¡¡¡INVASIONES!!! Escuchamos al fascista MAGA Stephen Miller chillar que las banderas mexicanas que la gente porta en las protestas en las calles de Los Ángeles son evidencia de una invasión mexicana para apoderarse de Estados Unidos.
¿Quién ha invadido a quién?
¿Quién invadió y se apoderó de más de la mitad del territorio nacional del otro en una guerra sangrienta?
Entre 1846 y 1848, se dio la llamada guerra México-Estados Unidos, cuando Estados Unidos envió a su Ejército y a la Infantería de Marina a perpetrar una sangrienta masacre en México. En la escuela, ¿te hicieron aprender el “Himno de los Infante de Marina”, que habla de los Salones de Moctezuma? De eso hablaban: de una invasión no provocada contra México.
Incluso Ulysses S. Grant, que fue capitán en esa guerra y posteriormente dirigió a las tropas de la Unión en la Guerra Civil, afirmó que la guerra de Estados Unidos contra México “fue una de las guerras más injustas jamás libradas por una nación más fuerte contra una más débil”. Como resultado de esa guerra, Estados Unidos se robó la mitad del territorio mexicano, incluido lo que hoy es California, Nevada, Utah, Nuevo México, la mayor parte de Arizona y Colorado, y partes de Oklahoma, Kansas y Wyoming. Para que quede claro, México no invadió a Estados Unidos; Estados Unidos se apoderó de ese territorio simplemente debido a que pudo. Esto formaba parte del “Destino Manifiesto” —la ridícula y asesina idea de que “Dios” había dispuesto el establecimiento del imperio estadounidense de “Mar a Mar”— y formaba parte del intento de extender los territorios en los que se permitiría la esclavitud1.
Bob Avakian Oficial @BobAvakian:
Bob Avakian responde a: “Por qué tanta gente viene a Estados Unidos desde todo el mundo”. De su discurso de 2003: Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué eso.
Tras la Guerra Civil, Estados Unidos dominó cada vez más la economía mexicana. Se cebaba como parásito de lo que quedaba de México. Hoy, Estados Unidos domina aún más la agricultura de México y la industria de México, y los trabajadores de la industria automotriz en México ganan una décima parte de lo que ganan en Estados Unidos. Esta posición dominante forma parte de la razón por la que desde ese entonces las personas de México y de ascendencia mexicana han sido objeto de la discriminación y tratamiento como inferiores. Y es por eso que algunos incluso hoy dicen: “¡No cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros!”.
En el fascista Estados Unidos, está bien portar y ondear la bandera de la Confederación de la esclavitud, en honor al estandarte sangriento de los criminales que lucharon para defender la esclavitud de los negros, pero es “traición” portar la bandera de un país que Estados Unidos invadió injustamente en múltiples ocasiones. En el Estados Unidos fascista, está bien montar una horca y amenazar, golpear e incluso matar para impedir la celebración de elecciones legales, pero no está bien que un senador mexicoamericano de California le haga una pregunta a la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, la que dice haber ido a “liberar” a Los Ángeles. En el Estados Unidos fascista, ese senador debe ser arrojado al suelo y esposado para dejar claro quién tiene el poder y quién puede hacer preguntas.