Sábado 15 de abril, una soleada mañana de Chicago. Reginald Clay, de 24 años, y algunos de sus amigos se estaban preparando para asistir a un funeral. La policía está deambulando por este vecindario del oeste, el West Side, supuestamente en una misión de “desescalada de pandillas”. Encuentran a Clay, de quien afirman que “se inclinó en un automóvil de manera sospechosa”, y deciden perseguirlo. Clay, con miedo, sale corriendo. En 15 segundos, Clay está muerto: el puerco asesino le disparó cinco veces.
Clay trabajaba para Amazon. Tenía una tarjeta FOID: “identificación de ser propietario de arma de fuego”, una licencia para portar un arma, lo que significa que este joven negro no tenía antecedentes. Tenía una hija de tres años. Su familia, amigos y los jóvenes de la cuadra insistían en que no le gustaba la vida de la calle a pesar de que lo rodeaba en el West Side. Como se ve en el video, Clay tenía el arma con él y estaba tratando de deshacerse de ella y rendirse cuando lo mataron. Casi al mismo tiempo que esto estaba ocurriendo, en el estado vecino de Indiana, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) estaba celebrando su convención anual. Escucharon a Mike Pence hablar sobre la santidad de la Segunda Enmienda: el derecho de portar armas. Un derecho que nunca se aplicó y nunca se ha aplicado a los negros, especialmente a los jóvenes negros.
Un@ miembro del Club Revolución-Chicago, que creció en el West Side, vio la foto de Reginald Clay y lo reconoció como el joven que había conocido en el funeral de su propio sobrino y del que era amigo en Facebook desde entonces. Así que a la mañana siguiente, una representante del Club Revolución llevó una orquídea, un cartel de la cita de Bob Avakian sobre la juventud (“No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban”, un ejemplar del libro Lo BAsico y una tarjeta para “aquellos que conocieron y amaron” a Reginald Clay al lugar donde fue asesinado. Al despedirse, ella hizo algunas conexiones con sus amigos y les dio ejemplares de Organizarse para una revolución real: 7 puntos clave, explicando brevemente que nosotros, los revcom, nos estamos organizando para una revolución real.
Un par de días después dos de nosotros del Club regresamos al barrio, nos intercambiamos más con la gente y se nos pidió que nos uniéramos a una protesta que la familia había planeado en la estación de policía cercana. La gente comenzó a congregarse con globos rojos, blancos y negros frente a la delegación. Creció a quizá 75 personas, casi en su totalidad amigos y familia de Reginald Clay. Muchos se vistieron de rojo en honor a Clay, a quien sus amigos y familiares conocían como “Lil Red” [El Pequeño Rojo]. No pudimos tener intercambios a fondo con las personas en medio de esto, pero pusimos volantes del Primero de Mayo Internacional, ejemplares de los 7 puntos clave y el desplegado 5-2-6 —los 5 Altos, las Dos Opciones y los 6 Puntos de Atención— en las manos de la gente. Teníamos una gran manta de las Vidas Robadas, que tendimos en el suelo. Mucha gente le tomó fotos y se quedó atónita al ver todas las fotos e historias de personas baleadas por la policía. Alguien trajo un cartón de tamaño natural de Clay y otros exhibieron pancartas con ampliaciones de su tarjeta FOID. La multitud coreaba en voz alta y alzaba la voz contra la policía, y aunque enojada e intensa, la protesta permaneció pacífica. Sus padres hablaron por el megáfono y su hija de tres años gritó “¡Justicia para mi papá!”. Uno de sus primos se detuvo en un automóvil, sacó un altavoz grande y cantó una canción por Lil Red. Cuando el cielo comenzó a oscurecerse, se lanzaron al cielo ramos de globos rojos, blancos y negros en honor a Clay.
Al hacer planes para el Primero de Mayo, el Club decidió invitar al primo de Lil Red a interpretar su canción como parte de la manifestación. Nos comunicamos con él y le enviamos enlaces sobre el Primero de Mayo. Se comunicó con nosotros en una reunión previa al funeral para informarnos que iba a actuar en el Primero de Mayo.
El Primero de Mayo fue solo unos días después del funeral. La familia aún estaba profundamente enlutada. Pero no solo el primo de Reginald Clay asistió a la manifestación, sino también su madre, hermano, hermana y otro primo. Todos se reunieron bajo el dosel porque llovía, y con pancartas demandaron justicia, y su primo Jeremías interpretó su canción. Después de la actuación, encabezaron a la multitud coreando: “¡Justicia para Lil Red! ¡El hijo de ella no debería estar muerto!” La multitud está claramente conmovida por toda esta experiencia. Estos miembros de la familia se unieron a nuestra marcha por el parque y hasta “El Frijol”, una gran escultura pública, y después al centro, retomando las consignas revolucionarias: “El mundo podría ser mucho mejor, hagamos que la revolución libere a la humanidad”, y más. A veces la familia nos dirigía con su consigna: “¡Justicia para Lil Red! ¡El hijo de ella no debería estar muerto!”
Unos familiares de “Lil Red”, Reginald Clay, asesinado por la policía de Chicago el 15 de abril, interpretaron una canción en la concentración del Primero de Mayo Internacional.
P.D. Dos días después del Primero de Mayo, familiares se comunicaron con nosotros para invitarnos a una protesta en el cuartel de la policía en el corazón de Bronzeville en el barrio South Side. Corrimos la voz vía mensajes de texto y las redes sociales. Miembros de dos familias de Vidas Robadas se unieron a la protesta, al igual que una mujer que ha sido parte integrante de las protestas desde que su esposo murió de Covid-19 en la cárcel del condado de Cook al comienzo de la pandemia.
El video de la cámara corporal policial se divulgó poco antes de la protesta. Los medios informativos solo mostraron una parte del video del asesinato de Reginald Clay, lo que enfureció a la familia porque omitió la parte que deja en claro que Clay estaba tratando de rendirse cuando lo asesinaron. La protesta contaba con entre 40 y 50 personas, y los familiares expresaron su rabia y dolor ante los medios de comunicación que estaban presentes. Los jóvenes de la multitud, junto con miembros del Club Revolución y algunos otros, se tomaron las calles y bloquearon el tráfico mientras coreaban. Los autos que pasaban por ahí, casi todos con gente negra, tocaban la bocina y mostraban su apoyo a la protesta de otras maneras. Los miembros del Club repartieron nuestra proclama “Somos los Revcom” a la multitud. Esta protesta fue cubierta por casi todos los medios de comunicación de Chicago. Hasta ese momento, había salido muy poca cobertura sobre el asesinato. Algunas estaciones de televisión publicaron el video de la cámara corporal policial en su totalidad y la postearon en sus sitios web en respuesta a la indignación de la familia. Vea aquí la cobertura de la filial de noticias local de la NBC.