En la edición de la semana pasada de Revolución/revcom.us, destacamos un comentario perspicaz del escritor Tom Nichols sobre la ola de asesinatos de Trump en las aguas de Venezuela y Colombia: “El presidente estadounidense ha dicho: ‘Puedo apuntar las fuerzas armadas hacia cualquier lado y matar a quienquiera que se me dé la gana’. Eso, al final de cuentas, se convertirá en un principio para el uso de las fuerzas armadas dentro del país. Está aclimatando a la gente a la noción de que las fuerzas armadas son su ejército particular — sin restricciones de leyes, sin restricciones de normas, sin restricciones de tradiciones estadounidenses”. [énfasis añadido].

En la semana desde entonces, ha habido nuevos saltos hacia lograr imponer un estado policial fascista. Aquí hay cuatro ejemplos:

1. 23.000 soldados serán preposicionados para “sofocar disturbios civiles”

El periódico The Guardian reveló que el 8 de octubre, el mayor general Ronald Burkett, director de operaciones de la oficina de la Guardia Nacional del Pentágono, ordenó que toda la Guardia Nacional estatal y territorial estableciera inmediatamente “fuerzas de reacción rápida”: unos 500 soldados para cada una, un total nacional de más de 23.000 tropas.

Si bien se los entrenarán en el “control de disturbios”, incluido el uso de porras, pistolas Taser y gas pimienta, este es el ejército del fascista cristiano Pete Hegseth quien ha enfatizado la necesidad de entrenar a los soldados con “la máxima letalidad, no la tibia legalidad”. 

Burkett basó la autoridad para esta medida en una orden ejecutiva que Trump firmó el 28 de agosto de 2025. Dos puntos importantes: uno, la orden de agosto de Trump establece explícitamente que estas fuerzas deben estar “disponibles para un rápido despliegue nacional” para ‘sofocar disturbios civiles’”. Traducción: supresión de protestas de masas. Dos, en esa orden de agosto, Trump especificó que quería alrededor de 600 tropas de “respuesta rápida” estacionadas en solo dos bases militares. Pero ahora, solo dos meses después, quiere 23.000 —40 veces más— repartidos por todo Estados Unidos y listos para entrar en acción con ocho horas de anticipación. 

2. Purgar ICE... para que sea aún más despiadado

Múltiples fuentes dentro del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés, el departamento que supervisa la campaña de deportación masiva de Trump) informan de una importante purga de líderes regionales del ICE y su reemplazo por funcionarios de la Patrulla Fronteriza. 

El Washington Examiner informa que el 24 de noviembre, “los líderes del ICE en Denver, Los Ángeles, Filadelfia, Phoenix y San Diego fueron relevados de sus trabajos” y se cree que estas cinco ciudades “son las primeras, con más por venir, entre las 24 oficinas de campo del ICE en todo el país”. 

Gregory Bovino, un agente de la Patrulla Fronteriza desde hace mucho tiempo y un nazi despiadado, ahora está ascendiendo en el liderazgo. Después de hacerse muy conocido en el sur de California, Bovino actualmente encabeza el ataque contra los inmigrantes en Chicago. Estaba en el lugar de los hechos cuando los agentes federales lideraron la redada Blackhawk contra un complejo de apartamentos de Chicago, y recientemente fue filmado lanzando un bote de gas lacrimógeno a una multitud de manifestantes sin previo aviso. Según el Examiner, lo ven como “el nuevo estándar para lo que vendrá en el ICE”.

El ICE (siglas en inglés del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y la Patrulla Fronteriza son agencias distintas dentro del DHS. La Patrulla Fronteriza opera en la frontera y hasta 100 millas de distancia de ella (una restricción legal que últimamente se ha dejado de lado). Se desarrolló históricamente como una organización violenta y paramilitar con una mentalidad de vaquero del Salvaje Oeste y un historial de brutalidad extrema. 

El ICE operó en el interior de Estados Unidos, cazando a inmigrantes que habían vivido aquí durante meses, años o décadas, pero que supuestamente habían cometido alguna infracción legal, faltado a una audiencia de inmigración, etc. Al igual que la Patrulla Fronteriza, el papel del ICE fue y es opresivo. Pero a diferencia de la Patrulla Fronteriza, el ICE al menos fingió adherirse al estado de derecho: actuar sobre la base de órdenes legales de los tribunales, buscar individuos específicos, reconocer que los inmigrantes tienen algunos derechos legales. 

Si bien el ICE ha enviado a sus matones enmascarados a brutalizar a los inmigrantes, allanar lugares de trabajo y secuestrar a personas en la calle, desde el punto de vista de los fascistas MAGA las cosas están atrasadas. MAGA tenía como objetivo un millón de deportaciones al año, pero el Examiner dice que “esas altas cifras han sido imposibles de lograr ya que el ICE se ha centrado simultáneamente en arrestar a los ‘peores de los peores’, a menudo un proceso de uno por uno”. Es decir, hasta cierto punto, ¡el liderazgo del ICE se encuentra impedido de agarrar y deportar a todos los inmigrantes que puedan, por la idea de que deberían enfocarse (¡a veces, al menos!) en las personas que posiblemente hayan hecho alguna infracción!

