Trump ha desplegado a militares estadounidenses en las calles de Los Ángeles: agentes federales enmascarados, respaldados por soldados estadounidenses, merodean por nuestra ciudad, desaparecen a gente en centros de detención y en campos de concentración en otros países donde no existe el debido proceso ni hay salida.

Jueces, alcaldes, congresistas y un senador federal, que simplemente cumplían con su deber, están bajo amenazas, arrestos y trato como “enemigos”.

Las personas que colman las calles y estacionamientos para defender a sus vecinos y seres queridos se encuentran con granadas aturdidoras, gas pimienta y caballos.

Esto es FASCISMO.

Todo esto ya ha ido a extremos muy inaceptables. ¡Tiene que parar! ¡BASTA YA! ¡Que se largue ya el régimen fascista de Trump!

Ahora, antes de que en realidad sea demasiado tarde.

En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar una sociedad donde se niegue la humanidad de pueblos enteros. Donde la lucha por la igualdad y la dignidad de los inmigrantes, las mujeres, la comunidad LGBTQ+ y cualquier persona que no sea blanca sea objeto de vilipendios, criminalización e ilegalización por ley.

No puede haber colaboración ni puntos en común con un régimen fascista. Ya no es hora de normalizar lo que está pasando. Ya es hora de intensificarlo.

El 4 de julio no asistiremos a las celebraciones con fuegos artificiales que simbolizan las bombas que estallan en el aire. En cambio, con la gente en la mira de los bombardeos en nuestros corazones, con el pueblo aterrorizado en nuestras comunidades presente, MARCHAREMOS. Elevando esta única demanda unificadora desde las calles de Los Ángeles, donde pueda verse y escucharse en todo el mundo.

Demandamos:
¡Que se largue ya el régimen fascista de Trump!
No nos detendremos hasta que se cumpla esta demanda.

Mediante una resistencia masiva y sostenida, faltando al trabajo, mediante huelgas y protestas, debemos paralizar la actividad como de costumbre — cuando esta actividad consta en consolidar a martillazos el fascismo. En todas las instituciones debemos rechazar las órdenes inhumanas sin ley.

Ya es hora de alzarnos políticamente: debemos llenar las calles y plazas públicas en masa, sin detenernos hasta que seamos muchos millones, sin aflojar el paso hasta que este régimen ya no pueda imponer su dominio fascista ni mantenerse en el poder.