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Las protestas universitarias inspiradoras contra Israel tocan una llaga abierta 
Y están en la mira de la represión intensificada

New York Columbia University: Protest for Palestinians called by Students for Justice for Palestine

 

Universidad de Columbia, Nueva York.    Foto: AP

En las universidades por todos los Estados Unidos, los estudiantes se salieron de clases, ocuparon edificios y realizaron sentadas y simulacros de muertes con la demanda de un fin a la masacre genocida al pueblo palestino en Gaza por parte de Israel. Estas acciones, en las entrañas de la bestia que financia, arma y se apoya en Israel como ejecutor de un imperio de explotación y opresión, han sido importantes e inspiradoras. Envían un mensaje al mundo de que los estudiantes en Estados Unidos están despertando y están negándose a ser cómplices silenciosos mientras se llevan a cabo horribles crímenes contra la humanidad respaldados por “nuestro” gobierno. Y tocaron una llaga abierta, iluminando y abriendo la puerta para que la gente comprenda la verdadera naturaleza de lo que Estados Unidos aporta al mundo.

Por esas mismas razones, a las protestas estudiantiles las han calumniado y atacado brutalmente las autoridades universitarias, figuras poderosas del gobierno y empresas, y sionistas “de base” alineados con la promoción de Israel como un ejecutor de los intereses del imperio estadounidense y todo lo que éste representa.

La semana pasada, los administradores del MIT [Instituto de Tecnología de Massachusetts] suspendieron a los estudiantes que ocupaban un edificio del campus. En la Universidad de Brown en Rhode Island, los estudiantes en un grupo llamado “Judíos por el Alto el Fuego Ahora” fueron arrestados por entrada en propiedad ajena después de una sentada de protesta en la oficina del rector de la universidad. Barnard College canceló un evento titulado “Hablemos de Palestina” con el escritor y poeta palestino Mohammed El-Kurd el 2 de noviembre con el pretexto de que el evento debía haber sido aprobado con cinco semanas de anticipación.

Han suspendido o proscrito los capítulos de “Estudiantes por la Justicia en Palestina” (SJP) y “Voz Judía por la Paz” (JVP) en campus, incluidos los de Florida, Brandeis, cerca de Boston, y la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. (Para conocer los antecedentes de la represión desde el ataque reaccionario de Hamas contra Israel el 7 de octubre y el inicio de la masacre masivamente desproporcionada de Israel en Gaza, véase Partidarios de Palestina ante despiadada represión.)

University of Texas students in Austin protest in support of Palestinians on November 10, 2023.

 

Estudiantes de la Universidad de Texas en Austin protestan en apoyo de los palestinos el 10 de noviembre de 2023.    Foto: AP

Las organizaciones pro sionistas han exigido investigaciones criminales contra los estudiantes que protestan contra Israel. Han doxeado a los estudiantes activistas (se difundió información personal sobre ellos junto con acusaciones falsas, con el efecto de ponerles trampas con agresiones violentas). Poderosos donantes y corporaciones han amenazado con cortar la financiación a las universidades y han creado listas negras de estudiantes activistas, amenazando a sus carreras.

En algunos casos, las prohibiciones, suspensiones y otros ataques a grupos de estudiantes han invocado declaraciones antisemitas o pro Hamas inventadas, tergiversadas, secundarias o incluso seriamente reaccionarias hechas por personas que afirman representar movimientos u organizaciones anti sionistas.

Hay un alarmante aumento del antisemitismo en Estados Unidos. Pero esta situación no es principalmente producto de las protestas contra Israel, aunque a veces encuentra expresión ahí, y cuando lo hace, hay que oponérseles enérgicamente. Pero caracterizar a toda oposición a Israel como antisemita es completamente erróneo y se está utilizando como herramienta para reprimir y silenciar las protestas y críticas justas a Israel. Hay una gran diferencia entre el antisemitismo (el odio al pueblo judío por ser judío) y el antisionismo (oposición política a un estado supremacista judío sobre la base de una limpieza étnica genocida del pueblo palestino). Israel está llevando a cabo una matanza genocida contra los palestinos en Gaza. Eso es un hecho. Y todas las personas decentes con un corazón para la humanidad deberían alzar la voz desafiantemente para detener esto.

