“Al agotarse la ayuda, se han reabierto las compuertas del horror. Gaza es un campo de exterminio, y los civiles viven en un círculo vicioso de muerte”.

Así describió el jefe de las Naciones Unidas la situación en Gaza, donde hombres, mujeres y niños palestinos están sumergidos cada vez más en un infierno genocida a manos de Israel y Estados Unidos.

Israel está masacrando civiles por aire y tierra. Impone la hambruna, la sed y las enfermedades al bloquear el acceso urgente a alimentos, agua, medicinas y otros bienes esenciales. Estados Unidos respalda todo esto con bombas, dinero, palabras y mucho más.

Nada de esto se hace al azar. Como comentamos la semana pasada, Israel está desatando una etapa aún más mortífera y bárbara de su genocidio en Gaza. Este genocidio fue acelerado por Trump y el primer ministro israelí, Netanyahu, cuando se reunieron la semana pasada y ambos reafirmaron su apoyo a la visión de Trump de una Gaza vacía de palestinos.

“Creo que es una increíble franja de bienes raíces importantes”, dijo Trump sobre Gaza, “y creo que es algo en lo que estaríamos involucrados... controlando y apropiándonos de la Franja de Gaza”. Netanyahu aplaudió a Trump por su “visión audaz... Estamos trabajando en ello”.

En efecto, trabajando. La semana pasada, Israel aceleró el desplazamiento forzado de cientos de miles de personas y la ocupación de casi la mitad de Gaza como “zonas de seguridad”.

“ Conquista, expulsión, asentamiento”, así describió un analista la estrategia de Israel.

Masacre desde el cielo, zonas de exterminio en tierra

Es difícil seguir el recuento diario de personas masacradas: 56 el lunes 7 de abril; 58 el martes. El miércoles 9 de abril, un ataque israelí con misiles contra el barrio de Shuja’iyya, en la ciudad de Gaza, mató al menos a 35 personas e hirió a 55. Unas 80 más quedaron atrapadas bajo los escombros. Niños fueron masacrados, algunos hechos pedazos. El viernes, se reportaron 10 muertos en el sur, incluidos siete niños, y dos más en el norte. En total, Israel habría atacado 370 objetivos la semana pasada en su mortífera embestida.

Las Naciones Unidas documentaron 224 ataques israelíes entre el 18 de marzo y el 9 de abril contra edificios residenciales y tiendas de campaña que albergaban a personas desplazadas. “En general, un gran porcentaje de las víctimas mortales son niños y mujeres”, concluyeron. En 36 casos, las víctimas mortales eran únicamente mujeres y niños.

Israel no sólo bombardea residencias: también ataca hospitales y escuelas, donde las personas que huyen de las bombas (o de las órdenes de evacuación israelíes) a menudo se ven obligadas a refugiarse.

La Organización Mundial de la Salud informa que 33 de los 36 hospitales de Gaza habían sido atacados desde que Israel comenzó su ofensiva en octubre de 2023. Solo 21 han permanecido parcialmente operativos. Un análisis del grupo de trabajo sobre educación reveló que “el 88 por ciento de las escuelas en Gaza (499 de 564) han recibido impactos directos durante la guerra y… el 62 por ciento de los edificios escolares utilizados como refugios para personas desplazadas también han recibido impactos directos”.

Desde que Israel rompió su acuerdo de alto el fuego con Hamás el 8 de marzo, 1.542 palestinos han sido asesinados en Gaza y 3.940 han resultado heridos. La ONU ha dado la horrorosa alarma: los ataques israelíes están matando o hiriendo a “100 niños al día”.

“Juro por Dios que si no morimos en los ataques aéreos, moriremos de hambre”, dijo una mujer en Gaza. “No estamos a salvo. Que todo el mundo nos escuche, de verdad que no estamos a salvo. Nos movemos de un comedor de beneficencia a otro con peligro. Juro por Dios que atacan por todas partes. Si no muero en estos ataques, moriré de hambre con mis hijos. ¿Qué haremos? ¿Adónde iremos? Mírennos. Encuéntrennos una solución. Llevamos un año y medio en esta tortura. Estamos cansados”.

“Gaza se ha convertido en una trampa mortal”

Israel comete crímenes de guerra al masacrar a civiles y crímenes de guerra al bloquear la ayuda vital de la que Israel les ha obligado a depender 2,1 millones de palestinos. Pero ahora, alimentos, medicinas, agua, combustible, refugios y equipos vitales se acumulan en la frontera, atascados.

Hay una grave escasez de tiendas de campaña y combustible. Las fuerzas israelíes se niegan a reparar rápidamente el acueducto que abastece aproximadamente el 70% del consumo de Gaza. Están bloqueando suministros médicos vitales, y ahora 600.000 niños palestinos corren el riesgo de contraer polio y quedar paralizados permanentemente porque Israel se niega a permitir la entrada de la vacuna antipoliomielítica.

La mayoría de los palestinos en Gaza sobreviven con una sola comida al día, que no les proporciona suficientes calorías ni nutrientes esenciales. La ONU informa que 60.000 niños corren riesgo de desnutrición, y la gente se ve obligada a buscar comida a medida que se agotan los suministros en los comedores de beneficencia.

