En cada foto y video, vemos los gritos de alegría, dolor y furia de miles de mujeres que celebran en las CALLES coreando, “Ya es ley” ¡ante el triunfo de su dura lucha contra leyes odiamujeres draconianas! Millones de mujeres en Colombia por fin se quitaron de encima un gran peso y se fueron a dormir con la confianza de que ya no tenían que arriesgarse la vida sometiéndose a un aborto ilegal. Ahora contaban con acceso al aborto despenalizado y sano hasta las 24 semanas del embarazo.

El 21 de febrero, Colombia se convirtió en el tercer país latinoamericano —con México y Argentina— que despenalizara el aborto. La despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 24 semanas representa una de las políticas más progresistas en América Latina. El máximo tribunal colombiano también permite tres excepciones más allá de ese plazo: por razones de salud, por haber resultado el embarazo de un crimen cometido contra la madre, o por la malformación del feto. Esta decisión representa un avance en el reconocimiento de la libertad y la autonomía. Es una victoria que ganaron las mujeres en las CALLES decididas a luchar por la despenalización del aborto — para un trato digno que reconoce a la mujer como un ser humano pleno. 

Una feminista que ha estado protestando en frente de las escalinatas del tribunal durante meses dijo: “Hoy, después de luchar en las cortes y en las calles durante años, hemos ganado pero ahora tenemos que defender nuestra victoria en la corte de la opinión pública”.

En Colombia, al igual que en otras regiones donde la mayoría de la población se identifica como católica romana, la prohibición del aborto se ha utilizado desde hace mucho tiempo para controlar a las mujeres y subordinarlas a los hombres, obligándolas a criar hijos contra su voluntad. En 2006, se derogó una prohibición absoluta del aborto, y lo permitió si la salud o la vida de la mujer estuviera en riesgo, cuando el feto padeciera anormalidad incompatible con la vida, o cuando el embarazo resultara de la violación o el incesto. A pesar de esta decisión, las mujeres enfrentaban obstáculos degradantes. Las OBLIGABAN a consultar con psicólogos que las calificaran para un aborto legal a base de que el embarazo ponía en peligro su bienestar mental, y luego iban corriendo de un doctor a otro, sólo para recibir pretextos engañosos por los que no podían practicarles el aborto.

Una muchacha de 16 años se acordó de enterarse de su embarazo justo antes de iniciar clases en la universidad para la carrera con la había soñado. Fue un embarazo al cual ella no quiso, ni para el que no había planeado. Se tomó una píldora que comúnmente se usa para auto-inducir el aborto y terminó en el hospital tras experimentar un dolor insoportable. A continuación, cuenta cómo la aterrorizaba el personal médico:

Todo el tiempo me trataron mal por someterme a un aborto. Lo que me marcó más fue cuando pasaban por ahí los internistas y el doctor llegó y les dijo a todos, “Bueno, esta chica es la que se hizo un aborto”. Hicieron que me desvistiera para que pudieran verme y me acostaron en camillas con mujeres cuyos bebés estaban saliendo y estaban ahí llorando y los doctores las comparaban conmigo.

Para evitar que los doctores y la sociedad las avergonzaran y para que no las reportaran, millones de mujeres buscan abortos ilegales. Otras mujeres y adolescentes desesperadas para terminar el embarazo buscan cualquier forma: tomar pociones o meterse objetos por la vagina. Cuando sufren efectos potencialmente fatales y terminan en el hospital, en vez de que los proveedores de atención médica les atiendan con el tratamiento apropiado, muchas veces las reportan a la policía. Cualquier mujer que se someta a un aborto o el personal médico que se lo practique se arriesga a ser procesado y condenado a 16 a 54 meses de prisión. Por temor a participar en un crimen, el personal médico a menudo siente obligado a reportar abortos a las autoridades. Las estadísticas indican que someten a un juicio a 400 mujeres cada año en un país donde se estima que se practican 400.000 abortos al año, ¡de los cuales menos de un 10 por ciento se practican legalmente! El aborto inseguro era la cuarta causa principal de mortalidad materna en el país. 

Estas eran las condiciones inhumanas pésimas para millones de mujeres y muchachas antes del dictamen de la Corte Constitucional de Colombia el 21 de febrero de 2022.

Resistencia en las calles

A fines de 2020, las colombianas empezaron a tomarse las calles, inspiradas por la Marea Verde en Argentina — así llamada por la acción de más de un millón de personas, usando pañoletas (pañuelos) verdes, que en 2018 ocupaban las calles de Argentina en apoyo al derecho al aborto. La victoria histórica en Argentina reverberó e inspiró a mujeres por toda América Latina, por lo que las mujeres desde Chile a México usaban y agitaban pañuelos verdes en señal de solidaridad.

En Colombia, las décadas de luchar para despenalizar el aborto por medio del Congreso parecían ser una solución de callejón sin salida, así que ingeniaron una nueva estrategia con intención de transformar el terreno jurídico y la opinión pública.

