Dos acontecimientos de la semana pasada intensificaron la masacre genocida de Israel en Gaza y el peligro de que estalle una guerra más amplia en el Medio Oriente con consecuencias impredecibles pero potencialmente desastrosas para la región y la humanidad en su conjunto.
Tres dimensiones de esta situación:
UNO: El lunes 1º de abril, el ejército israelí bombardeó un convoy de vehículos SUV, así matando a siete trabajadores humanitarios del World Central Kitchen (Cocina Central Mundial, WCK por las siglas en inglés) en el centro de Gaza. Se produjo después de que el convoy había entregado alimentos a un almacén para distribuirlos entre personas hambrientas. Los trabajadores humanitarios eran de Palestina, Polonia, Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido. Estaban en estrecho contacto con el ejército israelí al mismo tiempo que fueron asesinados sistemáticamente.
DOS: Israel bombardeó el consulado iraní en Siria, así matando a varios oficiales militares iraníes. El consulado iraní en Siria formaba parte del complejo de su embajada, y las embajadas se consideran territorio del país invitado, lo que significa que, según todas las normas del derecho internacional, fue un ataque contra Irán. Funcionarios estadounidenses, israelíes e iraníes han dicho que esperan un ataque de represalia por parte de Irán. El Medio Oriente está al límite.
TRES: Estos acontecimientos se dan en un mundo dominado por un sistema presa de contradicciones explosivas. Un sistema donde los rabiosos conflictos despiadados entre opresores y su determinación de aplastar a cualquiera que se interponga en su camino han llevado al mundo al borde de la destrucción.
Pero esto no es motivo para que nadie se dé por vencido. Plantea un reto para conectarse y unirse con el movimiento para una revolución real en un momento poco común en que tal revolución es más posible que en tiempos “normales”. Precisamente porque debajo de los pies se está estremeciendo el mundo tal como la gente lo ha conocido y que lo ha llegado a aceptar.
UNO: Israel asesina a trabajadores humanitarios del World Central Kitchen en Gaza
La masacre de siete trabajadores humanitarios por parte de Israel fue parte de una matanza genocida. Al cierre, Israel ha matado a 33.137 palestinos en Gaza, y miles más siguen sin contarse enterrados bajo los escombros de los misiles, bombas y buldóceres israelíes.
Unos 200 de los asesinados por Israel en Gaza fueron trabajadores humanitarios, personas que valientemente asumieron la responsabilidad de tratar de distribuir alimentos a la gente a la que Israel está matando sistemáticamente de hambre1.
El asesinato de siete trabajadores del WCK por parte de Israel el 1º de abril contribuyó a imponer esa hambruna. Logró “persuadir” al WCK para que suspendiera la ayuda alimentaria en Gaza. Y mandó un mensaje al mundo de que nadie estará seguro si se interpone en el camino del genocidio israelí.
El fundador e importante financiador del WCK, José Andrés, es un chef y restaurantero de renombre mundial. El WCK es conocido mundialmente por distribuir alimentos en situaciones de crisis2. Trabaja en estrecho contacto con las autoridades israelíes, en la distribución de alimentos en Gaza a horarios y por rutas aprobados por el ejército israelí.
Y no obstante, un comandante israelí ordenó que sus tropas atacaran al convoy claramente marcado en rutas que Israel había aprobado de antemano. Y cuando algunos de los trabajadores humanitarios escaparon del primer misil lanzado por drones y utilizaron sus canales para comunicarse con el ejército israelí, el comandante ordenó otros dos ataques, así matando a más trabajadores humanitarios.
En una emotiva entrevista de Reuters, José Andrés insistió en que el ataque israelí que mató a siete de sus trabajadores de ayuda alimentaria en Gaza los había singularizado “sistemáticamente, vehículo por vehículo” y que el WCK estaba en estrecho contacto con el ejército israelí todo el tiempo. Y declaró furioso: “Esta no fue simplemente una situación de mala suerte en la que, ‘ay’, lanzamos la bomba en el lugar equivocado”.
En un mundo de otro tipo, en sociedades revolucionarias con la meta de poner fin a toda opresión, los sentimientos humanitarios, la voluntad de sacrificarse y el valor de los siete trabajadores humanitarios del WCK serían un factor valioso para desencadenar a las personas para cambiar el mundo hacia lo mejor. Pero en este sistema, dominado por lobos chupasangre de fauces ensangrentadas, siendo Estados Unidos el número uno, los trabajadores humanitarios estaban en la mira para el asesinato.
