En este momento, los fascistas están llevando a cabo una toma de poder fascista sin precedentes en el estado de Texas. La mayoría republicana en la legislatura estatal de Texas está tratando de redefinir el mapa para las elecciones de 2026 y así obtener cinco escaños adicionales en el Congreso1.
Esto se llevó a cabo bajo la dirección de Donald Trump, y Texas es solo uno de los muchos estados controlados por los republicanos donde Trump quiere que se haga esto.
Trump está maniobrando abiertamente para robarse las elecciones de 2026, si es que hay elecciones. Y el régimen fascista de Trump está atacando ferozmente a cualquier rival político que se oponga a estas maniobras.
¡Solo un levantamiento masivo y no violento para expulsar del poder a este régimen derrotará a este fascismo!
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Demócratas de Texas en Warrenville, Illinois, rompiendo el quórum de la legislatura de Texas, 4 de agosto de 2025. Foto: AP
La lucha en Texas se ha intensificado durante la última semana. Primero, 57 legisladores demócratas tomaron una decisión audaz: abandonaron Texas para que la legislatura no tuviera lo necesario para aprobar su mapa electoral amañado. Los demócratas prometieron mantenerse alejados hasta que finalice la actual sesión extraordinaria de la legislatura el 19 de agosto. (Véase el recuadro sobre “romper el quórum”).
La respuesta republi-fascista a esta maniobra parlamentaria legal ha sido lanzar todo tipo de castigos y policías para obligar a los “legisladores fugitivos” a regresar.
Los republicanos de la Cámara de Representantes de Texas impusieron inmediatamente multas de $500 diarios a cada demócrata por cada día que esté ausente.
Pero eso fue solo el principio. El gobernador de Texas, Greg Abbott, solicitó a la Corte Suprema estatal que expulse de su cargo al representante Gene Wu (líder de la bancada demócrata). El fiscal general de Texas, Ken Paxton, también está tratando de expulsar a otros 13 demócratas.
Paxton también ha iniciado múltiples investigaciones y amenazas de procesamiento por soborno contra los propios legisladores, así como contra destacados simpatizantes como el multimillonario liberal George Soros y el excongresista Beto O’Rourke. El soborno es un delito grave, un delito grave de segundo grado ¡con penas de entre 2 y 20 años de prisión! No existe la menor prueba de esta acusación. Sin embargo, estas amenazas son muy intimidantes. Además, constituyen un intento de inventar algún tipo de pretexto legal —alguna alegación de actos ilegales— para intentar justificar que las fuerzas del orden de Texas o federales secuestren y arresten a los demócratas texanos fuera de Texas.
Titular de Noticias Fox: FBI aprueba la solicitud del senador Cornyn para “localizar” a los demócratas de Texas. Screenshot: Fox News
Y sí, dijimos “federales”, como el Buró Federal de Investigaciones (FBI), que el senador federal de Texas, John Cornyn, afirma haber reclutado en la campaña para “localizar y arrestar” a los legisladores demócratas. Trump también intervino, diciendo que el FBI “podría tener que” intervenir.
Todo esto ilustra lo que el líder revolucionario Bob Avakian (BA) dijo en 2021 en: Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador:
Los republicanos se han convertido en un partido fascista —un partido basado en la abierta y agresiva supremacía blanca, supremacía masculina y otras relaciones opresivas— un partido convencido de que es el único que se merece gobernar, que actúa para manipular las elecciones y suprimir los votos con el fin de conseguir y aferrarse al poder, que se niega a aceptar los resultados de las elecciones que no gana, que está decidido a destripar y pervertir el “estado de derecho”, pisotear los derechos de la gente y adoptar lo que constituye una dictadura capitalista indisimulada, que está listo a utilizar la violencia no sólo contra las masas de personas sino también contra sus rivales en la clase dominante.
Un salto más para los fascistas — y la necesidad de defender a los demócratas de esos ataques
Piensen en lo que ha estado sucediendo en Texas: los republicanos utilizan las poderosas posiciones de autoridad que ya tienen —la legislatura estatal, el gobernador, el fiscal general del estado— para imponer su campaña para obtener el poder absoluto. E intentan involucrar al FBI, una institución policial muy grande y poderosa que supuestamente existe para perseguir delitos federales. Utilizar al FBI para aplastar la resistencia política del Partido Demócrata a una toma de poder republicana en la legislatura de un estado sería un gran salto hacia un verdadero estado policial, donde los vastos poderes represivos del gobierno estatal y federal estén a disposición de ese partido (republicano) gobernante para imponer y defender su agenda fascista.
Y sería un salto más de parte de los fascistas en empuñar la fuerza armada del estado para aplastar a su oposición política.
En este contexto, la respuesta de los demócratas de Texas ha sido importante y deben ser defendidos de los ataques fascistas. Gobernadores demócratas como J.B. Pritzker en Illinois, y otros, que han declarado abiertamente que usarán su poder para impedir que las autoridades de Texas realicen los arrestos, también deberían ser defendidos2.
Pero la respuesta general demócrata no corresponde al peligro extremo
Sin embargo, aunque algunos demócratas suenan la alarma sobre estos ataques a las elecciones de 2026, su respuesta general está muy pero muy lejos de corresponder al peligro extremo que enfrentamos. Varios gobernadores demócratas han anunciado que, en respuesta a la redistribución en los mapas electorales de Texas (en inglés, “gerrymandering”) —un paso abierto e ilegítimo para amañar las elecciones de 2026—, responderán con su propia y agresiva redistribución prodemócrata de sus mapas electorales.
