Los condenados de la tierra ofrece algunos discernimientos importantes sobre la mentalidad colonial, y la importancia de superarla, entre los colonizados del tercer mundo, así como una condena contundente al colonialismo occidental y una crítica penetrante a la burguesía de esos países del tercer mundo y su incapacidad de dirigir una lucha por una auténtica liberación. De este modo, Los condenados de la tierra contribuyó al último gran auge de las luchas de liberación nacional en la década de 1960, y es importante para entender ese período histórico.
Al mismo tiempo, en retrospectiva —y desde la perspectiva de lo que se ha aprendido en las décadas desde ese entonces, y más específicamente por medio del desarrollo del nuevo comunismo por Bob Avakian— es posible (y necesario) sacar la conclusión que hay algunas deficiencias importantes que pueden conducir a problemas reales.
Para citar un aspecto importante relevante, Fanon sostiene que la violencia contra el opresor colonial es necesaria para que los colonizados se liberen de la mentalidad colonial impuesta. No es que no haya nada de cierto en la idea de que librar lucha en realidad, incluida lucha armada, contra el opresor, si forma parte de un enfoque general correcto, pueda contribuir a deshacerse del “temor supersticioso” hacia la fuerza opresora que ha gobernado y degradado a los oprimidos. Pero la violencia contra los opresores no es, o es necesario que no sea, el propósito (o el fin en sí) de emprender la lucha revolucionaria.
El propósito, el objetivo es —es necesario que sea— algo mucho más excelso y mucho más profundo: poner fin al sistema opresor, poner fin a toda opresión y a toda explotación, emancipar a todos los oprimidos y, en definitiva, a toda la humanidad. Y es necesario que la violencia, que la experiencia histórica y la aplicación del método científico demuestran que es necesaria para realizar este objetivo y propósito fundamental, se ejerza de forma coherente con este objetivo y propósito y como expresión correspondiente, y no como algo que esté en contradicción y conflicto con él, ni como un propósito en sí.
Aunado a esto, y en contra de Fanon (así como a lo que aparece en la nueva introducción de Cornel West), es necesario que el objetivo no sea “los últimos serán los primeros”, sino, como Bob Avakian (BA) ha enfatizado repetidamente: llegar a un tiempo en el que, por todo el mundo, ya no haya aquellos que son los primeros ni aquellos que son los últimos — al llegar a un mundo comunista, con la consecución de las “4 Todas” por todo el mundo. Las “4 Todas” se refieren a la superación de todas las clases y divisiones de clase en la sociedad... de todas las relaciones de explotación esclavizantes que provienen del modo de producción capitalista-imperialista... de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones... y de todas las ideas que reflejan y refuerzan esas relaciones de explotación y opresión por todo el mundo.
En este sentido, la manera en que Fanon aborda la relación entre el nacionalismo y el internacionalismo es una combinación ecléctica “dos en uno”, que está en oposición al análisis correcto —otro avance y contribución muy importante del nuevo comunismo de BA— de que, en primer lugar, materialmente, en un sentido global y fundamental la dimensión internacional es principal y decisiva, y es necesario que se refleje en una orientación internacionalista ideológica y práctica de: poner el avance de la revolución mundial en primer lugar y ante todo, mientras se libra la lucha revolucionaria en un país (o nación) específico como un proceso el que es, por un lado (y como aspecto secundario general) un proceso relativamente discreto, pero que en lo fundamental —y en el aspecto principal— ocurre como parte del proceso más amplio a nivel mundial.
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La introducción de Cornel West afirma algunos puntos correctos e importantes, como el papel de Fanon en los años 1960 al solidarizarse con las luchas revolucionarias contra la opresión colonial y nacional, y por la liberación nacional. Al mismo tiempo, es necesario exponer algunos desacuerdos específicos fuertes y cruciales.
Para empezar, se tienen las dos primeras frases de esta introducción:
Frantz Fanon es el más grandioso intelectual revolucionario de mediados del siglo 20. También es el más relevante para el siglo 21.