El encubrimiento israelí califica de “error” a los asesinatos, se jacta de los “procedimientos operativos uniformes” de Israel
El viernes 5 de abril, ante la indignación global y el creciente aislamiento, el ejército israelí anunció el resultado de la llamada “investigación” sobre su propio asesinato de los trabajadores humanitarios del WCK, cuyo resultado agregó sal a la herida a un crimen contra la humanidad.
El informe afirmaba, contra toda evidencia, que el asesinato de los trabajadores del WCK fue “una identificación errónea”. Afirmó que las tropas israelíes pensaban que una o dos personas asociadas con Hamas estaban en el convoy. Eso no era cierto, pero ¿¡qué nos dice acerca de qué tan indiscriminada lo es la matanza de personas por parte de Israel en Gaza, que se suponía que era una razón legítima para aniquilar el convoy del WCK!?
La llamada investigación de Israel justificó el asesinato como “errores en la toma de decisiones”. Y afirmó que era “contrario a los Procedimientos Operativos Uniformes” del ejército israelí en Gaza. A los oficiales de menor rango los relevaron de sus mandos, y a los de mayor rango les dieron... reprimendas.
De hecho, los verdaderos “procedimientos operativos uniformes” israelíes son la sed de sangre irrestricta, represalias, torturas, saqueos, asesinatos en masa y la deshumanización del pueblo palestino en una matanza genocida en Gaza (vea en adelante el recuadro: “El ejército israelí respaldado por Estados Unidos en Gaza: en lucha por un sistema de explotación y opresión y que lo encarna”).
Un ex funcionario de las administraciones de Obama y Biden, ahora presidente de una organización de derechos de los refugiados y crítico a las acciones de Israel, Jeremy Konyndyk, dijo después del ataque al WCK: “No se trata de atacar en repetidas ocasiones a un convoy que no está participando en los combates, ni se trata de dar con una serie de tres vehículos a lo largo de un kilómetro de carretera, por accidente. Se trata de fomentar una cultura militar que trata a Gaza como una zona de fuego indiscriminado con total impunidad por los ataques flagrantes contra civiles” [énfasis agregado].
Estados Unidos alardea, pero pone su sello de aprobación al encubrimiento israelí
Personas de todo el mundo reaccionaron indignadas ante el asesinato, mentiras y encubrimiento de parte de Israel. En respuesta, el Genocida Joe Biden sostuvo una llamada telefónica con el primer ministro israelí, Netanyahu (Netan-NAZI). El New York Times informó que Biden hizo “amenazas” indefinidas de que si Israel no cambiara de rumbo y no permitiera que se distribuyeran algunos alimentos en Gaza, pues… pues… pues… ¿qué en realidad? NADA. Cuando los periodistas pidieron más detalles, Biden dijo: “Les pedí [a Israel] que hicieran lo que están haciendo”. En otras palabras: Seguir con el encubrimiento. Y cuando los periodistas le preguntaron si podría abandonar a Israel, Biden respondió tajante: “¿Se trata de una pregunta seria?”
La llamada telefónica de Biden a Netan-NAZI y su respuesta a las preguntas de los periodistas nos dicen dos cosas. Uno, que la matanza genocida de Israel en Gaza le está causando problemas concretas a la agenda de Biden de presentar a Estados Unidos como un defensor global de la libertad y la democracia — en todo el mundo, así como en particular en Estados Unidos, especialmente entre aquellos sectores de la población a los que el Partido Demócrata normalmente intenta atraer e influenciar — o, en otras palabras, limitar, controlar y desmovilizar políticamente. Dos, que, a pesar de todo eso, Israel es un gendarme esencial de los intereses del capitalismo-imperialismo estadounidense en el Medio Oriente y más allá. Y que, para cualquiera que tenga una posición significativa desde la cual pueda influir en la política estadounidense, cuestionar el apoyo de Estados Unidos a Israel, especialmente el apoyo militar, no es, en palabras del propio Biden, una pregunta seria.
DOS: Una provocación extrema — Israel bombardea el consulado iraní en Siria
El 1º de abril, el mismo día en que Israel mató a los trabajadores del WCK, un ataque aéreo israelí demolió el consulado de Irán en Siria. El consulado está adscrito a la embajada de Irán e incluye la residencia del embajador de Irán. El embajador y su familia no resultaron muertos, pero sí dos generales y cinco oficiales iraníes. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, “un ataque a una embajada se considera un ataque al país que representa”. Así que, según las reglas que Estados Unidos dice respetar, el ataque a esta embajada fue un ataque a Irán.