Para justificar este contra-gerrymandering por parte del Partido Demócrata, Eric Holder (fiscal general federal durante la presidencia de Obama) planteó una analogía con la Segunda Guerra Mundial: “Es como si los alemanes hubieran invadido Francia. ¿Vas a decir simplemente: ‘Bueno, estamos en contra de la guerra y a favor de la resolución pacífica de las disputas’? A veces hay que tomar las armas. Y ante este intento autoritario y antidemocrático, tenemos que tomar las armas”.
Sin embargo, aunque parece que Holder suena la alarma sobre la extrema urgencia, su solución de ninguna manera corresponde al peligro. Lo que en realidad está diciendo es: “Los nazis alemanes han invadido Francia, así que en un año y medio votaremos en su contra”.
¡Pura locura, y no funcionará!
En primer lugar, los horrores extremos aumentan día a día: horrores de familias separadas, mujeres y personas LGBT aterrorizadas, la historia reescrita, el medio ambiente destruido, acervos de conocimiento científico borrados, ¡y mucho más! En segundo lugar, este fascismo ya ha avanzado mucho hacia implementarse y consolidarse plenamente, con la resistencia aplastada y cualquier espacio para la protesta significativa destruido.
No podemos combatir a estos fascistas basándonos en las normas y mecanismos del sistema que dio origen a este fascismo, ¡normas y mecanismos que los fascistas están haciendo añicos activamente!
Como dijimos antes, lo que se necesita urgentemente es un levantamiento masivo no violento de millones de personas cuyo objetivo sea nada menos que expulsar del poder a este régimen fascista.
Protesta de Rechazar el fascismo el 14 de junio en Washington, D.C.
¡Este régimen es ILEGÍTIMO, doblemente! No es solo que el fascismo siempre es ilegítimo, sino que el régimen fascista de Trump está utilizando los mecanismos del poder para tomar y consolidar ilegítimamente el gobierno fascista.
Hay que PARAR y derrotar a este régimen fascista — ahora. Citando al líder revolucionario Bob Avakian, en su esencial mensaje en redes sociales, REVOLUCIÓN #125: “Ni los tribunales ni el Partido Demócrata: La gente decente, en movilización masiva e implacable, es la fuerza en la que hay que apoyarse para derrotar al fascismo de Trump y MAGA”:
Protestas continuadas, y movilizaciones poderosas por todo Estados Unidos, han sido muy importantes, y muestran el potencial de lo que hay que hacer. Pero todo esto tiene que dar un salto, pronto, para convertirse en un levantamiento popular masivo, decidido a derrotar concretamente a este régimen fascista, unido en torno a la demanda urgente: ¡Que se largue el régimen fascista de Trump — YA!
Esto significa “que no siga la actividad como de costumbre”. Significa que se desarrolle la protesta y la resistencia día tras día: no violenta pero sostenida e implacable —que responda a la represión por parte del régimen fascista, con torrentes aún mayores de resistencia— que una a todos los que se pueda unir, cada vez más numerosos, motivados por la necesaria sensación de urgencia, con el objetivo de crear una crisis política profunda y grandes cambios y “realineamientos” por toda la sociedad, inclusive en las instituciones dominantes del poder, con el fin de que el régimen fascista ilegítimo no pueda funcionar, y que de hecho sea sacado del poder.
Romper el quórum: una herramienta parlamentaria para combatir una mayoría fascista
Dado que los republicanos controlan completamente la legislatura de Texas, la minoría demócrata recurrió a una táctica conocida como “romper el quórum” para bloquear la manipulación de circunscripciones electorales. Según la constitución de Texas, se requiere la presencia de al menos 100 legisladores para poder llevar a cabo sus asuntos, aprobar leyes… o rediseñar los mapas electorales. El “quórum” es de 100 legisladores, pero solo hay 88 republicanos. Así que el 4 de agosto, el día inaugural de la sesión especial que debía considerar la redistribución de circunscripciones electorales, 57 legisladores demócratas se fueron de Texas, principalmente con destino a Chicago, y se comprometieron a mantenerse alejados hasta al menos el 19 de agosto, el último día de la sesión especial, “rompiendo” el quórum para que esta no pudiera convocarse.
Romper el quórum es una táctica parlamentaria que los partidos minoritarios utilizan de vez en cuando; se llevó a cabo en Texas en 2003 y de nuevo en 2021. Es disruptiva, pero no es ilegal; es decir, no constituye una violación de la constitución ni del derecho penal de Texas. De hecho, en 2021, la Corte Suprema de Texas, 100% fascista, dictaminó que “el artículo III, sección 10 [de la constitución de Texas] permite que una facción minoritaria de la legislatura ‘rompa el quórum’…” También dictaminó que la mayoría legislativa podía “forzar el quórum”, imponiendo multas y otras medidas para presionar a la minoría a regresar.
En términos legales, romper el quórum es una violación “civil”, no un “delito”. Sin embargo, constituye un importante nivel de resistencia destinado a impedir que el régimen fascista de Trump implemente su intento ilegítimo de amañar las elecciones de 2026.