El sistema capitalista-imperialista global está poniendo en peligro la vida en el planeta. Mediante el funcionamiento normal del sistema, mediante el cambio climático, mediante las guerras que devastan no solo la vida humana sino también la de las plantas y los animales... muchos seres vivos están muriendo, se impulsan hacia la extinción a especies enteras. Y se está acelerando. El planeta enfrenta hoy una ominosa disminución de la biodiversidad. Esta es una urgente razón más por la que necesitamos deshacernos de este sistema.

Primera parte: La crisis de la biodiversidad

La biodiversidad se refiere a la enorme cantidad de diferentes tipos de vida que existen en un área. La crisis de la biodiversidad penetra profundamente en el corazón de la forma en que la vida se ha desarrollado en este planeta, y está causando un gran daño que no se puede reparar fácilmente:

1. La cantidad de muchos tipos de animales y plantas está disminuyendo drásticamente. En cuanto a los animales que viven en los ríos y lagos del mundo, los científicos estiman que más de cuatro de cada cinco ranas, peces y otras formas de vida que alguna vez estuvieron en esas aguas han desaparecido¹. En cuanto a los insectos, críticos para la supervivencia de las plantas y los animales, la mitad se ha desaparecido².
2. No es solo que las cantidades están disminuyendo dramáticamente, sino que especies enteras se están extinguiendo. La tremenda variedad de especies es el producto de miles de millones de años de evolución. Hasta un millón de especies de animales enfrentan la amenaza de extinción. Por ejemplo, casi una cuarta parte de los mamíferos. Una vez que una especie desaparece, desaparece para siempre.
3. Además, ecosistemas enteros (sistemas de vida interrelacionados en un área) están bajo amenaza de colapso. Un ejemplo sumamente importante es la selva amazónica, el bosque más grande y la mayor fuente de biodiversidad del planeta. Está en grave peligro: talada y quemada para dar paso a la minería, la agricultura y otras formas del desarrollo capitalista. Otro ejemplo importante son los arrecifes de coral, la fuente más rica de biodiversidad en el océano, que se encuentran gravemente amenazados porque el cambio climático ha calentado y vuelto más ácido el océano y esto amenaza a los organismos marinos que forman el coral.
4. La red de vida en el planeta en su conjunto es un ecosistema muy complejo que incluye muchos ecosistemas más pequeños, y esto también podría colapsar, lo que significaría cambios radicales en la vida en el planeta.

En la larga historia de la vida en la tierra, las poblaciones suben y bajan, las especies se extinguen e incluso ha sucedido unas grandes extinciones masivas. Muchos científicos piensan que lo que le está sucediendo al planeta ahora podría ser la sexta gran extinción masiva —la más grande desde la muerte de los dinosaurios (y aproximadamente la mitad de todas las especies de plantas y animales que existían) hace 66 millones de años— esta vez causada por seres humanos (organizados bajo un sistema capitalista), y no por algo como un gigante meteorito del espacio.

La sociedad humana descansa sobre los cimientos del mundo natural, necesita el “sistema de soporte vital” de toda esa red de vida, y no puede existir sin ella. El oxígeno que respiramos proviene de esta red, de los bosques en la tierra y de las plantas, algunas de ellas microscópicas, en el mar.

Capitalismo, biodiversidad y cambio climático, y el papel descomunal de Estados Unidos

El desarrollo explotador, irracional y no planificado del capitalismo global es el motor de la destrucción de la biodiversidad. Un factor importante en el asalto a la biodiversidad es la expansión de la agricultura imperialista intensiva en capital, incluso en el Sur Global (los países de África, Asia, América Latina y Medio Oriente dominados por el imperialismo). Esto ha impulsado la tala de bosques tropicales y la destrucción del hábitat y del medio ambiente para animales y plantas silvestres.

La mano del imperialismo estadounidense, directa o indirectamente, está desproporcionadamente involucrada cuando se talan las selvas tropicales; cuando los pantanos se inundan de petróleo en África y América Latina; cuando la vida marina se pesca al borde de la extinción en todo el mundo; cuando las guerras devastan el campo. La economía de consumo parasitaria en Estados Unidos y otros países imperialistas produce enormes cantidades de plásticos, que se vierten en la tierra y los océanos, y están causando un gran daño a la biodiversidad, literalmente estrangulando peces, aves y otras formas de vida. Los plásticos están presentes en el aire en la cima de Everest y en el agua en la Fosa de las Marianas, la parte más profunda del océano. Estados Unidos es, con mucho, el mayor generador de desechos plásticos del mundo³.