Usaban los símbolos fácilmente identificables — pañuelos verdes. Aprendieron de abogadas en México y adoptaron un espectáculo de canto y baile similar al de Chile. Hacían campañas en las redes sociales, marchaban por todo el país, presentaban un canto en las calles y convocaron a las celebridades a apoyarlas abiertamente. Contaban con una estación radiofónica que se dirigía a las regiones con conectividad limitada. Presiones sobre funcionarios públicos los obligaron a declarar una posición, mientras el público en general definían su posición vistiendo pañoletas en público.

El derecho al aborto se había convertido en una cuestión social.

Las protestas que condujeron a esta victoria eran una lucha que data de hace décadas, pero que dieron una vuelta en años recientes cuando las mujeres se tomaron las calles con la protesta SOSTENIDA — no solo una vez y ya, sino que siguieron volviendo a las calles para luchar por culminar la batalla, uniendo toda clase de fuerzas amplias en torno a la demanda de DESPENALIZAR EL ABORTO. Las personas se llenaron las calles colombianas con festivales de música, protestas y discursos.

Era una victoria que se ganó luchando muy duro, pero el aborto todavía tiene muchos oponentes, entre ellos el presidente, que comentó que el aborto llegará a convertirse en contraceptivo en lugar del condón. Pero los activistas por el derecho al aborto declaran que aplicarán la misma táctica en otras regiones.

Un artículo del New York Times sobre este acontecimiento reportó: “Casi todas las activistas entrevistadas dijeron que Roe contra Wade había sido determinante para ellas, llevándolas a creer que el sistema legal podía usarse para ayudar a que las mujeres tengan un mayor control sobre sus vidas. Ahora a muchas les cuesta entender por qué Estados Unidos parece estar moviéndose en la dirección opuesta”.

El artículo cita a una organizadora: “‘Esto es una batalla que nunca se gana del todo’, aconsejó Villarreal a sus compañeras del norte. ‘Nunca se puede bajar la guardia’”.

Roe contra Wade había sido una chispa seminal para muchas activistas en América Latina. Pero a medida que Estados Unidos venía enfrentando el peligro de que este derecho fuerza destripado, l@s activistas en América Latina confían un@s en otr@s para estrategias y las tácticas de organización y esperan ahora inspirar a las personas en el Norte para que defiendan el derecho al aborto. “Ahora es una inspiración del sur al norte”, dijo Catalina Martínez Coral, abogada y activista colombiana. “Nosotras vamos a inspirar a las personas en Estados Unidos a seguir avanzando los estándares de Roe contra Wade”.

Reto a la gente en Estados Unidos

¡Hay lecciones que sacar de las mujeres en América Latina!

Primero, hay que llevar la lucha a las CALLES en protestas SOSTENIDAS, no una protesta simbólica de un solo día y nada más. Se puede ver el impacto recíproco de las protestas en diferentes países y su interconexión al trabajar juntos y aprender unos de otros. En un país imperialista como Estados Unidos, si logramos poner alto a la evisceración del derecho al aborto por la Corte Suprema fascista de Estados Unidos, por medio de la acción de millones de mujeres en las calles, imagínate la inspiración y el impacto que eso tendría en millones de mujeres por todo el mundo tal como sucedió cuando se ganó el caso Roe contra Wade o tal como Argentina desencadenó un movimiento de la Marea Verde por toda América Latina. Tenemos una enorme responsabilidad para con la gente del mundo de impedir que la Corte Suprema anule Roe contra Wade.

Si no lo hacemos, esto podría reverberar incluso en países como Argentina, México y Colombia donde aún son frágiles los logros y existe el potencial de que se les revoquen. Millones de mujeres en América Latina no sólo están dependiendo de nosotros sino que han planteado un reto a tod@s nosotr@s.

¿Qué vas a hacer?

¿Permanecerás en la soledad, quizá gritando dentro de cuatro paredes, esperando a un salvador que nunca llegará, haciéndole caso a los políticos mentirosos o al “movimiento femenino” que nos dirige mal hacia las cámaras de la esclavización femenina? O, ¿te unirás con los revcom o con RiseUp4AbortionRights.org (De Pie Por el Derecho al Aborto) en las CALLES en protesta SOSTENIDA que exige: La maternidad obligatoria constituye la esclavización femenina / Aborto a solicitud y sin pedir disculpas? Y para los revcom en lucha por una revolución real, la lucha para arrancar de raíz, final y completamente, la opresión de las mujeres, es una fuerza impulsora decisiva para hacer avanzar la revolución hasta el final, para emancipar a toda la humanidad. Les instamos a unirse con nosotros, a ingresar al Club Revolución. Lean los Puntos de Atención, y si están de acuerdo, mándennos un correo electrónico para ingresar.