Los aliados occidentales han enviado a Ucrania sistemas de armamento y municiones por valor de miles de millones de dólares. En la imagen: feroces combates con esas armas en Bajmut, mayo de 2023. Foto: AP
Casi todas las semanas cubrimos lo que está ocurriendo en la guerra entre Ucrania (a la que Estados Unidos está armando, financiando y dando mucha orientación estratégica) y Rusia. Desde casi el comienzo de la guerra, el alcance de la ayuda, la coordinación y la dirección de facto de Estados Unidos han convertido esta guerra en una guerra de sustitutos entre Estados Unidos y Rusia. Casi con la misma frecuencia, cubrimos la manera en que los imperialistas estadounidenses están amenazando y preparándose cada vez más para una guerra con China, país que también es una potencia imperialista.
¿Por qué? No sólo debido a que esta guerra de sustitutos entre Estados Unidos y Rusia está causando sufrimientos terribles e innecesarios. Y no sólo debido a que esta guerra —así como los preparativos bélicos contra China— podría entrar en una espiral desastrosamente fuera de control y terminar en un holocausto nuclear. Los gobernantes estadounidenses utilizan estas guerras para promover lo que consideran sus intereses “globales” (es decir, imperialistas) y, mientras lo hacen, para condicionar a la gente en el chovinismo pro estadounidense, es decir, como lo ha llamado Bob Avakian, la repugnante idea de que los estadounidenses son mejores que las demás personas. Pero también cubrimos esto de cerca porque esta guerra con Rusia y las amenazas de guerra contra China podrían, en un instante, cambiarlo todo muy radicalmente, incluido el terreno político en el que la gente está trabajando para hacer la revolución.
El ritmo vertiginoso de la rivalidad puede parecer caótico y confuso. Veamos lo que ha venido ocurriendo en tan sólo la última semana:
Enormes ejércitos se están enfrentando en las llanuras de Ucrania, ya que Ucrania —respaldada por nuevas inyecciones de armas, dinero en efectivo y asesoramiento de los Estados Unidos y la OTAN— ha lanzado una gran ofensiva… se han producido tensos enfrentamientos navales entre las potencias imperialistas en las aguas gélidas más hacia el norte del Círculo Polar Ártico... se han producido masivas movilizaciones de armamento aéreo sobre los cielos de Europa central... y los “juegos de guerra” —es decir, preparativos y ensayos activos de los grandes ejércitos para librar y ganar guerras— se han sostenido en la inmensidad del océano Pacífico occidental.
Según los “explicadores” en Estados Unidos, toda la situación se reduce a la agresión rusa no provocada contra Ucrania, la negativa china a condenar esta agresión y sus continuas relaciones con Rusia, y “autocracia contra democracia”.
Se parece a congelar un fotograma de una película de misterio y asesinato de dos horas de duración y decir que eso es lo único que hay que saber para entender toda la película. Pero la realidad es que hay toda una trama que conduce al clímax, todos los personajes de este drama tienen “historias de fondo” y motivos que impulsan la acción. Dediquemos un minuto a analizarlos.
Estados Unidos está en la cima de la actual alineación de poder mundial. Está luchando por mantener su dominio de un imperio global, un imperio construido sobre el lomo de la cruel explotación de miles de millones de personas en todo el mundo, especialmente en África, Asia y América Latina. Durante el tiempo transcurrido desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha matado a casi 10 millones de personas en sus guerras por el imperio, ya sea directamente mediante invasiones o mediante las docenas de golpes de estado militares que han llevado a cabo contra los gobiernos que desafiaban sus dictados.
China es una potencia en ascenso y expansión. Está expandiéndose por todas partes, y está desafiando el dominio estadounidense en algunas partes del mundo. Estados Unidos ha respondido violando acuerdos previos que reconocían a Taiwán como parte de China; intentando cercar de manera militar a China en Asia y llevando a cabo agresivas maniobras militares en esa parte del mundo; intentando bloquear la entrada de China en importantes sectores industriales; y azuzando a la población estadounidense para que odie y tema a China.
Rusia vio la manera en que Estados Unidos se cebaba con su imperio tras el colapso de la Unión Soviética. Los imperialistas que tomaron las riendas del poder en Rusia a principios de la década de 1990 han observado mientras Estados Unidos violaba los acuerdos que había pactado y empezaba a dominar cada vez más países que Rusia solía controlar.
En cuanto a lo que está ocurriendo en Ucrania, la historia no se inició en febrero de 2022 con la invasión rusa. En 1999, Estados Unidos comenzó a violar un acuerdo alcanzado, cuando se derrumbó la Unión Soviética, según el cual Estados Unidos no ampliaría la alianza militar de la OTAN para incluir a países que anteriormente habían formado parte del “bloque soviético”1. En lugar de mantener ese acuerdo, Estados Unidos amplió rápidamente la OTAN y, en 2008, el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, presionó a la OTAN para que emitiera una declaración según la cual Ucrania —que limita con Rusia— se uniría a la OTAN en un momento del futuro.
El segundo gran salto se dio en 2014, cuando Estados Unidos apoyó un golpe de estado contra un gobierno debidamente elegido en Ucrania que se inclinaba hacia Rusia.
A medida que el gobierno ucraniano se acercaba al bloque de Estados Unidos —lo que incluía consagrar su deseo de unirse a la OTAN en su constitución—, los rusos lanzaron su invasión.
Sin duda, esa invasión es injusta y ha causado un tremendo sufrimiento. Pero imagínense la respuesta de Estados Unidos si un gobierno de México pidiera unirse a una alianza militar rusa. De hecho, casi no hace falta imaginarlo: Estados Unidos ha llevado a cabo agresiones económicas, invasiones, sabotajes y amenazas nucleares contra Cuba durante los últimos 60 años por romper con Estados Unidos y ponerse bajo lo que entonces era el paraguas soviético; y esta agresión económica continúa al día de hoy. La pura verdad es lo siguiente: todas estas potencias están dispuestas a infligir un sufrimiento inconcebible a millones y decenas de millones de personas a fin de promover lo que perciben como sus intereses.
Todo esto debería proporcionar un “contexto” fáctico muy básico para los artículos que sacamos casi todas las semanas. Además de ese breve esbozo, vamos a seleccionar cada semana “artículos de fondo” clave para ofrecerle el trasfondo analítico más profundo necesario para poner estos acontecimientos en perspectiva. Esta semana, le recomendamos leer:
- “NO SE PREOCUPEN ACERCA DE UNA GUERRA NUCLEAR — ¡SI ESTALLA, RUSIA PERDERÁ!” La demagogia peligrosa de Timothy Snyder en nombre del imperialismo estadounidense y su guerra de sustitutos en Ucrania, de Bob Avakian
- Ucrania: Una tercera guerra mundial es el verdadero peligro, y no una repetición de la Segunda Guerra Mundial, de Bob Avakian
- Penetrando en las mentiras, excavando debajo de la superficie: Las dinámicas más amplias del sistema imperialista mundial que impulsan la guerra en Ucrania... y una lección de la época de la Unión Soviética auténticamente socialista, un discurso de Raymond Lotta