El Sur Global es donde la pérdida de biodiversidad es mayor. Considere la República Democrática del Congo (RDC), uno de los centros de biodiversidad del mundo. El área que ahora es la RDC ha sido destrozada y dominada por el imperialismo desde hace siglos. Hoy, sus bosques “protegidos” están siendo talados ilegalmente para un mercado global dominado en última instancia por los países imperialistas, especialmente por Estados Unidos. Hay minas de cobalto ricas y estratégicamente importantes, algunas en áreas de la RDC ambientalmente amenazadas. Y ahora se libra una gran lucha entre las dos mayores economías capitalistas-imperialistas del mundo, China y Estados Unidos, por el control de las minas y de la RDC.

Las potencias imperiales NO luchan para ver cuál de ellas protegerá mejor el medio ambiente, sino que luchan por el dominio y el control de un mineral de importancia estratégica, al diablo con el medio ambiente. Se estima que hay 120 grupos armados en la RDC que trabajan bajo la lealtad de diferentes potencias imperialistas, gobiernos regionales y otras agrupaciones que el gobierno no controla. Las especies en peligro de extinción, como los chimpancés, están bajo amenaza. La vida y los medios de subsistencia de los pueblos indígenas que viven en los bosques están amenazados, y esa amenaza solo se intensificará mientras continúen las actuales relaciones de poder y el orden imperialista global que impone y explota todo eso.

El cambio climático es otro factor importante en la amenaza a la biodiversidad: calienta el aire y el agua, derrite los casquetes polares y, en general, cambia las condiciones para que muchas plantas y animales no puedan florecer como lo han hecho en el pasado. Y vastos ecosistemas están bajo estrés o es posible que ni siquiera puedan sobrevivir. Y para repetir, Estados Unidos es el mayor contribuyente singular al cambio climático: es el número uno históricamente en la quema de combustibles fósiles y la expulsión de dióxido de carbono, el principal gas que está causando el calentamiento global, en la atmósfera.

Segunda Parte: Se necesita un cambio radical con urgencia... y este sistema se interpone en el camino

Para detener el asalto a la biodiversidad, y trabajar para deshacer gran parte del gran daño que ya se ha hecho, se requerirá una reestructuración económica radical de la vida económica, política y social global. Ya no la destrucción de selvas tropicales en Indonesia para sembrar plantaciones de aceite de palma para sacar ganancias para el capital internacional con sede en Estados Unidos, Europa Occidental y otros centros imperiales... ya no la destrucción de áreas críticas de biodiversidad en África para extraer cobalto para baterías para las computadoras y celulares de Silicon Valley... ya no la red dominada por Estados Unidos de “cadenas de suministro” internacionales impulsadas por las ganancias, cadenas que ellas mismas dañan el medio ambiente y son importantes contribuyentes al cambio climático... ya no la cultura de consumo parasitaria y su interminable producción de plástico; ya no las guerras impulsadas por el imperialismo que destruyen a las personas y al medio ambiente.

Detener el cambio climático es crucial y se necesita con urgencia si queremos tener la posibilidad de detener el asalto a la biodiversidad. Esto también significa cambios desgarradores: reducir drásticamente las emisiones de carbono; poner fin a la producción de energía eléctrica basada en la quema de combustibles fósiles; reorganizar la economía global para que el transporte, la industria, la vivienda y más no dependan de la quema de combustibles fósiles⁴.

Lo que se necesita con urgencia es la cooperación global y que la gente se cuide los unos a los otros mientras trabajen colectivamente en todo el planeta para abordar la crisis ambiental y el cambio climático. Pero lo que nos da el gobierno del imperialismo es el saqueo y la destrucción intensificados de centros cruciales de biodiversidad, las guerras salvajes y un aumento del poder político fascista, inclusive en el propio Estados Unidos.

