Estados Unidos respalda, financia y apoya totalmente la masacre genocida israelí contra el pueblo palestino en Gaza. Se han contabilizado oficialmente casi 18.000 palestinos muertos y se han reportado 7.000 desaparecidos, muchos, si no la mayoría, enterrados bajo los escombros tras los bombardeos israelíes.
Mientras que el primer ministro Benjamín Netanyahu, o mejor llamado Netan-Nazi, defiende abiertamente la matanza en masa de civiles, el genocida Joe Biden y sus cómplices criminales en el gobierno de Estados Unidos condenan levemente la matanza gratuita de civiles —y hasta intentan distanciarse de dicha matanza, al mismo tiempo que mienten sobre lo que en realidad está sucediendo.
Esta semana, en una conferencia de prensa en la que se abordó el actual apoyo militar estadounidense a Israel, el coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas de Biden, John Kirby, dijo: “No queremos ver más daño a civiles...” Pero que “no es estrategia de las Fuerzas de Defensa de Israel matar a gente inocente. Está sucediendo; lo admito... Pero no es que los israelíes estén sentados todas las mañanas diciendo: ‘Oye, ¿cuántos civiles más podemos matar hoy? Vamos a bombardear una escuela, un hospital o un edificio residencial y, simplemente, causar víctimas civiles.’ No están haciendo eso. Están tratando de perseguir a Hamas”.
En primer lugar, a primera vista, no se puede acorralar a 2,3 millones de personas en una pequeña zona cercada, cortarles el acceso a alimentos, agua y combustible y luego bombardearla hasta el carajo sin tener la intención consciente de asesinar a civiles. Ésta es la situación en Gaza: la gente no tiene a dónde huir.
Pero, aún más, resulta que eso es EXACTAMENTE lo que hacen. Matar a civiles palestinos ES parte de la doctrina de combate de Israel.
Un reciente artículo, “‘A mass assassination factory’: Inside Israel’s calculated bombing of Gaza [“Una fábrica de asesinatos en masa”: Dentro del calculado bombardeo israelí contra Gaza], documenta la manera en que Israel clasifica las residencias particulares, así como los edificios públicos y los multifamiliares altos como los llamados “objetivos de poder”. Expertos militares y de inteligencia le dijeron al autor del artículo que “la intención principal es perjudicar a la sociedad civil palestina: ‘crear una conmoción’ la que, entre otras cosas, repercutirá poderosamente y ‘llevará a los civiles a presionar a Hamas’”.
En otras palabras, precisamente: “Vamos a bombardear una escuela, un hospital o un edificio residencial y simplemente causar víctimas civiles” para mutilar, asesinar y aterrorizar a la población civil como parte de la doctrina de guerra de Israel.
En cuanto a que Israel “trata de perseguir a Hamas” (al volar escuelas, hospitales y edificios residenciales), como afirma Kirby, el artículo incluye un desenmascaramiento de parte de “denunciantes” con información interna de que una política tácita pero real1 es la fabricación, en esencia, de “pruebas” de la actividad de Hamás como excusa para bombardear estos “objetivos de poder”. De que estos bombardeos tipo matanzas-en-masa que matan a bebés y niños en Gaza con el pretexto de atacar a Hamas son exactamente la doctrina militar israelí. El artículo incluye lo siguiente de una fuente actual, o anteriormente, al interior de la fuerza aérea de Israel o de la estructura de “inteligencia”:
“Se nos pide que busquemos edificios altos en que se pudiera atribuir medio piso a Hamas”, dijo una fuente que participó en anteriores ofensivas israelíes en Gaza. “A veces es la oficina del portavoz de un grupo militante o un lugar donde se reúnen los agentes. Entendí que el piso es una excusa que permite al ejército causar mucha destrucción en Gaza. Eso es lo que nos dijeron.
“Si le dijeran a todos que las oficinas de la Yihad Islámica [otro grupo fundamentalista islámico en Gaza] en el décimo piso no son importantes como objetivo, pero que su existencia es una justificación para derribar el multifamiliar alto entero con el objetivo de presionar a las familias civiles que lo habitan para que ejerzan presión sobre las organizaciones terroristas, esto en sí sería considerado terrorismo. Por eso no lo dicen”, añadió la fuente. [énfasis añadido]
El autor de este artículo, Yuval Abraham, ha escrito para el influyente periódico israelí Ha’aretz y la revista The Nation y ha sido entrevistado en Democracy Now! y The Intercept. Él y un colega palestino fueron perfilados en un artículo de la BBC titulado“The writers who reached out across the divide” [Los escritores que tendieron la mano al otro lado de la división], perfil que incluye el hecho de que sus reportajes, como judío israelí dentro de Israel, lo han convertido en blanco de amenazas.
Las afirmaciones en su artículo de que es política del gobierno israelí (aunque no escrita) bombardear “objetivos de poder” sin conexión con Hamas o sólo con las conexiones más tenues con Hamas, las confirman las masacres documentadas de civiles en Gaza después del 7 de octubre. Varias de esas masacres se detallan en un informe del 20 de octubre de 2023 de Amnistía Internacional, Damning evidence of war crimes as Israeli attacks wipe out entire families in Gaza [Pruebas condenatorias de crímenes de guerra mientras los ataques israelíes aniquilan familias enteras en Gaza]. Ese artículo describe casos en los que lanzaron bombas contra edificios residenciales y asesinaron a los habitantes (incluido en un caso un bebé), en los que el ejército israelí afirmó que el objetivo estaba relacionado con Hamas, pero que no había ninguna conexión concebible con Hamas.
Los terroristas más grandes sobre el planeta
Tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, el procurador general de Estados Unidos definió el terrorismo como la “violencia premeditada y políticamente motivada contra objetivos no combatientes”.
Ninguna persona decente puede contemplar el sangriento asedio contra Gaza sin reconocer lo que es: el asesinato de hombres, mujeres, bebés, periodistas, poetas y médicos... el bombardeo de hospitales, escuelas, campamentos de refugiados, mezquitas, panaderías y otras cosas. Se trata del terrorismo a una escala industrial.