En lugar de servir como bastión para proteger los derechos constitucionales, la Corte Suprema se ha convertido en un instrumento crucial del fascismo de Trump y MAGA para imponer con saña este orden represivo ilegítimo e ilegal.

La Corte Suprema es un tribunal repleto de cristianos fascistas. Ha desempeñado un papel clave en la implementación del programa fascista: desmantelar sistemáticamente la separación constitucional de la Iglesia y el Estado, arrebatar el derecho fundamental al aborto a las mujeres, destriparles el derecho al voto a las personas negras, y más. El fascismo, independientemente de cómo llegue al poder, es ilegítimo. No es “solo” que la Corte haya tomado muchas malas decisiones; se ha vuelto ilegítima como institución.

He aquí tres razones esenciales por qué:

UNO: La Corte “Suprema” canalla le otorgó literalmente a Trump un pase libre, impunidad para el 6 de enero y cualquier otro acto criminal que pudiera cometer en el futuro como presidente: poderes nunca antes previstos en la ley constitucional de Estados Unidos.

En 2024, la Corte Suprema otorgó repentinamente al presidente nuevos poderes jamás previstos en la Constitución. Por cualquier actividad que realizaran en el ejercicio de sus funciones, se les concedería a los presidentes inmunidad ante cualquier acción legal.

De inmediato, esto significó que Trump no tendría que enfrentar un juicio por sus actos criminales que intentaron robar las elecciones de 2020 y que condujeron a la insurrección del 6 de enero de 2020. Pero fue mucho peor.

Para tener una idea de cuán abarcadora fue esta decisión, aquí está lo que dijo la opinión disidente de la juez Sonia Sotomayor:

Las consecuencias a largo plazo de la decisión de hoy son graves. El tribunal crea, en la práctica, una zona de exclusión legal en torno al presidente, alterando así el statu quo vigente desde la Fundación.

El presidente de Estados Unidos es la persona más poderosa del país, y posiblemente del mundo. Cuando usa sus poderes oficiales de cualquier manera, según el razonamiento de la mayoría, quedará exento de persecución penal. ¿Ordenar al Equipo SEAL 6 de la Marina asesinar a un rival político? Inmune. ¿Organizar un golpe militar para aferrarse al poder? Inmune. ¿Acepta un soborno a cambio de un indulto? Inmune, inmune, inmune. Inmune.

John Roberts, presidente de este tribunal canalla, ni siquiera intentó negar ni abordar el argumento de Sotomayor en su “refutación”. La próxima vez que escuche a Trump amenazar con procesar e incluso ejecutar a sus oponentes políticos, recuerde el argumento de Sotomayor. Y piense en esto: si Trump puede atacar a un expresidente como amenaza con Barack Obama, ¿a quién no puede atacar? ¿Y qué no puede hacer?

¿Cómo puede considerarse legítimo de algún modo un tribunal que emite una decisión tan fundamentalmente anticonstitucional?

DOS: Esta Corte “Suprema” canalla ha bloqueado continuamente los esfuerzos de los tribunales inferiores para exigirle a Trump que rinda cuentas ante la Constitución, generalmente sin explicación alguna y con un gran costo humano inmediato.

El pasado junio, la Corte Suprema retiró repentinamente a los tribunales federales inferiores la facultad de bloquear temporalmente órdenes claramente inconstitucionales. El caso en cuestión se trataba de la “ciudadanía por nacimiento”: el derecho de todos los niños nacidos en Estados Unidos a ser ciudadanos estadounidenses, un derecho otorgado por la Decimocuarta Enmienda. Este derecho había sido drásticamente restringido por Trump con una “orden ejecutiva” destinada a despojar de la ciudadanía a los niños nacidos aquí de padres que no son ciudadanos o no tienen “tarjetas verdes”.

En este momento, esto todavía se está debatiendo. Pero ¡Ni siquiera debería ser una cuestión! El principio es este: los presidentes no pueden destrozar la Constitución con una “orden ejecutiva” arbitraria. O al menos no podían, hasta que esta Corte Suprema canalla repentinamente lo puso en duda.

Analizando este caso, Bob Avakian escribió que:

El hecho es que la mayoría de la Corte Suprema está decidida a facilitar que Trump arrase con los desafíos a su régimen fascista — sin importar los precedentes jurídicos, la lógica básica y el evidente sentido de las cosas, incluida la Constitución. No está claro en este momento si esta mayoría está preparada para poner aún más al descubierto su naturaleza fascista fallando abiertamente en contra del lenguaje claro de la XIV Enmienda de la Constitución, pero es definitivamente posible que en algún momento (y quizás pronto) la Corte pueda tomar partido con toda la arremetida de Trump contra la Ciudadanía por Nacimiento, aunque las acciones de Trump violan flagrantemente la XIV Enmienda. (Ahora Trump amenaza con anular la ciudadanía de los individuos que él estima que son “enemigos”. ¿Alguien puede sentirse seguro de que la Corte Suprema no encuentre una manera de respaldarlo en esto?) [El mensaje mediático @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #126: Más sobre por qué sólo puede apoyarse en la acción sostenida decidida de gente decente para derrotar y sacar al régimen fascista de Trump].

