La semana pasada en Minnesota, aun otro puerco policía asesino salió libre por matar a aun otro joven negro sin más motivo que aun otra orden de allanamiento sin-tocar-a-la-puerta “equivocado”.
Para colmo de males, el fiscal general del estado le dijo a la gente que no perdiera la esperanza y que siguiera trabajando “para hacer del sistema uno del que podamos estar orgullosos”.
¿”Orgullosos”? Lea el artículo a continuación. A ver lo que piensa USTED.

Amir Locke
Amir Locke fue un joven negro de 22 años, aspirante a músico que iba mudarse a Texas en unos días para estar cerca de su madre. La policía afirma que irrumpieron en el apartamento en el que Amir dormía porque estaban buscando a un presunto sospechoso de homicidio. Esto fue el 2 de febrero de 2022. Amir no tenía antecedentes penales y su nombre no constaba en la orden de allanamiento por la que actuaba la policía. Cuando entraron al apartamento, Amir estaba durmiendo en el sofá. Los policías patearon el sofá y Amir, sorprendido, agarró su arma (para la que tenía permiso). Uno de los puercos, Hanneman, abrió fuego de inmediato, impactándole tres veces y matándolo1.
La policía afirmó que Amir Locke estaba haciendo “movimientos evasivos” y no cumplió con las “órdenes verbales” y que levantó el cañón de su arma hacia los policías. Esto no es lo que muestra su propio video de cámara de cuerpo. Ni siquiera es lo que dijo uno de los otros puercos en la escena, que cuando le dijeron a Locke que mostrara las manos, se escondió bajo las cobijas y comenzó a “moverse vigorosamente”.
La madre de Locke, Karen Wells, calificó el asesinato policial de su hijo como “una ejecución”.
El 6 de abril, la fiscalía dijo que no se presentarán cargos contra Mark Hanneman, el policía de Minneapolis que mató a Amir Locke mientras él y otros policías SWAT ejecutaban una orden de allanamiento “sin tocar a la puerta” el 2 de febrero de 2022.
Bob Avakian, "Sí, hay una conspiración para que siempre salgan impunes los policías".
El fiscal general de Minnesota dice que el puerco estaba justificado... ¡pero que no pierdas la esperanza!
El fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, y el fiscal del condado de Hennepin, Michael Freeman, cuyas oficinas revisaron el caso de Amir Locke, determinaron que Hanneman estaba “justificado” al disparar su arma. En público, derramaron lágrimas de cocodrilo y dijeron que criticaban las órdenes “sin tocar a la puerta”. Dijeron que “la vida de Amir Locke importaba” y que su muerte era una “tragedia”.
Pero los colmillos y la realidad —que la vida de un joven negro como Amir no le importa a este sistema y a su policía— salieron a la luz cuando Ellison y Freeman dijeron que “no hay suficientes pruebas admisibles para presentar cargos penales en este caso. Específicamente, el estado no podría refutar más allá de toda duda razonable ninguno de los elementos del estatuto de uso de la fuerza letal de Minnesota que autoriza el uso de la fuerza por parte del oficial Hanneman”.
Ellison luego dijo: “Este no es el momento para que la gente sienta que no hay esperanza” y “La gente debería seguir adelante y continuar tratando de hacer que el sistema sea uno del que todos podamos estar orgullosos”.
Esto no es más que un insulto y una gran bofetada a la familia de Amir Locke y a toda la gente furiosa por el asesinato porcino sin sentido de Amir. Piense en la absoluta indignación de esta declaración. Primero, Ellison le dice a la gente que el sistema ha decidido que aun otro puerco asesino no será castigado. Que el sistema ni siquiera va a fingir acusar y procesar al policía que asesinó a Amir Locke. Pero luego, según Ellison, se supone que la gente debe de depositar su esperanza en este mismo sistema y de alguna manera tratar de “mejorarlo”. Solo piense en lo absurdo de lo que dice Ellison, que la gente debería tener “esperanza”, después de interminables intentos de reformas como juntas de revisión policial y la vigilancia policial comunitaria, y después de que millones de personas se levantaron en todo el mundo contra el asesinato de George Floyd. Los puercos NO han PARADO de matar y la impunidad NO ha PARADO.
Todo lo que un policía asesino tiene que decir para justificar un asesinato es decir que “temía por la vida”. Y la Corte Suprema de Estados Unidos, con su escandalosa doctrina de la "inmunidad cualificada", ha hecho muy difícil demandar a los policías asesinos por violación de los derechos civiles, incluso en los casos más flagrantes2

Se supone que el derecho a portar armas se aplique a TODOS... no solo a los blancos
Ahora tenemos el asunto del derecho de Amir Locke de portar armas. Si alguien está durmiendo en el sofá y de repente una pandilla tumba la puerta, ¿es comprensible que la persona piense que tiene que defenderse? Y Amir Locke tenía un permiso para el arma. ¿Y qué de su derecho constitucional de portar armas?
En ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia. Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, Bob Avakian habla de: “la realidad de que para los supremacistas blancos y los fascistas en general, la II Enmienda, el ‘derecho de portar armas’, ha sido defendida regularmente y ha contado con el aval de la ley y los tribunales, y con el apoyo de la policía y otras instituciones del estado; mientras que para el pueblo negro, otros oprimidos y, en general, aquellos que se oponen a la opresión y la injusticia de este sistema, se ha dado una activa oposición y supresión al ‘derecho de portar armas’, incluso en defensa propia”.
¿Y si este hubiera sido un caso, no de Amir Locke, sino de un hombre blanco en un vecindario blanco? En primer lugar, ¿los policías habrían tocado a la puerta en lugar de tumbarla? ¿Habrían tenido menos ganas de apretar el gatillo si se tratara de un sospechoso blanco?
Un artículo de NewsOne titulado “Violent White Folks Who Were Taken Into Custody With Loving Care By Police” (Los blancos violentos que fueron detenidos con cariño por la policía), 7 de septiembre, 2021, brinda una serie de ejemplos de cómo los policías —quienes, cuando se trata de personas negras, “disparan primero y hacen preguntas después”— tratan a los blancos de manera muy diferente. Un supremacista blanco que se describe a sí mismo como partidario de Trump y con una enorme esvástica tatuada en el pecho provocó un disturbio racista en un restaurante de Florida. Amenazó con agredir sexualmente a una mujer y luego agredió físicamente a otra. La policía vino y amablemente detuvo al racista, incluso bromeando con él mientras lo subían al radiopatrulla. Un hombre blanco armado, sospechoso de herir a un policía, se atrincheró en una casa, lo que provocó un enfrentamiento con la policía. Finalmente, fue detenido pacíficamente. Está el ejemplo de Dylann Roof, el hombre blanco de 21 años que masacró a 9 personas en una iglesia negra en Charleston, Carolina del Sur, en 2015. La policía no solo lo detuvo pacíficamente, sino que incluso le compraron una comida de Burger King.
Pero, ¿recuerda a Philando Castile, el hombre negro de 32 años que fue asesinado tras una parada de tráfico simplemente por decirles a los policías que tenía en su posesión un arma de fuego registrada legalmente?
Ah, y luego está la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), que protestará enérgicamente cada vez que algún fascista de alguna manera se encuentre con algunas restricciones en su derecho a blandir armas para amenazar a los manifestantes o a los negros, latinos, inmigrantes u otras personas de color. Sin embargo, resulta que la NRA no alzó la voz sobre el derecho de Castile de portar armas; ni alzó la voz sobre el derecho de Amir Locke de portar armas.
En su libro The Second: Race and Guns in a Fatally Unequal America [La Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos: La raza y las armas en un Estados Unidos fatalmente desigual], Carol Anderson escribe: “Las armas no son la variable clave aquí. Es el pueblo negro. Su estatus legal (esclavo, negro libre, morador, ciudadano bajo el Jim Crow o ciudadano del ‘Estados Unidos posracial’) no cambió la forma en que la Segunda Enmienda obró en contra de sus derechos”.
El hecho es que necesitamos una revolución para superar esta locura. Pero en este momento, no puede haber un conjunto de reglas para los blancos y otro para todos los demás; y la lucha por todos los derechos civiles supuestamente “garantizados” por la Constitución debe ser parte de la construcción de esa revolución.
Algunos podrían preguntarse, desde el asesinato de George Floyd y la condena de Derek Chauvin, el policía que lo estranguló hasta la muerte: ¿se les está declarando “responsables” a los puercos asesinos? ¡PARA NADA! Además del puerco que mató a Amir Locke, hay que sumar estos ejemplos recientes de policías que también mataron y no enfrentaron ningún cargo.
- Los puercos de Chicago que balearon y mataron a Adam Toledo de 13 años y a Anthony Álvarez de 22 años, en 2021.
- Los puercos de Alameda, California que sometieron contra el piso a Mario González de 26 años hasta dejarlo muerto en 2021.
- Los puercos de Pasadena, California que persiguieron y mataron a Anthony McClain cuando lo pararon por tráfico en 2020.
- El puerco de Columbus, Ohio que baleó y mató a Ma’Khia Bryant de 16 años en 2021.
- Los puercos de Lakewood, Washington que balearon y mataron a Said Joquin de 26 años cuando lo pararon por tráfico en 2020.
- Los puercos de Gaithersburg, Maryland que en 2021 balearon y mataron a Ryan LeRoux de 21 años cuando le vieron sentado y reclinado en su carro con los audífonos puestos y el celular en sus manos.
Estos son solo unos pocos ejemplos de años recientes. La lista entera se remonta a muchísimas décadas y sigue creciendo…