Cuando la oposición a los crímenes de Israel toma un rumbo antisemita o reaccionario, hay que refutarlo con hechos, no con prohibiciones, en el contexto de un examen basado en evidencia de la verdadera naturaleza y papel del estado de Israel y su relación con la dominación imperialista estadounidense del Medio Oriente, y qué impacto eso tiene sobre la humanidad, así como el papel reaccionario del antisemitismo en general y, en particular, al interior de los movimientos de resistencia.

Algunas verdades basicas sobre la guerra israeli contra Palestina con el apoyo estadounidense

 

La proscripción de los grupos SJP y JVP en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York

La semana pasada, la Universidad de Columbia ha sido un eje de protestas, contienda y una represión particularmente dura.

Columbia es una institución académica destacada a nivel nacional e internacional. De ésta egresan, entre otras personas, graduadas que contribuyen a la formulación de la política exterior estadounidense y que alcanzan posiciones de liderazgo en la clase dominante, incluidos tres ex presidentes estadounidenses: Barack Obama, Theodore Roosevelt y Franklin D. Roosevelt; y Dwight D. Eisenhower fue su presidente de 1948 a 1953. También ha sido el hogar de destacados críticos al apoyo de Estados Unidos a Israel, entre ellos el fallecido profesor y activista Edward Said y Rashid Khalidi, un historiador palestino-estadounidense del Medio Oriente y Profesor de estudios árabes modernos. En resumen, lo que sucede en ese campus en relación con Israel no es un asunto menor en relación con los “intereses estratégicos” del imperio estadounidense.

El 10 de noviembre, el Comité Especial de Seguridad Universitaria de Columbia suspendió a Estudiantes por la Justicia en Palestina (SJP) y Voz Judía por la Paz (JVP) como grupos estudiantiles oficiales hasta el fin del semestre de otoño. Esto supuestamente se debe a que el día anterior, 9 de noviembre, “los dos grupos violaron repetidamente las políticas de la Universidad relacionadas con la celebración de eventos en el campus, culminando en un evento no autorizado el jueves por la tarde que se llevó a cabo a pesar de las advertencias e incluyó retórica amenazante e intimidación”.

Según todas las versiones, esto es pura tontería y un pretexto para proscribir una protesta inspiradora, desafiante y no violenta de cientos de estudiantes.

El anuncio oficial de suspensión no documenta qué “retórica amenazante” o “intimidación” tuvo lugar. Pero el Columbia Spectator, el periódico del campus, describió la acción que llevó a la suspensión:

Cientos de estudiantes participaron en un paro el jueves, reuniéndose en Low Steps para una “instalación de arte de protesta pacífica” como parte de “Clausúrenlo por Palestina”, un movimiento nacional en respuesta a la guerra entre Israel y Hamas.

El volante de la manifestación, que se posteó en los capítulos de Columbia de las cuentas de Instagram de la Voz Judía de la Paz y Estudiantes por la Justicia en Palestina y se distribuyó durante el paro, instó a los estudiantes de todo el país a demandar que los gobiernos corten toda la ayuda a Israel y llamó a un alto el fuego inmediato. SJP y JVP también demandaron que la Universidad tomara medidas de calificar a los ataques de Israel como genocidio y de cancelar los intereses comerciales y las asociaciones de la Universidad en Israel.

Lo que las autoridades universitarias describen como “retórica amenazante” e “intimidación” incluyó una enorme instalación artística que incluía los nombres de civiles palestinos que fueron asesinados en los ataques de Israel contra Gaza. Y los estudiantes protagonizaron un masivo y poderoso simulacro de muerte en medio del campus.

Según versa el Spectator, cuando alguien comenzó a “gritar declaraciones antisemitas y anti-negras y luego intentó instigar peleas con numerosos estudiantes”, se le abucheó, confrontó y denunció desde el escenario. Un estudiante activista, un refugiado palestino que nació y creció en un campamento de refugiados, denunció esta provocación reaccionaria con un megáfono, diciendo: “Qué vergüenza para la persona que llamó a [la] ‘muerte a los judíos’”. Estudiantes que coreaban “¡qué vergüenza!” aislaron a la persona que hizo la provocación reaccionaria.