Esta toma del poder por parte de la Patrulla Fronteriza señala un salto serio y peligroso hacia la abierta limpieza étnica de las personas no blancas, y la mayor forja y desencadenamiento de una fuerza fascista que también puede ser dirigida contra otros sectores de la población.

3. Manifestantes anti-ICE acusados de “terroristas” en una “célula antifa” por culpabilidad por asociación

El 15 de octubre, fiscales federales presentaron cargos de “terrorismo” contra dos personas, acusándolas de ser parte de una “Célula Antifa”, en relación con una protesta en julio frente a un centro de detención del ICE en Alvarado, Texas. Esta es la primera vez que tales cargos han sido levantados con la etiqueta “antifa”, después de que Trump designó a “antifa” como una “organización terrorista importante”. En realidad, “antifa” no es una “organización” sino una orientación de oposición a los fascistas, racistas y otras formas de injusticia. El régimen de Trump está usando la etiqueta como justificación para aumentar la represión contra una amplia gama de individuos y grupos que se oponen políticamente al régimen. 

La policía asevera que al final de la protesta de julio frente a la prisión del ICE, alguien intercambió disparos con los policías y un oficial resultó herido. Arrestaron a nueve manifestantes en el lugar de los hechos, y a otros en los días siguientes. Ahora 17 de ellos enfrentan cargos estatales y federales. A los dos ahora acusados de estar en una “célula Antifa”, Zachary Evetts y Autumn Hill, no los detuvieron en la protesta y no los han acusado de disparar el arma. Los acusan de presuntamente “proporcionar apoyo material a terroristas” y de haber “ayudado e instigado” el intento de asesinato de oficiales. La acusación describe a “antifa” como “empresa militante formada por redes de individuos y pequeños grupos, adscritos principalmente a una ideología anarquista revolucionaria o marxista autónoma”. 

Un exfuncionario del Departamento de Justicia citado por el New York Times señaló que se trataba de una “definición algo vaga de antifa que no ofrecía evidencia clara de conexiones entre personas o grupos específicos aparte de su ideología izquierdista”. Y esto planteaba el peligro de que la “investigación pudiera terminar centrándose no solo en los acusados de cometer violencia real, sino en otros adyacentes a ellos que creen en ideas similares pero que no han actuado violentamente”. En otras palabras, el régimen fascista de Trump está persiguiendo a los manifestantes sobre la base de la “culpabilidad por asociación”, no por cometer ningún presunto delito real, sino por tener ideas que este régimen ilegítimo ha etiquetado como “criminales”.

4. Candidata demócrata al Congreso y otros acusados por protestas frente a las instalaciones del ICE en Broadview

Desde septiembre, cuando las redadas del ICE comenzaron a aumentar en Chicago, la gente ha protestado ante el centro de procesamiento del ICE en Broadview. Los inmigrantes detenidos allí enfrentan condiciones brutales e inhumanas. Los manifestantes se han resistido heroicamente frente a la violencia desenfrenada del ICE y la policía estatal. Se han enfrentado a nubes de gases lacrimógenos, bolas de pimienta, balas de goma y arrestos violentos. La represión se intensificó mucho la semana pasada cuando los fiscales federales acusaron a seis manifestantes de Broadview de delitos graves, incluida de la “conspiración” en una protesta del 26 de septiembre “para impedir por la fuerza, intimidación y amenaza” que un agente del ICE “cumpliera con los deberes de su cargo”.

Una de los seis acusados es Kat Abughazaleh, palestinaestadounidense y candidata del Partido Demócrata al Congreso. Otros coacusados incluyen un candidato para un puesto en la Junta del Condado de Cook, un fideicomisario del suburbio de Oak Park y un miembro demócrata del comité de distrito. En una protesta frente a las instalaciones del ICE en Broadview el 19 de septiembre, los agentes del ICE arrojaron a Abughazaleh violentamente al suelo, lo que fue captado en video y se volvió viral. Abughazaleh dijo sobre las acusaciones federales: “Este procesamiento político es un ataque a todos nuestros derechos de la Primera Enmienda. No voy a retroceder y vamos a ganar.”. Más de 100 funcionarios electos, incluida la mayoría de los oponentes de Abughazaleh para el escaño en el Congreso, condenaron públicamente las acusaciones.

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Como dijo el líder revolucionario Bob Avakian en su mensaje en las redes sociales REVOLUCIÓN #141, La hora ya nos está encima urgentemente — de expulsar al régimen fascista de Trump!

A diario lo siguiente se evidencia con cada vez mayor fuerza y crueldad: No se puede vivir con este fascismo de Trump y MAGA — hay que sacarlo del poder antes de que cometa atrocidades aún más terribles y suprima a la fuerza cualquier posibilidad concreta de resistencia.