Y se tiene esta afirmación a manera de conclusión:
Frantz Fanon es uno de los pocos grandes intelectuales revolucionarios que siempre conectó lo psíquico y lo político, lo existencial y lo económico, lo espiritual y lo social.
En nuestro momento actual de decadencia imperial y decrepitud capitalista (ya sea en Estados Unidos, China o Rusia) —lo que incluye nuestra emergencia ecológica, la escalada del neofascismo y la xenofobia generalizada (contra los musulmanes, los árabes, los judíos y las personas LGBTQ+) así como la profunda supremacía blanca—, el espíritu de Fanon se manifiesta más en mi contexto imperialista estadounidense en las alas internacionalistas revolucionarias del movimiento La Vida de los Negros Importa y el movimiento La Vida de los Palestinos Importa, alineados con los esfuerzos de Boicot, Desinversión y Sanciones. Sin embargo, la tarea de la descolonización completa y la democratización generalizada con opciones socialistas genuinas sigue sin terminar. ¡Que no traicionemos nuestra misión — al igual que Frantz Fanon nunca vendió su alma ni traicionó su vocación profética!
Con la primera frase, al principio de la introducción de Cornel West, es necesario que discrepemos respetuosamente — pero con firmeza. El más grandioso intelectual revolucionario de mediados del siglo 20 (y hasta su muerte en 1976) fue Mao Zedong y, sí, Mao fue un intelectual revolucionario, y un líder revolucionario tanto teórico como práctico. Fue Mao el que, a mediados del siglo 20 (en 1949), dirigió el largo proceso de la revolución china hasta la victoria, que emancipó a cientos de millones de chinos de siglos de horrible e inhumana opresión y explotación por parte de los explotadores y opresores imperialistas e “internos”, y luego dirigió la continuación de esta revolución, a la vez que brindó inspiración a miles de millones de oprimidos por todo el mundo, entre ellos a los negros en Estados Unidos, cuya lucha contra su opresión Mao apoyó firmemente.
En el curso de hacerlo, Mao desarrolló las líneas teóricas, políticas y estratégicas, así como ideológicas, que pusieron al descubierto científicamente las características de la opresión colonial, y su relación con el sistema general del capitalismo-imperialismo, no sólo en China sino en los países colonizados (y neo colonizados) en general, y además proporcionó una importante orientación y guía para la lucha revolucionaria en esos países, con una relevancia importante para la lucha revolucionaria en el mundo en su conjunto, inclusive en los países imperialistas como Estados Unidos. (Y, sí, Mao también abordó el problema de la “mentalidad colonial” entre los oprimidos de los países del tercer mundo; por ejemplo, se tiene su comentario típicamente terrenal de que “¡en cuanto un extranjero se tira un pedo por acá, siempre hay un chino que dice que huele bien!”).
Tras la victoria inicial de la revolución china, y con el avance por el camino de la construcción y transformación socialista durante varias décadas después de esta victoria inicial, Mao siguió haciendo avances en la teoría científica de la revolución, incluida su contribución crucial de que, en la sociedad socialista, aun cuando los medios de producción han sido (principalmente) socializados, siguen existiendo importantes contradicciones en las relaciones económicas, en las relaciones sociales (por ejemplo, entre la ciudad y el campo, entre las diferentes nacionalidades dentro del país, entre los hombres y las mujeres, y entre el trabajo mental y el trabajo manual), así como contradicciones en los ámbitos de la política y la cultura — todo lo cual, además del cerco imperialista y las amenazas contra el país socialista, sienta la base material para que surjan fuerzas dentro de la sociedad socialista que se propongan restaurar el capitalismo. Y dado el papel dirigente del Partido Comunista en esa sociedad, la expresión más concentrada, y el peligro más grande, de esta restauración se encuentra dentro del propio Partido Comunista, en particular en sus niveles dirigentes, entre aquellos que, como dijo Mao, son “dirigentes en el poder seguidores del camino capitalista” — un análisis que, por desgracia y con terribles consecuencias, se confirmó a la muerte de Mao con la toma del poder por esos “seguidores del camino capitalista”, encabezados por Deng Xiaoping.
