El episodio 127 de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! me abrió aún más los ojos ante la posibilidad y el potencial de que las Entrevistas con Bob Avakian se conecten y se dirijan a todas las personas que necesitan conocer a BA, que necesitan ver la verdadera posibilidad de un futuro mejor para toda la humanidad y que necesitan unirse a esta revolución y convertirse en emancipadores de la humanidad. Fue real.

Me llevó a una comprensión y una apreciación mucho más profundas no sólo de lo que encierran estas entrevistas, sino del propio BA, en su manera de ver a los más oprimidos, y en su forma de dirigirse a la gente sin un ápice de condescendencia, sino con el amor más tangible por la gente, y con respeto y dignidad. Con suficiente respeto para ser real, y para luchar con la gente, y con suficiente amor como para aprender de esta gente, para empaparse a fondo en las condiciones que los negros, latinos y otras nacionalidades oprimidas de color enfrentan en esta sociedad, y para dedicarse a determinar cómo vamos a conseguir que se libere toda la humanidad, con ciencia y con humanidad, aun cuando ha implicado un tremendo sacrificio para sí mismo, y a pesar de que eso le pone un blanco en la espalda.

Toda su vida ha hecho este trabajo. No creo que la gente pueda entender la magnitud de lo que eso implica simplemente con que yo lo diga. La gente no lo entenderá a menos que vea estas Entrevistas.

Escuchar a los miembros del Club Revolución de Chicago hablar de esta parte de la entrevista en la que BA habla del potencial revolucionario de los jóvenes envueltos en “la vida” tuvo un efecto combinado, sinérgico. Los efectos sinérgicos son los efectos combinados de al menos dos sustancias que ejercen un impacto más significativo que el que podrían haber producido ambas por sí solas. Como cuando se combina la aspirina y la cafeína, que alivian más el dolor que si se toman solas. Así era ver las entrevistas, pero en lugar de aliviarme el dolor de cabeza, he apreciado mucho más profundamente la dirección de BA y su capacidad para dirigirse a esta sector social, de elevar su vista para poder ver el potencial de algo más grande y de dirigirlos a actuar en consecuencia por medio de lucha. Enterarse del impacto que esa sección de las Entrevistas tuvo en los camaradas de Chicago realmente me hizo darme cuenta de que hace falta ver estas películas y hablar de ellas con otras personas.

Me conmociona la valentía de los camaradas de Chicago. La fuerza que demostraron en su disposición a ser vulnerables y abrirse sobre la realidad de su vida y la forma en que esta entrevista les conmovió. Aunque sólo fuera una vislumbre, capté la visceralidad de lo que implica vivir como un joven negro varón en Chicago. Cómo hace que el mundo de uno sea tan pequeño. A los niños no se les permite jugar fuera en el verano porque sus padres temen que sus pequeños cuerpos sean atravesados por las balas de la pandilla que vive en la manzana de al lado. Me rompió el corazón lo que dijo Leo sobre la aspiración de su amigo a ser arqueólogo, y cómo este sistema asfixia por completo esos sueños.

Lloré cuando leyeron la necrológica de Lanzo. Por el dolor de su tío Roosevelt. Por todas las personas a las que Lanzo pudo haber inspirado, por todas las personas que nunca jamás iban a llegar a conocerlo, pero a quienes él pudiera hubiera haber cambiado la vida formando parte de esta revolución. Y lloré por todos los Lanzo que tienen otros nombres y que no llegan a cumplir 21 años, ni siquiera 15. Y estoy adolorido por sus madres y hermanos y hermanas.

Hank habló de que su madre le dijo que no llegaría a los 21 años. Que iba a acabar muerto, formando parte de la carnicería de la violencia entre las personas, asesinado por un policía o encerrado en una penitenciaría. Le deprime mucho a uno saber que un joven negro tuvo que oír eso en boca de su madre. Y esa es una realidad común. No es la crueldad de ella, sino la del mundo.

Pero también me sentí muy esperanzado. Me inspiraron estos tres camaradas. Hay que tener agallas para ir contracorriente y para luchar por algo diferente, y ser los que están en las líneas del frente, de estar al frente, algunos de los primeros en activarse y en ponerse al frente y luchar por este dirección revolucionaria, y que otros la asuman. Me sentí esperanzado cuando oí la voz de barítono de Roosevelt dirigirse directamente a los jóvenes envueltos en las pandillas y otras necedades: “Si hablas de las manzanas, pues no son los dueños de las manzanas. ¡Deja esa mierda! Siempre habrá un cabrón más cabrón que ti, y este sistema está más cabrón que cualquiera de nosotros, excepto cuando nos unimos en la revolución. Una revolución comunista”. Me sentí esperanzado al ver a Leo desafiar a la gente no sólo a imaginar un futuro mejor, sino a luchar por él de verdad, y a conocer a BA viendo estas entrevistas.

A pesar de que se me había encogido el corazón al escuchar las historias de dolor infligido por este sistema, tenía en el pecho una sensación edificante al ver a estos camaradas luchar así, con tanta confianza, y también al sentir que estas personas hacen esto porque te aman, porque ven su potencial como lo hace BA, porque aman a la humanidad. Me llenó de orgullo conocer a estas personas y me hizo sentir orgulloso de formar parte de esta revolución. Me hizo pensar en el potencial de atraer e incorporar a mucha más gente como ellos.

Me trajo a la mente lo que señaló Andy Zee de que la gente que se active ahora en esta revolución es parte de lo que nos da la oportunidad de realmente activar a cientos y miles de personas, porque la revolución se convierte en una opción viable cuando hay una verdadera fuerza que la representa. Y veo que estos camaradas están poniéndose al frente y están en representación de eso, y que emprendan en serio el tipo de lucha que BA pone de modelo, la lucha necesaria y aguda pero con los brazos abiertos.

En un sentido general, tener esta conversación en el show nos da la sensación de que esta revolución es real, y te está llamando a unírtele. En cierto modo siento que Roosevelt es mi tío que me cuida en el sentido de que cuando me veo envuelto en hacer alguna tontería, me dice que me enderece por respeto a mi capacidad de razonar, de enderezarme y hacer lo correcto. Creo que, por medio de BA, Hank, Roosevelt y Leo, se tiene la sensación de que estas personas me cubren las espaldas, que son reales y auténticas y están llenas de corazón, pero que también son muy pero muy serias, y que ven aquí una oportunidad y un mundo totalmente diferente que podría existir, si hacemos esta revolución.

Me conmovió profundamente. El horror visceral de este mundo, las personas reales que ha aplastado, pero también el poder que se libera en las personas cuando exploren a BA y sean capaces de comprender lo que se necesita y luchan por ello.