El falso marxista Slavoj Žižek se ha sumado una vez más al orden capitalista-imperialista gobernante. En respuesta al levantamiento justo y las protestas de los jóvenes negros, árabes y musulmanes en Francia tras el brutal asesinato policial de Nahel Merzouk, de 17 años [Vea “Poderoso levantamiento contra el asesinato policial y opresión racista estremece a Francia por seis días, en desafío a masiva represión estatal y amenaza fascista”], Žižek escribió un artículo repugnante para el New Statesman, escandalosamente titulado “La izquierda debe abrazar la ley y el orden”.
Ahórreme la repugnancia de hacer una refutación línea por línea. Pero el tonto de un filósofo Žižek recicla el tropo reaccionario de que esos levantamientos y rebeliones solo “dañan a los pobres”: atacan a los autobuses y “destruyen la infraestructura que mantiene el sustento de la gente común...”. A Žižek también le preocupa que tales protestas solo le hagan el juego a las fuerzas de derecha y sus llamados a medidas represivas más severas. Así que, según la lógica política perversa de Žižek, en lugar de ceder el tema de la “seguridad pública” a la derecha, la “izquierda” debería aventajarlos en su propio juego y “asumir el lema de la ley y el orden como propio”.
Para que no haya ninguna confusión sobre “la ley y el orden” necesarios — en el mismo momento en que los jóvenes están en las calles diciendo NO al terror policial y la desesperanza y violencia cotidiana de este sistema, y haciendo frente a la cruel represión y la demonización fascista, el erudito profesor Žižek plantea el espectro de “pandillas juveniles que aterrorizan los espacios públicos”.
¡Bueno, que se joda Slavoj Žižek! Por tomar partido con los opresores, no con los oprimidos. Por declarar no ha lugar a la única solución a los horrores de este mundo: una verdadera revolución para derrocar este sistema capitalista-imperialista. Žižek, en este caso, también declara no ha lugar a la resistencia a la opresión, que era de lo que se trataba este levantamiento y sin la cual la gente será pulverizada y ninguna revolución será posible. También está aprovechando las características secundarias de este levantamiento, por ejemplo, la quema de autobuses y el saqueo de pequeños negocios, para calumniar lo que fue abrumadoramente positivo y justo.
Por cierto, esto es solo lo último en los anales de la fea capitulación imperial-chovinista de Žižek en tiempos de ajuste de cuentas moral y político:
- En 2015, cuando los refugiados expulsados hacia Europa por el saqueo, guerras e intervenciones neocoloniales se ahogaban en el mar (como todavía lo hacen); enfrentando cercas, fascistas y policías (como todavía lo están); y exigiendo un trato humano y asilo: Žižek escribió artículos y concedió entrevistas en defensa de los “valores europeos”, con el argumento: “Europa no podía simplemente abrir sus fronteras... por sentimientos de culpa”.
- En 2016, declaró su apoyo a Donald Trump, con el argumento de que una victoria presidencial de Trump podría ayudar a generar “una especie de gran despertar”.
- En 2022, a medida que se intensificaba la guerra de sustitutos de Estados Unidos con Rusia en torno a Ucrania, Žižek proclamó en The Guardian que “lo mínimo que le debemos a Ucrania es apoyo total, y para hacer esto, necesitamos una OTAN más fuerte”.
Una reflexión a manera de conclusión. Para aquellos en los círculos académicos y literarios que encuentran en Žižek un comentarista cultural provocador, o un “contrario” político astuto que les saca de quicio, ¡ya es hora de despertar! Slavoj Žižek es un farsante, un vergonzoso apologista del imperialismo.