
Jimmy Carter y el Sha de Irán, 15 de noviembre de 1977. Foto: LOC
La muerte del ex presidente estadounidense Jimmy Carter ha resultado en motones de elogios por este hombre, a quien se ha celebrado como un “humanitario” y un “promotor de la paz”. Es cierto que, en los años transcurridos desde su mandato como presidente (1977-1981), Carter se pronunció a veces en contra de políticas particularmente crueles de los Estados Unidos, incluido su apoyo total a las políticas israelíes contra los palestinos. Pero mientras fue presidente, Carter cometió atrocidades no menos monstruosas que las de los “líderes del mundo libre” que lo precedieron y lo sucedieron, un hecho que no aparece en todos los elogios.
Posteamos cuatro casos de la serie Crimen Yanqui de revcom.us que revelan la verdad de Jimmy Carter como presidente de los Estados Unidos. Estos están lejos de ser los únicos crímenes sangrientos cometidos por Carter. Por poner un solo ejemplo: cuando las masas del pueblo iraní se levantaron contra el brutal gobernante respaldado por los Estados Unidos, el Sha, en 1978-1979, y el Sha respondió con masacres sanguinarias de manifestantes no armados, Carter telefoneó al Sha para asegurarle que seguiría contando con el apoyo estadounidense. Y cuando por fin el Sha fue derrocado, Carter le permitió viajar en avión a Estados Unidos.
Crimen Yanqui Caso #20: El genocidio habilitado por Estados Unidos en Timor Oriental, 1975-1998.

Estados Unidos duplicó su ayuda militar para garantizar que la invasión indonesia de Timor Oriental fuera eficaz, rápida y aplastante. En la imagen: elementos del ejército indonesio.
Jimmy Carter fue cómplice directo de la invasión indonesia de Timor Oriental, que se convirtió en una de las peores matanzas en términos de población desde el Holocausto. De 1975 a 1999, los militares indonesios bombardearon, masacraron, torturaron, violaron y brutalizaron a la población de Timor Oriental hasta que hubieran matado a casi un tercio de la población original de 650 mil habitantes.
Crimen Yanqui Caso #24: La guerra de sustitutos de Estados Unidos contra la Unión Soviética en Afganistán, 1979-1988.

Bomberos afganos cargan el cuerpo de una joven asesinada en Kabul en un bombardeo de las fuerzas antisoviéticas apoyadas por Estados Unidos, 1988. Foto: AP
Carter y su asesor de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, respaldaron a las fuerzas contrarias al régimen en Afganistán con el fin, como dijo Brzezinski, de “inducir” una intervención por parte de la entonces Unión Soviética. Luego, convirtieron la invasión rusa en un pretexto para intensificar la rivalidad de Estados Unidos con los rivales imperialistas soviéticos, incluido el respaldo a los yihadistas fundamentalistas islámicos reaccionarios. Entre 800.000 y 1,5 millones de afganos (junto con 15.000 soldados soviéticos) resultaron muertos debido a esta guerra de sustitutos, y la guerra desterró a casi la mitad de la población, y obligó a cinco millones de afganos a huir del país como refugiados.
Crimen Yanqui Caso #13: Corea del Sur, 18 al 27 de mayo de 1980: La masacre de Kwangju.

Soltaron a paracaidistas para allanar viviendas, golpear, dar bayonetazos, tirotear, torturar y asesinar a manifestantes e incluso a transeúntes en las calles Foto: AP
Carter dio en secreto su visto bueno para que Estados Unidos apoyara y facilitara la masacre de 2.000 manifestantes en lo esencial sin armas, a manos del régimen surcoreano, que contaba con el apoyo de Estados Unidos. Los manifestantes formaban parte del levantamiento de Kwangju, encabezado por estudiantes, contra el brutal régimen militar que había llegado al poder tras un golpe de estado.
Crimen Yanqui Caso #38: Estados Unidos avala al gobierno salvadoreño de los escuadrones de la muerte, de 1980 a 1992.

1981: Unas víctimas de los escuadrones de la muerte en San Salvador, El Salvador. En una guerra de 12 años de duración que se inició en 1980, los gobiernos de derecha respaldados por Estados Unidos mataron y torturaron a más de 70.000 personas, en un país con una población de aproximadamente seis millones.
Días antes de que terminara su mandato en enero de 1981, Carter ordenó el envío de 10 millones de dólares en ayuda militar junto con asesores estadounidenses adicionales al régimen militar de El Salvador encabezado por el fascista Partido Arena y su líder, Roberto D’Aubuisson. Antes, en marzo de 1980, el arzobispo de San Salvador, Oscar Romero, el que había llamado al presidente estadounidense Carter, “de cristiano a cristiano”, a que pusiera fin a la ayuda al ejército de El Salvador, fue asesinado a tiros dentro de su iglesia. Las ejecuciones de los escuadrones de la muerte, las masacres por parte de los militares y el armamento moderno estadounidense empleado contra las guerrillas y contra aquellos sindicados de apoyarlas causaron hasta 75.000 muertes.
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La cuestión es lo siguiente: cualesquiera que sean las creencias personales de Carter, cualquiera que llegue a la cima de este sistema capitalista-imperialista DEBE iniciar y ejecutar crímenes verdaderamente monstruosos.