que llevaban, y que se llevaban los cadáveres descompuestos de sus seres queridos para enterrarlos en otro lugar en la devastada Gaza. CNN describió a un padre, arrodillado y sosteniendo a su hijo por la cabeza, inspeccionándola desde atrás y confirmando una vez más que es su hijo. “Oh Dios, está muerto. Está muerto”, dijo mientras se secaba las lágrimas.

El baile de tres pasos estadounidense para encubrir los monstruosos crímenes contra la humanidad

Ante la presión de la prensa, el gobierno de Estados Unidos respondió con su baile encubridor de tres pasos. Este es el engaño trillado que han repetido una y otra vez mientras Israel comete crimen de guerra tras crimen de guerra y se amontonan los cadáveres palestinos.

¿Cómo anda, ese baile?

Primer paso: intentar preservar la trillada y desgarrada “marca” de Estados Unidos como “defensor global de la libertad y la democracia”, lo que podría parecer difícil cuando Estados Unidos acaba de enviar aviones, bombas, proyectiles de artillería y otras armas de destrucción masiva por valor de 17 miles de millones de dólares a un Estado de apartheid que está cometiendo genocidio. Aun así lo intentaron. ¿Cómo? ¿Exigir que Israel sea investigado por algún tipo de organismo imparcial — quizás por la Corte Internacional de Justicia, que anteriormente había dictaminado que era “plausible” que Israel estuviera cometiendo genocidio? En absoluto. Al contrario, con gravedad el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, pidió que las fosas comunes —las que Israel fue acusado de llenar con hombres, mujeres y niños palestinos que Israel había asesinado— fueran “investigadas de manera transparente”… ¡por Israel!

Segundo paso: bloquear cualquier investigación o rendición de cuentas externas significativas. Después de que la oficina de derechos humanos de la ONU y otras voces de todo el mundo pidieron una investigación independiente, un periodista presionó repetidamente al portavoz del Departamento de Estado, Vendant Patel, para que explicara por qué Estados Unidos (que tiene un peso decisivo en la ONU) está bloqueando tal investigación. Después de señalar que pedir a Israel que investigue las fosas comunes es confiar en que el acusado se investigue a sí mismo, y de señalar además la falta de credibilidad de Israel, el periodista preguntó: “¿Qué hay de malo en una investigación forense científica e independiente?”

Después de repetidos intentos de eludir la pregunta, Patel respondió: “Creemos que esto debe investigarse a fondo, pero en términos de la modalidad, seguimos queriendo ver información adicional del gobierno de Israel”. En otras palabras, olvídese de una “investigación científica independiente”. Porque la verdad podría salir a la luz.

Tercer paso: no hacer nada cuando Israel se burla de la indignación mundial. Cuando POLITICO preguntó al portavoz militar de Israel, Nadav Shoshani, si Israel planea investigar las fosas comunes, al principio descartó la pregunta, calificando los informes de “noticias falsas”. Cuando se le preguntó si eso significa que Israel no investigará los informes de fosas comunes, Shoshani dijo, “¿Investigar qué?”. Cuando se le preguntó nuevamente qué está haciendo Israel para investigarse a sí mismo, Shoshani respondió, “No enterramos a la gente en fosas comunes. No es algo que hacemos”.

Cuando POLITICO intentó hacer un seguimiento, un “funcionario estadounidense anónimo” respondió, “Los israelíes nos han dicho en privado lo que han dicho públicamente, que rechazan totalmente las acusaciones”. Uno puede imaginarse el cínico encogimiento de hombros del “funcionario estadounidense anónimo” al articular esto.

Y con eso vemos a Estados Unidos peleándose para enterrar la verdad, de la misma manera que Israel se peleó para enterrar en tumbas poco profundas a las víctimas palestinas de su masacre genocida en Gaza.

Es un SISTEMA al cual hay que derrocar a la mayor brevedad posible, por medio de una revolución real…

Piense en los afligidos seres queridos que buscan en las fosas comunes de los hospitales Al-Shifa y Nasser un trozo de ropa que pueda identificar el cadáver de un niño, un padre o un amigo desaparecido. ¿Y qué tan intolerable es que este sistema intente encubrir los crímenes que resultaron en el crimen de llenar fosas comunes con cuerpos de personas masacradas en hospitales?

Y de ahí piense en esto, que planteamos la semana pasada:

¿Cuál es la conexión entre esto y lo que este mismo sistema ha hecho en Vietnam, donde ordenaron a las tropas estadounidenses que mataran y destruyeran todo en una aldea? ¿En Chile, donde Estados Unidos orquestó el derrocamiento de un gobierno elegido popularmente e instaló un régimen fascista de escuadrones de la muerte? ¿En Irak, donde las sanciones impuestas por Estados Unidos fueron responsables de la muerte de 500.000 niños? Y en muchos otros lugares (vea Crimen Yanqui en revcom.us).

¿Tragará usted el engaño del baile de tres pasos con el que Israel lleva a cabo los crímenes más abominables, espantosos e inhumanos mientras Estados Unidos los encubre? ¿O dejará que alguien más se engañe con la noción de que este país puede ser una fuerza para el bien en cualquier lugar? ¿O que cualquier cosa que no sea una revolución real arrancará las garras que este sistema capitalista-imperialista mantiene sobre la humanidad y el planeta?

En lugar de eso, haga lo correcto. Pregunte y busque respuestas serias sobre por qué sucede esto y qué se debe hacer para ponerle fin. Encontrará la verdad, la verdad que quienes gobiernan este sistema no quiere que escuche, en la Recopilación de El Instituto Bob Avakian: Israel y Palestina, el Medio Oriente y el imperialismo estadounidense, la revolución que necesita la humanidad: Una selección de escritos de Bob Avakian (folleto en inglés, artículos individuales en español en revcom.us), la que incluye lo siguiente:

¿Por qué Biden, y básicamente el gobierno entero y la clase dominante entera de Estados Unidos, apoyan a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, a los ojos del mundo entero? La respuesta a esta pregunta crucial es lo siguiente:

No se debe al “poder del cabildo judío” — ni a que, según alguna noción ignorante, ridícula e indignante, “los judíos lo controlan todo”. Se debe al “papel especial” de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo.

(Ese es de mi declaración Algunas verdades básicas sobre la guerra israelí contra Palestina con el apoyo estadounidense, que está publicada en revcom.us).

¡Es el sistema! El sistema del capitalismo imperialismo al cual Biden sirve. El sistema al cual él tiene que servir — el sistema al cual toda persona y cualquier persona tiene que servir si quiere ocupar un cargo, y especialmente un “cargo alto”, como la presidencia, dentro de este sistema. Por eso Biden hace lo que hace —lo que hacen todos estos políticos— por encima y más allá de sus intereses personales más estrechos.

¡Es el sistema! Este sistema del capitalismo imperialismo que encarna e impone la supremacía blanca, la supremacía masculina patriarcal y otras opresiones brutales — este sistema que se basa en la explotación despiadada roba-vidas de las masas de personas en Estados Unidos y de literalmente miles de millones de personas por todo el mundo, incluidos más de 150 millones de niños — todo eso que se impone con una masiva violencia y destrucción, de personas y del medio ambiente, lo que representa una amenaza muy real al futuro y a la existencia de la humanidad.

Este sistema al cual hay que derrocar a la mayor brevedad posible, por medio de una revolución real.