Al 16 de diciembre de 2021, se habían registrado más de 5.356.000 muertes de la pandemia de Covid-19 a nivel mundial. El verdadero total de muertos lo supera con mucho. El virus está infligiendo un enorme sufrimiento innecesario a la humanidad. Y al terminar el año, una nueva variante del virus, ómicron, está causando otra ola de muertes y enfermedad, y está abrumando a los trabajadores de salud en todo el planeta.
La pandemia de Covid-19 es un desastre natural — pero el horroroso alcance e intensidad de sufrimiento y muerte que ha causado es una parte integral de la naturaleza y funcionamiento del sistema del capitalismo-imperialismo, lo que la configura, con abismos de desigualdad entre la riqueza y el poder espectaculares que poseen unas cuantas personas y la terrible pobreza y sufrimiento que agobian a miles de millones de las demás personas.
Acaparando vacunas e impidiendo su manufactura
Beneficia a los intereses de toda la humanidad tener vacunadas al mayor número posible de personas, en todas partes del mundo, para impedir la propagación del contagio y el desarrollo de nuevas variantes aún más peligrosas del virus. Pero países ricos como Estados Unidos han acaparado las reservas de vacunas y no han entregado las dosis que habían comprometido con mandar a países más pobres. Como resultado directo, los índices de vacunación son bastante altos en los países ricos. Pero en el país africano-oriental del Sudán, el índice es 1,6%; en Haití, el 0,6% y en Burundi, un país sin litoral en el sur de África, ¡menos de un décimo de un por ciento de la población está plenamente vacunada! Hoy día, miles de millones de personas siguen sin vacunarse, lo que aumenta la probabilidad de que se desarrollen aún más variantes del virus mortífero.
En 2020, India y Sudáfrica propusieron una “exención” sobre los pactos internacionales que restringen la manufactura de vacunas en países similares. Estados Unidos y otras naciones poderosas y ricas, y las compañías farmacéuticas basadas en ellas, se oponen a las exenciones y las han impedido, en nombre de “proteger la propiedad intelectual”, y por la contienda con los rivales imperialistas Rusia y China.
Instantáneas del sufrimiento generalizado a nivel mundial
- India — Un maremoto de muerte por la Covid-19 abrumó al país en la primavera de 2021. Recursos médicos se escasearon. Cientos de cadáveres en estado de descomposición atascaron el Río Ganges, y más quedaron medio enterrados en la arena a sus orillas. Perros salvajes y cuervos devoraron los restos descompuestos. Para fines de diciembre, el total de muertos por la Covid-19 en la India era de 476.478 — pero múltiples estudios por investigadores médicos indican que el número de muertes por Covid-19 “varía de tres a 10 veces el conteo oficial del país”.
- Perú — Chota, un pueblo de unos 40.000 habitantes en el norte rural del Perú, está “cerca del colapso bajo el peso de la Covid-19… está batallando una ola del contagios, agravada por la falta de camas de cuidados intensivos y recursos médicos”. Perú tiene el índice oficial más alto de muertos por la Covid-19 en el mundo. La madre de un hombre hospitalizado le dijo a un periodista: “Los doctores nos decían una y otra vez que necesitamos un respirador, pero hay ningún respirador en Chota, y eso nos preocupa mucho. No ha solución para nosotros”.
- Sudáfrica — En el Hospital Livingstone en Puerto Elizabeth, designado el hospital principal para la Covid-19 en la Provincia del Cabo Oriental, los doctores y enfermeras “describieron escenas como ‘una situación de guerra’ con sangre y desechos corporales en el suelo, una falta del equipo protector personal, escasez de oxígeno, severa escasez de ambulancias, falta de ventilación y pacientes que duermen ‘bajo papel periódico’. Se han visto ratas que se comen los desechos rojos oscuros hospitalarios que se vierten en un drenaje abierto”.
En Estados Unidos — Injusticias, ignorancia e individualismo
La Covid-19 ha intensificado las injusticias antiguas dentro de Estados Unidos. Desproporcionadamente grandes números de negros y otros oprimidos han muerto de Covid en Estados Unidos — el índice de muerte entre los negros es bastante mayor al de los blancos.
A la fecha, más de 800.000 personas han muerto de Covid-19 en Estados Unidos — casi 200.000 de ellas después de que las vacunas estaban disponibles. Al 16 de diciembre, solamente un 62.1 por ciento de los adultos en Estados Unidos estaban completamente vacunados, aunque las vacunas están fácilmente disponibles. Dos factores importantes están impulsando esta renuencia mortífera de vacunarse: Uno, los fascistas cristianos, líderes republicanos y turbas ignorantes han estado movilizando una oposición odiosa, engañosa y a veces violenta a la vacuna y a otras medidas de salud pública. Dos, se tiene el efecto de lo que Bob Avakian (BA) denuncia como la “combinación de teorías conspirativas descabelladas, otras idioteces anticientíficas y el individualismo desenfrenado”. Esto incluye las idioteces que personajes como Nicki “Mirage” y el basquetbolista Kyrie Irving promueven entre los jóvenes y la gente oprimida, personajes que están “cantando la misma cantaleta que esos fascistas racistas odia-mujeres en el Partido Republicano y mentirosos profesionales en el ‘Noticiero’ Fox, los que estarían felices de ver morir a muchas más personas negras y otra gente de color”.