El estudiante que denunció al alborotador antisemita describió su propia experiencia de vida. Fue testigo de la muerte de un amigo de 12 años de edad a manos de un soldado israelí. Y describió cómo un soldado israelí le disparó a él mismo en la pierna cuando tenía 15 años. En un momento, retó a los contramanifestantes pro sionistas “a ver la humanidad en nosotros, a unirse a nosotros en nuestra lucha por la libertad, por la justicia, para la humanidad”.

Hace falta preguntarse: ¿qué dice esto sobre cualquier supuesta institución de educación superior, y el sistema del que forma parte y al que sirve, cuando decide proscribir actividades como esta?

La única supuesta “violación” real de los lineamientos universitarios formales fue que la acción violó una norma que estipulaba que las acciones de protesta estudiantil contaran con aprobación con diez días de antelación, lo que obviamente prohíbe en efecto en la práctica cualquier respuesta significativa a los acontecimientos en la sociedad. Si se hubiera aplicado tal regla en ese momento (y si se hubiera aplicado y desafiado reglas similares), eso habría proscrito a los estudiantes en la década de 1960 que protestaban por la brutal paliza sufrida por los manifestantes de derechos civiles que cruzaban el puente Edmund Pettus en Selma en el “Domingo Sangriento” el 7 de marzo de 1965. O estudiantes que abandonaron la escuela a nivel nacional (¡sin respetar un período de espera!) después de que la Guardia Nacional y la policía asesinaran a manifestantes contra la guerra de Vietnam en la Universidad Estatal de Kent y la Universidad Estatal de Jackson en 1970. Y todas las demás protestas universitarias contra los crímenes de este gobierno.

Sonya Meyerson-Knox, directora de comunicaciones de Voces Judías por la Paz, denunció la proscripción de SJP y JVP como un “horrible acto de censura y un intento de intimidación”. Añadió que los estudiantes de ambos grupos estaban haciendo exactamente lo que debían: “ponerse de pie contra la guerra y llamar a un alto el fuego para salvar vidas”.

Lo BAsico 3-8

 

Así es la democracia burguesa-dictadura burguesa

En contraposición a la falsa ilusión ampliamente sostenida de que las protestas de masas son “una muestra de democracia” bajo este sistema, la represión multifacética contra las protestas estudiantiles en contra del genocidio de Israel respaldado por Estados Unidos en Gaza es un ejemplo de lo que realmente ES la democracia burguesa: una forma de una dictadura que sirve y refuerza al capitalismo-imperialismo.

Las calumnias de las instituciones patrocinadas por la clase dominante, los medios de comunicación de la clase dominante y los altos funcionarios del gobierno; las suspensiones, prohibiciones y listas negras por parte de universidades y empresas... estas cosas son manifestaciones de un sistema que se arremete e impone términos de discurso y protesta aceptables. Un sistema que depende de interminables crímenes de guerra injusta y crímenes contra la humanidad como el genocidio israelí contra el pueblo palestino respaldado por Estados Unidos.

Cuando las protestas permanecen dentro de “límites aceptables” o cuando el sistema no está asolado por crisis internas y en todo el mundo, tolerar las protestas a veces sirve para calificar a Estados Unidos como el “líder del mundo libre”. Pero cuando el sistema está asolado por las crisis, y cuando las protestas y el disentimiento tocan llagas abiertas, se revela la verdadera naturaleza de la democracia burguesa como una forma de dictadura burguesa. Eso es lo que está pasando aquí mismo. Todo lo cual exige que las personas que están consternadas por lo que “su” gobierno respalda se unan a las protestas estudiantiles, se pronuncien contra las calumnias y exijan que las autoridades dejen de aplicar suspensiones, prohibiciones y listas negras. Y exige que las personas de conciencia den un paso adelante, difundan y se unan a la lucha para DETENER estos crímenes que se llevan a cabo en nuestro nombre.

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