Mientras tanto, la mayoría de la Corte Suprema apoya cada vez más las “órdenes ejecutivas” fascistas de Trump, revocando decisiones de tribunales inferiores sin explicar el motivo. Esto se conoce con razón como los casos “en la sombra”, porque el razonamiento nunca sale a la luz. La Corte Suprema ha revocado las decisiones de tribunales inferiores que han impedido a Trump cometer actos inconstitucionales uno tras otro en el 90% de los casos, ¡a menudo sin ni siquiera una palabra de explicación! Así que, incluso cuando los tribunales federales inferiores fallan en su contra, Trump sigue adelante con sus brutales y arbitrarias órdenes. Estas órdenes incluyen:

• deportar inmigrantes a prisiones de tortura en países que esos inmigrantes ni siquiera han pisado...
• prohibir y luego dar de baja a todas las tropas transgénero y negar o restringir drásticamente cualquier beneficio de separación (por ejemplo, GI Bill, etc.)...
• despedir a empleados federales sin causa y en violación de sus contratos hasta incluso abolir departamentos federales enteros, ¡como hicieron con el Departamento de Educación!

Todo ello con la protección de “la sombra”.

Como lo expresó Bob Avakian en el mensaje en las redes sociales REVOLUCIÓN #126 :

[L]os jueces que conforman la mayoría en la Corte Suprema no actúan como “juristas” que se adhieran a la Constitución y emitan juicios racionales sobre la constitucionalidad de las leyes. Son funcionarios fascistas que “reinterpretan” la Constitución y las leyes, ignorando y desafiando los precedentes jurídicos, la lógica básica y el evidente sentido de las cosas, como parte clave de imponer los objetivos del régimen fascista de Trump, del cual efectivamente son un instrumento.

¿Cómo puede considerarse legítimo un Tribunal con tal mayoría?

TRES: ¡Esta Corte “Suprema” canalla sólo es posible en primer lugar porque los fascistas robaron dos escaños, mintieron para conseguir otros y encubrieron conflictos de intereses en casos críticos!

Robo de escaños y testimonio engañoso: Cuando el juez de la Corte Suprema Antonin Scalia falleció en febrero de 2016, Barack Obama nominó a un sucesor. Pero aunque a Obama le quedaba casi un año de mandato, los fascistas se negaron siquiera a reunirse con su candidato, y mucho menos a celebrar audiencias o votar por él. Afirmaron que toda la nominación era ilegítima, porque a Obama le quedaba menos de un año de mandato: ¡una “regla” completamente inventada y sin precedentes! Luego, cuando Trump llegó al poder, los republicanos rápidamente ocuparon el escaño vacante con el fascista Neil Gorsuch. Luego, en 2020, cuando Ruth Bader Ginsburg falleció pocas semanas antes de las elecciones y realmente no había tiempo para celebrar audiencias, los fascistas ignoraron esta regla inventada y, a toda prisa, colocaron en el escaño a la fascista cristiana Amy Coney Barrett.

No solo eso, jueces fascistas como Kavanaugh engañaron intencionalmente a los senadores sobre sus opiniones sobre el derecho al aborto, creando la impresión de que no revocarían Roe v. Wade (la decisión de la Corte Suprema que garantizó ese derecho). Luego, una vez en la Corte, se desdijeron de su palabra.

Pero va más allá aún, y se relaciona con el escandaloso intento de golpe de Estado de Trump en enero de 2021: la esposa de Clarence Thomas, Ginni Thomas, jugó un papel importante en respaldar y financiar el intento de robo/golpe de Estado de Trump en enero. Alito ha ondeado banderas en su casa que indican su apoyo a dicho intento de golpe. Esto no significa necesariamente que los jueces Thomas y Alito compartan esas opiniones. Pero se supone que los jueces deben abstenerse de participar en casos en los que tengan “conflictos de intereses”. Resulta increíble que dos jueces que se negaron a desvincularse de lo que eran claras actividades fascistas o expresaron abiertamente simpatías fascistas por parte de sus cónyuges hayan podido votar en un caso que determinaría si Trump obtendría inmunidad para ser procesado por esas actividades.

Una vez más, ¿cómo puede un Tribunal como éste, cuyos miembros llegaron al tribunal mediante la violación de precedentes y el engaño, y que actúan sin tener en cuenta conflictos de intereses cruciales, ser considerado legítimo o de algún modo merecedor de respeto como institución?

Al contrario: esta Corte Suprema, por sus propias acciones, se ha vuelto ilegítimo. Es un pilar fundamental de todo este régimen fascista y, como institución, no merece ningún respeto.