Israel, como es su política habitual, no confirmó oficialmente que fuera responsable del ataque. Pero según informes noticiosos estadounidenses, el ataque fue una escalada de los ataques israelíes contra Irán debido a su apoyo a Hamas y a otras fuerzas en la región que luchan contra Israel3.
Lanzando una mecha al polvorín de una guerra regional
El bombardeo israelí del complejo de la embajada iraní en Siria fue un acto escandaloso que agravó una situación ya explosiva. Estaba garantizado que iba a provocar una respuesta de Irán. Al cierre, la región está al límite. El embajador de Irán, Hossein Akbari, prometió tomar represalias por el ataque “con la misma magnitud y severidad”.
El ataque de Israel intensificó una serie de conflictos explosivos e impredecibles en el Medio Oriente. Por un lado, Estados Unidos, siendo Israel su gendarme con armas nucleares, ha dominado a esta región del mundo económica, política y militarmente crítica durante décadas. Los regímenes reaccionarios de la región, como Arabia Saudita y Egipto, constituyen partes clave del bloque estadounidense en esa región y dominan a poblaciones despiadadamente oprimidas dentro de sus fronteras. Pero Israel desempeña el rol decisivo de ancla para la dominación estadounidense.
REVOLUCIÓN Número Siete: ¿Por qué Estados Unidos está respaldando… la matanza genocida israelí del pueblo palestino? (video en inglés; texto en español aquí).
Contra Estados Unidos e Israel están la reaccionaria República Islámica de Irán y fuerzas con las que está alineada. Irán llama a esta alianza el “eje de resistencia”4. De hecho, es una alineación de fuerzas reaccionarias que aspiran a una mejor posición en la jerarquía global, y el avance de la guerra santa fundamentalista islámica global. Detrás de ellos está Rusia.
Potencias nucleares rivales en una mezcla explosiva
Tanto Estados Unidos como Rusia tienen instalaciones y fuerzas militares en el Medio Oriente. China, aunque no está tan profundamente comprometida en el ámbito militar, ha estado haciendo importantes avances económicos y diplomáticos en los países alineados con Estados Unidos, como Egipto, así tratando de palanquearlos fuera de la órbita estadounidense.
En febrero, las fuerzas armadas estadounidenses atacaron a más de 85 objetivos en siete instalaciones que, según afirmaban, las usaban el ejército iraní y las fuerzas que patrocina en Siria e Irak. Estados Unidos dijo que los ataques fueron en represalia por un ataque contra tropas estadounidenses estacionadas en Jordania.
¿Sabían que Estados Unidos tiene tropas estacionadas en el país mesooriental de Jordania? ¿Y 40.000 soldados a lo largo del Medio Oriente?5 Si no, pues no se es el único — ¡debido a que los gobernantes de Estados Unidos no quieren que usted lo conozca y no quieren que pregunte el porqué! Para ir al fondo del porqué, hace falta escuchar el despacho en las redes sociales Nota de última hora, 9 de febrero de 2024 de BA (video en inglés y texto en español aquí):
Hace poco, estas supuestas “fuentes de noticias” han venido hablando de “ataques de represalia” estadounidenses en el “Medio Oriente”, después de que un ataque a una instalación militar estadounidense en el país de Jordania mató a tres soldados estadounidenses. Esto plantea una pregunta muy importante que ninguna de estas fuentes quiere que consideres: ¡¿Qué carajos está haciendo el ejército estadounidense a miles de kilómetros de Estados Unidos en el país mesooriental de Jordania?!
La respuesta es lo siguiente: lo que está haciendo en Jordania es parte de lo que hacen las fuerzas armadas estadounidenses en su conjunto, con su armamento, bombas, misiles y otros medios de matanza en masa: matar a enormes cantidades de personas de las formas más monstruosas, por todo el mundo, para que Estados Unidos pueda seguir siendo el opresor capitalista-imperialista y destructor de personas y del medio ambiente “número uno” en el mundo (siendo el propio ejército estadounidense una de las principales fuerzas que están devastando rápidamente el medio ambiente).