Mao dio toda esta dirección y orientación y, al mismo tiempo, dirigió a China en dar orientación práctica, así como ideológica, y asistencia material a las personas que luchaban contra el imperialismo por todo el mundo, en particular en el tercer mundo, siendo un ejemplo destacado de ello la ayuda abnegada que China le dio al pueblo vietnamita en su guerra de liberación contra el imperialismo estadounidense, que cobró la vida de dos o tres millones de vietnamitas.
Y, una vez más, Mao no sólo fue un líder revolucionario práctico del más alto calibre, sino también el teórico más avanzado de la revolución en sus tiempos, y un verdadero intelectual en el sentido más significativo, cuyos intereses no se limitaban a la política y a la revolución, sino que abarcaban la ciencia, el arte y otras esferas, al tiempo que se basaban en el método y enfoque científico del comunismo. Es Mao el que escribió la importante afirmación de que el marxismo abarca aunque no reemplaza la física y otras esferas de la ciencia y la cultura — de hecho, toda la existencia y la actividad de los seres humanos.
En cuanto a la segunda de las primeras dos frases de la introducción de Cornel West —la afirmación de que Fanon es el intelectual revolucionario más relevante para el siglo 21—, aquí de nuevo es necesario que discrepemos respetuosamente, pero con firmeza. De hecho, como dice un artículo en nuestro sitio web revcom.us de forma sencilla y clara, sobre una base científica: Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
Y, sí, Bob Avakian es un intelectual revolucionario del más alto nivel, que ha desarrollado un nuevo avance en el comunismo: una nueva síntesis, conocida popularmente como el nuevo comunismo. Al desarrollar el nuevo comunismo, BA, con un enfoque científico crítico, ha sacado lecciones de la experiencia principalmente positiva, pero también de los errores secundarios (y en algunos casos graves) del movimiento comunista, y de la experiencia de la lucha revolucionaria en general (incluida una lectura temprana de Fanon) y de una amplia gama de actividades humanas. El resultado de este proceso es que, con el nuevo comunismo, el comunismo se ha puesto sobre una base científica aún más sólida, con un enfoque y método aún más consecuentemente científico, y con una orientación aún más cabalmente internacionalista (que incluye al criticar y dejar atrás ciertas tendencias secundarias pero importantes de Mao que iban en contra de su orientación y enfoque internacionalista general).
Una de las expresiones más importantes del nuevo comunismo es la decidida lucha que BA ha emprendido para arrancar de raíz en el movimiento comunista la venenosa noción de que “el fin justifica los medios” (que cualquier medio está justificado si el objetivo es, o se proclama, justo). En oposición a eso, en la lucha por derrocar el sistema del capitalismo-imperialismo y crear un sistema socialista radicalmente emancipador, sobre una base totalmente diferente —con el objetivo final de un mundo comunista con la abolición de toda explotación y opresión, en todas partes—, BA insiste en que es necesario que los medios utilizados en esta lucha estén en consonancia con este objetivo emancipador y sean una expresión de dicho objetivo. Esto se concentra en el repetido énfasis de BA en el hecho de que el propósito de esta revolución no es la venganza, y en que el objetivo fundamental no es “los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos”, sino que es la emancipación de la humanidad — la creación de un mundo en el que ya no habrá aquellos que son los “primeros” y (muchos) otros los que son los “últimos”.
Y eso no es todo. BA también ha desarrollado —y sigue desarrollando— la orientación y enfoque estratégico sobre la manera de llevar a cabo una revolución real, sí, justo en Estados Unidos: la formación de una fuerza revolucionaria de millones de personas que, cuando hayan surgido las condiciones necesarias, cuenten con la dirección para una lucha sin cuartel por derrocar este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo, el que tiene integrado en sí todo tipo de terrible opresión, en Estados Unidos y por todo el mundo. Y BA ha brindado una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad radicalmente nueva y emancipadora, que se iniciará inmediatamente después del derrocamiento de este sistema y la toma del poder por las masas de personas revolucionarias: la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.
