1º de noviembre de 2023. Armita Geravand, 17, ha muerto. ¡La abogada Nasrin Sotoudeh fue golpeada y arrestada en el funeral de Armita! ¿Por qué? Por desafiar el hiyab (pañuelo) brutalmente impuesto a las mujeres en Irán. La misma razón por la que Mahsa Amini, 22, fue asesinada por el estado y por la que la prisionera política Narges Mohammadi recibió hace poco una pena adicional de cárcel. El comentario de la proscrita actriz iraní Taraneh Alidoosti capta los sentimientos de Nasrin, Narges y millones de rebeldes contra el hiyab en Irán. Los numerosos prisioneros políticos en Irán (mujeres y hombres) son encarcelados, torturados y ejecutados por ponerse de pie en defensa de otros. Debemos ponernos de pie en su defensa y emularlos. Sus historias están representadas en la canción de Angélique Kidjo “¿Cómo puedo decirte?” en el cautivante documental Nasrin de 2020. Al momento de escribir este artículo, Nasrin está en huelga de hambre a pesar de sus serias condiciones de salud subyacentes. En su comunicado de prensa del 29 de octubre, PEN America dijo acertadamente: “Ella ha resistido más de una década de hostigamiento, encarcelamiento y huelgas de hambre sin pestañear”1.
Rebeldes desafiantes contra el hiyab chocan con un régimen represor odia-mujeres
El 1º de octubre, Armita abordó un tren del metro en Teherán con amigos pero sin hiyab. Poco después la sacaron inconsciente. Los testigos dicen que fue confrontada por una ejecutor del uso obligatorio del hiyab que la empujó violentamente, lo que hizo que cayera y se golpeara la cabeza. La historia oficial poco convincente fue que sufrió una pérdida repentina de presión arterial, se cayó y se golpeó la cabeza. Estuvo en coma con daño cerebral durante semanas2 y murió el 28 de octubre. Su funeral se celebró en un cementerio de Teherán en medio de una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad del gobierno que atacaron y arrestaron a dolientes, manifestantes y varios miembros de su familia.
Los prisioneros políticos en Irán, sus partidarios y muchos otros han respondido con declaraciones de indignación por el asesinato de Armita, contra la racha de represión de las fuerzas de seguridad y en solidaridad con la lucha contra las leyes odia-mujeres que dictan el uso obligatorio de hiyab y sus ejecutores. Narges Mohammadi, activista de derechos humanos y premio Nobel de la Paz 2023, emitió la siguiente declaración desde la prisión de Evin (29 de octubre de 2023):
Armita Geravand, llena de entusiasmo por la vida, fue enviada al borde de la muerte debido a su hermoso cabello, el que no tenía intención de ocultar con el “Hiyab Obligatorio”. … La noticia del asesinato de Armita Geravand, manipulada por los servicios de seguridad, oculta bajo los escombros, llena de engaños y mentiras del gobierno, fue como un pequeño sonido entre muchas voces más fuertes en medio de las víctimas de la guerra del Medio Oriente. Fue un incendio que buscaba extinguir las llamas de Mahsa, Nika, Sarina, Ghazaleh y otras, provocadas por el gobierno religioso y dictatorial odia-mujeres. … Nunca olvidaré la muerte inocente de Armita Geravand, y ya no toleraré el ‘Hiyab Obligatorio’ en su memoria3.
En la cuenta de X.com del rapero rebelde preso Toomaj Salehi, manejada por su administrador designado, había un valiente mensaje del propio Toomaj que decía (traducido del persa al inglés y del inglés al español por voluntarios de la CIE):
Hace poco, Sepideh Rashno, activista contra el uso obligatorio del hiyab, fue condenada a seis meses adicionales de prisión en su “juicio” más reciente, al que no se le permitió asistir. En julio de 2022, un ejecutor del uso obligatorio del hiyab la agredió en un autobús urbano y el vídeo se volvió viral. Sepideh, escritora y traductora, fue inicialmente declarada culpable de “asociación y confabulación con la intención de poner en peligro la seguridad nacional” y “propaganda contra la República Islámica”. En su nuevo caso, la acusaron de cargos adicionales de “promover la corrupción moral” y “propaganda contra el régimen”, por compartir una foto de sí misma sin hiyab en las redes sociales. Ahora podría pasar más de cuatro años de prisión.