¿Qué efectos tiene esto en los niños? El Dr. Feroze Sidhwa, médico estadounidense voluntario en Gaza, dijo a Haaretz que todas las personas que conoció sufren graves deficiencias nutricionales, particularmente de proteínas, pero esto es especialmente peligroso para los niños:

Los niños necesitan proteínas para desarrollar su cerebro, protegerse de infecciones y producir anticuerpos. Sin proteínas, los músculos comienzan a atrofiarse, que es lo que observamos. Sidhwa dijo que había operado a un chico de 16 años que apenas tenía músculos, a pesar de que, según sus padres, había sido muy activo y jugaba al fútbol a menudo. Esto se debe únicamente a la deficiencia de proteínas.

¿El fin de Rafah? Israel desplaza a casi 400.000 personas y se apodera de la mitad de Gaza

Rafah es una ciudad importante en el sur de Gaza. Ha sido una puerta de entrada a Egipto y hogar de entre 200.000 y 250.000 palestinos. A finales de marzo, Israel ordenó la evacuación de todos. La semana pasada, Israel anunció que tomaría el control de Rafah y la convertiría en parte de su “zona de separación” para la seguridad. Se desconoce si Israel arrasará completamente la ciudad, como ha hecho en otras “zonas de separación” que ha creado.

Esto en sí mismo constituye un crimen atroz contra el pueblo palestino. “Desplazar permanentemente a la población civil dentro de territorio ocupado constituye un traslado forzoso, una grave violación del Cuarto Convenio de Ginebra y un crimen de lesa humanidad según el Estatuto de Roma”, declaró esta semana la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Rafah y sus alrededores abarcan aproximadamente el 20% de Gaza. Además, Israel ha creado un nuevo “corredor de seguridad” entre Rafah y Jan Yunis, al norte, al que denominan “Corredor Morag”. Este nombre se debe a un asentamiento israelí anterior en Gaza, lo que indica su intención más amplia de apoderarse de Gaza para que los israelíes vivan allí. Estas áreas, junto con el corredor Filadelfia a lo largo de la frontera de Gaza con Egipto y la “zona de separación” de casi una milla o 1,6 kilómetros de ancho que Israel ha creado a lo largo de su frontera con Gaza, representan la mitad del área total de Gaza ocupada por el ejército israelí, con los palestinos siendo expulsados por la fuerza. 

Desde mediados de marzo, Israel ha emitido 21 órdenes a los palestinos para que evacuen sus hogares y ciudades o se enfrenten a la muerte a manos del ejército israelí con el fin de crear estas “zonas de seguridad”.

Esto es limpieza étnica: expulsar a cada vez más palestinos de cada vez más territorio, dividir la población en grupos cada vez más pequeños en zonas separadas y otorgarle a Israel el control total de Gaza. Israel puede llamar a esto “migración voluntaria”, pero no hay nada de voluntario cuando te están apuntando a la cabeza, no tienes dónde vivir y tus hijos se mueren de hambre.

“Israel ha hecho algo verdaderamente increíble — ¡Israel ha conseguido convertir a judíos en nazis!” —Bob Avakian

Mientras Israel repite la mentira de que “su blanco es Hamás”, es evidente que sus blancos son todo el pueblo palestino. En un informe condenatorio y contundente de Rompiendo el Silencio, una organización israelí de veteranos contra la ocupación israelí de Cisjordania y Gaza, los soldados hablaron abiertamente sobre la lógica genocida de la masacre en Gaza durante el último año y medio.

El informe se centra en la limpieza sistemática del perímetro fronterizo de Gaza, donde los soldados crearon una “zona de exterminio”, de la que los palestinos ni siquiera tenían conocimiento. Al preguntarle: “Durante las reuniones informativas, ¿se habla de civiles que podrían estar en la zona?”, un soldado respondió: “No hay población civil. Son todos terroristas”. Esto incluye a niños, bebés y ancianos, todos ellos blancos de la masacre.

De manera similar, cuando se habla de la enorme demolición que ha llevado a cabo el ejército israelí, este intercambio es escalofriante:

Soldado: ¿Qué es una demolición de edificios?... La excavadora avanza y arrasa con todo a su paso. No es algo inusual ni algo para lo que se hagan preparativos especiales. Vas a algún sitio, esa es la excusa. En esencia, todo queda arrasado, todo.

Entrevistador: ¿Qué es “todo”?

Soldado: Todo es todo. Todo lo que se ha construido.

Entrevistador: ¿Huertos?

Soldado: Sí.

Entrevistador: ¿Establos, gallineros?

Soldado: Sí, sí.

Entrevistador: ¿Cada edificio y cada estructura?

Soldado: Cada edificio y cada estructura. Todo.

Entrevistador: ¿Cómo se ve la zona después?

Soldado: Hiroshima. Eso es lo que digo, Hiroshima.

La limpieza étnica genocida del pueblo palestino de Gaza es un crimen colosal, un crimen que todo el mundo, y especialmente en Estados Unidos, tiene la responsabilidad de denunciar y movilizarse para detener.