En febrero, bombarderos con base en Estados Unidos lanzaron bombas sobre Siria e Irak. En una conferencia de prensa en la que se anunció el ataque, un general estadounidense declaró: “Les digo que lo hermoso [¡¡hablando de armas de destrucción masiva!!] del bombardero estadounidense es que podemos atacar en cualquier parte del mundo en el momento que elijamos... Podemos, para repetir, hacerlo desde nuestro territorio nacional, por así decirlo”. No fueron bombas nucleares las que Estados Unidos lanzó sobre Siria e Irak, pero esos bombarderos son capaces de transportar armas nucleares. Y el propio Israel tiene al menos 150 a 200 armas nucleares. Nadie está amenazando explícitamente con un ataque nuclear en este momento, pero está claro que existe el claro potencial ahí de que las cosas se deriven en una espiral hacia un desastre.
Irán, y Rusia, están profundamente involucrados en apuntalar al régimen reaccionario del gobernante sirio Hafez Assad. Assad está luchando contra fuerzas armadas reaccionarias alineadas con Estados Unidos en Siria. Y recuerde, Siria es donde Israel bombardeó la embajada iraní el 1º de abril. Así que aquí se ve qué tan estrechamente relacionados están todos estos conflictos, y qué tan involucradas están las potencias nucleares.
A lo largo del Medio Oriente, las potencias reaccionarias y las fuerzas alineadas se están chocando. Toda la situación estaba explosiva antes del ataque israelí del 1º de abril. Después se volvió mucho más peligrosa.
Tres conclusiones y la urgente necesidad de una revolución
1. Israel, a plena luz del día, disparó repetidamente misiles contra un convoy de ayuda alimentaria que había autorizado, un convoy patrocinado por un chef de fama mundial y que incluía a voluntarios palestinos e internacionales. El Genocida Joe Biden reprendió a Netan-NAZI, pero sermoneó a los periodistas de que no pueden estar hablando con seriedad al preguntar si Estados Unidos abandonará a Israel.
2. Israel desdeñó el derecho internacional, bombardeó una embajada en otro país a fin de “mandar un mensaje” al reaccionario rival regional Irán. Lo hizo muy conocedor de que esto detonaría una respuesta de represalia que puede conducir a una espiral impredecible de intensificación de la guerra en todo el Medio Oriente, e incluso llevar a Estados Unidos y Rusia a un conflicto directo.
3. Toda esta mezcla funesta es producto del sistema del capitalismo-imperialismo que gobierna el mundo hoy.
Todo esto es otro conjunto de razones por las que es cierto lo que dice Bob Avakian:
Nosotros, la gente del mundo, ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando al mundo y determinando el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes. Y es un hecho científico que no tenemos que vivir así — es posible una forma completamente diferente de organizar la sociedad, un mundo completamente mejor.
El ejército israelí respaldado por Estados Unidos en Gaza: en lucha por un sistema de explotación y opresión y que lo encarna
La manera en que un ejército combate es una concentración de la perspectiva, los valores y los objetivos de la sociedad por la que luchan. Lo siguiente son tan sólo una muestra de los informes suprimidos o descalificados por los medios de comunicación de la clase dominante estadounidense que revelan la depravación sistémica de los soldados israelíes en Gaza. Y la manera en que eso refleja la naturaleza esencial genocida del apartheid del estado de Israel.
Desde una edad temprana han condicionado a los soldados israelíes para que vean a los palestinos como amenazas infrahumanas a la supremacía judía, cuya vida no vale nada. Además, los han condicionado la cultura militar y las declaraciones de los niveles más altos del gobierno israelí de que su misión es tortura, terror y muerte genocidas.
- Después del “castigo” simbólico más leve imaginable para los oficiales militares que Israel dijo que fueron directamente responsables de la masacre de los trabajadores del World Central Kitchen, el poderoso ministro de Seguridad de Israel, Itamar Ben-Gvir, hasta lo denunció como “el abandono de los soldados en medio de una guerra”.
- Desde los primeros días de la masacre israelí en Gaza, salieron extensos informes de que soldados israelíes quemaban comida, coreaban consignas racistas, profanaban íconos religiosos musulmanes y posaban con pintas que decían “borremos a Gaza”. Y seis semanas después del comienzo de la masacre israelí en Gaza, un comandante israelí declaró que Israel debe hacerle a Gaza lo que Simeón y Leví en la Biblia hicieron en Nablus, así invocando una historia de la Biblia donde “dios” ordena a que Israel mate a todos los hombres, tome de rehén a todas las mujeres y niños y saquee toda la ciudad.
- Hace poco, el ejército israelí creó zonas de muerte en Gaza donde los soldados israelíes matan a cualquiera que transite por la zona. Oficiales militares le han dicho al periódico israelí Ha’aretz que a menudo las víctimas son civiles cuyo único delito fue cruzar una línea invisible trazada por el ejército israelí.