Katayoun Riahi, una conocida actriz iraní proscrita por desafiar el hiyab, le preguntó al régimen en su cuenta de Instagram: “... ¿quiénes son ustedes para proscribirme?”. Incluyó fotos de veinte colegas a quienes se les prohibió oficialmente hacer actuaciones anteriormente esta semana: “Me despedí del mundo de la actuación cuando estaba en régimen de aislamiento en la prisión de Evin”, escribió en un posteo en Instagram Hengameh Ghaziani, a quien también fue proscrita4.
Después de que las autoridades anunciaran la muerte de Armita esa noche, la gente apareció en los tejados y ventanas en zonas de Teherán para hacer coros con el nombre de Armita y contra el régimen: “Abajo el régimen mata-muchachas”, “Abajo el dictador” y “Muerte a Jamenei”5. Vigilias y marchas contra el asesinato de Armita y de condena al régimen asesino de Irán también tuvieron lugar en varias ciudades alrededor del mundo. Hengaw, un grupo de derechos humanos, informó sobre el arresto de algunos manifestantes contra su asesinato6.
Mientras Armita yacía en coma, dos periodistas fueron procesadas y condenadas por ayudar a difundir la historia de la hospitalización de Mahsa Jina Amini hace un año. Niloofar Hamedi y Elahe Mohammadi recibieron condenas escandalosas de siete y seis años de prisión, respectivamente.
Luego, pocas horas después de la muerte de Armita, el fiscal de Teherán, Alí Salehi, inició procedimientos judiciales contra el conocido comentarista político reformista Sadegh Zibakalam y dos periodistas por sus posteos en las redes sociales, junto con los administradores del canal de noticias Roozarooz en Telegram7.
Los imperialistas y sus portavoces no tienen vergüenza
Hannah Neuman, miembro alemana del Parlamento Europeo, funcionarios estadounidenses, sus portavoces mediáticos y el “príncipe” pro estadounidense Reza Pahlaví se apresuraron a utilizar la muerte de Armita para ganar ventajas en superioridad moral contra su régimen rival en Irán. El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, pasó directamente de defender las matanzas de Estados Unidos e Israel en Gaza a decir en X: “Me entristece profundamente saber que Armita Geravand ha muerto después de ser golpeada por la policía de la moralidad de Irán por no usar el hiyab en público. La violencia patrocinada por el estado de Irán contra su propia población es atroz y subraya la fragilidad del régimen”. ¿Parece hueca la condena al régimen mata-jóvenes de Irán tras la muerte de Armita, mientras estas mismas fuerzas burguesas apoyan a las matanzas de miles de niños y adultos en Gaza por parte de Israel?
Esto resalta la importancia de la siguiente declaración en el Llamamiento de Emergencia de la CIE:
Los gobiernos de Estados Unidos e Irán actúan en función de sus intereses nacionales. Y, en este caso, nosotros, la gente de Estados Unidos e Irán, junto con la gente del mundo, tenemos NUESTROS propios intereses compartidos, como parte de la consecución de un mundo mejor: unirnos para defender a los prisioneros políticos en Irán.
Libertad para los prisioneros políticos en Irán
Mientras el mundo observa y millones de personas protestan contra el horror del genocidio en Gaza cometido por Israel con el apoyo de Estados Unidos, la lucha por la libertad de los prisioneros políticos en Irán sobre la base de la perspectiva de la CIE adquiere mayor urgencia. Los mulás han consolidado el uso obligatorio del hiyab y la supresión de las mujeres en una piedra angular que da cohesión a su gobierno basado en la ley religiosa sharia desde su fundación en 1979. Aun antes, pero definitivamente desde el levantamiento sin precedentes Mujer-Vida-Libertad (o Jina), las mujeres y los hombres en Irán están reanudando su resistencia a este elemento central de la opresión. No se sabe hacia dónde irá este choque, pero lo que sí sabemos es que muchos de los prisioneros políticos están de pie al frente de esta lucha y no debemos decepcionarlos. El asesinato sin sentido de Armita y la paliza y el encarcelamiento de Nasrin a manos del régimen de Irán son recordatorios de que, de hecho, hay vidas que penden de un hilo.