Como los revcom hemos dicho en Una Declaración, un Llamamiento a que se organice ahora para una revolución real:
Nunca ha existido un líder así en Estados Unidos y no existe ningún otro líder parecido en el mundo ahora. No podemos darnos el lujo de no seguir a esta dirección si alguna vez quisiéramos lograr liberarnos y poner fin a esta locura.
A manera de último punto, cabe volver a la siguiente declaración en la conclusión de la introducción de Cornel West:
Frantz Fanon es uno de los pocos grandes intelectuales revolucionarios que siempre conectó lo psíquico y lo político, lo existencial y lo económico, lo espiritual y lo social.
También en este caso, como intelectual revolucionario, teórico y líder revolucionario práctico, mucho más que cualquier otro individuo hoy en día (e incluso más allá de lo que es cierto de los anteriores grandes líderes del movimiento comunista), Bob Avakian ha conectado lo económico, lo político, lo social, así como lo cultural, y sí lo existencial, y (en el sentido correcto) lo espiritual y lo psíquico, en una síntesis integral que se basa en un método y enfoque científico cabalmente dialéctico y materialista.
Eso se advierte en las muchas obras de BA que están disponibles en Libros Revolución, aquí en Nueva York y en Berkeley, y en las Obras escogidas de BA que están disponibles en revcom.us — discursos y películas, libros, ensayos y artículos, como Esperanza para la humanidad sobre una base científica, especialmente la sección: “Puntos de vista divergentes sobre el sentido de la vida y la muerte: ¿Para qué vale la pena vivir y morir?”, que cita extensamente la discusión de esta cuestión en otra importante obra de BA, “Cavilaciones y forcejeos”, cuyo título completo es Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido, en particular la sección “La vida con un propósito: Experiencias diferentes, puntos de vista espontáneos diferentes y concepciones del mundo fundamentalmente diferentes”.
Así que, una vez más, es necesario que insistamos respetuosamente —pero con firmeza— en que, particularmente en términos de las necesidades urgentes de estos tiempos, si bien hay cosas que aprender, en el sentido positivo y en ciertos sentidos negativos, de Fanon, lo mejor de lo que representa y que ha aportado Fanon —y, más allá de eso, la síntesis más avanzada y científicamente fundamentada del pensamiento revolucionario en general, el más importante conjunto de obras de un revolucionario intelectual, teórico y práctico — es lo que BA ha desarrollado, y hasta ahora sigue desarrollando.
Es un hecho que demasiadas pocas personas han oído hablar de BA, y aún menos han explorado con seriedad el trabajo crucial que ha hecho (y sigue haciendo). Este es un problema grave que todos nosotros tenemos la importante responsabilidad de cambiar, si será posible transformar en un sentido positivo la situación profunda, y sí, incluso existencial, que enfrentan las masas de personas en el mundo, y la humanidad en su conjunto, si alguna vez queremos salir de los horrores de este sistema y realmente liberarnos.
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LECTURAS RECOMENDADAS
Estas obras se pueden encontrar en www.revcom.us y en Libros Revolución en la Ciudad de Nueva York y en Berkeley
Bob Avakian, Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx,
y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo — Un resumen básico
Bob Avakian, EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación
CIENCIA Y REVOLUCIÓN: Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), de la autoría de Bob Avakian
¡A romper TODAS las cadenas! — Bob Avakian sobre la emancipación de la mujer y la revolución comunista
El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
No sabes lo que crees que “sabes” sobre… La revolución comunista y el
VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro, Una entrevista a Raymond Lotta
Bob Avakian, ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE — POR QUÉ ES ASÍ, Y CÓMO APROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD POCO COMÚN