En el trascurso de la semana pasada, la prensa grande en Estados Unidos ha estado poniendo mucha atención hacia la reciente acumulación militar y nuclear de China, y lo ha venido enmarcando dentro de la “preocupación” de Estados Unidos y cómo “nosotros” —en realidad, las fuerzas armadas y el gobierno de Estados Unidos— deberían ver y responder a esta “amenaza potencial”.
Rebasa mis intenciones en esta carta analizar todas las formas en las que se ha producido un aumento de la rivalidad imperialista en el mundo, particularmente entre Estados Unidos y China. Pero, hay tres cosas que me llamaron la atención y de las que CARECE TOTALMENTE el panorama de lo que he leído en la prensa grande sobre esto.
1. Una vez más: hay que derrocar este sistema.
Si bien cualquier rivalidad para acumular armas nucleares, y el desastre para la humanidad que supondría una guerra nuclear, es algo malo para todas las personas cuerdas y decentes, es más que ridícula la forma en que se está tratando a Estados Unidos como la fuerza razonable en esta ecuación, que busca reducir tal amenaza. En primer lugar, no olvidemos que Estados Unidos es el único país que ha utilizado armas nucleares contra personas, y sigue utilizando la amenaza de un ataque nuclear en su promoción de “intereses estadounidenses” en todo el mundo. Y, cabe decirlo, la alarma que se está dando sobre la acumulación militar de China implicaría que ese país pasaría de 200 ojivas nucleares a 1.000 en 2030... ¡MIENTRAS que Estados Unidos ya tiene más de 4.000 ojivas nucleares, uno de los arsenales más grandes del mundo, (un segundo cercano a Rusia)!
De hecho, al parecer el verdadero temor es que la orientación de China hacia la acumulación de armas nucleares, en pocas décadas podría emular la orientación de Estados Unidos. El hecho es que, durante décadas, una piedra angular de la forma en que los grandes imperialistas han llevado a cabo sus relaciones internacionales y su política exterior, se ha construido sobre la base de lo que solía llamarse Destrucción Mutua Asegurada (D.M.A.), que es una descripción mucho más acertada que la frase disfrazada y embellecida de hoy día que se utiliza en los artículos de hoy donde la llaman una “relación de vulnerabilidad mutua”.
Esta demencia de la D.M.A. es otra condena monstruosa a la barbarie de este sistema y al orden mundial que mantiene... otra muestra de su ruindad... y otro grito a la gente decente del mundo para derrocar y abolir todos los sistemas así que juegan a “ver quién es el más gallito” con la vida de tanta gente y el destino de la humanidad.
2. Una vez más: China es, de hecho, un país capitalista.
Cabe decir (y Bob Avakian y Raymond Lotta han dicho más) sobre la forma en que China, cuando era revolucionaria y auténticamente socialista en el período de 1949-1976, abordó y manejó el cerco y amenazas por parte de las potencias imperialistas.
Pero cabe decir que lo que está ocurriendo hoy es un claro indicador de qué tan lejos que lo está China desde sus días de ser una inspiración y un modelo para los pueblos del mundo que ansiaban la liberación. Como se ha visto una vez más mediante estas maniobras recientes, su objetivo y prioridad es convertirse en una potencia creciente y contendiente en el escenario mundial CAPITALISTA-IMPERIALISTA. Sólo están mostrando que incluso las naciones antes oprimidas, si se les deja en el camino capitalista, pueden aspirar a ser perros grandes en el escenario despiadado de este sistema.
Pero nosotros, las masas de personas de todo el mundo, de todas las nacionalidades, no tenemos NINGÚN INTERÉS en jugar a ese juego. Necesitamos una revolución REAL, y un poder estatal auténticamente socialista basado en el nuevo comunismo de Bob Avakian que traza un camino totalmente diferente, incluso más allá de lo mejor de lo que ha venido antes.
3. Tal revolución, y el ejercicio de una dictadura auténticamente socialista, es NECESARIA Y POSIBLE.
Bob Avakian, además de ser el autor de El Nuevo Comunismo, que se puede y se necesita adoptar en todo el mundo, también ha desarrollado una estrategia de la manera en que podría ganarse realmente una revolución, incluso en un país poderoso como Estados Unidos. Hay una doctrina de lucha sobre la manera en que las fuerzas revolucionarias, cuando haya una situación que hace que sea posible acometerlo todo a fin de derrocar este sistema, pueden luchar “a nuestra manera [emancipadora]” y no “a su manera [reaccionaria]”, y que este contraste no sólo es necesario para plasmar nuestros objetivos liberadores, pero que también es uno de los puntos fuertes de la revolución ante una fuerza reaccionaria con un poderío destructivo superior, incluidas las armas nucleares.
Bob Avakian también es el autor de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, que se establecería a raíz de la victoria de dicha revolución, y que representa un plano concreto para establecer un poder estatal radicalmente nuevo en el camino hacia la emancipación real. El enfoque necesario y pionero de esta nueva república respecto a las armas nucleares se detalla en esa Constitución en el punto 3 de C. La defensa y la seguridad, bajo el Artículo 1, Sección 2:
3. La Nueva República Socialista en América del Norte no desarrollará y no utilizará armas nucleares ni otras armas de destrucción masiva. Librará una lucha resuelta y polifacética para liberar al mundo de todas estas armas, y lo hará como parte de la lucha mayor y general para derrotar y desmantelar todos los estados y fuerzas imperialistas y reaccionarios y avanzar hacia la realización del comunismo en todo el mundo, lo que por fin hará que sea posible hacer realidad los deseos y los sueños de un mundo sin guerras que han tenido innumerables seres humanos en el largo desfile de la historia, y los intereses fundamentales de la humanidad.