La larga y vergonzosa historia de fracaso estrepitoso de los principales gobiernos del mundo

La crisis de la biodiversidad no es un descubrimiento nuevo. Los biólogos han venido haciendo sonar la alarma por décadas. Hace treinta años, se iniciaron conferencias internacionales para abordar cuestiones de biodiversidad con el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Pero ojo: este acuerdo para reconocer y abordar al menos formalmente los peligros a la biodiversidad ha sido firmado por todos los gobiernos del mundo... excepto dos: Estados Unidos y el Vaticano. ¡Estados Unidos fue, y sigue siendo, incapaz de siquiera prometer que lidiaría con la crisis de la biodiversidad!

El Convenio sobre la Diversidad Biológica y las conversaciones y acuerdos mundiales que lo siguieron no han detenido la aceleración de la destrucción de la biodiversidad. En la convención internacional de 2002, los gobiernos acordaron lograr una reducción en el ritmo de pérdida de biodiversidad. Esto no sucedió, la pérdida de biodiversidad se aceleró. En la gran reunión mundial sobre biodiversidad en 2010 en Aichi, Japón, se adoptaron 20 objetivos. En todos los años transcurridos desde entonces, no se cumplió ni uno solo de los objetivos que acordaron. Los gobiernos y las clases dominantes del mundo fallaron en todos los objetivos. Este patético historial fue el telón de fondo de la última reunión de este tipo en Montreal, Canadá.

La farsa de la Conferencia sobre Biodiversidad de diciembre de 2022

La última conferencia sobre biodiversidad, llamada COP15, concluyó con la afirmación de haber logrado un “avance histórico”: la aprobación de una declaración en la que los gobiernos acordaron proteger el 30% de las áreas terrestres y acuáticas para 2030 (denominada 30x30)⁵. Pero esta afirmación triunfal —y por cierto, estos acuerdos no son jurídicamente vinculantes— encubre un programa de continuar con “lo de siempre”.

La pura realidad:

• En el mundo real, las “áreas protegidas” no protegen la biodiversidad en el grado requerido ni con la urgencia requerida. Desde 1970, se ha declarado “protegida” cada vez más tierra, pero el ritmo de disminución de especies se ha intensificado⁶.
• Muchas de las “áreas protegidas” que ya existen son tan pequeñas que no hay espacio para que los animales deambulen o los bosques crezcan, por lo que “protegen” sólo de nombre.
• Algunas áreas protegidas que existían antes de la conferencia de diciembre de 2022 ahora están siendo destruidas bajo las demandas militares y económicas del capitalismo globalizado. La reserva de caza de Selous en Tanzania está amenazada por la presión de la extracción de uranio. El Parque Nacional Viracehy en Camboya está demarcando vastas áreas para plantaciones de caucho⁷.

Más de 1.700 defensores del medio ambiente y de la tierra han sido asesinados en la última década⁸, la mayoría de ellos de pueblos indígenas del Sur Global.

La necesidad urgente de una revolución ahora

La crisis de la biodiversidad es una forma más en la que la humanidad se encuentra al borde de un precipicio. Tenemos que enfrentar la realidad de que no se puede permitir que este sistema de capitalismo-imperialismo siga dominando y devastando el planeta. Y hay una salida revolucionaria... hay una estrategia para hacer la revolución y un plan y anteproyecto para transformar la relación de la sociedad humana con el planeta. Esa visión de un futuro diferente se encuentra en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, en Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable, y muchos otros artículos en revcom.us, incluidos los de la página de recursos sobre el medio ambiente. Tenemos una solución, hay una salida real para la humanidad, por medio de la revolución y el socialismo que nos da el único marco real, y la posibilidad real, de poner fin a la horrible devastación del planeta causada por el capitalismo.

Esta revolución para emancipar a toda la humanidad puede dar rienda suelta a las personas, sus pasiones, sus ideas, la ciencia, y permitirnos trabajar colectivamente en torno a esta crisis, como cuidadores del planeta, y forjar una relación radicalmente nueva y verdaderamente sostenible entre la sociedad humana y la naturaleza.

Estamos en un momento poco común en el que no solo se necesita con urgencia la revolución en Estados Unidos, sino que es más posible. Todos los que realmente quieran hacer algo concreto para detener la destrucción del medio ambiente deben tomar parte en la batalla para poner la revolución en el mapa en 2023, para prepararse para las tormentas que se avecinan.