El artículo Los jacobinos de ayer, los jacobinos de hoy: Un breve resumen, de Bob Avakian, ¡es muy, pero muy bueno! Específicamente, el inicio es una concentración destacable —y científicamente acertada— de la básica perspectiva, posición y programa de aquellos que hoy se llaman a sí mismos jacobinos, en contraste con lo jacobinos de la Revolución Francesa:
Los jacobinos de fines del siglo 18 en Francia eran revolucionarios democráticos-burgueses que en lo fundamental eran una expresión del sistema ascendente del capitalismo. A pesar de las pretensiones “socialistas” que tengan, las personas que se llaman a sí mismas jacobinas hoy son reformistas democrático-burgueses y anti-revolucionarios cuyo efecto es contribuir a conservar el anticuado sistema del capitalismo-imperialismo, con todos los horrores que este sistema supone y refuerza. [nuestro énfasis en negritas]
Para estos “jacobinos de hoy”, esto se concentra especialmente en la publicación y el sitio web Jacobin, su revista teórica asociada Catalyst y el trabajo de su director y editor fundador Bhaskar Sunkara. Aquí, quiero volver brevemente a una consecuencia de lo que Bob Avakian describe arriba y resaltarla: un feo chovinismo imperialista profundo que impregna y rige su programa. Toman como un hecho, y refuerzan, el parasitismo de la sociedad estadounidense, que se sienta, como lo hace, encima de la cadena alimentaria y sistema capitalista-imperialista. Aquí van unos ejemplos que lo ilustran brevemente:
* En todo el conjunto de su trabajo, el problema se describe repetidamente como el capitalismo. Eso suena radical, pero casi no hay mención o descripción del sistema como el capitalismo-imperialismo, con sus cadenas de suministro de maquiladoras y trabajo infantil, el saqueo histórico y continuo de los recursos del Sur global y las guerras de conquista y dominación.
Esta no es una pequeña omisión ni punto ciego menor. Borra el hecho decisivo de que el capitalismo ha evolucionado hasta convertirse en un sistema global de explotación horrenda. Y un rasgo pronunciado que define el capitalismo-imperialismo es el desequlibrio y profunda división entre los países imperialistas (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y, cada vez más hoy, China1), por un lado; y por otro, las naciones oprimidas del tercer mundo, en las que el imperialismo estadounidense es la potencia dominante.
Al desdibujar esta realidad, el jacobino refuerza el chovinismo imperialista, una perspectiva que parte de lo que beneficia a Estados Unidos y a los estadounidenses2, cuando la cuestión que hay que abordar es cómo arrojar a Estados Unidos, el opresor más grande del mundo, al basurero de la historia.
* Un segundo ejemplo. En un importante artículo sobre la candidatura y el movimiento de Bernie Sanders, Sunkara escribe:
En lugar de hablar de una nación entera que lucha unida para restaurar la economía de Estados Unidos y la prosperidad compartida, y en lugar de buscar negociar un mejor trato con los dirigentes empresariales, el movimiento de Sanders se propone crear una “revolución política” para obtener a los “millonarios y multimillonarios” lo que es legítimamente nuestro3.
“¿Lo qué es legítimamente nuestro?” ¡En serio! En la opinión de Sunkara, el problema es cómo compartir “legítimamente” el producto parásito de Estados Unidos proveniente de sus conquistas, dominaciones y explotación pulverizadoras, en lugar de permitir que se limite a los “millonarios y multimillonarios”, y NO cómo eliminar esta opresión parásito como parte de emancipar a la humanidad. Esto me recuerda la letra de Bob Dylan de “The Narrow Way” [La vía estrecha]:
Hemos despojado y saqueado en tierras lejanas
¿Por qué mi parte no es igual a la tuya?
Sunkara, al esbozar su visión de la sociedad ideal, dice: “… esa [la socialdemocracia sueca de los años 1970 y 80] es el mejor modelo”4. ¿En serio? Suecia ha estado sentado a la “mesa del banquete” imperialista como socio menor, beneficiándose de su botín. Sunkara quiere ampliar la socialdemocracia sueca5 a proporciones de Estados Unidos... a los niveles del parasitismo en Estados Unidos.
Avakian concluye su artículo “Los jacobinos de ayer, los jacobinos de hoy: Un breve resumen” con la siguiente observación de que, “independientemente de las pretensiones ‘socialistas’ que tengan, los jacobinos de hoy”
…No representan una ruptura fundamental con lo que está representado y consagrado en la Constitución de Estados Unidos, con toda la horrenda explotación, opresión y destrucción que ésta ha institucionalizado y hecho posible, al día de hoy, en Estados Unidos y por todo el mundo. [nuestro énfasis en negritas]
La perspectiva y programa chovinista-imperial de los jacobinos son una clara manifestación y consecuencia de esto.